Concluye una nueva edición del Viña Rock
Hace pocas horas que terminó el Viña Rock 2013, estas son las impresiones que, aun en caliente, nos envía nuestro redactor Raúl Ortega. También os invitamos a leer los comentarios dondo otros "viñarockeros" están dando su opinión sobre el festival:
El Viña Rock ha cumplido 18 años, y lo ha hecho a lo grande. Con unas cifras de venta de entradas anticipadas francamente astronómicas daban el pistoletazo de salida a cuatro días de Rock & Roll. Comenzando el primero de ellos con una fiesta de bienvenida gratuito en la zona de acampada y prosiguiendo los tres siguientes ya en el recinto habitual.
En un evento tan grande a todos los niveles es imposible que no tenga sus muchas luces y sus muchas sombras. Más allá de las subjetivas experiencias personales hay que destacar muy positivamente la política de precios tanto de barras como de entradas, sobre todo teniendo en cuenta los tiempos que corren. Si no es complicado atraer a tanta gente como ya se vio unos años atrás. De la misma forma el sonido tanto del escenario principal como del dedicado al “mestizaje” fue francamente bueno, no así tanto en el escenario heavy, que como casi todos los años está un poco encajonado. También es de justicia mencionar ese otro trabajo, el que está por detrás, que no se vé. Impecable funcionamiento de escenarios, gestión de tiempos, zona de artistas, salas de prensa, acreditaciones y todo lo demás.
El gran debe del festival está sobre todo con el tema de las entradas y las salidas. No voy a valorar la política de cacheos a los asistentes, sólo diré que he tenido novias que me han tocado menos que algunos de los miembros del personal de seguridad. Pero el problema no es tanto este, sino que para poder llevar a cabo este férreo control, en los momentos de más afluencia de público se limitaban los accesos fragmentándolos por grupos con unas vayas anti avalancha que precisamente provocaban el efecto contrario, grandes colas, empujones, nervios cuando se abrían los turnos etc... No pasó algo serio pues a saber porqué, pero los ingredientes estaban todos. Igualmente con la salida claramente insuficiente en muchos momentos que provocaban escenas más propias del ganado. Todo esto por la nula intención de incorporar cierto margen de maniobra y adecuar los accesos a los movimientos de la gente. Si sale más gente de la que entra ampliar los espacios de salida y si es al revés, los de entrada. Porque sí, son personas y son los que mantienen esto, a nadie se le debiera olvidar.
Otros temas varios que no quiero dejar pasar. Para hacérselo mirar todos, es el aumento de la presencia de bengalas por parte de algunos de los asistentes, y que manejados por a saber quién, en un estado que a saber cual es y en recintos con tantísima gente seguro que son más peligrosos para el resto del público que una lata de cerveza o una botella a medias con kalimotxo. Igualmente, y en un apartado ya totalmente distinto parece que se vislumbra una nueva tendencia entre los grupos. El “circle-pit” ha dejado de ser patrimonio exclusivo de grupos de hardcore o música más o menos agresiva, para ser de dominio público, si en tu concierto no montas un círculo para que la gente se pegue dentro parece que no eres nadie. Lo sumamos a las pancartas de 10x10 presidiendo y a hacerse la foto de familia de la banda al acabar la actuación con el público de fondo como indispensables si quieres tener un grupo. Curioso el tema de la contraprogramación también, pues casualmente coincidió que otro de los grandes festivales del estado, el “En vivo” anunciaba el viernes su cartel,fechas y recintos para este año, con la consiguiente pegada de carteles por las calles Villarrobledo.
Un poco de esto y mucho más es el Viña Rock, para lo bueno y para lo malo. Es grande, y se trabaja a lo grande. Traen a los grupos de más renombre y por ello son referencia. Los conciertos, cada uno tendrá su opinión de ellos, que al fin y al cabo es lo que importa.
Además otra amarga noticia, de estas que te dejan con muy mal cuerpo. A la hora de escribir estas líneas nos enteramos de la muerte durante el concierto de ska-p de un chaval de 25 años, el mayor de los abrazos para su familia y amigos.
Enviado por agradecido el 05.05.13
