Maneras de vivir. Por Andrés Calamaro
Andrés Calamaro acaba de publicar en su blog este texto en el que, después de la lectura de la biografía de Leño, recuerda a las personas de aquella época, todas interrogadas por Los Kikes para el libro, con las que ha compartido vivencias. Merece la pena su lectura:
«Viaje a España por primera vez en 1984 para grabar “Himno de mi Corazon” en Ibiza, atendidos por Vicente “Mariscal” Romero. Volví al año siguiente para pasar un tiempo y viajar a England para ir a un Glastombury… Tocaba en padre de Rufus, Madness, Pogues, Los Furs, Simply Red y The Cure… Estaban por Londontown los Soda Stereo y nos encontramos en una disquera. Despues volví en septiembre del noventa, y viví alli un pedazo de mi vida… Ahora estoy leyendo la estupenda biografía oral de Leño, una obra de Los Kikes… Kike Babas y Kike Turrón. También estoy leyendo el cuaderno de viajes de Turrón. Pero leyendo la historia de Leño, el grupo histórico del histórico Rosendo, me encuentro con nombres y personas que conocí en nuestros años con Los Rodríguez, descubro donde estaban quince años años antes de compartir, de conocerles…
Y me acompaña una emocion distinta, recuerda mi corazon que formo parte de algo que empezo noble y urbano, en lo que fueron mis primeros años de musico “probable” en Argentina, los ultimos años setenta y los primeros ochenta .. Veinte años antes de mis ultimas grabaciones como residente y vecino madrileño, un status que todavia considero mio. Siento que nos pertenecemos y encontrar estos compañeros en un libro de memoria historica me conmueve. Primero que nadie a Rosendo, el protagonista principal de esta historia de rock autentico. Quizas Leño es a Madrid lo que La Banda Trapera del Rio sea a los barrios perifericos de Barcelona, acaso estos ultimos mas libertarios y pre-punk … Mi encuentro honorable con Morfi Grey ocurrio hace pocos años, en el ambito de los ruteros de Barcelona, Ingacio Julia y los legendarios talibanes del periodismo musical con mayusculas. Rosendo es un querido compañero, grabamos en el mismo sello y tuve el agrado de conocerlo y preguntarle por sus miticas flatulencias afinadas. Una pregunta irrespetuosa para corroborar una leyenda urbana que no me fue negada ni confirmada.
Teddy Bautista, un estimado amigo que me aconsejo y me ayudo a mudarme de sociedad autoral, un músico completo y permanente, un procer de la civilización de los derechos de autor que cayo víctima del huracán de la opinión pública, en lo que fuera otra batalla perdida por el poder cultural en los estados unidos de España. Encuentro a Manolo Camacho, que viajo con Los Rogríguez en nuestros primeros años de giras. Incluso compartimos habitación y lo recuerdo amable y cuidadoso con sus cabello. Con el mayor de los respetos le confiamos nuestro sonido a este historico ingeniero. Carlos Narea, a quien conocí en los Luna Park de LADLN en 1984 , llego con Miguel Ríos que entró de rodillas a los camerinos, sentando una línea de respeto y amistad leal que no se rompería nunca. Diez años después, Narea me siguio aconsejando para movernos en las busqueda de un contrato, o para darme los datos de un estudio, no tan conocido entonces, que resulto ser el paraíso donde grabamos “Palabras mas Palabras menos”… El Cortijo. Sergio Castillo, que me recibió en su casa en mis primeros viajes, y volvimos a encontrarnos para grabar, con Sergio produciendo … Josele Santiago, estimado vecino de Malasaña y proberbial Eenemigo … Gran guitarrista y artista de Los Enemigos, grupo emblema del barrio. Andres Ochaita, que trabajo codo a codo con nosotros en DRO… de quien tengo un calido recuerdo de compañerismo y risas, uno que le puso el hombro a la existencia de Los Rodriguez. Raimundo Amador, que no necesita presentación.
El propio JC Molina, que me dedico unas palabras de rechazo a la “invasion argentina” que jamas me ofendieron, y que puedo recordar con honor y respeto. Fermin Muguruza, un querido compañero de la militancia musical, por quien siento un entrañable afecto. Manolo Sánchez, manager clásico que apenas si trabajo con Rodriguez en nuestra primer gran huida hacia adelante. Eduardo Pinilla, Manolo Tena, Teixidor, el propio Mariscal. Por todos siento leal amistad de compañeros, no nos juntamos a comer los domingos pero tenemos esa unidad que no se oxida, la de haberlo compartido. Termino de aprender la importancia de Leño. Cuando visite Madrid y Barcelona en los ochenta, la movida burbujeaba … Cuando me instale como madrileño eran los buenos tiempos del clubbing, alguien todavia añoraba aquellos años ochenta de libertad y muerte. Vuelvo a acomodarme en un tiempo que para mi fue vivir dia a dia … Pero me siento parte, aunque para la linea que baja la crítica genuflexa ahora sea un desterrado, un argentino más … o uno menos. Jesus Ordovás, Ariel, Ramoncín. Seguro que son muchos más los que están, tácitos o impresos, en estas páginas deliciosamente armadas por los Kikes … Entiendo que al llegar a Tablada 25 me encontré con jovenes sobrevivientes de aquellos años, inmediatamente anteriores al modernismo universalista de la “movida madrileña”…
Que llegué para formar parte de algo colectivo, de una historia que seguramente me reconoce como teniente coronel de Los Rodríguez y por mis meritos en solitario. Me siento parte. Como ocurre con la primera generacion del Rock nuestro de cada día, esta vez el argentino, que me adoptó como grumete de la línea fundadora. Me doy cuenta, entonces que no llegue tarde, ni en el tiempo ni al lugar equivocados… A tiempo para escuchar historias pasadas, a tiempo para conocer a los buenos rockeros, mis compañeros. Me siento tan madrileño como siempre. Guardian de mi espiritu, un madrileño con camina felizmente por Barcelona y cualquier rincón de la piel del toro. Español de Barcelona y Madrid, un poco vasco y gallego, un poco flamenco … Un isleño un extraño, que por no ser de ninguna parte es de todas las partes. Salud Rosendo, vivan los rockeros buenos y de verdad. Salud Leño y toda la generación que le dio sentido a un rock de verdad… con mi amistad».
Enviado por agradecido el 17.01.14
