INVENTARIO
Qué echo de menos?
Sentarme a tu lado en clase y pensar en lo bien que olías.
Aquella manifestación de febrero en la que por fín nos presentaron.
Tu paciencia. Tu forma de no perder los nervios y de no hablar nunca mal de nadie.
El ?mamá, esta noche duermo en casa de Ana?, mientras cruzaba los dedos tras la espalda...
Aquel masaje.
Desplegar el papelito con los horarios de trenes y pensar: ?¿cuál cojo???.
Los nervios de aquella noche de junio en la que, sentados en un banco, sabíamos que íbamos a darnos nuestro primer beso...
Todos tus amigos.
Pelearnos entre risas en el videoclub por la película del viernes.
Perder contra ti al ajedrez.
Lo que se me revolvían las tripas al ver los bocadillos que te preparabas para desayunar.
Pegarte en el hombro y creer que te hacía daño.
La vuelta en coche por aquella autopista desierta aquella noche...
La dedicatoria en aquel libro que me regalaste.
La noche en la que me quedé dormida en el autobús contigo y me despertaste con un susurro: "Hemos llegado".
Hacerte reir.
Esperarte en la estación.
Las veces que lloré en tus brazos.
Los dos toques para que me conectase.
Estar los dos solos en tu casa y sentarnos en el sofá, un poco cortados al principio, hasta que por fín unos minutos después terminábamos abrazados.
La foto mía que tenías sobre la mesilla de noche y que ya has quitado.
La vuelta de los sábados por la noche, caminando los dos por las calles vacías, tan vacías que sólo se nos escuchaba a nosotros.
Los 50 dulces minutos que tardaba el tren en llegar a tu ciudad.
Los 50 tristes minutos de vuelta, durante los que me preguntaba: ?¿Cuándo volveré a verle???.
Los tiempos en que, siendo amigos, hacías lo imposible por pasar un minuto más conmigo.
Bajar los viernes en el autobús, sentados en los asientos del fondo, preguntándonos si llegarías a tiempo para pillar el tren de las 10.00?
Dormir contigo. Despertarme y encontrarte a mi lado. Tal vez los momentos más felices de mi vida?
Ver cómo pasaban los días, las semanas y los meses, y no me cansaba de ti?
Qué NO echo de menos?
Las veces que no me cogiste de la mano.
Los palabras de cariño que nunca llegaban.
La cantidad de sábados, fiestas y "juergas locas" en los que tú no apareces, y que por eso brillan un poco menos?
La forma en la que despreciabas, sin darte cuenta, todo lo que yo valoraba.
Volver sola a mi casa porque "estabas cansado".
Las veces que me pareciste de piedra.
Las tardes que pasé estudiando y en las que hubiese deseado recibir un mensaje que dijese: ?¡Deja de estudiar, que voy a ir a verte!?.
La forma en que, por mucho que me esforzase, nunca conseguía hacer nada que fuese de tu agrado.
Los ?Vente, ¡por favor!? que nunca te escuché pronunciar.
Los reproches que, en lugar de explicarme para que yo pudiese enmendar mis errores, te callaste, quitándome así la posibilidad de que yo mejorase todo aquello que a ti te molestaba.
Los reproches que yo también me callé, con la esperanza de que tú, por ti mismo, cambiases sin tener que pedírtelo.
Ese ?lo siento? que esperé durante agosto, septiembre, octubre? y que nunca llegó.
La forma en que, en el peor momento de mi vida, me encontré sola.
Las noches que pasé en la playa, en los bares, en los bancos, rodeada de gente que me hablaba mientras yo me preguntaba: ?¿Por qué no habrá venido???.
Lo mucho que estaba dispuesta a dar por ti y lo poco que estabas dispuesto a hacer tú?
Las veces que me quedé mirándote, aguantando las lágrimas, mientras pensaba: "Una palabra... Sólo una palabra, y volveremos a estar juntos", y guardaste silencio...
Supongo que, al final, lo que te queda son esos pequeños detalles...
Salud
