Texto de A. Makeda. Fotos de Daniel Claudin
Como la Teoría de la Utopía del maestro Galeano, que más lejos de despejar incógnitas, nos alienta a seguir caminando hacia ella. Así, con esa constancia, La Maravillosa Orquesta del Alcohol (LA MODA) se despoja del cartel de grupo revelación para proclamarse como consolidación en el panorama musical del estado.
Se sacaron de la manga (de sus camisetas de tirantes) hace apenas un mes, un disco grabado prácticamente en la carretera, una prueba de madurez musical, un peldaño más que tiene como nombre La primavera del invierno (PRMVR). Un discazo que bien lo firmaría Yann Tiersen, con pinceladas de rabia que atesoraban The Clash y la mítica honradez de Eskorbuto. Bienvenidos a (me permito la licencia de bautizarlo como)
La generación beat de nuestra música. Que al igual que la original de aquellos grandes literatos, nos plasma el mismo mensaje rebelde, unido a una música excelente.

LA MODA llega a Madrid, tercera parada en su gira, con entradas agotadas. Contábamos con unos invitados de honor Ukulele Clan Band, que bien los podemos encuadrar en la anteriormente citada generación, dado que estos chicos han mamado calle, igual te los encontrabas tocando en una calle céntrica, que en una cena íntima. Esas ganas y esa espontaneidad en su música se notan, se nota la mágica atracción que ejercen, arrancando las primeras palmas de la noche con temas como Everybody is talking, Lets Talk o The Sun, nombre de su último disco. El sexteto madrileño regalaba alegría a raudales con un folk yanqui, contando con una voz que ya quisieran en aquellas latitudes, ritmos acelerados en grandiosas versiones como Money for nothing, We dont need no education , canciones adaptadas a la perfección al icónico instrumento de cuatro cuerdas (el Ukelele) del cual todos nos enamoramos al ver a Marilyn en la pelicula con faldas y a lo loco (
Quizá algunxs nos enamoráramos más de la rubia
Quien sabe) y así de esa manera los de Colmenar culminaban un directo épico.
Pasadas las nueve de la noche suena un piano bien contrapesado, primeras notas del Live Young Die Old la cual nos pone En el camino de LA MODA, que al igual que el de Kerouac, este nos llevara por parajes increíbles de historias cotidianas, hacia el interminable cielo azul pintado de negro para esta gran ocasión y de música, mucha música como los pirmeros metros de este camino, lo dan las primeras notas del banjo, suena Mile Davies la primera canción siempre suele ser el detonante, el inicio de la bajada trepidante, con el gran homenaje al músico estadunidense, con este impulso inicial el camino se hace más llevadero, en Amanecederos los monosílabos al poder coreados hasta la extenuación de una letra recitada, un acierto total que gana en directo, de las mejores de nuevo disco y eso en directo se nota. Sin prácticamente parón comienza Disolutos, la imagen del pequeño Joselito Maravilla y su extraordinario acordeón se erige, al igual que David Ruiz, como guías de este trepidante ruta, la cual tiene la primera pausa, ser agradecidos por el tremendo lleno del teatro madrileño es de bien nacidos y a seguir. Amoxicilina y a Vasos Vacíos, grandes cortes que en esta senda, que es el directo, ganan por momentos. Volvemos a encauzar el andar con el último disco con PRMVR, con el interludio en euskera cantado al unísono por toda la sala (Gorka estará contento), Catedrales el himno de domingos, rendirse no es sinónimo del septeto burgaleses, Los Lobos tremendos estribillos con fuerza a raudales, Suelo gris con sus las idas y vueltas, para llegar a la Flores del mal apaptadisima metáfora al genial libro de Charles Baudelaire. Llegamos a otro receso obligatorio, el de inmortalizar, en esta ruta donde empezó todo, en este caso, la primera vez que llegaron a Madrid en la desaparecida Ritmo y Compás , con no más de veinte personas, acordarse de dónde vienes, siempre te guiará en el camino, y que mejor manera de recordarlo que tocando una de las canciones que interpretaron aquel día 59 sound de los grandiosos The Gaslight Anthe.

Proseguimos el camino, recta final, comienza a sonar con la apoteosis que la acompaña 1932, el himno ¿Quién nos va salvar?, la carismática Nómadas, que concluye con la desbandada escénica para que Rascacielos la interpretaran David y Joselito el genio del acordeón bien coreados por el público, interpretando así el tema más intimista del nuevo álbum.
Con Hay un fuego descanso obligatorio y bises, retomando esta maravillosa andanza con una perla, la versión de AC/DC It's a long way to the top. Gran versión como nos tienen acostumbrados, dado que estos muchachos adaptan cualquier canción, cualquier estilo: Rock, Punk, Folk, Seguidillas (Esto no, pero ¡seguro que algún día nos sorprendéis!). Llevándolas a su sonido tan característico. Me falto (a mí y algunos más) la siempre gratificante versión que hacéis de la Historia triste de los desaparecidos Eskorbuto, porque además de gustarme, considero que la hacéis tan genuina como la original. Llegábamos al final del viaje (¿por qué me resultan estos viajes tan cortos?). Las dos últimas etapas, dos canciones bandera de esta banda, los Hijos de Johnny Cash y la emblemática Gasoline, poniendo el broche de oro a la increíble travesía que es el directo de LA MODA. Los cuales por mucho que les podamos ver, siempre nos seguirán sorprendiendo, sacándonos la piel de gallina gracias a esa increíble voz que pide Amoxicilina en cada estrofa, a un tremendo acordeón que la escolta, acompañado de la sección rítmica y lo no menos colosal sección armónica, haciendo tan especial a esta formación. Esperamos volver a vuestra senda, respirar vuestra esencia y volver a caminar junto a vosotros el que seguro será un largo viaje, del que daremos buena cuenta y es que ese será nuestro único fin, nuestra única victoria, nadie moriría por páginas en blanco.
Galería de fotos