Extremoduro ha tenido, a mi modo de ver, un problema de falta de sincronía entre talento compositivo e interpretativo: sus primeros discos estaban plagados de canciones inolvidables y emocionantes, pero eso sí, interpretadas de forma muy amateur y en ocasiones con un sonido espantoso (mención especial merece "Donde están mis amigos", el disco peor mezclado y producido que he escuchado en mi vida; suena como una maqueta cutre a la que se estuvieran follando por el culo).
La formación fue cambiando, y aparecieron los musicazos. Ahora las interpretaciones sí podían ser ambiciosas, y el dinerito que iba entrando les permitía gastarse la pasta en producir los discos como Diox manda.
Pero aaaaay amigos, ahí empezó la decadencia de Robe como compositor. Desde "Agila" me he tenido que tragar truño tras truño del Robe intentando parecer chungo y rabioso como antes, sentado en el sillón de su chalé de la playa. El resultado: para vomitar. Canciones inenarrables que asquean a todo el que conozca a los Extremoduro de los comienzos, que alcanzan su cénit en el horrendo "Canciones prohibidas", disco que me acompañará siempre en mis pesadillas.
Pero por fin dieron con la fórmula: temas más largos y elaborados, y dejar más cancha a Uoho como compositor antes que al anquilosado Robe (la genialidad de "La Ley Innata" viene de Uoho, no nos engañemos). ¿El resultado? Para mí, el disco más ambicioso y apabullante que ha salido en 10 años en este país. Posiblemente lo mejor que ha hecho y hará Extremoduro en su carrera.
Así que, como amante de la música elaborada y ambiciosa (que no todo va a ser tocar cuatro quintas con los acordes de siempre, coño, que ya huele), yo me alegro ENORMEMENTE de que sigan por ese camino. Ir para atrás sería una idiotez, sencillamente no saben hacer música como la de antes. Aceptémoslo, y disfrutemos de su música de ahora, que por fin, después de años de sequía, vuelve a ser cojonuda.
P.D.: Ahora van y sacan una mierda de disco y ya la tenemos liada...
