Crónica del fin de gira de Silenciados y su reencuentro con Rober (Silencio Absoluto)
Esta es la crónica, con dos vídeos impagables, de lo que ha sido el concierto fin de gira de Silenciados donde se reunieron con Rober (ex Silencio Absoluto). Por Enrique Cabezón (Kb):
Llego a casa después de asistir al concierto de fin de gira del disco “Las noches que fuimos salvajes” de Silenciados en el Biribay.
Llevo una sonrisa de oreja a oreja.
Primer recordatorio de lo que me he perdido estos años: la sonrisa de Txinin y Joselito, buen rollo desde el minuto uno. Tano, Txiki y Alfonso son máquinas tocando, lo siento por los muchos amigos que han tocado en los diferentes proyectos de la banda pero, hoy por hoy, esta formación suena gorda, engrasada, en su punto, posiblemente es la mejor hasta la fecha. Aarón y Kami efectivos y en su sitio, tan jefes como siempre, son una garantía.
Flash-back: comencé a trabajar con Silencio Absoluto en el año 2000, diseñé algunos de sus discos emblemáticos: “Ruta del Vino" (2000), "A brincos entre la luna y el sol" (2002) y "Camisa de once varas" (2004). Con la salida de la banda de Rober mi relación también se enfrió por lo que fuera, qué sé yo, tontadas seguramente, pero fue así. Viví con ellos mucho, los enBlanco dimos nuestros primeros bolos grandes con ellos. Sin embargo…
Otro flash-back: me llama Rober una mañana mientras vuelvo de recoger a la cría de la guardería y me dice que sí, que va a salir a cantar porque le han llamado y por qué no, que cantará, entre otros invitados, en el concierto de Silenciados y que no me lo puedo perder. Me hago el remolón pero al final decido acompañarle. Por los viejos y buenos tiempos.
Hoy: fiestón desde el minuto uno, aderezado por colaboraciones de invitados de calibre que vienen a refrendar lo que Silenciados representan para el rock en La Rioja: Ángel San Juan (Tierra Santa), Estrés (Los Zigalas, Baïkal, Elenco…), Rubén-Ciano (Desidia, Freak Pannik, Alimaña Hardcore…), Txarra (13 Forajidos, Puertakaída, Rotabator, RDT…) y las chicas de Tarumba Percusión. Pero la guinda del pastel, la colaboración más esperada, era la de Rober. Desde el minuto uno la ovación fue para él. Mirada alrededor y ojos húmedos, la hostia, si estamos todos los viejos, qué gusto.
Es como si, por unos minutos, tuviese quince años menos. Por eso: gracias. Gracias por una noche de rocanrol tremenda.