
El apartado "Sentimientos encontrados" consta de tres dedicatorias-agradecimiento con sabor extrechinato y tú:
SENTIMIENTOS ENCONTRADOS
Por fin todo el que quiera puede leer estos versos de CHINATO y eso hay que celebrarlo
¡¡Yo qué sé si son geniales o no!! No estoy capacitado para hacer crítica literaria. Lo unico que os puedo decir es que leer estos versos es como conocer a MANOLO:...es la montaña, también el viento, a veces toro, a menudo salvaje, siempre de campo... y es que MANOLO es así. Tiene los ojitos tristes y la sonrisa enorme.
Fito Cabrales
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No soy crítico literário; ni siquiera soy crítico, pero tengo que contaros algo sobre este libro que tantas veces he escuchado del vozarrón de MANOLILLO y tantas veces he leído cuando solo eran un racimo de folios y cartones. No analizaré su poesía, no creo que nadie espere eso de mi, pero sí puedo hablaros de emociones. Los poemas de CHINATO están escritos con el corazón, con los escrotos, con el hígado. Líneas viscerales y llenas de alma, (conceptos no sólo compatibles, sino incluso indisolubles en este libro) de lágrimas, de sonrisas. En estas páginas quizá no encontremos giros malabares al idioma pero, cuidado, esa aparente sencillez es sólo la ropa que viste mucha sabiduría, mucha filosofía y mucho amor. Para la mayoría de nosotros demasiado amor mientras no crezcamos lo suficiente para que nos quepa.
No voy a marear la perdiz ni a describir más estas canciones; cada cual será quien mejor lo pueda hacer tras ojear esta preciosidad. Y no me he equivocado de verbo. No creo que este sea un libro para leer de un tirón o de dos. Pienso que es un libro para ojear en ciertos momentos, para detenerse un rato despues de un poema, para pensar y hasta para consultar. Quien quiere a MANOLO quiere a sus poemas, porque son parte de él o, mejor dicho, son él. Cuando me llama siempre me encuentro mejor que un momento antes, y es que nunca he creído en dios, pero creo en la naturaleza, y creo en MANOLO. Aunque no le guste.
Iñaki Antón
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"Manolillo coge varas de fresno del monte y talla las raíces, les da vida.
Igual que las palabras, las saca del monte; junta unas con otras como si fuera una manada de palabras salvajes y luego las domas para que se acostumbren a estar juntas.
Un día le robé una vara en la que había tallado la cabeza de un ciervo.Igual que las palabras. Le he robado montones de palabras desde que le conozco.Muchas veces me ha dicho que le devuelva el ciervo, pero el ciervo se ha acostumbrado a estar conmigo y no se lo pienso devolver.
Hoy me ha llamado. De vez en cuando me llama, me recita algo o me cuenta un chiste y hablamos un rato. Me gusta que me llame. Hoy me ha llamado y no sé que quiere de mí. No sé si quiere que explique sus palabras con mis palabras, y eso yo no puedo hacerlo. Puede ser que quiera que cuente por qué me gustan sus poemas, y eso tampoco puedo hacerlo.Podría contar cómo nos conocimos en un concierto o cómo, en una noche, quisimos mover la iglesia de su pueblo a quitarrazos, o el día que despúesde oírle recitar, rompí el carné de identidad y el de conducir-o los tiré a una lumbre- pasa ser más libre y no tener ni nombre. O algo así, no me acuerdo muy bien.
Aunque quizás todo eso es mejor dejarlo estar.
Creo que lo único que puedo hacer es devolverle unas palabras que me escribió en un trozo de cartón. Llevábamos bastante tiempo sin vernos y tampoco recuerdo aquello de aquella noche; el día siguiente, tenía en el bolsillo el poema que me había escrito nada más verme. Siempre que he estado con él he sabido y he sentido más de lo que sabía y sentía antes de verle; siempre me he encontrado, días siguientes, palabras en los bolsillos de mi cabeza.
Gracias por volver como eres
Gracias por la inmensa sonrisa de tus cansados ojos
Gracias por poner a los míos con un poco más de luz."
Roberto Iniesta
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Salud