Las cuentas pendientes están para ser saldadas. Es lo que debió pensar Enrique Bunbury cuando el 3 de julio se vio obligado a suspender su concierto en Jardines de Viveros por el exagerado chaparrón de ese día en Valencia. Con el año de sequía que llevamos y tenía que ser precisamente en ese momento, pensamos unos cuantos cuando nos quedamos compuestos y sin concierto.

Una especie de gafe el de Enrique con Valencia, ya en la anterior gira se vio obligado a aplazar el evento debido a una inoportuna faringitis. Esta vez las nuevas fechas elegidas fueron el 13 y 14 de diciembre, además sin riesgo de que las condiciones climatológicas nos impidieran otra vez disfrutar del show, ya que el lugar elegido fue el Palacio de Congresos.

El motivo de la gira era la presentación del último disco del artista zaragozano, Palosanto, su ya octavo trabajo de estudio, en una serie de conciertos durante 2014 denominados Palosanto Tour que le han llevado a recorrer España y América, donde recientemente hizo un hueco a una serie de recitales en México en los que compartió escenario con su amigo Andrés Calamaro. Un álbum, Palosanto, que no ha sido de los que más furor ha despertado entre los fans de Bunbury, pero que tengo que reconocer que a mí me ha parecido un buen trabajo.

Hace cuatro años ya tuvimos la oportunidad de disfrutar de Bunbury en el mismo emplazamiento. Un auditorio es quizá un lugar más frío a la hora de presenciar un concierto, pero la verdad es que la acústica suele ser un auténtico privilegio para los oídos, y el Palacio no es una excepción.

A uno no le hacen falta muchos motivos añadidos para ir a ver un concierto de Enrique, pero si encima nos anuncian que el artista se va a tomar un parón indefinido sobre los escenarios durante al menos 2015 no queda otra que poner la fecha en rojo en el calendario. Y es que ya sabemos esto de los parones indefinidos cómo funciona, Héroes del Silencio también hicieron uno en su día y no hace falta decir lo que acabó pasando. Más vale curarse en salud, y eso debieron pensar los asistentes a los dos conciertos de Valencia, ya que las entradas se agotaron en ambas fechas.

Fue la primera de ellas la que presenciamos. A las 9 de la noche era la cita y con una puntualidad británica se apagaron las luces, los músicos se posicionaron y tras la introducción se acabó iluminando el escenario con un Bunbury imperial detrás de la batería, justo antes de empezar los primeros acordes de Despierta, el primer single de Palosanto. Ropa oscura, gafas de sol, actitud imponente… Bunbury en estado puro.

El público, que empezó tímido, se soltó la coleta con el inicio de la segunda canción, El club de los imposibles, levantándose de sus asientos para no volverse a sentar, entregados y disfrutando el concierto como se merecía e interactuando con un artista que cada vez se muestra más cercano con la gente.

Destacar el gran dispositivo audiovisual que acompañaba a los músicos, ya que además del increíble sonido del que disfrutamos durante todo el concierto, se dispuso a modo de pantalla gigante la muestra de imágenes relacionadas acompañando las canciones, dando un rollo bastante especial al espectáculo.

El repertorio fue un recorrido por toda la discografía del artista, tocando piezas de todos sus discos y sin faltar clásicos como Porque las cosas cambian, El extranjero o Que tengas suertecita, con tiempo también para el motivo principal del concierto, la presentación de ese Palosanto cuyas canciones se iban intercalando con el resto. Tengo que reconocer que fue quizá lo que menos me gustó, las nuevas canciones. No porque sean malas, ni mucho menos, sino porque por estilo, quizá más lento, diferente, considero que encajan un poco peor en el directo que el resto. Pero aun así las disfruté. Y tanto.

También hubo momentos para retroceder a la época de Héroes con una versión "a lo Bunbury" de Deshacer el mundo, más lentita, más íntima, pero que resultó muy emotiva y que agradecí muchísimo, ya que en la anterior gira no hubo lugar a ninguna canción del grupo que le lanzó a la fama. Uno sabe que va a ver a Bunbury y no a Héroes, y sin quejas, que me encanta su carrera en solitario, pero personalmente me gustan y me emocionan esos guiños al pasado.

En los compases finales del bolo y tras la explosión que supuso la interpretación de Sí llegó la presentación de Los Santos Inocentes, la banda que acompaña a Bunbury desde 2008, con especial reconocimiento del público a Jordi Mena a la guitarra. Con la despedida después de Lady Blue sabíamos que tenía que haber más, y así fue, Enrique regresó solo al escenario con su acústica a interpretar Prisioneros, no sin antes recordar el desafortunado incidente con la lluvia en su anterior concierto programado en la capital del Turia. La emotiva Infinito, ya con la banda al completo, precedió a un nuevo bis que desembocó en la optimista El viento a favor como punto final y definitivo del show, con un público al que le faltaban manos para aplaudir.

Y es que Bunbury devoró el escenario y la gente eso lo agradece. Son ya unas cuantas veces las que he tenido el honor de disfrutarle y sé que posiblemente no sea la persona más objetiva con él, pero es que este hombre es como los buenos vinos, mejora sobre el tablado con los años. Incluso a nivel vocal, con una soltura y solvencia envidiables. Un artista de los pies a la cabeza. Sólo queda desear que ese parón indefinido sea limitado en el tiempo y que podamos volver a verle pronto de gira. Esperemos que así sea.

Set-list
1. Despierta
2. El Club de los Imposibles
3. Los Inmortales
4. Contracorriente
5. Hijo de Cortés
6. Ódiame
7. Más Alto que Nosotros Sólo el Cielo
8. Porque las Cosas Cambian
9. Destrucción Masiva
10. El Extranjero
11. Deshacer el Mundo
12. El Rescate
13. Los Habitantes
14. Salvavidas
15. El Hombre Delgado que no Flaqueará Jamás
16. Hay muy Poca Gente
17. Frente a Frente
18. Que Tengas Suertecita
19. De Todo el Mundo
20. Sí
21. Lady Blue
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22. Prisioneros
23. Infinito
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24. Bujías para el Dolor
25. Sácame de Aquí
26. El Viento a Favor

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