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La Beriso. “Eso del sexo drogas y rock and roll ya fue”

Junio de 2017. Una entrevista de África Egido

Tras llenar el mítico estadio River Plate hace unos meses, La Beriso llega a la Península para presentar su sexto álbum de estudio (noveno de su carrera), Pecado Capital. Con este trabajo, en el que colaboran músicos de la talla de Andrés Calamaro, Ross Garfield (Nirvana, Metallica, Paul McCartney), Stuart Hamm (Steve Vai, Joe Satriani) o Tim Pierce (Bruce Springsteen, Michael Jackson), los argentinos presentan un rock que poco tiene que ver con la etiqueta de rock callejero que algunos medios les pusieron en el pasado. Su rock elegante, cargado de cotidianeidad y denuncia social, ya les ha granjeado varios discos de oro y cientos de miles seguidores.

La Beriso
En Argentina pasa lo mismo. Cuando eres masivo ya no eres rock para algunos

Charlamos con Ezequiel Boli (bajo), Conde Kung (teclado) y Jorge Gavilán (mánager).

En una época en la que dicen que no se venden discos y que el público no tiene paciencia para escuchar un disco entero de 10 temas, vosotros publicáis un álbum con 19 canciones. ¿Lo pensasteis bien?

Conde: No podíamos dejar ningún tema fuera...

¿No ha habido ningún descarte en el disco?

Ezequiel: Nunca queda nada fuera. Hay una manera de producir discos que muchas bandas usan, que no es la nuestra, que es tener treinta canciones y después seleccionar las mejores para el disco. Nosotros la producción nos sale mientras estamos en la sala de ensayo. Si empezamos a hacer un tema y vemos que no va, lo dejamos.

¿Cómo es entonces vuestro proceso de composición?

Ezequiel: Rolo trae la canción con su guitarra y a la vez con algo que quiere pero que a la vez no sabe explicar cómo lo quiere. Entonces trata de decirnos qué es lo que quiere para las canciones y nosotros, como músicos, escuchamos la letra y tratamos de aportar. Nos ponemos al servicio de la canción.

¿Y en el estudio? ¿Trabajasteis cosas nuevas allí?

Conde: Sí, trabajamos también mucho en el estudio. Hay temas que casi salieron en el estudio.

Ezequiel: También fue muy diferente a como habíamos creado los demás discos, porque cuando grabas en tu país, vas al estudio durante todo el día y vuelves a casa, haces un corte. Pero esta vez nos fuimos a grabar a México y estuvimos todos en una casa, al estilo de Gran Hermano. Era estar las 24 horas pensando en el disco. Volvíamos, agarrábamos una guitarra, veíamos qué tema íbamos a grabar mañana, escuchábamos el que habíamos grabado hoy a ver si había que cambiar algo, si había algo que mejorar... Eso le dio una dinámica al disco que hizo que todas las canciones tuviesen la misma importancia, que se le diese la misma dedicación a cada una. Cada tema fue estudiado, fue trabajado y tratamos de que lleguen adonde mejor podía llegar.

¿Habíais grabado antes de esa manera, fuera del país?

Conde: Fue la primera vez que lo hicimos y nos encantó.

¿Por qué decidisteis grabar con Armando Ávila en México?

Conde: Cuando conocimos a Armando Ávila, que es supuestamente productor de pop, nos demostró que él quiere grabar una banda de rock, y nos lo demostró viniendo Argentina a ver un show nuestro. Y luego nos enamoró la manera en la que trabajó Armando este disco.

Ezequiel: Vino a la sala de ensayo, empezó a hablar con nosotros y nos dimos cuenta de que él tenía tantas ganas de hacer un disco de rock como nosotros de hacer el mejor que pudiésemos hacer.

¿En algún momento os preocupó que vuestro disco acabase virando un poco más al pop?

Ezequiel: Sí, lo pensamos, hasta que escuchamos el primer acorde de la primera canción que habíamos grabado con él y... ¡nos despeinó a todos! (Risas). Fue escucharlo y decir "¡guau!".

Conde: Y eso que él nos decía: “pero que está aún está sin mezclar, ¿eh?” (Risas).

Ezequiel: Al principio, cuando no le conocíamos, sí llegamos a pensar: “No sé si va a poder interpretarnos…”. Cuando llegamos nos dimos cuenta de que era un fanático total de AC/DC…

Conde: ...de las bandas que nos gustan a nosotros.

Ezequiel: Tampoco es que hacer pop sea algo malo, pero no es lo que queremos ni lo que buscamos como banda. Terminó saliendo un disco súper rockero y con un sonido más rockero que otros que hemos grabado.

Este disco está cargado de colaboraciones de primera línea: desde Andrés Calamaro hasta Chris Lord, Tim Pierce, Stuart Hamm o Ross Garfield, músicos que han tocado con casi mitos de la música como Nirvana, Metallica, Clapton, Springsteen o Michael Jackson…

Conde: Calamaro es un héroe de la canción para nosotros. Más para Rolo. Es uno de sus héroes musicales. En este disco se dio que colaborase. Él eligió ese tema.

Jorge: Nosotros elegimos todos los invitados. Tim Pierce era conocido de Armando. A Ross Garfield le buscamos precisamente por ser el número uno. No sabíamos si nos iba a dar bolilla...

¿Cómo os sentisteis junto a artistas con esa trayectoria?

Ezequiel: l Yo, como bajista, llego y está Stuart Hamm... Grabó un tema del disco y dije: “¡Yo qué voy a hacer ahora!” (Risas).

Jorge: Son muy respetuosos, no estamos acostumbrados en Argentina a que nos respeten como artistas. Exequiel: Es increíble cómo nos trataron.

Uno de vuestros hitos fue tocar el pasado diciembre en el estadio River Plate. ¿Cómo fue la experiencia?

Conde: Apenas hay ocho o nueve bandas argentinas que han tocado allí en la historia del rock... Imagina.

¿Os preocupa haber tocado techo?

Ezequiel: En realidad siempre nacen objetivos. Siempre que uno tenga ganas de hacer.

¿Y después de eso... qué?

Conde: España, Europa...

¿Qué expectativas tenéis en España?

Conde: Yo vine una vez acá a tocar con otra banda y nos trataron como si nos conocieran de toda la vida. Tienen muchas ganas de escuchar rock argentino y tienen mucho respeto por el rock argentino, creo yo.

¿Cómo está el rock argentino en este momento? ¿Surgen bandas con la repercusión mundial, casi histórica, de Spinetta, Charly García...?

Ezequiel: Hubo una generación de bandas que les fue muy bien en Argentina pero no…

Jorge: Su estilo no era exportable. Era muy barrial. Muy nacional. La manera de escribir las letras, la forma... La propuesta no era exportable.

¿Cómo veis el rock de aquí desde el otro lado del charco?

Conde: El rock español ha crecido mucho desde la época de Barón Rojo. Creció muchísimo. Bandas como Pereza, Leiva...

A ellos no todos les consideran rock. Bandas de rock de ese tipo parecen tener que lidiar constantemente con que se les cuestione. ¿A vosotros os ha pasado?

Conde: En Argentina también pasa lo mismo. Cuando eres masivo ya no eres rock para algunos.

Tituláis este nuevo disco "Pecado Capital", pero dada la cantidad de lacras sociales de las que habláis, parece que habláis de una colección de pecados capitales y no de uno solo.

Ezequiel: Nunca le dimos mucha importancia a los nombres de los discos. Y generalmente los títulos de los discos son más difíciles de poner que los de las canciones. Uno no sabe cómo agrupar en una frase o en pocas palabras todo lo que hay adentro de un disco. Normalmente hacemos lo mismo que cuando nace un nene: decir “tiene cara de”. Lo vemos y, de repente, hay una palabra o frase que lo sabemos: “sí, es esta”.

Jorge: Sale de una canción. La canción deja de llamarse así y se queda el nombre en el disco. La canción Realidad se llamaba “Pecado capital”.

Aunque musicalmente el disco no suena sombrío ni demasiado triste, las letras tienen un tinte constante de pérdida. Hay continuas referencias a la tristeza, al dolor, al hambre, la pobreza, el infierno... ¿No hay esperanza?

Ezequiel: La hay. En las canciones está la realidad que uno vive y la sociedad donde uno vive. Tratamos de hacer las canciones de una manera que se ve que sí, que perdiste y te hace sentir un dolor impresionante, pero al final hay una salida. Al final hay un mensaje positivo a lo largo del tema, y es lo que quiere representar la banda. También para exorcizar demonios, para hacer un poco de catarsis.

Conde: Hay gente que nos dice que las canciones les salvaron la vida. Al final, la canción te está transmitiendo: no estoy solo, no estoy solo en el dolor.

La Beriso
Eso del sexo drogas y rock and roll ya fue

Habláis también de las giras, de los perdedores, de la búsqueda de la canción... ¿El rock and roll sigue teniendo que seguir el lema del "sexo, drogas y rock and roll"?

Conde: No, eso del sexo drogas y rock and roll ya fue.

Ezequiel: En el disco se habla de las giras. Yo antes decía: “todas las bandas tienen un tema sobre lo difícil que es la gira y las ganas que tienen de llegar a su casa, ¿qué les está pasando?”. Pero ahora, va pasando el tiempo, y cuando las giras se van haciendo más extensas es inevitable extrañar de donde uno viene, de sus afectos...

¿El público ve más magia en las giras de la que realmente hay?

Conde: Sí, es como el mito del camarín [camerino] lleno de mujeres. La gente se imagina que es un desfile de modelos... Normalmente lo que hay es comida. Estamos solos comiendo (risas).

Dicen en Argentina que sois la nueva esperanza del rock callejero. ¿Os identificáis con ello?

Ezequiel: Es la necesidad que tienen en Argentina de etiquetar. Tenemos que ser todos los Beatles o los Stones. Nos lo pusieron en un momento porque estamos en la escena dentro de un grupo de bandas que cantan a la realidad, al día a día y a lo cotidiano. A nosotros nunca nos condicionó para hacer absolutamente nada.

Conde: De hecho, no creo que este disco tenga nada de rock urbano. Es una paleta de diferentes músicas.

Cantáis a una cotidianeidad tan universal que cuando habláis de corrupción parecéis una banda de aquí…

Conde: Eso nos lo dijeron en más países.

Ezequiel: Lamentablemente sí. Está buenísimo que uno se sienta identificado con la canción que hacemos. Pero a la vez, qué horrible ir por todas las partes del mundo y que digas "corrupción" y se identifiquen. Qué bueno sería llegar a un país, que digas que cantamos a la corrupción y que digan: “no ha ocurrido acá”. Nosotros lo hicimos por la situación que se vive en nuestro país y lo que uno percibe una mañana al leer el diario, al prender la tele o al salir a la calle. En realidad, no hace falta ni si quiera acceder a la información: salís y ves lo que está pasando. A medida que íbamos grabando en México nos dijeron eso, acá nos están diciendo lo mismo... y uno sabe que es muy internacional lamentablemente. Ojalá que no fuese así, pero es así.

'Banda de moda' es el tema que rompe con la dinámica del disco. Estáis hablando del interior y en este tema os burláis de lo superficial en la música

Ezequiel: Lo de esa canción es todo lo que nos dicen en Argentina...

Es curioso, puesto que sois una banda de carrera de fondo, más que de sprint…

Conde: A nosotros nos dicen que somos una banda de moda, aun teniendo veinte años.

Jorge: Argentina es un país que está constantemente destruyendo a la gente que le va bien. Lo hace en todos los ámbitos. A Messi, cuando juega en la selección. Y nos insultan a nosotros…

Ezequiel: ¡que no somos Messi! (Risas).

El año que viene hacéis 20 años como banda, ¿prepararéis algo especial?

Jorge: Se van a regrabar canciones de la historia de la banda, se harán nuevas versiones en lo posible con invitados.

Cuando miráis atrás y veis estos veinte años, ¿hay algo que se mantenga igual?

Conde: Lo que más nos gusta es que seguimos divirtiéndonos entre nosotros, queriendo tocar, queriendo estar juntos en una sala de ensayo o en el estudio. Es lo que más nos gusta.

Ezequiel: Siempre pensamos que vamos a poder sacar un disco mejor. Eso tiene que ver con que uno tiene la humildad como para entender que siempre va a haber alguien que va a saber más que vos. Y que en la música, uno va a aprender toda la vida. Y a evolucionar, a conocer cosas nuevas, a conocer gente que sabe más y vas a aprender de todo eso, de tocar diez mil veces en vivo, de conocer a músicos como Stuart Hamm. A mí Stuart Hamm, por ejemplo, me obligó a hacer cosas que yo no tocaba, pero al tipo se le ocurrió tocarlas ahí ¡y después yo tengo que andar tocándolas en vivo...! (Risas).

¿Cómo lleváis al directo un disco con tanta instrumentación? ¿Se pierde algo por el camino?

Conde: No se pierde, se transforma. Igual donde había unas violas, uno pone dos guitarras.

Ezequiel: Nuestro problema solía ser al revés. No lográbamos plasmar en el disco lo que nosotros llevábamos al directo. No llegaba a transmitirse lo que nosotros transmitíamos en vivo a un disco. Me parece que este disco se acercó mucho más. Por eso nos es tan cómodo tocar temas de este disco, porque sale naturalmente.

La formación apenas ha cambiado en dos décadas. ¿Cómo ha aguantado tantos años la banda unida?

Conde: Nos sigue gustando estar juntos. Nos divertimos juntos. Nos caemos bien. No sólo nos queremos, también nos admiramos. Uno admira al músico que tiene al lado, como músico y como ser humano. Eso nos ayuda a crecer. Cuando uno crece el otro tiene que crecer. Se nos va dando de forma natural entre nosotros. Nos sigue gustando tocar juntos.

Ezequiel: Incluso en la elección de gente del staff, siempre le dimos una importancia enorme a lo humano. A sentir que hay alguien que quiere a la banda, que quiere ayudarla de corazón. Obviamente tiene que tener una capacidad técnica mínima. Pero, ¿de qué sirve un súper técnico que es un frío que va, se da media vuelta, si lo llamas por teléfono no te contesta...? ¿De qué serviría?

Jorge: La motivación de todos los integrantes es fundamental para que una banda siga tantos años.

Habéis hecho últimamente grandes conciertos en recintos deportivos... ¿Habéis abandonado los conciertos más íntimos en otro tipo de recintos?

Jorge: Siguen haciéndolo. Recintos de unas 2.000 personas. En Argentina no hay más pequeño.

Ezequiel: Al menos no lo hay más pequeño con las condiciones mínimas que necesitamos. Pero sí, tocamos a veces en recintos pequeños.

¿Vivís de forma distinta unos conciertos y otros?

Un estadio es un súper escenario, luces, todo lo que es ver un estadio lleno y todo lo que te genera. Pero a la vez es vas al borde del escenario, hay fotógrafos, una valla... y se pierde ese calor. Tocamos en lugares más chicos a veces, lo que nos permite estar más cerca, escuchar a la gente... Jugamos con eso, tratamos de hacer ambas cosas siempre que se pueda y que el lugar nos permita hacer un buen show. Intentamos que la gente lo pase bien, que vaya con su familia, siempre estamos apoyando que el rock una a la familia, que no pierda eso, que sea un punto de encuentro.

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