Resulta que dentro de unos días se cumplirán dos años desde que inicié un camino algo complicado pero hermoso. Me encontré en un momento de mi vida en que comprendí que debía cambiar ciertas cosas... cosas importantes.
Pues sí, en una especie de arrebato tiré por la alcantarilla la china de hachís, el cogollito de maría y la bolsita de hongos que tenía en mi cuarto alquilado de Madrid, telefoneé a mi familia y nos pusimos a buscar un lugar donde desengancharme de cualquier tipo de consumo, ya que ciertamente durante diez años no le hice ascos a nada.
Seis meses después empecé un programa que consistió en dos meses y pico en un Centro de Tratamiento Breve, siete meses más en una Comunidad Terapéutica y otros cuatro en un piso tutelado.
Buscaba no sólo desintoxicarme, si no recuperar horarios, hábitos y la disciplina que me había dejado en la cuneta a lo largo de la última década.
Bien, como digo dentro de poquito harán dos años desde que tomé la decisión. Y bueno, hoy a llegado a casa un paquete para mi. Se trata de un tocadiscos estilo años 50 pre-cio-so que me regalan mi hermano y mi madre para celebrarlo. El año pasado me regalaron un taco de billar desmontable con su funda y un guante profesional.
Ni que decir tiene la ilusión que me hacen estos detalles, pero juro por mis cojones que la verdadera emoción no son los regalos, si no el apoyo de mi familia, mis amigos y ver que me reconocen el esfuerzo.
Joder...





En fin, creo que no me queda más remedio que hacerme con ése disco de Clapton y B.B King, seguir practicando mis bandas y carambolas y sobre todo no abandonar jamás ésta vida responsable, adulta y seria que va a cumplir dos añitos.