El festival arrancó al filo de la media noche con los valencianos Saqqara, la verdad es que ya tenía ganas de verlos descargando en directo y así poder comprobar in situ lo que el grupo es capaz de demostrar en un escenario. La banda estuvo metida en su papel durante todo el concierto poniendo toda la carne en el asador desde el primer tema hasta el último, aunque el público no acompañó en un primer momento debido al desconocimiento de las canciones poco a poco fue entregándose y acabó vibrando con los de Valencia. La descarga comenzó por "No Podrán Olvidarte", tema que abre su último disco, y poco a poco fueron repartiendo Metal del bueno dando un repaso a sus dos trabajos de estudio.


Sonaron temas nuevos como "El Protector", "Venidos del Mar", "La Condena de Hatuay", "La Encomienda", "La Serpiente Emplumada", "El Nuevo Mundo" y "Magallanes" prácticamente el disco al completo, pero también descargaron temas más antiguos como "Esclavos", "Tristeza"o "No Hay Mañana", tema con el que cerraron el concierto. También tubo cabida una versión espectacular de los Maiden "The Evil That Me Do" que de paso hizo que el público enganchase aún mas con el grupo. Uno de los momentos álgidos del concierto fue cuando Jorge y Nacho entraron en una especie de duelo de guitarras demostrando la increíble calidad que los dos músicos atesoran. Me gustaría destacar el sonido claro y el Metal directo que la banda desarrolla en el escenario. Lo que no me gustó tanto fue lo estático que estuvo Javi, el vocalista, durante la actuación aunque como buen frontman de la banda sabe meterse al público en el bolsillo animando constantemente. El grupo se despidió de todos nosotros al más puro estilo Silver con un "gracias y hasta siempre".


El sonido de fondo con las notas de Mi Sucio Corazón servía de intro para que los pamplonicas Dikers saltaran a las tablas del Fresarock en una casual formación de trío, con solo un guitarra. Iker y los suyos no se amilanaron ante este hecho y salieron dispuestos a ofrecer buenas dosis de ese rock tan particular que los navarros destilan en cada acorde fusionando elementos de aquí y de allá para aderezarlos con personalidad en cada tema, con un sonido de vanguardia que aporta referencias tanto del rock americano como del estatal. Temas de su último trabajo, Más Gas, no faltaron para aportar en la primera fase un intenso Si Tu Te Vas, de lo mejor de su actuación, junto a otros cortes como Para Mi. A ritmo de ska consiguieron levantar al personal y rememorar así su segunda referencia discográfica, Se Escribe sin C, con el bailable Skapao que no dejó indiferente a ni uno de los asistentes a la fiesta segoviana.


Otro botón de muestra de la versatilidad estilística, a base de reggae, con el también incluido en su anterior disco Lo Que Yo Quiero. Y los Dikers se hicieron con su hueco en la poco a poco avanzada noche, con dosis de frescura, de garra sobre el escenario, con un Iker imparable, un Iñaki enérgico y un Rikar aportando solidez desde la batera. No podían faltar en la noche las referencias a su primer álbum, ¿A Qué Esperamos?, con el que saltaran al primer plano hace cuatro años, y así Sabotaje enfilaba la fase final del concierto, con uno de sus cortes más potentes de su obra debut. Una versión de su admirado punk-rock californiano clavaba una de las últimas picas para que la actuación acabara de forma esplendorosa con su potente hit que diera nombre a su tercer y más reciente trabajo, Dale Gas, con el que la formación navarra se despidió exultante de su paso por Chañe.


Quizás era el plato fuerte de la noche, con el permiso de Disidencia. Los valencianos Transfer son siempre una garantía para cualquier festival, y esta noche no iba a ser menos. Con tablas más que suficientes, y cinco discos ya a sus espaldas, pueden presumir de ser una de las formaciones más sólidas del rock urbano estatal. El quinteto comenzó a descargar sus emblemáticas piezas de rock contado desde el lado de la calle, desde la otra ventana distante a las falsedades del negocio musical, y así pronto empezaron a sonar cortes tan emotivos como el que abriese su primer disco, ¿Mañana Que Haré?, o toda una declaración de principios, Vale la Pena. El paso a su reciente Canciones Desencantadas no podía ser de mejor forma cuando los acordes de Dinero empezaban a llenar el pabellón polideportivo, mientras el ambiente se empezaba a caldear. Los Transfer saben como ganarse a su público, honestidad y un puñado de buenas canciones, y el saber hacer de Aris, Kono y compañía son armas más que suficientes como para hacerse con el aprecio de los presentes en cualquiera de sus shows.





Verdades como puños, no podía faltar Okupa y Resiste, que forman historias a pie de barrio y hasta algún que otro tema de amor, como la brillante Sin Contrato, aunque algunos "prestigiosos" críticos, tal como la presentara Aris, sigan pensando que el tema habla del desempleo, son las bazas que dejaron sonar los levantinos. Desde Que Te Vi o su primigenio Bis a Bis, para abrir paso a uno de sus más potentes cortes de su último trabajo, Atrévete a Pensar, o el definitorio Falsos Dioses que encabezara su Fin de Siglo y así llegar a la recta final de la actuación con su ritmo más festivo, Los Jueves, San Francisco de Jachís y la enormemente coreada Somos Más. Como despedida, para no olvidar el tema crítico, otro auténtico himno, el tema que diera nombre a su segundo trabajo, La Gran Mentira, con la que Transfer se despidieron del Fresarock a lo grande, triunfando y demostrando una vez más que son una de las bandas más significativas del rock estatal.




Los Disidencia eran los encargados de cerrar el festival segoviano. Su trayectoria en el último año, primero firmando un gran trabajo como Bienvenidos a Occidente, y después protagonizando una original y exitoso gira conjunta con Boikot y Segismundo Toxicómano por todo el estado, era una más que suficiente tarjeta de presentación como para que los alicantinos cerraran la noche. Y lo hicieron a base de punk, consistente pero rememorando sus anteriores discos, desde que los acordes de A Contra Corriente abriesen la fiesta, y no faltaran Diskordia o su versión del viejo La del Jeby que integrase su álbum compartido con Malos Vicios, Novus Ordo Seclorum. Las referencias a su flamante último álbum eran también inevitables, y así consiguieron levantar al personal con Pacificación o Prefiero Caminar. Un amago de atacar el clásico de La Polla, Ellos Dicen Mierda, fue suficiente durante treinta segundos como para enfervorizar a los allí resistentes, y dar paso a Cubateo's Culture.



El clásico himno "el que no bote..." para animar la fiesta y preceder a, personalmente, su tema más emblemático, El Arbol, que ya incluyesen en su primer La Solución Está en Tus Manos, y que los propios Malos Vicios versioneasen en el álbum compartido. Continuó el recuerdo a sus inicios, ante el asombro de los reunidos en el polideportivo de Chañe, encarrilando hasta cuatro temas seguidos de aquél su primer mítico disco. Tras El Arbol sonaron Derecho a la Eutanasia, Todo Va Mal y Vivo Libre, con unos Disidencia aflorando su vena más punk, aguerridos y afilados. Tras ello, la parte final estaba al llegar, como presagiaba A Tod@s Ell@s, uno de sus más recientes himnos, para despedirse con una histórica canción de los Kortatu, La Familia Iskariote, con la que definitivamente derrochamos nuestras últimas energías en un festival grande por mostrar la otra cara del rock, la de un festival minoritario, alejado de los grandes y agobiantes macrofestivales, pero no por ello exento de un cartel de calidad y una causa solidaria, la lucha del pueblo Saharaui, a la cual se destinaron todos los beneficios de una gran noche.




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Texto: j-kaos & Peska de rockestatal.com
Fotos: Lucía de Andres


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