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Reseña: «La Primavera del Invierno» de La M.O.D.A.
Texto de A. Makeda
Un lujo contaros lo nuevo de este sexteto oriundo de Burgos, una apuesta por un sonido curioso cuanto menos: una mezcla de guitarras acústicas con acordeón, banjo, mandolina y saxofón junto con una voz desgarradora; hasta aquí nada novedoso, lo curioso de estos chicos es la intención, utilizando un sonido folk cuidado, melódico a más no poder, unido magistralmente a un espíritu cargado de punk rock.
Estos genios hace tiempo se preguntaban por Quién nos va salvar recorriendo toda la geografía del estado y sus festivales correspondientes, daba igual la temática festivalera (punk, rock, pop), encajaban a la perfección allí donde pisaban, los podías ver desde en un Lumbreiras hasta un Sonorama, con el mismo directo aplastante. Hay a quien mucho antes nos enamoró su manera de versionar, como el caso de Rockin' in the Free World del señor Young o la Historia triste de Iosu Exposito, entre otras, siendo extremadamente reconocibles para el oyente pero cambiándolas por completo. En esta ocasión nos traen La primavera del invierno y justo antes de que esta llegue y de su salida al mercado [N. del E.: el álbum ya está disponible en tiendas y plataformas digitales], desgranamos tema por tema este fenomenal disco.
Fue grabado este enero de 2015 en Garate Estudios y ha sido producido y mezclado por Santi García (Standstill, The New Raemon, Toundra), que se ha encargado de la grabación junto a Kaki Arkarazo. El álbum está masterizado por Víctor García (Ultramarinos Costa Brava) y cuenta con Diego Galaz como arreglista, totalmente auto editado e ilustrado por Sanpedrosanchez. Diez cortes al más puro y geniuno estilo La MODA con una leve intro Nubes negras. Un melódico contrabajo atendiendo al rugido de su arco que al deslizarse empasta con la voz de David Ruiz. Queda claro: dedicado a los que se fueron pero están, corto pero intenso, enlaza a la perfección con el siguiente corte Mile Davis, solo unos segundos nos activan los sentidos, vuelve La MODA, vuelve el equilibrio en el cual, como bien decía el gran músico Mile Davis, todo es música, incluso el silencio, quizás el más fuerte de todos los ruidos. Amanecederos es para mi el mejor corte de todo el disco, monosílabos que reinan en los famosos silencios conjugando con una letra prácticamente recitada, llegando al mensaje que describe a la perfección los amaneceres.
PRMVR, el tema que da nombre al álbum, en esta primavera dentro del invierno la rabia florece, la búsqueda de las musas y la libertad creativa, una melodía que se queda como la voz que imprime Gorka Urbizu (Berri Txarrak). El de Lekunberri, lejos de su estilo natal, lo borda, grandiosa aportación entre violines, sin duda la libertad de boca de este gran artista gana en significado.
En Disolutos llegamos a una pausa de la cadencia que no en la fuerza, un corte que define ese espíritu punk, crápula, juerguista... Dos voces bien definidas y un ritmo sosegado al principio que contrasta con un final contundente. Llegamos al single de esta obra de arte a golpe de una acústica de ensueño, Hay un fuego nos sumerge en la pureza del fuego por encima de todo, una canción que bien podríamos decir que es un autorretrato de ellos mismos, su sentir. Cuenta con la genial la colaboración con María Rodés.
Volvemos con el folk más clásico, Flores del mal es una reivindicación contra el tedio, contra esas flores del mal, en busca del sol. Duro corte sin concesiones de menos a más con una contundencia muy acorde a ellos. Hará las delicias en directo.
Cambio de tercio con Los lobos, la misma furia pero esta vez a ritmo de Vals, podríamos decir, in crescendo, con la entrada de un estribillo que exalta el cambio de ritmo, incluyendo un mensaje claro contra el sistema. Siempre en los grandes discos hay himnos, en el penúltimo corte tenemos Catedrales un himno de música muy agradable y real de domingo, a los huérfanos de rebelión, un fotograma sonoro que como el de los hermanos Lumière, define la obsesión por el instante.
Y para concluir tenemos Rascacielos el tema más íntimo del disco, a golpe de acústica y acordeón, la voz se desgarra en cada compás, gran final para un álbum muy fresco, más trabajado (con muchísimo menos tiempo) que el anterior, cuidando los detalles que ensalzan la originalidad de un banda de camisetas blancas que lleva por bandera la dignidad. Con momentos musicales que bien los firmaría Yann Tiersen, con la rabia que atesoraban The Clash y la honradez de Eskorbuto. La MODA supera expectativas dando un paso de gigante en un panorama que parecía más que muerto, gracias por traernos la primaveras a este duro invierno.