Evaristo acaba de enterrar ante nuestros propios ojos a la Polla.
Más que enterrarla, la ha incinerado, desintegrado, convertido en tabaco y ha soplado tan fuerte que ya borrado de un plumazo cualquier atisbo de nostalgia.
A rey muerto, rey puesto.
El muerto al hoyo y el vivo al boyo.
Lo que queráis, con el refrán que más os guste: lo mires como lo mires, la Polla ha sido superada (y lo dice un fan de la Polla).
Tras analizar lo que vimos en Bellvitge, sólo nos quedan rendirnos ante la evidencia y dejar de lamentarnos por la desaparición de la Polla. Tenemos algo nuevo y, aunque joda, es mejor (y diferente).
La Polla ya había caído en un limbo extraño, difuso. Comienzo explosivo en los ochenta, prolongación perfecta durante los noventa y bajada progresiva tras cruzar el efecto dos mil.
Separación.
Pero todos seguíamos con la Polla en boca.
Que vuelvan, que se junten de nuevo, algún otro concierto de despedida.
Y una mierda.
Hay que ser realistas. Sin Txarly ni Fernando aquello ya no tiraba.
Evas se lo hizo con The Kagas y The Meas. Y sinceramente, a pesar de su calidad me dejaban un sabor agridulce. Es duro decirlo, pero era como si los músicos que le acompañaban no daban la talla. Era pasar a la segunda división y arrastrar la fama de la Polla. El concierto de The Kagas en Barcelona me pareció increíble, pero pasado el tiempo creo que era más fuerte la abstinencia de no ver a Evaristo que otra cosa.
El primer disco de Gatillazo tenía su puntazo, sin embargo tampoco calaba hondo.
Tras casi 4 años, los veo otra vez en directo y... PAM!!!!!!
Los ojos como platos, salidos de sus órbitas. No doy crédito. El parque de Bellvitge está a reventar, lleno hasta la bandera, con decenas de crestas (hacía siglos que no veía tantas juntas). Un parque que se situa justo debajo de un mega hotel de lujo con restaurante de autor y toda la pesca, entre edificios dormitorio gigantescos, de la época franquista y del desarrollismo salvaje. Con un sonido que rebotaba en los bloques de hormigón y si te adentrabas en la ciudad se oía la voz de Evarito saltar de calle en calle, con un eco brutal. No tengo ni idea de la gente que podría haber ahí, pero sabiendo que en Razzmatazz caben dos mil personas, pues daba la sensación de que había más.
Ahora el grupo está formado y currado. Compacto, sincronizado, potente, sin piedad.
Evaristo salió bastante más delgado de como lo recordaba y ya no salta tanto, pero no importa. La energía sigue ahí.
Lo que sí me impresió (Evaristo siempre cumple, o sea que impresionaría que fallase) fueron los músicos. Sobre todo el guitarra de la izquierda. Estilo, garra y una mano sobre el mástil que parece un ventilador, el cabrón, que le pega a una velocidad que parece fácil y todo. La pajea, más que tocarla. Y suena de la hostia. Babeo incontenible de ver cómo Evaristo ha conseguido rodearse de gente joven con tal calidad que dejas de echar de menos a los componentes antiguos de La Polla Records.
Los dos guitarras coreaban sin tapujos, descojonándose de todo y pasándoselo de puta madre sobre el escenario. Nada que ver con los últimos conciertos de la Polla, que se veía a un Jesús prototipo del español medio, pequeño y etérnamente cabreado.
El bajo, con estética medio MOD medio pop sesentero, estaba en su sitio, inmaculado.
El batería y la guitarra de la derecha perfectos.
Al fin, tras años de viaje, veo a un grupo completo, finalizado, redondo.
La constancia tiene eso, la recompensa.
Y si algo hay que reconocerle a Evaristo, más que sus canciones, es su insistencia.
Sin ella, nada de esto existiría.
Y que no la pierda, ni eso ni la ilusión, que por lo que se intuye le sobra.
Id a ver a Gatillazo.
Es una orden.
P.D.: El repertorio fue prácticamente de Gatillazo. Alguna de la Polla, pero ni hizo falta. Lo que sí fue apoteósico fue el MAX-MIX (medley según otros) de Cicatriz, con Ya estamos aquí, somos los Cicatriz y Escupe. Para más INRI, Evas la anunció como "Ahí va una de la Polla" y se fue del escenario a cantar con uno de los que les acompaña siempre detrás de los altavoces. Más claro imposible: quitaros ya la Polla de boca.
