La letra más dura
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La letra más dura
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713avo amor - Nos cambiaron por pistolas
713avo amor - Nos cambiaron por pistolas
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Es la hostia esta canción.
En una sierra inhumana, nacimos mis dos hermanos y yo. De mamá sólo conocimos la cruz que había sobre su tumba, pero mejor hubiera sido conocer la de papá.
Ahora, ahora os contaré por qué...
Nuestro padre era un viejo de pelo blanco que montaba un caballo tordo y recorría las poblaciones que había en los alrededores, disparando a diestro y siniestro sus pistolas, motivo de su locura, para engordar la cifra en cruces en los cementerios.
Noche de luna gitana... Un tablao de aglomerao aguantando sin reproches los taconazos de una bailaora... Al fondo mi padre, jugando a las cartas. Se quedó sin dinero, y preguntó al Gordo:
-- ¡Ey! ¿Aceptas como apuesta las vidas de mis tres churumbelillos? Y con la condición de que yo tenga, hoy pierda o gane, una docena de pistolas de esas nuevas que tú tienes y un carro lleno de munición...
El Gordo dijo sí, con sarcasmo, y mi padre... Ay, mi padre... perdió, claro.
Esa misma noche venían a recogernos dos trabajadores de la hacienda del Gordo. Apestaban a vino... Nos sacaron a empujones de la cama, mi padre disparaba al techo y a los muebles, sin ton ni son, y cada uno de ellos sujetaba a uno de mis hermanos; mi padre me sujetaba a mí. Yo desde el primer momento sabía que aquello era el final, y en el primer descuido que tuvieron salí corriendo por la puerta de atrás. No sabía lo que me esperaba allí fuera, pero no volví la vista atrás... No, no volví la vista atrás... Pero no volvía la vista atrás.
Durante mucho tiempo anduve vagando por aquella sierra inhumana buscando a mi padre, pero no lo encontré, y poco a poco me fui enterando de lo que ocurrió con mis hermanos en boca de los habitentes de las poblaciones cercanas a la hacienda.
Mi hermana vivía custodiada por dos viejas de vestido negro, caras de hiena y sonrisa desdentada. Tenía 11 años cuando la sangre la hizo mujer con dulzura. Quería el Gordo que fuera mujer y madre al mismo tiempo. Que toda la Hacienda se vistiera de fiesta para tan señalada fecha, así que decenas de sirvientes trabajaban sin descanso, poniendo farolillos, largas cadenas de flores hechas a mano, construyendo largas mesas para el banquete donde habría comida para un par de años y bebida suficiente para emborrachar a un ejército. El Gordo estaba descosido dando órdenes, esperando el momento con impaciencia, cuando le avisaron de que dentro, todo estaba preparado. Habían llevado las sirvientas a mi hermana a una habitación donde había una cama, hermana gemela del patíbulo. La ataron brazos y piernas con cuerdas y extendieron una alfombra roja desde los pies de la cama a la puerta... Y entró el Gordo... Sudoroso, maloliente... Con las botas de barro pisaba fuerte. Desenfundando su puñal y mojándolo en veneno de hijos, el Gordo se tumbó sobre mi hermana mordiéndola. Mi hermana lloraba y gritaba. Las viejas se besaban con sus lenguas excitando aún más al Gordo, que cada vez que alzaba la cabeza veía sus cuerpos arrugados chupándose. Mi hermana gemía y gritaba... y el Gordo le clavó su puñal, le clavó su puñal, le clavó su puñal...
Mi hermano, el menor de los tres... Ojos celestes como el cielo de verano... "Ojos celestes como el cielo de verano tiene este niño", cantaba mi abuela cuando le daba el biberón de vino barato y le hacía dormir la siesta en su butaca desvencijada. El Gordo se encaprichó de esos ojos.
MAL ASUNTO.
Mi hermano limpiaba establos, descargaba carros y arrastraba burros cargados hasta la agonía. Servía de bufón a ratos para divertir y excitar al Gordo y sus secuaces. Un día, hora del almuerzo, llamó el Gordo a mi hermano a su salón. Le pegó puntapiés hasta hacerlo desmayar. Le echaron agua sus secuaces, reanimándole, y todavía tuvo mi hermano que hacer alguna pirueta, contar un par de chistes y de enseñar su pito... y dejar que el Gordo lo tocara... y lo besara... Entonces el Gordo cogió un sacacorchos que había encima de la mesa y le arrancó los ojos celestes como el cielo de verano, azul celeste como el cielo de verano a mi hermano... Y se hizo un collar que colgaba sobre su pecho... bosque de pelo negro.
Aún aquí no había terminado el trabajo de mi hermano, porque llegada la noche tenía que servir a la esposa del Gordo, mientras éste empinaba el codo en cualquier taberna de una población cercana soñando con arruinar familias como la nuestra. La señora en sí no era gran cosa: verrugas con pelos en la cara, surcos de una infección mal curada por todo el cuerpo. Su antepasado lesbiano la poseía; mi hermano era su nuevo juguete, el nuevo perrito de la niña rica de la hacienda. Así que esa noche acompañaron a mi hermano, le ayudaban a subir las escaleras hacia el dormitorio de la señora, abrieron la puerta y allí estaba ella: tumbada, desnuda, sobrexcitada, mirando en éxtasis a la lámpara. En su entrepierna había una montañita de azúcar para que mi hermano la comiera. Y agarrándole de los pelos le decía: ven niño, chúpamelo... chúpamelo, niño
Esa noche mi hermana era mujer y madre apaleada, mi hermano un espantapájaros ciego ahuyentando cuervos en los sembrados de la Hacienda, mi madre un montón de huesos comidos por gusanos...
¿Por qué nos cambiaste por pistolas, papá? ¿Eh? ¿Por qué?
Y yo me enfundaré unas botas rojas
y subiré los cuellos de mi abrigo;
pensaré con los días en la boca
y los insultos en el cielo,
caminaré cuatro lunas, o siete, o diez, o veinte, o cien...
dejando huellas por si me andas buscando
porque yo a tí sí te busco, papá
para cumplir lo jurado
una venganza
a tres disparos:
uno por mi madre,
otro por mi hermana
y otro por mi hermano,
y después de cumplir lo jurado
quizás mi dedo se vuelva loco
y te llene de plomo,
aunque tenga que arrastrarme como
el monstruo que me has hecho
y te chupe los ojos con cariño de ternero
y me azote la espalda,
pero no dejaré,
no dejaré de preguntarte
hasta que me contestes:
PAPÁ, PAPÁ, ¿POR QUÉ NOS CAMBIASTE POR PISTOLAS?
En una sierra inhumana, nacimos mis dos hermanos y yo. De mamá sólo conocimos la cruz que había sobre su tumba, pero mejor hubiera sido conocer la de papá.
Ahora, ahora os contaré por qué...
Nuestro padre era un viejo de pelo blanco que montaba un caballo tordo y recorría las poblaciones que había en los alrededores, disparando a diestro y siniestro sus pistolas, motivo de su locura, para engordar la cifra en cruces en los cementerios.
Noche de luna gitana... Un tablao de aglomerao aguantando sin reproches los taconazos de una bailaora... Al fondo mi padre, jugando a las cartas. Se quedó sin dinero, y preguntó al Gordo:
-- ¡Ey! ¿Aceptas como apuesta las vidas de mis tres churumbelillos? Y con la condición de que yo tenga, hoy pierda o gane, una docena de pistolas de esas nuevas que tú tienes y un carro lleno de munición...
El Gordo dijo sí, con sarcasmo, y mi padre... Ay, mi padre... perdió, claro.
Esa misma noche venían a recogernos dos trabajadores de la hacienda del Gordo. Apestaban a vino... Nos sacaron a empujones de la cama, mi padre disparaba al techo y a los muebles, sin ton ni son, y cada uno de ellos sujetaba a uno de mis hermanos; mi padre me sujetaba a mí. Yo desde el primer momento sabía que aquello era el final, y en el primer descuido que tuvieron salí corriendo por la puerta de atrás. No sabía lo que me esperaba allí fuera, pero no volví la vista atrás... No, no volví la vista atrás... Pero no volvía la vista atrás.
Durante mucho tiempo anduve vagando por aquella sierra inhumana buscando a mi padre, pero no lo encontré, y poco a poco me fui enterando de lo que ocurrió con mis hermanos en boca de los habitentes de las poblaciones cercanas a la hacienda.
Mi hermana vivía custodiada por dos viejas de vestido negro, caras de hiena y sonrisa desdentada. Tenía 11 años cuando la sangre la hizo mujer con dulzura. Quería el Gordo que fuera mujer y madre al mismo tiempo. Que toda la Hacienda se vistiera de fiesta para tan señalada fecha, así que decenas de sirvientes trabajaban sin descanso, poniendo farolillos, largas cadenas de flores hechas a mano, construyendo largas mesas para el banquete donde habría comida para un par de años y bebida suficiente para emborrachar a un ejército. El Gordo estaba descosido dando órdenes, esperando el momento con impaciencia, cuando le avisaron de que dentro, todo estaba preparado. Habían llevado las sirvientas a mi hermana a una habitación donde había una cama, hermana gemela del patíbulo. La ataron brazos y piernas con cuerdas y extendieron una alfombra roja desde los pies de la cama a la puerta... Y entró el Gordo... Sudoroso, maloliente... Con las botas de barro pisaba fuerte. Desenfundando su puñal y mojándolo en veneno de hijos, el Gordo se tumbó sobre mi hermana mordiéndola. Mi hermana lloraba y gritaba. Las viejas se besaban con sus lenguas excitando aún más al Gordo, que cada vez que alzaba la cabeza veía sus cuerpos arrugados chupándose. Mi hermana gemía y gritaba... y el Gordo le clavó su puñal, le clavó su puñal, le clavó su puñal...
Mi hermano, el menor de los tres... Ojos celestes como el cielo de verano... "Ojos celestes como el cielo de verano tiene este niño", cantaba mi abuela cuando le daba el biberón de vino barato y le hacía dormir la siesta en su butaca desvencijada. El Gordo se encaprichó de esos ojos.
MAL ASUNTO.
Mi hermano limpiaba establos, descargaba carros y arrastraba burros cargados hasta la agonía. Servía de bufón a ratos para divertir y excitar al Gordo y sus secuaces. Un día, hora del almuerzo, llamó el Gordo a mi hermano a su salón. Le pegó puntapiés hasta hacerlo desmayar. Le echaron agua sus secuaces, reanimándole, y todavía tuvo mi hermano que hacer alguna pirueta, contar un par de chistes y de enseñar su pito... y dejar que el Gordo lo tocara... y lo besara... Entonces el Gordo cogió un sacacorchos que había encima de la mesa y le arrancó los ojos celestes como el cielo de verano, azul celeste como el cielo de verano a mi hermano... Y se hizo un collar que colgaba sobre su pecho... bosque de pelo negro.
Aún aquí no había terminado el trabajo de mi hermano, porque llegada la noche tenía que servir a la esposa del Gordo, mientras éste empinaba el codo en cualquier taberna de una población cercana soñando con arruinar familias como la nuestra. La señora en sí no era gran cosa: verrugas con pelos en la cara, surcos de una infección mal curada por todo el cuerpo. Su antepasado lesbiano la poseía; mi hermano era su nuevo juguete, el nuevo perrito de la niña rica de la hacienda. Así que esa noche acompañaron a mi hermano, le ayudaban a subir las escaleras hacia el dormitorio de la señora, abrieron la puerta y allí estaba ella: tumbada, desnuda, sobrexcitada, mirando en éxtasis a la lámpara. En su entrepierna había una montañita de azúcar para que mi hermano la comiera. Y agarrándole de los pelos le decía: ven niño, chúpamelo... chúpamelo, niño
Esa noche mi hermana era mujer y madre apaleada, mi hermano un espantapájaros ciego ahuyentando cuervos en los sembrados de la Hacienda, mi madre un montón de huesos comidos por gusanos...
¿Por qué nos cambiaste por pistolas, papá? ¿Eh? ¿Por qué?
Y yo me enfundaré unas botas rojas
y subiré los cuellos de mi abrigo;
pensaré con los días en la boca
y los insultos en el cielo,
caminaré cuatro lunas, o siete, o diez, o veinte, o cien...
dejando huellas por si me andas buscando
porque yo a tí sí te busco, papá
para cumplir lo jurado
una venganza
a tres disparos:
uno por mi madre,
otro por mi hermana
y otro por mi hermano,
y después de cumplir lo jurado
quizás mi dedo se vuelva loco
y te llene de plomo,
aunque tenga que arrastrarme como
el monstruo que me has hecho
y te chupe los ojos con cariño de ternero
y me azote la espalda,
pero no dejaré,
no dejaré de preguntarte
hasta que me contestes:
PAPÁ, PAPÁ, ¿POR QUÉ NOS CAMBIASTE POR PISTOLAS?
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Otra con una letra bastante gore aunque el tonillo parezca de coña
Crim d´amour - Albert Plá
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ella em deia que no m'estimava
i doncs què volia què volia que fes
senyor policia què volia que fes
es feia l'estreta amb mi el seu marit
però es deixava sobar els pits
per qualsevol malparit
i ai que vaig pensar molt discretament
quina solució era la que em convenia
la violaré per darrera vegada
i quan se'm passin les ganes
ansiaré assassinar-la
d'una forma impulsiva bèstia i desesperada
serà ràpid però amb calma
perquè jo l'estimava
comprengui comissari
que és que ella m'excitava
que és que jo l'estimava
és un crim d'amor
que és tan sols un crim d'amor
sense mala intenció
li arrancaré els seus mugrons de princesa
i amb la seva llengua n'hi faré una infusió
li rebentaré el cap
li desgarraré el cony
i em faré una palla sobre el seu cadàver
perquè ella m'excitava
comprenguin policies
que és que jo l'estimava
és un crim d'amor
que és tan sols un crim d'amor
sense mala intenció
no em pegui senyor comissari
que em rebentarà el llavi
i no podré confessar
però de què se m'acusa
però per què cony se'm jutja
per ser una ànima dèbil
o per ser un criminal
si és que jo amb aquest crim
he escrit la meva innocència
la decència de l'home
sensible en decadència
la locura l'amnèsia
d'una bèstia ferida
mai que cruel és la llei
que dura és la justícia
si jo sols volia espantar-la una mica
espantar-la ja estava
perquè ella m'excitava
perquè jo l'estimava
comprengui comissari
comprenguin policies
que és que ella m'excitava
que és que jo l'estimava.
Crim d´amour - Albert Plá
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ella em deia que no m'estimava
i doncs què volia què volia que fes
senyor policia què volia que fes
es feia l'estreta amb mi el seu marit
però es deixava sobar els pits
per qualsevol malparit
i ai que vaig pensar molt discretament
quina solució era la que em convenia
la violaré per darrera vegada
i quan se'm passin les ganes
ansiaré assassinar-la
d'una forma impulsiva bèstia i desesperada
serà ràpid però amb calma
perquè jo l'estimava
comprengui comissari
que és que ella m'excitava
que és que jo l'estimava
és un crim d'amor
que és tan sols un crim d'amor
sense mala intenció
li arrancaré els seus mugrons de princesa
i amb la seva llengua n'hi faré una infusió
li rebentaré el cap
li desgarraré el cony
i em faré una palla sobre el seu cadàver
perquè ella m'excitava
comprenguin policies
que és que jo l'estimava
és un crim d'amor
que és tan sols un crim d'amor
sense mala intenció
no em pegui senyor comissari
que em rebentarà el llavi
i no podré confessar
però de què se m'acusa
però per què cony se'm jutja
per ser una ànima dèbil
o per ser un criminal
si és que jo amb aquest crim
he escrit la meva innocència
la decència de l'home
sensible en decadència
la locura l'amnèsia
d'una bèstia ferida
mai que cruel és la llei
que dura és la justícia
si jo sols volia espantar-la una mica
espantar-la ja estava
perquè ella m'excitava
perquè jo l'estimava
comprengui comissari
comprenguin policies
que és que ella m'excitava
que és que jo l'estimava.
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Hip hop que me encanta, Mustafa Yoda:
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Ahi va la letra:
Tiene nueve y el barro en los pies cuando llueve
donde duerme el cardo vive ojitos que conmueve
aprendió a discriminar con el restar y el dividir
sumar , multiplicar y como no también mentir
delatar ni loco viejo medico cuando grande
delantal roto del colegio bélico del hambre
busca la fama un nombre dentro del enjambre
el chico diez de su clase con las manos manchadas en sangre
el recreo nace y reclama liderazgo
el deseo por una dama y el deporte piden rasgo
repudia marginalidad recita su destello
no estudia y la sociedad necesita los plebeyos
corre a la par del que nunca presta bicicleta
ni por azar la coqueta besa al que anda en chancleta
zapatillas de marca traen pobreza discreta
lo decreta el mundo enfermo que ama a la etiqueta
llorar por caridad pan duro y mate cosido
soñar con claridad un laburo desconocido
son las 5 sin cobre corre y llega tarde
cinto al pobre Psicólogo del mal pasar del padre
coro:
Bebes nacen borrachos y el vino es mas barato que la leche
quieren que no piense, sospeche
aparatos de la mente arrebatan tu futuro en tu presente
el niño llora el niño siente
Bebes nacen borrachos y el vino es mas barato que la leche
quieren que no piense, sospeche
aparatos de la mente arrebatan tu futuro en tu presente
el niño llora el niño miente
Noche sin frazada bajo la almohada un diente
fuerte es la suerte pobreza su mejor cliente
Babylon procesa, la gente desespera , miente
promesa de la ultima moneda de la fuente
presente amor evita que uno se rinda
esconde el dolor de casa fea a novia linda
tarea de guardar lagrimar para tener más saliva
dice la verdad y sabe que no va a cumplirla
es una nube que bebe en un sito para llorar en otro
ni loco se sacude si se llega a caer del potro
esconde el rostro, tropieza con la misma piedra
le llaman mostro apodado por penas y hienas
los problemas del barrio no tienen horario
noticia de lo diario filtrando el escenario
políticos mercenarios censuran a los pibes
las ideas mas gloriosas salen de las plumas mas humildes
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Ahi va la letra:
Tiene nueve y el barro en los pies cuando llueve
donde duerme el cardo vive ojitos que conmueve
aprendió a discriminar con el restar y el dividir
sumar , multiplicar y como no también mentir
delatar ni loco viejo medico cuando grande
delantal roto del colegio bélico del hambre
busca la fama un nombre dentro del enjambre
el chico diez de su clase con las manos manchadas en sangre
el recreo nace y reclama liderazgo
el deseo por una dama y el deporte piden rasgo
repudia marginalidad recita su destello
no estudia y la sociedad necesita los plebeyos
corre a la par del que nunca presta bicicleta
ni por azar la coqueta besa al que anda en chancleta
zapatillas de marca traen pobreza discreta
lo decreta el mundo enfermo que ama a la etiqueta
llorar por caridad pan duro y mate cosido
soñar con claridad un laburo desconocido
son las 5 sin cobre corre y llega tarde
cinto al pobre Psicólogo del mal pasar del padre
coro:
Bebes nacen borrachos y el vino es mas barato que la leche
quieren que no piense, sospeche
aparatos de la mente arrebatan tu futuro en tu presente
el niño llora el niño siente
Bebes nacen borrachos y el vino es mas barato que la leche
quieren que no piense, sospeche
aparatos de la mente arrebatan tu futuro en tu presente
el niño llora el niño miente
Noche sin frazada bajo la almohada un diente
fuerte es la suerte pobreza su mejor cliente
Babylon procesa, la gente desespera , miente
promesa de la ultima moneda de la fuente
presente amor evita que uno se rinda
esconde el dolor de casa fea a novia linda
tarea de guardar lagrimar para tener más saliva
dice la verdad y sabe que no va a cumplirla
es una nube que bebe en un sito para llorar en otro
ni loco se sacude si se llega a caer del potro
esconde el rostro, tropieza con la misma piedra
le llaman mostro apodado por penas y hienas
los problemas del barrio no tienen horario
noticia de lo diario filtrando el escenario
políticos mercenarios censuran a los pibes
las ideas mas gloriosas salen de las plumas mas humildes
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