Javier M. Alcaraz, autor del libro 'Poesía Básica. Extrechinato y Tú ensancha el alma'

Por Javi Agradecido

Extrechinato y Tú fue un proyecto en el que participaron Roberto Iniesta (Extremoduro), Fito Cabrales e Iñaki Uoho (Platero y Tú) y el poeta Manolo Chinato y que dio como fruto el disco Poesía Básica. Se grabó en 1996, el mismo año en salió Agìla, cuando Extremoduro y Platero y Tú eran casi uno, pero por diversos motivos el álbum no vio la luz hasta 2001.

Ahora, en este 2023, más de 20 años después del lanzamiento y más de 25 después de la grabación del disco, el periodista cultural Javier M. Alcaraz, conocido como El Chayi en Internet (@elchayi , Rock Sesion), publica un libro sobre aquel CD y sobre aquella época dorada de nuestro rock.

¿De dónde nace la idea de escribir este libro sobre el disco Poesía Básica de Extrechinato y Tú? ¿Por qué este y no otro artista u otro disco?

Como diría aquel, me sobraban los motivos. Por un lado, por su carácter único y especial. Es un álbum irrepetible tanto por la unión de Extremoduro y Platero y Tú, como por la propia singularidad del proyecto de musicar poemas de un personaje casi anónimo como Manolillo Chinato, que escribía sin más pretensión que para calmar su propio sentimiento, hasta que Robe le descubre recitando “Ama, Ama, Ama y Ensancha El Alma” muchos años antes. Fue la concreción del hermanamiento existente en aquellos años y que el tiempo ha ido diluyendo.

Además, con las aguas tan revueltas para mí era un reto, casi que necesario para todos, reunir de nuevo a todos los protagonistas, aunque sea en las páginas de un libro. Que Manolo, Robe, Iñaki y Fito hayan participado sin reservas, que Kutxi (que firma un prólogo maravilloso) y Alén de Marea estén, que Rulo, Poncho K y hasta Rosendo haya querido hacer un guiño, contar con Ara Malikian, con Óscar Beorlegui, con todos los directivos de Warner-Dro de entonces… Es un acto de celebración que reconcilia y que festeja un tiempo irrepetible. Toda esa comunión la permitía un disco así, tan especial y único. Sobre todo porque Manolillo lo es: especial y único.

¿Cuánto tiempo te ha llevado? ¿Has visitado a Manolo Chinato o a algún otro de los partícipes de esta singular obra?

Las directrices iniciales estaban claras. Sin Robe y sin Chinato ‘no había libro’. Así que antes de empezar nada me quise garantizar la participación de Robe. En cuanto él dijo que sí (con la condición de que Manolo también quisiera) me puse en contacto con Chinato (a quien ya había entrevistado con público en The Juergas Rock Festival) y pasé varios días en Puerto de Béjar la pasada Semana Santa. A partir de ahí, todo fue completar piezas y protagonistas. A Robe le he entrevistado personal o telefónicamente en cinco ocasiones en los últimos años, a Iñaki otras cuatro. A Kutxi otras tres o cuatro… De alguna manera, si todo ha sido ‘tan fácil’ es porque en cierto modo formo parte ya de ‘los habituales’ de la cuadrilla porque han visto siempre respeto, compromiso, rigor y trabajo por mi parte. Con quien no tenía relación era con Fito y en cuanto le hicieron llegar la idea me llamó él mismo por sorpresa para colaborar a la causa. Todos han sido muy generosos porque es que la sensación de amor y felicidad que transmite este disco sigue como el primer día.

Robe dijo que sí con la condición de que Manolo también quisiera participar en el libro

Define a Manolo Chinato en pocas palabras.

Manolo es puro corazón en el más amplio sentido del término. Siente todas las emociones con entrega y pasión, con una nobleza que te hace reconectar con lo más esencial de la vida. Recio, noble, con compromiso con la amistad y el amor y con valor frente a las injusticias o maldades. Y muy divertido.

¿Crees que los 90 han sido la mejor década para el rock español? Me refiero obviamente al rock de la cuerda de Leño, Rosendo, etc.

Bueno, hay que tener en cuenta que en los ochenta los pabellones se llenaban con Barón Rojo y Obús, porque lo cierto es que la fama de Leño vino mucho después o cuando ya se estaban yendo, en la gira con Miguel Ríos. Está claro que el rock de trinchera, el rock autóctono (no el que bebe de fuentes anglosajonas), tiene en la segunda mitad de los noventa y un poco de la siguiente década su momento álgido. Marea y La Fuga firman con Warner porque el rock interesaba gracias al pelotazo de Extremoduro y Platero y Tú. Rosendo se relanza en esos años después de su particular travesía en el desierto y Barricada también despachaba buenas ventas, aunque luego esas cifras le supusieron una especie de losa… Está claro que los ‘medios generalistas’ y la inversión de los sellos discográficos fue más intensa en esos años. Después… todo cambió por muchísimos motivos.

La inversión de los sellos discográficos fue más intensa en esos años. Después… todo cambió por muchísimos motivos.

¿Se está perdiendo interés en esta música? ¿Vamos hacia abajo? ¿Hacia arriba? ¿Estancados? Me refiero tanto al número de seguidores como al futuro legado artístico que se está (o no) cocinando en la actualidad.

Los problemas son muchos. Por un lado, a quienes les gustan todos esos nombres que hemos citado rara vez tienen la inquietud de refrescar sus reproductores o descubrir nuevos nombres. Son apasionados y fieles a lo que les gustaba pero menos permeables a indagar. Eso complica todo tanto para tener convocatoria en una gira de salas (ya de por sí heridas de gravedad por el conformismo que da asistir a dos festivales al año), como para que unos medios generalistas difundan tu música, etcétera, etcétera. Sinceramente, no creo que sea una cuestión de falta de talento o inspiración porque buenas bandas sigue habiendo y las habrá. El problema es que ahora todo está menos definido. Todo se consume rápido, para pasar al siguiente estímulo, no hay una sensación de perdurabilidad cuando se consumen 15 capítulos de una serie en una semana para pasar a la siguiente y no quedarse atrás, cuando se pasa de reel a reel como un autómata y cuando se le hace más caso al ruido que al mensaje. Peco de romántico conceptual, pero me afano en querer creer que en algún momento las cosas se equilibrarán un poco. Al menos quedamos gente que, aunque nos adaptamos a lo que venga, seguimos ejerciendo la resistencia cultural a nuestra manera.

¿Te gustaría que Platero y Tú grabasen un par de temas nuevos y saliesen de gira o crees que estas cosas es mejor dejarlas como están? ¿Ves viable esa opción?

Es imposible resistirse a esa tentación y soñar es gratis y libre, como para coartar nuestras propias ensoñaciones. Claro que me gustaría, como gustarme…

Siendo consciente de que Fito tiene una excelente carrera en solitario, claro que me gustaría que en algún momento se hicieran una gira de ocho o diez fechas. (Como hizo Héroes en su momento). Y que coincida con una explosiva reunión de Extremoduro. Y que además abra las veladas Marea y con La Fuga con Rulo… Ocho horas de rock. Y con una banda local abriendo en cada ciudad. ¿Cómo no? Pero también te digo, queremos autenticidad y par que eso sea un acto de celebración tiene que surgir desde las personas y no de un afán meramente mercantil. Como aficionado y apasionado del rock, ¿preferimos las bandas que siguen en pie por mero interés y que sea todo de cara a la galería o queremos integridad y si la cosa no funciona, mejor dejarlo estar? Lo que no podemos es defender unos discursos para unas cosas y otros distintos o contrarios para lo que nos interesa.

Para mí es un placer haber recogido en este libro el sentimiento de toda una época

Nada más, darte la enhorabuena por tu trabajo (en general, no sólo por el currazo de este libro), y te dejo el micro abierto por si quieres comentar algo más.

Nada, compañeros. Para mí es un placer haber recogido en este libro el sentimiento de toda una época. Y también lo es aparecer en Maneras De Vivir, que tiene una importante dosis de culpabilidad en que me enganchara a esto de los rocanroles y en querer conocer a más y más bandas desde hace más de veinte años. Un abrazo inmenso.