Feliz Navidad

[persona corrosiva]

¡Aix! Llega la navidad, tiempo de alegría, de reunirse con la familia para sacarle los trapos sucios y acabar tirando botellas de licor a la cabeza, de gastarse los cuartos para en estas fechas ser un poco más felices, de regalarle a todo dios aunque ni siquiera te caiga bien?

Pero que más da, está la lotería con la que nuestro querido estado nos hace comprar como locos boletos para intentar ganar algo aunque sea para tapar los agujerillos que han dejado la compra de la lotería. Ya sabemos que no nos tocará, pero la alegría de ir a la administración a comprarlos, eso no se paga con dinero. Qué ilusión y aunque ya no salga todos seguimos echando de menos a ese calvo cabrón que echaba una especie de polvos blancos a la cara de la gente.

Entonces también llega la cena de empresa de la que todos nos queremos librar pero por una cosa como por otra acabamos yendo. En ellas vemos cosas y vivimos experiencias que nunca se nos podrán borrar de la memoria. Como ver a nuestro jefe bailando borracho con la camisa desabrochada y con la corbata en la cabeza o a nuestro compañero de trabajo, también borracho intentando ligar con nosotros. Hay una especie de pacto intrínseco en estas cenas y consiste en que todo lo que pase en ellas no se puede hablar nunca una vez se salga del restaurante o de la comisaría que es donde suelen acabar muchas de estas reuniones laborales.

Y que decir de los turrones, polvorones, bombones y demás golosinas que hace que estas fechas sean más dulces que nunca, aunque estemos hasta los huevos de la cesta de navidad que nos manda el jefe siempre con el mismo turrón asqueroso y el licor de marca desconocida que nadie se atreve a probar y que acabas apilando con los licores de los años anteriores.

No todo es dulce en estas fechas también están los chorizos, el jamón y las carnes, pero todo en cantidades industriales. Aunque no nos lo vayamos a comer y acabemos el mes de enero con la soga al cuello, lo importante es abultar y chulear luego con todo lo que compramos y que tuvimos que tirar, porque nos sobra el dinero.

Una cosa buena que tiene gastarse todas las perras en estas fechas es que luego toda la mierda que hemos comido, se nos quedará en nada al no poder comprar comida por la falta de dinero. Y es que luego vendrán las rebajas y todo el dinero que nos quede será invertido para esa causa, es que hay que aprovechar, ya comeremos en otro momento del año.

Que bonito es además en estas fechas la época de fin de año, en la que nos metemos en una discoteca a ponernos hasta el límite de alcohol. El menú habitual para este día es uvas más hectolitros y hectolitros de alcohol, y el del día siguiente sopa y más sopa que luego vomitaremos una y otra vez. Pero esta opción no la escogen todos, otros simplemente se quedan en casa a ver las míticas campanadas que presentará como no, Ramón García y su capa hortera. Una cena familiar que estará más unida después de las campanadas que se condensara entre abrazos, besos, trozos uvas y babas, y excepcionalmente algún ahogo de improvisto.

Solo me queda desearles una navidad llena de turrones de todo tipo y mucho gasto de dinero para que sean unas navidades autenticas, además de un feliz año nuevo.

[Pit]

Weno, por supuesto todo esto es una falsedad de dos pares

Pero también para muchos -este año me ha tocado a mí- es el tiempo en que tienes a toda la familia en casa... y eso vale su peso en oro

Así q nada, muchas felicidades a los míos por estar de vuelta, muchas gracias a tod@s vosotr@s por estar por aquí estos días para echarnos unas charlitas por la red, y sobretodo, CUIDADO CON EL COCHE POR FAVOR

[Evalicious]

Hay que ver la capacidad detransformación humana, cuando llega la navidad, todos nos convertimos en seres generosos y todos son sonrisas y buenos deseos, regalitos, aguinaldos...

Por supuesto, tambien nos encargamos de cebarnos como bestias con suculentas cenas, para despues, pasadas las fiestas, lamentarnos de que estamos gordos como cernicalos...

Pero acabadas las fiestas acabado el teatro, volvemos a ser rutinarios, insolidarios, consumidores de programas basura de televisión, fieras al volante, egoístas, egocéntricos.

Si somos bordes y egoístas, por favor, tengamos por lo menos la personalidad de mantenerlo siempre, no pretendamos cambiar nuestro pésimo comportamiento durante todo el año con cuatro sonrisas en navidad.
¡Esta situación no es sostenible!. Veremos cuánto nos dura el bienestar. Si yo estuviese en el tercer mundo, seguro que también me plantearía "saltar la tapia" o ir en cayuco, para participar en la fiesta de los pobres vecinos ricos, aunque no me invitasen y mi presencia les molestase.........

Sólo como aclaración, yo también me incluyo en este bonito, superficial y nefasto paquete del mal llamado primer mundo; bueno, tal vez primero en insolidaridad e hipocresía.
De todas formas, como algo bueno tienen que tener estas fechas, de vez en cuando, alguien se inspira y piensa que tal vez podríamos hacer algo por los demás.