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19 de marzo de 2024 | Publica tus noticias El Rock and Roll es la Única Fe Verdadera Arrodillaos Perros Infieles

Entrevista a Encrudo. "En una banda alguien tiene que llevar las riendas, y debe ser una sola persona. No creo en los monstruos de dos cabezas."

Enero de 2015. Por África Egido. Fotos de Enrique Jiménez

Tras cinco años de silencio, Encrudo ha vuelto a la carretera con nuevo trabajo, “No Te Detengas” (Rock Estatal Records), y un leitmotiv: "seguir caminando, pase lo que pase", algo que -al parecer- el combo madrileño ha tenido que repetirse en estos años de turbulencias en el seno del grupo, con varias entradas y salidas de sus componentes. Jorge Ruiz, cantante, bajista y compositor de la banda, asegura que ahora sí, que "por fin hay estabilidad" junto a Luis Manzano (guitarra), Saúl Álvarez (guitarra) y Emilio Cendrero (batería).

Se dieron a conocer en 2006 con su álbum “Andando a Ciegas”, pero fue tras la publicación de “Grabado en los Huesos” (2009) y casi un centenar de conciertos, cuando se metieron en el bolsillo a la escena rockera, que se rindió ante su personal estilo: un rock que se degusta con cinco sentidos, tan intenso como sutil, con canciones cargadas de matices y una lírica que porta el sello de Jorge Ruiz. Es precisamente Jorge quien nos cuenta todos los detalles de este "No Te Detengas" y del momento que atraviesa la banda.

Tras "Grabado en los Huesos" lograsteis un buen estado de forma: conciertos, repercusión en medios, un gran sonido en directo y seguidores que crecían exponencialmente ciudad a ciudad. ¿Qué ocurrió para detener ese ritmo y acabar con un silencio tan largo?

Jorge Ruiz: Con "Grabado en los Huesos" hicimos una gira enorme, muy intensa, y acabamos quemados. Decidimos parar un poco para reorganizar nuestras ideas y ver las cosas con perspectiva. Tras un par de meses de descanso, no todo el mundo tenía ganas de continuar, así que los que sí queríamos nos pusimos a buscar sustitutos. Luego llegaron más cambios; como el anterior, fruto del cansancio principalmente. Hasta que hace un par de años se asentó la formación con Luis, Saúl y Emilio.

Con esa inestabilidad en la banda, ¿en algún momento te planteaste seguir en solitario?

Se me pasó de todo por la cabeza, pero en ningún momento me quedé solo. Tal vez no me lo planteé porque no tuve la necesidad. Siempre hubo sensación de grupo. Pero sí te ha cambiado la manera de ver el funcionamiento de una banda... Sí, lo que me ha quedado claro después de todo este baile de miembros es que en una banda alguien tiene que llevar las riendas, y debe ser una sola persona. No creo en los monstruos de dos cabezas.

¿Qué más ha cambiado en esta nueva etapa de Encrudo? ¿Cuál es la dirección en la que ahora remáis?

La principal diferencia está en la forma de trabajar. Como te decía antes, ahora lo dirijo yo todo. Estos cabrones están todo el día llamándome «el jefe». Al final me tocará pagar una cena de empresa... (risas). Bromas aparte, creo que es una forma mucho más eficiente de funcionar. No siempre vamos a estar los cuatro de acuerdo en todo y alguien tiene que tomar las decisiones.

Parece que en cuanto la banda se ha estabilizado, todo ha empezado a funcionar, porque el álbum ha sido uno de los primeros lanzamientos de Rock Estatal Records. ¿Cómo surgió el fichaje?

Poco después de terminar la grabación me llamó Juan Palacios, al que conozco desde hace ya tiempo. Aún no había empezado a funcionar el sello pero tenían muchas cosas en marcha. Quedé con él varios días, me estuvo contando las ideas que tenía, y tanto a mí como al resto nos pareció estupendo. Fue fácil llegar a un acuerdo porque hubo total colaboración por ambas partes. Ha sido una suerte que nos pillara justo en ese momento. Supongo que tenía que pasar.

Sin embargo, en vez de aprovechar y publicar un álbum, publicáis un EP. ¿Por qué?

Había urgencia por enseñar al público material nuevo. Queríamos sacar algo cuanto antes, y lo más sencillo era reducir el número de canciones. De esta forma, en el estudio de grabación no se acortan tanto los plazos, pero sí a la hora de pre-producir y maquetar los temas.

También decidimos grabar un EP porque hoy en día parece más asequible que alguien escuche dos discos de seis canciones que uno de doce. Es más fácil de digerir.

Siempre has dicho que fue un acierto grabar el disco anterior con los hermanos San Martín en Sonido XXI, porque lograsteis el sonido que queríais. Sin embargo, este EP lo habéis grabado en Retroestudio. ¿Por qué no habéis repetido en Pamplona?

Subir a Sonido XXI fue un acierto rotundo, sí. Mi idea inicial era volver a grabar allí, porque cuando algo funciona no me gusta cambiarlo. De hecho estuve hablando con Javi (San Martín) del tema, pero por temas de vacaciones en los trabajos de cada uno resultaba imposible subir a Pamplona.

La única opción era grabar en Madrid. Yo ya conocía Retroestudio por una colaboración que hice en el primer disco de Impulso. Quedamos con ellos —con Roger Montejano y Roberto Aracil—, nos gustó el rollo que llevaban y no buscamos más. Es un estudio más pequeño, pero con un gran material humano, que al fin y al cabo es lo que más peso tiene. Era perfecto para lo que queríamos hacer.

Vamos con el disco. El tema que lo abre es "No te detengas", una canción que marca la continuidad del "sonido Encrudo". ¿Es sólo el título de una canción o el mensaje global del disco?

Sí, es una canción en la línea de los Encrudo del "Grabado en los Huesos". Aunque creo que contiene varios detalles que los diferencian, empezando por la melodía de la voz. Nunca había cantado tan arriba.

«No te detengas» no es simplemente el título del disco, se ha convertido en el mensaje de fondo de todo lo que hacemos. Ahora mismo es el leitmotiv de la banda.

Aunque hablamos de no detenerse, parece que tú sí te detuviste para ajustar el timón y coger impulso, porque no sólo has sacado el EP. Ahora estás volcado en todo tipo de actividades musicales (profesor de bajo, de guitarra, de songwriting, etc...), te has convertido en colaborador de radio y además bloguero, con un blog que parece estar teniendo éxito (www.yasabiavolar.com) en el que te transformas en el Dr.Pepino para hablar de música. ¡Cuántos cambios!

Sí, bueno, de vez en cuando viene bien detenerse un momento, observar el panorama y analizar la situación. Pero en cuanto lo has hecho te tienes que poner en movimiento otra vez. Y eso es precisamente lo que he hecho: no estar quieto e intentar dedicarme a lo que realmente me gusta, que es la música. Doy clases de guitarra, bajo, combo y composición de canciones —aunque mola más decir «songwriting»—, y colaboro en Compañeros de Viaje, en Rockola FM...

Con el blog empecé hace unos seis meses. Siempre me ha gustado escribir, no sé por qué no me lancé antes. Ahí me transformo en el Doctor Pepino, que es un personaje —como yo o peor— que habla de música desde su particular punto de vista. ¡Tengo hasta un consultorio y los lectores me envían sus preguntas!

En el segundo corte del disco, “Lo que tengas que decir”, eres rotundo: "Lo que tengas que decir, dilo en alto". Encrudo se ha caracterizado por decir las cosas “a su manera", sin estar nunca encasillado en ninguna escena concreta del rock. ¿Eso os perjudica?

Supongo que, sí, en cierta medida. La gente necesita clasificarte de alguna manera, y cuando no encajas en ninguna de sus categorías se produce una especie de cortocircuito en su cerebro, no saben qué hacer contigo. No concibo la música encasillada, no me entra en la cabeza. ¿Por qué hay que ponerle límites?

Y de esto de borrar límites hay bastante en este disco. Hay dos temas, "Maleficio" y "Ruleta rusa" que miran a un rock más americano y al country, sonidos nuevos en Encrudo. ¿Cómo surgieron estas canciones? ¿Cómo los está recibiendo el público?

Sí, son dos canciones que no tienen nada que ver con lo que habíamos hecho hasta ahora. Precisamente por eso, porque nunca habíamos tirado por ese camino, nos apetecía hacerlas. Yo tenía curiosidad por ver la reacción del público al escucharlas —sobre todo con Maleficio, que creo que es la más diferente— y, por lo que veo, están gustando mucho.

No puedo evitar, ahora que hablamos de country, preguntarte.... ¿Qué hay de tu idilio musical con Alan Jackson?

¡Oh! Alan Jackson es un tipo cuya voz me hipnotiza. Ahora mismo estamos en una etapa preciosa de nuestra relación. Espero que nunca se nos apague la llama del country. Como soñar es gratis, me encantaría que cantara una versión en inglés de Maleficio. Algún día se lo diré.

Esa llama del country de la que hablas la mantienes encendida con tu segunda banda, “Mr Moyo”, en la que estáis Gabriel Pérez, Paco Muñoz (de Impulso) y tú. Ahí el country lo devora todo, ¿no?

Sí, en Mr. Moyo el country es un ingrediente básico, junto con el blues. Es como darme un caramelo... Ahí el peso de la voz principal lo lleva Gabi y yo me dedico más al bajo y a los coros. Es otro rol en el que también me encuentro cómodo. Como banda hemos empezado hace poco —dimos el primer concierto en agosto—, pero no es como arrancar de cero. Los tres tenemos bastante experiencia, así que el ritmo que llevamos no es el de una banda joven. Seguramente entremos a grabar en junio de 2015.

Volviendo a Encrudo, aunque nunca ha sido una banda "combativa", no has dejado - como dices tú- de "repartir" y poner voz a lo que no te gusta, aunque hablas más de personajes concretos que de algo social o político. ¿Es el caso de "Pasarse de listo" y "Lo que tengas que decir"?

Sí. Esos dos temas surgen a partir de personas concretas, pero eso solo es el origen. Cuando estás escribiendo, llega un punto en el que las canciones adquieren vida propia; y suelen buscar mensajes más universales, con los que cualquiera se puede sentir identificado. Es decir, aunque mi historia personal esté ahí, no es necesario conocer todos los detalles para que la canción tenga sentido. Por desgracia, todo el mundo conoce a un listo y a un bocazas.

Nunca quieres explicar tus canciones, pero parece que en este disco hay, en general, una buena dosis de filosofía de vida que incluye el no dejar de intentar las cosas, arriesgar, la honestidad como forma la vida, desafiar al paso del tiempo... ¿Es un álbum más interior que "Grabado en los Huesos"?

Sí, estoy de acuerdo; es un álbum más interior. Hablo más de lo que siento o de lo que sienten los personajes de las canciones, porque no necesariamente tengo que ser yo el protagonista de todas ellas. Es un disco en el que los sentimientos y las sensaciones ocupan el primer plano.

¿Cuándo vamos a escuchar en directo todas esas sensaciones y sentimientos que encierra "No Te Detengas"?

El 23 de enero haremos la presentación en eléctrico en Madrid, en la sala La Boite. Aparte de eso, de momento solo tenemos cerrado el 17 de enero en Salamanca. Estamos buscando fechas a partir de febrero. Ya hicimos un primer concierto en Toledo a primeros de diciembre y varios acústicos, para ir cogiendo carrerilla.

Y por si estas seis canciones nos saben a poco, ¿tendremos pronto nuevo EP o ya vamos camino del disco?

A mí me gusta el formato EP. Nuestra intención inicial era aumentar la frecuencia de publicación, sacar un EP cada menos tiempo, pero en ese momento no había entrado en escena Rock Estatal Records. Supongo que cuando terminemos esta gira nos sentaremos a pensar cuál es el siguiente paso.

Este EP se cierra con "El único trofeo", una de las letras con más enjundia de todo el disco. Aunque no seas mucho de explicar en público tus temas... ¿te apetece explicármela?

Resumiendo mucho, habla del miedo a perder. A veces, uno guarda algo con tanto celo que le resulta imposible disfrutar de ello. Y la cosa se complica cuando no hablamos de objetos, sino de personas. Un objeto se puede tener; una persona, no. Las personas no tienen dueño. Al final no he resumido tanto... (risas).

¿Cuál es el mejor trofeo que os puede dar 2015?

El de Campeones de Rock & Roll. Para ganarlo tendremos que darlo todo en cada uno de nuestros conciertos.

Ahí estaremos para ver cómo levantáis la copa.

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