ROSENDO | "Me moriré con estos pelos"
'Lo malo es... ni darse cuenta, nueva entrega del "jefe" del rock ibérico, que salta de nuevo a la carretera
COLPISA / MADRID
Con 51 'tacos' cumplidos, 36 de ellos en la carretera, sigue dando leña. Rosendo Mercado es el 'jefe' del tinglado rockero ibérico y, superado el medio siglo, el 'abuelo' más respetado del circo salta de nuevo a la palestra con "Lo malo es...ni darse cuenta", a la venta el 30 de mayo. Un disco que en lo musical se mantiene fiel a sus claves -"Rosendo en estado puro y rock muy guitarrero" reconoce- pero que en las letras opta por una vena más crítica. "Estamos un poquito acogotados, más atontolinados que nunca, y va siendo hora de despabilar" propone el viejo rockero que firma canciones como 'Atajo de cobayas' , 'El acogote' o 'Duele pensar'.
Encadena un pitillo tras otro y su imagen no ha cambiado en las últimas tres décadas. Eso sí, blanquea la larga melena que apenas se ha cortado tres veces desde los diecisiete años. "Me moriré con estos pelos" admite este dinosaurio del rock ibérico, con calle a su nombre en Leganés, que no sabe si su público le perdonaría un corte de pelo y que no se ha concedido unas vacaciones en los últimos 36 años.
"Mi ritmo es de 40 conciertos anuales y espero que la cosa no decaiga" dice. "Aunque a veces me da el bajón y tengo ganas de dejarlo. Llevo años esperando a poder tomarme un año sabático, pero no hay tutía. Ahora viene la gira y vuelta a empezar". Tres años de labor ha dedicado a este nuevo disco que llega al mercado tras la caja 'Salud y buenos alimentos' en la que repasaba toda su carrera en solitario.
Está Rosendo Mercado orgulloso de vivir de su música desde la adolescencia -"es como un milagro; mi primer concierto con 'Ñu' en el Monumental fue en el 72", recuerda- y cree que la clave de su incombustibilidad está "en no aburrirme jamás con lo que hago". "En la carretera me he dejado mucha energía e ilusiones. A veces pensé tirar la toalla, pero aquí estamos de nuevo. Van tres décadas de carretera y ha merecido la pena perseverar en este oficio que parece algo de críos y el que mantiene la fidelidad de la gente" se enorgullece risueño este bonancible cincuentón.
Bicho raro
Y eso que Rosendo no lo tuvo fácil ni en los tiempos de la movida ni lo tiene al era de 'Operación Triunfo' y sus 'triunfitos'. "Entonces y ahora soy un bicho raro y me sostengo gracias a mis directos. A los peleones nos lo ponen todavía más difícil y yo me he pasado la vida en los márgenes", asegura. "Ahora me llaman 'el jefe' y lo acepto como una penitencia y una responsabilidad añadida. Se me respeta por veterano, por no haber entrado en el circuito comercial y mantenerme en esa zona más conflictiva y underground sin dejar de dar el callo" asegura.
En estos años "en la música hemos ido de más a menos" dice Rosendo desde la atalaya se veteranía, con 17 discos a sus espaladas, cuatro de ellos con 'Leño'. Tras algunos experimentos no muy del gusto de sus fieles, en éste último trabajo regresa a su clásico trío de guitarras roncas y afiladas arropando una voz inconfundible "que los años y el tabaco van mejorando".
Siempre "me ha costado más escribir las letras que las melodías" reconoce, y aún más para esta entrega en la que ha trabajado tres años y en la que quiere denunciar un penoso estado de cosas. "Como dice una de las canciones, parecemos un atajo de cobayas; nos utilizan de mala manera. Nos usan los políticos, los publicistas, los medios, los patrones, los jefes que abusan de los currantes... nos la están pegando a todos los niveles, también en el mudo de la música", se duele.
Sabe también Rosendo que corren malos tiempos para la industria que le da de comer, pero él no contribuye al pirateo. "Jamás me he comprado un disco en el 'top manta' ni me he bajado una canción de internet. No se muy bien que eso de 'la mula', aunque oigo a la gente joven hablar de ello a todas horas", reconoce. Alguna pista le ha dado su hijo de 27 años, músico como él "pero que se mueve por otros derroteros". "No es que se muy fan de mi música, pero me respeta. A él le va más el reggae el funky y el jazz" se resigna.
