Desakato. La tormenta perfecta en Toledo

El grupo astur sorprende -para bien- a su público con un repertorio pensado para las circunstancias

Por Rubén Rozas Gutiérrez

Desakato vuelve a subirse a los escenarios. El pasado fin de semana el grupo astur sorprendió a Toledo -donde estuvo Manerasdevivir.com- y a Ciempozuelos (Madrid) con un repertorio ajustado a las circunstancias y pensado para “los más fans” de la banda de punk rock. Pepo (voz), Pablo (voz y guitarra), Nano (batería) y todo el elenco, eso sí, se mantuvo fiel a su estilo y desprendió energía como pocos artistas lo hacen.

A la introducción de guitarras -protagonistas sin duda de todos sus shows- le siguió La Colmena, uno de los temas estrellas de su último trabajo, La miel de las flores muertas. La Cura volvió a referirse a un futuro incierto marcado por el cambio climático e hizo de aviso a navegantes; pero si algo dejaron claro estos chicos en el inicio del concierto fue que nunca serán domesticados, aunque la letra de Salvajes diga lo contrario.

Los asturianos devolvieron al público el calor que estaban recibiendo con Combustión, de su disco Buen Viaje, que para muchos supuso un antes y un después en el devenir de la banda. El grupo comenzó a ‘tirar’ de canciones que habían preparado para la ‘gira covid’ como Tierra Prometida -otra vez de su último ‘hijo- o Batalla final, un tema que, seguramente, los seguidores no habrían tenido la oportunidad de escuchar en otro tipo de espectáculo.

Desakato no sería Desakato si no se dejaran llevar por el punk, el hardcore y el rock más duro. Así, el grupo fue alternando creaciones más “tranquilas” con sonidos más extremos. La banda del norte regaló a la gente que se había desplazado hasta la plaza de toros de la capital castellano manchega temazos muy suyos como Estigma o Animales Hambrientos, uno de sus grandes éxitos y que, como todo buen clásico, desató la locura absoluta.

La batería y los punteos sirvieron de teloneros a Hipnotizados, que se sumó al viaje por La miel de las flores muertas que los asturianos habían preparado para su público. Con el deseo de Pepo de que la banda pueda “muy pronto” saltar encima de su gente llegaron Ritual, una canción suave, pero con mucha fuerza lírica; una ya legendaria como es Tu avalancha y una más actual: Sombras.

Lo mejor o, al menos, lo más esperado; estaba por llegar. La ira -toda una declaración de intenciones contra el abuso de fuerza por parte de los cuerpos de seguridad- y Cada vez anunciaban el final de una noche para recordar en la tierra de las tres religiones.

Con toda la gente “en pie” los asturianos empezaban a cerrar la cita con Barcos en llamas y un acompañamiento instrumental brutal (no existe mejor manera para definirlo) que introduciría a Nueva Religión. Pánico en Frankfurt, Cuando salga el sol, La Tormenta y, como no podía ser de otra manera, Fueu y solombres, en defensa y apoyo a la lengua asturiana.

Toledo sirvió, pues, para evidenciar dos cosas: la capacidad de Desakato para adaptarse a las circunstancias y su adicción a la adrenalina sobre y ante cualquier escenario.

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