Entrevista a Kike Babas. El irresistible encanto de la flor de vertedero

Julio de 2020. Por Kike Turrón.

Con su camisa de basurero, su chistera adornada con boas de plumas, su chaqueta de traje a rayas y sus pantalones morados, Kike Babas se ha venido convirtiendo en todo un personaje de nuestra escena estatal. Ojo, que ni sus curiosas pintas, ni su actitud de rock’n’roll animal sobre un escenario serían nada de no sustentarse en un repertorio noble y regio que bebe y vive la calle, que supura por igual grado toxicidad y ternura. Tras encabezar proyectos tan personales como King Putreak, The Vientre, Huevos Canos o Kike Suárez & La Desbandada, se nos presenta ahora en sociedad como Kike Babas y La Desbandá con un disco en directo bajo el brazo, ¡Akelarre!, donde reúne mejores canciones y amigos para hacer las delicias de los amantes del rock de miras abiertas y corazón en la mano.

Kike Babas. Foto de Mamen Fuertes

Por fin tu disco en directo. Llevabas tiempo acariciando la idea.

Cierto, hace tiempo que me venía rondando. Siendo un grupo razonablemente minoritario no era empresa fácil. Pero todos los astros se alinearon: sala, equipo, público, invitados… Y, sobre todo, la banda y el repertorio. Quería, podía y tenía que hacerlo. Un directo así es como llevar años subiendo una escalera y de pronto te paras en un rellano, para poder echar la vista atrás y darte cuenta de todos los peldaños subidos. Tras esto tocará seguir subiendo.

Como invitado –salí a cantar en dos o tres temas-, puedo dar fe de que la noche resultó suculenta.

Saliste en tres temas, hicimos los dos en acústico “El present es lluita”, el primer tema de King Putreak, y después en eléctrico “Cuentos de ratas” junto al resto de miembros de Huevos Canos y “Trampas, caídas y fantasmas”, uno de los temas más irrefutables y definitorios de Kingpu. Fuiste un lujo querido. En general, todos los invitados fueron un lujo. Me puse de condición que no quería gente con la que no hubiese estado antes encima de un escenario, por ponérnoslo fácil todas. Y así, con Rubén Pozo hice en acústico “Iure” y “Pirata” (de su época de Pereza), ambas ya las habíamos tocado en Radio Nacional en una ocasión. Con Capitán Cobarde hice la canción del mismo nombre (añadiendo un poema que suelo hacer antes de su tema bandera) y “La Chari”, algo que ya habíamos hecho en, al menos, Madrid, Sevilla y Granada con anterioridad. Con Lichis me canté tres en acústico (en el video solo se ha quedado “Los ejes de mi carreta” de Atahualpa) de cuando hicimos una mini gira conjunta hace años y “Todo lo hago fatal”, que ya cantase en el original en estudio con The Vientre hace dos décadas. Con Kutxi nos aventuramos los dos solos en “No me beses en la boca”, un tema su disco en solitario que teóricamente tenía que haber cantado yo y no pudo ser, y “Virgen de la Caradura” que ya cantase en la versión original de estudio y que hemos hecho decenas de veces en directo. El resto de invitados fueron miembros de mis bandas anteriores: Fredi a la percusión, Bruno a la guitarra,Trespi y Mono a los trombones y tú.

¿Se quedó alguien fuera?

Estaban invitados también Manolo Kabezabolo y Francis de Doctor Deseo, con los que ya he tocado antes y que se apuntaron rápido. Pero después les surgieron conciertos en esas fechas y no pudo ser.

Invitados a parte, lo mejor tu banda ¡Mucha Desbandá!

Llevamos ya unos años juntos y se nota. Son lo mejor que me ha podido pasar. Esther Cabello es el mejor contrapunto a mi voz, bueno, es la que sabe cantar (risas) y la clava en las versiones de Leño y Patti Smith. Goyo Web es un capo del blues eléctrico, que es simple y llanamente el estilo padre de todo mi sonido (y de todo el rock). Fer Alandes es un batería tan completo que está muy por encima de mi concepto musical, lo cual no hace más que mejorar cualquier cosa o estilo en el que nos involucremos. Javito Lozano es bajista especialista en hard-rock al que he arrastrado a la rumba o el pseudo-chotis (risas) lleva conmigo desde la época de The Vientre, humanamente es pieza angular de la banda. Para la grabación se pudo venir nuestro componente free, nuestro líbero, la acordeonista y pianista Begoña Larrañaga, una crack absoluta de ambos instrumentos, de gusto exquisito y a la que debo una parte sustancial de mi sonido. Francamente, mi dream team particular, lo pasamos bomba.

Kike Babas por Laus Ramiro

Y con todo el trabajo en la calle, llega la pandemia y zas, a la mierda las presentaciones.

Sí, una jodienda. Se cerró el chiringuito y no se sabe cómo se va a levantar el telón de nuevo. En ese sentido una tristeza, pero es que el sector entero se ha quedado con una mano delante y otra detrás. Como bien sabes, aparte de cantar y escribir, lo que sustancialmente hago para alimentarme a mí y a mis hijos es producción musical, pre-producción desde la oficina y ahí la gente de mi gremio nos hemos quedado en el aire y sin red. Parece que el gobierno va a favorecer líneas de financiación a la cultura con un chorro de millones y que incluso los artistas podrán acceder a la prestación de desempleo, los exhibidores de cine dispondrán de fondos de ayuda, así como el sector del libro y las bellas artes y se mejorarán los incentivos al mecenazgo. Sin embargo, nada dice el ministerio de los que literalmente mueven todo ese negocio: la gente de carga y descarga, las crews, los riggers, los técnicos, los conductores, los maquinistas, los sastres, los regidores... De esos que tenemos la nevera temblando y, lo peor, el futuro negro.

Aunque viendo que no has parado durante el encierro, que has sacado un libro “Aplausos y caceroladas. Diario de un confinamiento ibérico” y un par de singles de versiones “Están todo muertos vol. 1 y vol. 2”, cualquiera diría que el encierro te ha sentado bien.

Esta vez ya no había la disculpa de la falta de tiempo. Encerrados en nuestras casas era difícil negarle a la musa todo el tiempo que precisara. Fui escribiendo un diario, realista testimonio de un ciudadano de a pie en una sociedad recluida en estado de alarma que se debatía entre la solidaridad y el miedo, la responsabilidad y la incomprensión, el aplauso y la cacerolada. Un diario de coronavirus donde iba tratando de asimilar los muertos de cada jornada, el sistema sanitario sobrepasado, la crisis económica en ciernes y la paulatina desunión de mis conciudadanos auspiciada por el panorama político. Un día a día que me iba llegando a través de las redes sociales de mis grupos de amigos: incertidumbres, soluciones, bulos, reflexiones, chistes y politiqueos. En las largas semanas del confinamiento, comencé a grabar con músicos de mi entorno cercano, a distancia, por pura diversión y como manera de matar la desidia, versiones de autores que ya habían fallecido. Primeramente, nació la adaptación de “The Future” de Leonard Cohen, que parte de la versión que ya interpretase en directo Luís Eduardo Aute, de manera que sirviese también como homenaje al cantautor recientemente desaparecido. Un tema apocalíptico, desesperado y oscuro, que arranca poderoso y categórico con aquello de «Dame crack y sexo anal, alguien para torturar». Y es que Cohen vio el futuro: es un crimen. A esta le siguió la revisión de ese estándar de las despedidas amorosas que es “That´s no way to say goodbye”, en cuidada adaptación al castellano y mecida por ukeleles, trombón y tuba. Concluido el primer single, nos embarcamos de seguido en la elaboración de un segundo, versiones emocionales, sentidas y desnudas del malogrado Enrique Urquijo, del que rescatamos dos de sus temas más irrefutables “A tu lado” y “Aunque tú no lo sepas”.

Kike Babas

No sé si es momento de hacerlo público, pero andas trajinando algo con Kutxi Romero.

¡Pues para ti la exclusiva! (risas). Sí, es verdad. Un libro conjunto. “La sangre al río”. Kutxi y yo llevamos dos décadas intercambiándonos correspondencia, no solo cartas personales, también prólogos que nos hemos pedido para nuestros diferentes proyectos, todas las entrevistas que tú y yo le hemos hecho a Marea, etc. De pronto juntas todos y tienes una suerte de extraña biografía tanto suya, como mía, como de Marea… Tal vez una fricada, eso del libro epistolar, pero de verdad que tiene miga y sustancia. Antes de que acabe el año tendría que estar en la calle.

Kike Babas por Lau