¿Que te perdiste el Viñarock 2016?, ¿Que estuviste pero te cuesta recordarlo?, pues como medicina paliativa desde Manerasdevivir.com enviamos un Comando especial, con experiencia en festivales y otras guerras, para narrar lo allí acontecido. No es lo mismo, lo sabemos, pero nuestro doctor dice que si combinas la lectura de esta crónica con unos videos de los conciertos, algo de música de fondo, y un litro de cerveza en la mano el dolor desaparece temporalmente. Tiene un efecto secundario, angustia por la espera hasta el próximo Viña Rock 2017.

Vigesimoprimera edición del Viña Rock, o como dicen los romanos XXI, celebrado de nuevo en Villarrobledo (Albacete),Castilla profunda inundada por hordas de jóvenes, y no tan jóvenes, amantes de la música y la fiesta. Durante 4 días, del 27 al 30 de abril, el pueblo se convirtió, como cada año, en “La Meca” de multitud de tribus urbanas e indios independientes. El miércoles 27 hubo fiesta presentación fuera del recinto a la que por salud no pudimos asistir. El comando llegó prontito el jueves por la mañana. Inspección del percal, puesta a punto, acreditaciones y para adentro a ver qué nos esperaba.

El festival sigue en crecimiento, con más bandas, espacios y actividades. En esta edición las alternativas a la hora de presenciar espectáculos eran muchas: El escenario principal se denominó Giró, por el que pasaron las grandes bandas, a su izquierda; el Negrita, lugar para músicas del mundo, mestizaje, funk, folk, pop, y otras perlas; a la derecha de la explanada el Control, templo del Metal y afines; En la parte de arriba The Cavern, grandes grupos pero con menos tirón, más íntimo, pero de gran calidad; Viña Grow el paraíso del reggae en consonancia con la feria cannábica del mismo nombre que se desarrolló dentro de las instalaciones; Cabo de Plata el punto de encuentro de los B-Boys; Red Bull Batalla de gallos, que solo estuvo el jueves; Viñaclon, que cerraba cada día con un concierto tributo; y la carpa Viña Dub con Djs haciendo gozar al personal. Pa’ gustos colores…

Día 1 - Jueves 28 de abril

Y damos el pistoletazo de salida a las 17:30 con un sol de justicia. El entrante del menú del día, en el escenario Giró, lo ponen los Gritando en Silencio,rocanrol para gourmets. Los sevillanos nos deleitaron con una bienvenida que hacía presagiar que íbamos a disfrutar de buena música todo el fin de semana. Ya se notaba ambiente entre el numeroso público para ser jueves a la hora de la merienda, y aunque las bocas aún estaban secas se iban afinando cantando los temas, acompañando a Marcos y su cuadrilla. Actitud, Entre tus piernas, Vértigo, la maravillosa A la luz de una sonrisa, y un gusto disfrutar de A las Armas con la colaboración en el escenario de Dani de Carroña.

Entre las apuestas noveles de Viña Rock, debutaban en el escenario The Cavern los navarros Cero a la Izquierda,apoyados desde la mesa de sonido por Iñaki Llarena, presentando su segundo disco No ha dejado de llover. A los nervios de esa primera vez se sumaron la osadía del que viene a defender un buen trabajo y las ganas de dejarse la piel. Y la piel se dejaron literalmente. Heridas en dos dedos fueron el resultado de la tralla de Dani al bajo. Repertorio muy cañero en el que no faltaron las sorpresas cuando Javi, Dani, Sergio y Lucas colaron en medio de su Sobrevivir la archiconocida Seven Nation Army de los estadounidenses The White Stripes que hizo enloquecer a los no pocos asistentes. Sobresaliente actuación de una de las bandas más jóvenes del festival con sonido impecable y tablas a la altura de cualquier veterano.

Y mientras tanto, el resto del equipo de Manerasdevivir.com presenciaba con estupor los problemas que estaban sufriendo Dakidarría por el fallo en un generador que retrasó todos los conciertos de los escenarios principales en 15 minutos hasta el inicio de Berri Txarrak (que comentaremos más adelante). A pesar de las inclemencias que casi les impiden actuar, desde Galicia venían a dar mucha cera y la dieron, cosa que con tanto inconveniente, muchos aplaudieron y disfrutaron agradeciendo el esfuerzo.

Todavía con luz, Kaótiko a escena en el Giró. Ya se va calentando el ambiente, las barras empiezan a llenarse, esto va en serio, aquí la gente ha venido a divertirse. Poca complicidad con los temas nuevos, las crestas quieren devorar sus temas preferidos, y con ellos ya se empiezan a liar buenos pogos. Mal sonido, algo que se convertirá en habitual en muchos de los conciertos de este escenario.

Los padres del rock duro de este país (o estado, como lo queramos denominar) se llaman, sin discusión, Barón Rojo,y hagan el favor de ponerse de pie y agarrar su guitarra de aire cuando suenen los acordes celestiales que estos dioses nos regalan. Un poco pronto, sobre las 9 de la noche, para un concierto de Barón, en el escenario Control. Sin demasiado público, los más viejos atrás, y savia nueva disfrutando de ver un grupo mítico. Concierto emotivo por los temas, algo soso por el despliegue, sencillo, aunque musicalmente brutal. Resistiré, Botas sucias, los rockeros van al infierno, Cuerdas de acero, Hijos de Caín para acabar, lo que más gustó, lo clásico, lo que no se pasa de moda nunca. Larga Vida a Barón Rojo.

Admitimos que vemos a Gatibu y lo disfrutamos. Admitimos que nos gustaría saber más euskera para haber podido seguir a las muchísimas gargantas que coreaban sus temas al milímetro. Los de Guernika son puro espectáculo y el Cavern se les queda muy pequeño, tanto que Alex, con su particular forma de moverse, que tanto engancha, varias veces acabó subido a los amplis para hacerlo. Entre el repertorio los temas más conocidos de la banda y entre las sensaciones transmitidas, un buen rollo interior del que dice que ve un grupo y se lo pasa como un enano. Uno de los imprescindibles del jueves sin discusión.

Pero el buen rollo dura poco cuando llegan los imprevistos. Contábamos con el retraso producido en los escenarios de abajo para acabar de ver a Gatibu y llegar a Berri Txarrak a tiempo. Error. Antes de la medianoche, hora oficial prevista para el inicio de los navarros (sin contabilizar la demora), recibimos un mensaje de que ya había empezado. Y echamos todos a correr escuchando Oreka de fondo pero recuperando el buen rollo que traímos porque esta noche se habla euskera y punto. Para gustos colores, pero si decimos que Berri fueron los mejores del jueves la mayoría pensarán igual. En cuanto a sonido, más de lo mismo, de los mejores sonidos en los escenarios principales. Repertorio muy bien elegido entre lo más actual y lo más clásico, Lemak aingurak, Payola, Denak ez du Balio, Libre, Ikasten, Jaio.Musik.Hall, Poligrafo bakarra,... Tralla, luces y acción. Ni una sola pega. Estos chicarrones del norte son más precisos que un reloj, impecables, se superan en directo. Para cerrar los ojos y sentirse flotando sobre la moqueta de la sala de espera al paraiso musical de donde Gorka, Galder y David fabrican joyas sonoras. De diez no, de once… y medio.

Tres años habían pasado ya desde que Konsumo Respeto colgaban los instrumentos y nos dejaban a todos un poco vacíos. Muchos fueron los que se congregaron en The Cavern a presenciar el reencuentro sobre las tablas de los alicantinos que volvían con la misma energía que todos recordábamos (o más). Un repertorio muy basado en Recaída, que presentaban en directo con una potencia y sonido insólitos, pero en el que tampoco faltaron los grandes éxitos que eran coreados como si hubiera sido ayer. Seguro que entre tanto pogo, el resultado fue alguna Herida de guerra. Vuelven a la carretera y recomiendo sinceramente no perdérselos porque vuelven realmente fuertes.

¿Y qué decir de Boikot? Lo de Boikot se resume en dos palabras: llenazo asegurado. Y es que una vez más han vuelto a conseguir el gran éxito de asistencia para la primera jornada de festival y mantener el ambiente caldeado para llegar al final del día, cuando no solo ya empieza a hacer frío, sino que empieza a helar. Apostar por marcar a Boikot en la lista de los fijos a la hora de elegir a qué grupos vas a ver es un caballo ganador para disfrutar y acabar sudando (que sumado al frío es gripazo asegurado y muchos se estarán sintiendo identificados con esto). En el setlist los grandes éxitos de la banda y como novedad sobre el escenario, la colaboración de Marcos (Zoo) haciendo sonar el trombón.

Y para acabar este primer día qué mejor que algo de hardcore punk metal trash y dormir a pierna suelta. Kop aparecían casi a las 4 de la mañana en el The Cavern, con un público (menos del esperado) dispuesto a darlo todo, fieles a los catalanes y a su propaganda musical en formato de cañonazos que hicieron a los asistentes descargar adrenalina por todos sus poros. Y es que “som arreu, a tot arreu”, Guerrilla de la comunicació tras comenzar con Ciutat Morta, repaso completo a su repertorio más clásico, que no deja indiferente a nadie, Nuestros Barrios, Acció Directa, No elegir, No te rindas, y Desalojos son disturbios para finalizar. Se nos hizo corto y esperábamos algo más del último trabajo Radikal, recién salido del horno. En general, conciertazo para no parar de hasta romperte el cuello. así se va una a domir agustisimo.

Cumplida la primera jornada de festival y ya con posibilidad de hacer valoraciones iniciales, siendo un festival de música, procede comenzar por el sonido. En general, sonidos más limpios y conseguidos para los escenarios The Cavern y Control que para los escenarios principales. ¡Y quién iba a decir que podría sonar bien un escenario en el que los amplis estaban apoyados en la valla del foso! Cierto es que el acceso de fotógrafos al Cavern se hizo complicado durante todo el festival y es que solo una cuarta de separación habría solucionado el problema. Si ya de por sí era difícil acceder saltando por encima de las estructuras metálicas con los equipos a la espalda, imprescindible es acordarse de las trabas que esto supone a las medidas de seguridad.

Controles de entrada ágiles, baños pasables para ser un festival, variedad de comidas dentro del festi, precios aceptables para tal evento (6 euros el litro, 2 el vaso), barras con buen servicio, excepto el último día a últimas horas donde se hacían intratables, foso de periodistas un poco estricto y poca amabilidad por parte de la seguridad... Hablar del Viña es hablar de un gran festi, con todo lo que ello conlleva de personal trabajando, organización, controles, seguridad… pero con sus errores y cosas a mejorar (que siempre las hay), hay que reconocer que está bien montado, y funciona.

Día 2 - Viernes

Segundo día, y prontito, a las cinco y media de la tarde, de riguroso negro Angel, Ziku, Txafas y Hugo, desafiando a las nubes amenazando descargar una buena jarra de agua, aparecen en escena del Giró dispuestos a punkear un poco el ambiente. Con los primeros minis de la tarde, el público se empieza a animar desde el principio con Daños colaterales y Día tras día. Poco a poco se empieza a llenar el patio, se nota hay que expectación por ver a los madrileños antes de que se retiran al acabar esta gira. No faltó a la cita el quinto kotxino, Bruno Peinado (King Putreak) muy elegante para la ocasión colaborando en Polka miseria, versión de su grupo. La segunda mitad del concierto ya se notaba mucho más animada entre el pintoresco público, que finalmente lleno considerablemente la arena. Ya nos habían puesto a tono los Envidia con sus temas que suenan como auténticas balas de plata hacia las conciencias, y hasta el mismo todopoderoso les respeto y no tuvo agallas de enviar la esperada lluvia. Alimañas, Historias en blanco y negro (con locución de Labordeta, siempre emocionante) y Lady Di, para dejarnos un buen sabor de boca. Son Envidia Kotxina y nunca van a morir. En su despedida espetaron "nunca un grupo tan mal tuvo un público tan bueno. Y en lo segundo no mintieron.

Amenazaba lluvia desde varias horas antes y los primeros en presentar repertorio pasado por agua fueron los asturianos Desakato.Nada importaba mojarse y pocos fueron los que apostaron por refugiarse en la carpa, porque La Tormenta no caía del cielo sino del escenario. Un setlist muy equilibrado y duro donde las primeras gargantas empezaban a perder la voz y debemos confesar que por un momento pensamos “Desakato parece agotador para estas horas, a ver quién aguanta el resto del día”. Momento especial el vivido con los primeros acordes de Cada vez, donde una parte muy importante del público sacó el móvil para inmortalizar el momento. Algo tendrá el tema para conseguir algo así.

Hace un año charlábamos con Boni con motivo de la salida de su disco en solitario tras la disolución de Barricada. Aquel día decía que no le importaba no llegar a la temporada de festivales porque quería rodar el disco hasta que estuviera listo. Y listo venía. Y muy en forma también. A los bombazos de Incandescente sumó esos temas de los Barri a los que tiene tanto cariño como por ejemplo Esperando en un billar o Rojo y un guiño a 1992 con Peligroso animal de compañía. Al que iba un poco escéptico, le calló la boca. Los demás simplemente disfrutamos de ese hierro rusiente.

La mejor fiesta nos la brindaron en bandeja los Eskorzo,bajo una leve lluvia y con el recinto con alguno que otro charco, no pudimos de evitar que salieran nuestros mejores meneos latinos a relucir. Vivir una actuación de Eskorzo siempre es una oda a la alegría y el buen rollo, el estilo tan particular de los granaínos, fusionando todo lo que se les pasa por esas cabecitas invita al baile y el optimismo. Una buena dosis de su último disco con Mambo zombie, Jirón, La amenaza fantasma, Camino del fuego, y la sensual Suave que nos certifica que la creatividad no se les seca a Toni y compañía. Pinta la pared, El que tenga el amor, Mala conciencia, y especial mención a su versión de Clavelitos y Somos pobres, en la que Jimi con su trompeta y Toni revolucionaron el gallinero bajando a interpretarla entre el público que lo dio todo.

Somos poco objetivos cuando se trata de Hamlet,lo sabemos, pero lo de estos tíos no es de este mundo. Nos mojamos, lo disfrutamos y no nos arrepentimos de nada. Igual que son capaces de hacer retumbar Villarrobledo con sus instrumentos, son capaces de improvisar un experimento, una quimera… ¡Y que les salga bien! Situación: Sonando Irracional. Molly manda callar al público con el objetivo de que “se le pueda oír” y pide la colaboración de los presentes. Y lo consigue, absoluto silencio. Prueba 1 superada. Deja el micro en el suelo, se coloca las manos en la boca y comienza a cantar el estribillo. Prueba 2 superada, los asistentes le escucharon y le siguieron. Simplemente impresionante. Aunque están de gira presentación del nuevo disco La Ira del que gozamos de unos cuantos cortes del disco, Lamento, Ser o no ser e Imperfección entre otros, el espectáculo que estábamos a punto de gozar comienza con clásicos como Limitate, Egoísmo y Muérdesela. A destacar Un mundo en pausa, que por la circunstancia o el momento, sonó especialmente bien, y la mítica JF con la que cerraron, cantada por la masa allí congregada. Mientras en la otra parte del festival llovió confeti con La Pegatina. Cuestión de gustos, éramos menos, pero me atrevería a decir que fue el mejor concierto del viernes. Hora y media de puro metal.

En los días previos muchos hablaban de La Desbandada,algunos incluso se atrevieron a asegurar que estaban en su mejor momento. Bien pensado, como frase sonaba rara cuando lo lógico es aplicarlo a un grupo con mucho rodaje y no a un grupo con dos discos y pocos años de vida. Pero en lo anterior hay una verdad y es que es un proyecto muy rodado y sobre el escenario se nota. Estuvieron muy acompañados y arropados, sonaron bien y el alcance que esto puede tener se ve venir. Sus influencias gustan y ellos también.

Día 3 Sábado 30 de abril y conclusiones

Con el permiso de nuestra compañera tras la cámara, Teching, una frase que va a definir el sábado. “Zoo a las 16.30 y no paran de entrar. Los de Marras preparándose. Los Chikos del maíz, La Raíz… Hoy mandan los valencianos”. Y no hay verdad más grande que ésta.

16:30 de la tarde, un sol manchego para tostarse vuelta y vuelta, y el escenario Negrita lleno, pero lleno como si fueran las 12 de la noche y tocase uno de los grupos grandes que pasan por aquí, y aparecen los Zoo en escena. ¿Pero qué hace esta gente para gustar tanto? La respuesta: algo diferente, nuevo y fresco. Casi una horeta de buen flow valenciano aderezados con las versiones de la Gossa (Esbarzers) y de Obrint Pas (Camins). Acabamos cuando tempestes vénen del sud (Corbelles) y la columna de público hasta la rampa brazos arriba de derecha a izquierda cantando en valenciano. Impresiona. Aprovechando la coyuntura contaron con las colaboraciones de Pablo de La Raíz,Toni Mejías de Los Chikos del Maíz y Roy Mercurio de Dremen.Buena manera de abrir el último día.

Giramos la cabeza a la derecha, y en el escenario Giró más valencianos, nos están invadiendo, Los de Marras a escena. Agustín y compañía nos dan la primera dosis de la tarde de buen rocanrol empezando con Malabares y dando un buen repaso a toda su trayectoria. En esta nueva etapa tres guitarras y Agustín haciendo de puro frontman. Escenario lleno de carpa a carpa, se nota que es el último día, una pena (como en anteriores conciertos) el sonido que no fuera todo lo bueno que desearíamos. Hoy, Ruido, Hierbagûena, A tu vera, Reina de la noche y muchos grandes temas que gozamos bajo un calor que pedía a gritos que llovieran litros de cerveza… y algo cayó.

Y cambiamos de tercio, a la hora de la merienda, un poco de hardcore argentino, A.n.i.m.a.l. Menos público del esperado tras su regreso, problemas con el bajo (de hecho el concierto siguió con guitarra y batería durante más de dos canciones) y más de uno ni se dio cuenta. Banda veterana aunque poco conocida por el público estándar del viña, dieron buena caña, muchos pogos de codo en alto y divirtieron al personal con su espontaneidad. Para acabar una peazo “Olla” (pronúnciese con acento de la pampa) ejecutando a mil revoluciones Cop Killer, versión de Body Count, conocida por veteranos y expertos en Wikipedia.

Nueve y media de la noche, en pleno ambientazo de festival, todavía quedan muchas fuerzas, y qué mejor manera de gastarlas que con unos acelerados chicos del norte, Lendakaris Muertos,que están presentando su último trabajo de estudio, Cicatriz en la Matrix, y unas cuantas cayeron del citado disco. Esperemos que en formato “concierto de sala” podamos disfrutar de repertorio casi al completo. Como siempre, divertidos, con mucha complicidad del público, Aitor de un lado a otro, subiéndose por los andamios, bajándose a la arena, e incluso infiltrándose entre los viñarockeros y besando a algunos incluso. Y ojo, comenzó arrastrando un bastón para ayudarle con una lesión que arrastraba de conciertos atrás y acabó colgado de la luminaria. Lo de tener canciones cortas da para un set list largo donde no faltan todos sus exitos, Oso Panda, Eta deja alguna discoteca, Gora España, Último Txakurra, Héroes de la clase obrera y etc, etc. Nunca defraudan y te dejan una sonrisa y un buen sabor de boca.

Con muchos vatios en nuestros oídos y agujetas hasta las cejas es momento de sentarse y reflexionar. Viña Rock es un evento ya consagrado en el panorama musical independiente, sus magnitudes dan fe de ellos: 141 bandas, 10 escenarios, 200.000 asistentes, 15 millones de euros de impacto en la comarca... Esto son cifras de la organización, no dio tiempo a contar ni al público, ni los billetes. Del resto casi se puede dar fe. La valoración es positiva, el festival se supera en tamaño año tras año, y no sabemos dónde estará el límite. Nos queda medio día de festi, y nadie sabe si llegaremos vivos al final, pero lo cierto es que se disfruta muy a gusto.

“Llámalo Dios, llámalo energía” que dice Fermín Trujillo en La que se avecina pero algo hay y a ese algo hay que darle las gracias de que Hora Zulú,por fin, estén de vuelta. Da gusto ver que hacen lo que hacen como si fuera fácil y tú mueres en el intento de cantar y darlo todo a la vez y ves que no es fácil. Con la poca costumbre que tienen de tocar ya sin luz fueron descargando Con mi condena, Tango, Agua de mayo, Mis barranqueras, Camarada, Andaluz de nacimiento, Toma y obliga… Y suma y sigue, que no tienen una mala. Y por si su música de por sí no tuviera suficiente tirón, ahí llega Aitor para hacer de un choque fortuito con un monitor una constante de la que reírse y con la que hacer a su público más partícipe de la fiesta. Hora Zulú tienen algo especial que deja marca. Perderse un concierto como el que dieron en Viña Rock es para plantearse un tiro en la cabeza.

En el primer concierto de la presente gira de La Raíz juntaron a 11.000 incondicionales en Valencia, algo impresionante, pero poco comparado con lo que en pudimos ver en el viña. El concierto más multitudinario de todo el festival 2016. Se nota que estos chicos van de camino al triunfo musical, no solo por la calidad de sus letras y composiciones, sino por que enamoran, embrujan, y poseen a todo aquel que se presta a escucharlos con la mente abierta. Decir una cifra es complicado, pero los viejos del lugar comentaban que no se veía un concierto tan lleno en el viña desde hace mucho tiempo. Se les quedó pequeño el ViñaRock. El frío se hizo más llevadero entre Poetas y presos, La Voz del pueblo, Muérdeles, Jilgueros, Elegiré, A la sombra de la sierra… Para ir cerrando, primero el single con el que presentaron su último disco, con el que estamos seguros que lo van a petar, Rueda la corona para terminar de dar saltos. Y acabamos el concierto en modo relax con La hoguera de los continentes. ¿Los volveremos a ver en el Viñarock 2017? Esperamos (y deseamos) que sí. Despedida dulce la que disfrutamos con La Gossa Sorda.Los de Pego definitivamente lo dejan este año, pocas oportunidades quedan para disfrutar de ese estilo característico donde se mezclan múltiples estilos aderezados con folklore valenciano y sueños de libertad. A la altura de lo esperado, mucho asistente, y de nuevo Villarrobledo cantando en valenciano. Da gusto. La polseguera, Respira, Quina Callitja (muy latina), Farem Saó, y tantos temas muy bailados y coreados, en especial Camal Mullats. Espectáculo por parte del público, como no podía faltar, bengalas y muixerangas (castillos) improvisadas, y hasta una organizada de 3 pisos, emocionante. Un directo a recordar que nos hizo mover las caderas. Hasta siempre. Simultáneamente, parte del equipo se desplazaba al Cavern a ver a Ciclonautas.El trío compuesto por Mai, Txo y Alén daban buena cuenta de la solidez de su proyecto y con dos discos ya para combinar en directo presentaban una apuesta que agradó a los no pocos presentes a pesar de que era una hora en la que el público tenía que decantarse entre cuatro gigantes (a la Gossa y Ciclonautas se simultaneaban Warcry y Los Chikos del Maíz). Genial apuesta para este concierto del viña Rock en cuanto a la elección de temas. Por poner una pega, el exceso de humo dificultó bastante la labor de los fotógrafos, pero en cuanto a lo demás, sobresaliente.

Si nos quedaban algo de fuerzas llegaron los Narco para reventar el mundo entero si fuera necesario. ¡Qué intensidad, qué potencia, qué descarga de adrenalina! Joder, te dan ganas de agarrar un martillo y empezar a destrozar todo lo que nos da rabia en nuestras miserables vidas. Los sevillanos nos dieron una buena dosis de droga musical con la que se te desencaja la mandíbula de escupir rap-core ácido y directo. Se les veía con ganas y eso se transmitió abajo. Aunque los hemos visto infinidad de veces es imposible cansarse del espectáculo que dan sobre el escenario. Dedicado con amor Son ellos y Puta policía para los amables funcionarios de verde que se hicieron notar por el festival y alrededores. La hermandad de los muertos contó con un cristo punki que fue llevado en volandas sobre un mar de devotos, que después de Carnicería en la romería se cagaron agustamente en Tu dios de madera. Todo muy católico oiga. Y te lo advierten, pero eres masoca y la curiosidad mató al gato. Cierto es que Porco Bravo es un grupo potente, suena bien y recomendamos ese directo al menos una vez en la vida. Pero te lo recomendamos si no eres aprensivo, ya que te lo habrán contado muchas veces pero presenciar a Manu graparse papeles en el torso y prenderles fuego cuanto menos impacta. Y por aquí, inocentes, cuando accedemos al escenario pensábamos “alguien se ha dejado aquí un extintor”. Pero gustó, mucho, y volveríamos a hacerlo… De hecho ahí estaremos.

Y el telón (tributo aparte) caía con O’Funk’illo y los valientes que todavía aguantaban el cansancio acumulado y el frío, y eso que a esas horas la helada que caía era dura. Y ya de perdidos al río, muchos fueron los que agotaron las pocas fuerzas que quedaban tras tres días de música non stop al ritmo de los sevillanos. Cuando el cuerpo ya había dicho “hasta aquí hemos llegado”, todavía se podía observar desde el suelo a muchos que se desgañitaban con temas como Nos vamos pal keli.

Y hasta aquí el resumen del Viñarock 2016, fueron muchas las bandas de las que pudimos gozar además de todas las mencionadas, pero no hay tinta, ni neuronas, para todas… Aún así, en formato brevísimo no queremos dejar de mencionar a La Fuga sin Rulo,que empieza a despertar simpatías, Porretas haciéndonos revivir los viejos tiempos, Aspencat valencianizando a los presentes con su música nacida de la rabia, el diluvio que caía durante Reincidentes que no evitó que sus incondicionales corearon todos los himnos, Talco y su ska contundente, el descubrimiento personal y muy satisfactorio de Skindred… Si nos tuviéramos que quedar con los conciertos más especiales, sin menospreciar a todas las bandas que lo dieron todo, nos quedamos con el directazo que se marcaron los Berri Txarrak,la lección de metal de Hamlet,y el éxito merecido de La Raíz. Solo nos queda despedirnos, queriendo agradecer a todos los compañeros y compañeras de otros medios, y la sección de prensa de la organización, por su camaradería, risas, y anécdotas, y porque la Familia siempre crece.

Sobrevivimos y contamos el Viñarock, pero esto no se acaba aquí, vendrán más festivales, más fiestas, más música en directo, y más momentos inolvidables, y nunca nos cansaremos de eso a lo que otros llaman ruido, y nosotros lo llamamos maneras de vivir.

Texto: Verónica Diez y Adrián Sutej
Fotos: Esther Teching

Galería Viña Rock 2016

Texto de Micky Paiano. Fotos de Paloma Novo