12 de junio de 2025 | Publica tus noticias | Todo el mundo cree en Dios cuando se menea el avión |
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Agenda y Vísceras(irregular semanario de un crítico musical que canta en un par de grupos)El plan es pimponear entre los dos escenarios principales, que están pegados y se van alternando. Primero Evaristo sin La Polla, con Gatillazo, retomando directamente el legado de Los Pollos tal cual; cambian las veteranas caras que otrora acompañaran al más descastado e irónico showman del punk ibérico por caras más jóvenes pero, por lo demás, el sonido y el repertorio es el de la banda de Agurain. Evaristo, como casi siempre, tan solvente: cara desencajada, movimientos epilépticos y al lailolailolailo... Inmediatamente después salía Josele Santiago que, casi a capella, se merendaba de primeras la versión de Chavela Vargas Con las manos vacías. Tiene Josele voz y actitud, pero le sobra timidez para ser un crooner, así que en cuanto agarró la guitarra se acomodó en su posición de song-writer y se explayó con un corto concierto, intenso y acojonante, donde se pudo disfrutar de la enorme calidad de matices que aportan los músicos de su banda, (en la recta final, Pablo estuvo sobradísimo con las seis cuerdas). Rocanrolazo de guante blanco, chulo y castizo, elegante y abierto. Antes de que acabase Josele, ya habían salido a actuar en el escenario de al lado Ska-P, lo que por unos minutos hizo que se deslucieran ambas actuaciones, pues la música de unos y otros se entremezclaba. Una vez solitos en el espacio sónico, el grupo de origen vallekano y vitamínico ska, lució el desencanto proletario de sus letras con jolgorio y festividad, en un show efectista y bastante coreado. Una hora y pico después, Kiko Veneno estaba llegando al punto final y álgido de una actuación a la que habían sobrado motivos para seguir con interés e innegable degustación, cuando desde la mesa se le cortaba el sonido porque Fito empezaba en el escenario de al lado. Un detalle feo (se trataba de esperar a que acabase Kiko, que ya se estaba despidiendo) que ensombrecía el final de un concierto donde, el padre de toda una manera de hacer y entender el flamenco-pop, había demostrado que por encima de todo lo que valen son las canciones. Kiko es autor de muchas de mis canciones fasvoritas en castellano, de un sonido (el del primer disco de Veneno) único e irrepetible (ni por él mismo). Lo disfruté con gula. Si la memoria no engaña, el mismísimo Tomasito se paseó por el escenario, bailando y jaleando con enzarpado arte. Continuó Fito, que se paseó con sobria lucidez por sus canciones de rock a medio hasta, que recala sin complejos en toques de swing o country . Como curiosidad decir que, en un momento del repertorio, se pudo ver en el escenario un par de rappers (no me llegué a enterar de quienes eran). Después Albert Pla, que bordó con malévola sabiduría y escuetos medios su trozo de actuación; acompañado apenas de un guitarrista flamenco y una dj que puntualmente scratcheaba ritmos industriales, tomó canciones de todo su repertorio y presentó como sorpresa a Raimundo Amador, que salió a escena para hacerse la versión de Lou Reed retitulada Por el lado más bestia de la vida. La cosa con Albert acabó a capella, cantando todos esa historia con la que inauguraba el disco No solo de rumba vive el hombre, donde un niño pequeño ahogaba a su hermano menor en la playa... Acabado el vitriólico cantautor, Marea. Lo suyo no tiene misterio pero le sobra encanto y credibilidad a raudales. Kutxi asume con calculada naturalidad su papel de jefe gitano, indumentaria incluida y, mientras domina el escenario con aplomo, deja que la fiera se desate tras él: Cesar, Piñas, Colibrí y Allen aprietan los dientes y remachan cada canción con el blindaje propio del rock urbano ejecutado con pasión y convicción. Toda la actuación coreada de pe a pa; mención especial mereció la lorquiana, Ciudad de los gitanos, que se resolvió con un emotivo todos a una entre banda y público que puso una de las notas álgidas del festival. Me embarga, mientras les veo, una extraña sensación de emoción y orgullo, me alegra el copón que las cosas les salgan, y cuando miro al escenario nunca acabo de verles del todo como banda, sino como personas, individuales, que es como más les conozco y más les aprecio. ![]() Finalmente Barón Rojo cerraban esta edición del Viña Rock. La voz tuvo continuos altibajos (cuestión de sonido, pero también de garganta) y fue lo que restó eficiencia al concierto. Lo mejor fueron los temas en los que sacaron sección de vientos: aquello les daba un saludable aire al Frank Zappa más guitarrero de los setenta. El Resistiré, con vientos, fue simplemente cojonudo. Acabadas las actuaciones, aun hubo tiempo de embarrarse bien en las carpas que habían servido de base para el hip-hop y, mientras unos meneaban el último palmito con la sesión rap del dj de Wu Tang Clan, otros apuraban el último calimocho con el punk y rock estatal que pinchaba Chema Gallego, agotando fuerzas pero a sabiendas de que al día siguiente aun quedaba festival Tras esperar la media hora de rigor, aparecen Robe, Uoho, Miguel y Cantera. El encuentro es un mero tramite promocional. Habla básicamente el poeta, peta en mano. Como la compañía aún no me había hecho llegar el disco y tampoco lo había oído, me abstengo de hacer preguntas. Escucho y grabo: Es un recopilatorio, que normalmente no llevan nada nuevo. Las compañías juntan las canciones las ponen a la venta y ya está. En este hemos vuelto a hacer muchas de las canciones, ahora suenan bien. Algunas no se podían escuchar y ahora cuelan. Metimos las que nos parecían más importantes, pero también preguntamos por internet. Había temas que nos parecía que estaban mal y que merecía la pena arreglarlos, de los cuatro primeros discos sobre todo. Sonidos estridentes y cosas hechas demasiado rápidas. Se ha metido alguna pista, limpiado lo que molestaba. La mayoría regrabadas, queríamos que fuera la misma canción, no una versión, que tuvieran el punto pero que sonaran bien. Ha merecido la pena. Este disco no es el fin ni el principio de nada, hace tiempo que quería arreglar las canciones, los primeros discos están fatal hechos, los produje yo sin tener ni puta idea y en muy poco tiempo. Siempre habrá gente que diga que le gusta más la otra, donde estaba la voz rota de haber cantado todas las canciones en un mismo día, puede ser que a algunas personas les vaya más ese tipo de voz, a mi me gusta más como está ahora. No te puedes plantear demasiado lo que dirá la gente. Días después recibo el disco y la verdad, no recibo ninguna emoción especial por los matices que aportan las regrabaciones. Son canciones ya las hice mías hace mucho tiempo (del Jesucristo Garcia debe ser la cuarta versión diferente que tengo), que están muy metidas en el tuétano, que me han acompañado en demasiadas ocasiones, que aún me acompañan. Y en este disco esa esencia se respeta. Las disfruto por lo que son y por lo que para mi significan, y el nuevo barniz me deja indiferente, creo que todo es un capricho, justificado, del autor; poder permitirse el lujo de ajustar cuentas con si viejos temas. No nos dio tiempo habla Robe- a sacar la caja entera y hubo que sacarla en dos partes: la segunda parte queremos que salga antes de acabe el año. Este recopilatorio lo hemos estado haciendo como hicimos lo de Extrechinato y tú, cuando no teníamos otras cosas que hacer. En el disco anterior lo dejamos apalancado, tras la última gira lo volvimos a retomar. Las cosas las hacemos despacito y a veces se nos van un poco de las manos. También hay algo nuevo, pero antes había ganas de quitarse esto de encima. Prefiero este espaciamiento entre discos a tener que sacar un disco cada año sin sustancia. Un disco se puede hacer cada año, con más o menos sustancia, te gustará más o menos. Nosotros lo preferimos así, si tienen que pasar cuatro años y que digan que nos hemos separado, pues que lo digan. Si la musa tarda cuatro años en venir, pues cuatro años, otra cosa no se puede hacer. No hago las canciones cuando yo quiero, las hago cuando puedo, a mi a veces me molaría hacer el disco por año, todo sería más... llevadero, pero también más rutinario y peor.Los periodistas congregados siguen lanzando preguntas. Saludo a unos cuantos, todos coincidimos muchas veces en estos saraos de canapé. Lo de fracasos no hay que tomarlo al pie de la letra, decir que haya canciones malas es una manera de hablar, tampoco somos un grupo de grandes éxitos, hay un poco de todo: las canciones que quiere todo el mundo, otras que teníamos ganas de arreglar porque nos parecían que estaban un poco jodidas, aunque quizás no fuesen canciones demasiado importantes. Cuando le preguntan por la escuela Extremoduro (Marea, Albertucho, Poncho-K) dice: Soy consciente porque me dicen, en algunos noto y en otros no noto. Mola.. Sobre el nuevo gobierno: Con el cambio político en principio si estoy contento, luego ya veremos. Y sobre la crisis discográfica: ¿Y qué decimos esta vez del pirateo?, que nos parece bien dice con sarcástico hastío Robe, e Iñaki continua Nos damos cuentan que se piratean a los grandes y las compañías cortan por debajo, a lo que Iniesta sentencia: Si antes era difícil me imagino que ahora es más. Las compañías tiene menos dinero cogen menos grupos y dan menos oportunidades pero no creo que tengamos que ser los músicos los que tengamos que estar quejándonos todo el día. Cada cual compra lo que quiere, hace lo que quiere y se busca la vida como puede. Igual el que compra el disco, que el que lo vende. Al acabar la rueda de prensa un breve saludito al Robe, que es lo que más me apetecía de la historia. Mola tener ese efímero gesto con alguien que me ha dado tan buenos momentos, emocionales, desnudos, rabiosos..., con alguien con quien en algún momento me tocó compartir alguna juerga guapa y algo más. Al final del día me toca ensayo con The Vientre, estamos ultimando los temas con Javi, el nuevo bajista, ya hay casi un docena y nos estrenaremos con él teloneando a Dr. Deseo en el Gruta-77 . El nuevo disco de los bilbotarras, Rómpeme, es brutal. Como todos los suyos, claro. (Por cierto, el crítico musical Jesús Rodríguez Lenin me pregunta si puede subir con The Vientre a cantarse El tierno, le digo que sí claro, pero que se pase por el local el día antes del bolo para darle una vueltecilla). |
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