Como colofón al largo día de San Juan, nada mejor que una noche de fuego, música y magia.

El cielo se cubría de nubes amenazantes que se disipaban a medida que en el aire surgían los clásicos e inconfundibles sonidos de la banda madrileña de Folk Metal.

Arrancaban pasada la media noche los primeros compases con ayuda de los incondicionales fans, haciendo un recorrido por algunos de sus temas de su disco Ilussia (Pensatorium, Melodian y Abracadabra), para seguir con éxitos de siempre: Satania (con la colaboración del cantante de Débler, Rubén Kelsen), La Danza del Fuego, Hoy Toca Ser Feliz, etc.

Entre guiños de complicidad y bromas, “Hasta que el cuerpo aguante”, Zeta, cantante de la banda, iba presentando uno a uno a sus compañeros.

Retomando el disco Ilussia, Txus irrumpió en el escenario para prestar su voz a La Viuda de O’Brian.

En perfecta simbiosis entre público y músicos, Zeta cedió el micrófono a Carlitos para dedicar un emotivo homenaje con Desde Mi Cielo a un familiar suyo. Rubén Kelsen acompañaba con su prometedora voz de nuevo a Zeta.

Con Cadaveria y Vuela Alto, la banda continuó desplegando toda su magia calando fuerte en los numerosos fans que coreaban los compases de Astaroth, La Posada de los Muertos, El Que Quiera Entender Que Entienda y un grandísimo Finisterra con la colaboración de Manuel Seoane a la guitarra.

Simulando el final del concierto y la despedida de la banda, volvieron poco después para rematar la noche con los anhelados La Costa del Silencio, Molinos de Viento y Fiesta Pagana con la Superpolla llenando el escenario de color; un final de concierto ya clásico y no menos apoteósico.

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