Mensajepor Dössierista » Dom Jul 28, 2013 3:54 am
John Ford, el patriota rojo
Es muy habitual que la figura de John Ford sea tachada de conservadora e incluso fascista, hasta el punto de haber lastrado su incuestionable valÃa artÃstica hasta que los jovencitos del Cahier's de Cinema le reivindicaron como maestro. Esta visión demuestra una miopÃa evidente tan solo observando su obra, tan compleja e incluso a veces contradictoria como su propia vida, y donde conviven tratamientos cercanos al racismo de personajes indios o negros, con apasionados alegatos a favor de estas minorÃas; o exaltación de valores militares, con obras de marcado carácter social. Aunque para ser justos, también hay quien ha hecho análisis intentando demostrar el carácter libertario de algunas de sus pelÃculas, como por ejemplo la inconmensurable "Centauros del desierto".
Sin embargo es poco conocida la actividad polÃtica de Ford, y no sólo en su juventud, donde todos somos "un poco locos", sino hasta bien entrada su madurez, digamos cerca de su medio siglo.
Pues sÃ, ya de joven comenzó a dar muestras de afinidades "sospechosas", y asà en su viaje a Irlanda, en noviembre de 1921, se interesó por las actividades del Ejército Republicano Irlandés (IRA) de Éamon de Valera y Michael Collins. Estuvo con su primo Martin Feeney, miembro de una columna volante del IRA, y sus compañeros revolucionarios, a los que entregó dinero para la causa. Dinero por cierto que parece que le fue parcialmente devuelto por la hacienda americana como "gastos laborales". Hay quien dice que posteriormente siguió recaudando y mandando dinero para la lucha irlandesa, aunque no existe constancia documental de ello, pero lo que sà es cierto es que mantuvo su simpatÃa con ella a lo largo de toda su vida.
También se mostró muy activo dentro de su gremio, convirtiéndose en 1927 en el presidente de la Asociación de Directores de Cine, fundada en 1915 por su hermano Francis y J. Farrell Mac Donald, demostrando ya su liderato en la profesión, aunque parece que esta era una organización bastante fraternal y con poco contenido polÃtico.
El 23 de diciembre de 1935 participó en la reunión celebrada en la casa de King Vidor en la que los doce asistentes contribuyeron con cien dólares para la creación del Sindicato de Directores de Cine, acusado por mucha gente de Hollywood de ser de "inspiración comunista", aunque ya sabemos lo dados que son en Hollywood a "inventarse historias". Vidor fue nombrado presidente y Ford tesorero, seguramente por su reconocida habilidad para hacer pelÃculas por debajo del presupuesto. Posteriormente le fue ofrecida la presidencia en varias ocasiones, pero él siempre prefirió mantenerse más en la sombra, aunque sumamente activo.
Partidario convencido de la causa republicana durante la Guerra Civil española, fue uno de los fundadores del Comité de Artistas Cinematográficos de Ayuda a la República Española, junto con Dudley Nichols, Dashiell Hammet, Lester Cole, Melvyn Douglas, Fredric March y otros, reuniendo fondos para los soldados republicanos y los refugiados españoles.
En julio de 1937 Hemingway, rojo convencido, fue a Hollywood a recaudar también fondos para la República, y a tal fin se celebró una fiesta en casa de Frederic March y señora a la que asistió Ford. Se proyectó el documental "Tierra española" de Joris Ivens que Hemingway habÃa ayudado a rodar. No sabemos si por la impresión ante la extraordinaria pelÃcula de Ivens, o por el impacto de la conversación con Hemingway, el caso es que de allà salió una donación por parte de Ford de una ambulancia, que seguro que les vino muy bien a los republicanos en los tiempos siguientes, con todo lo que les cayó encima.
Por esas fechas su sobrino Bob Ford se encontraba en España como miembro de las Brigadas Internacionales y le escribió a su tÃo para agradecerle su apoyo. Ford le respondió: "Me alegra que [tengas] la parte buena de la sangre O'Feeney. Parte de ella es realmente horrible [...] Somos mentirosos, débiles y unos borrachos egoÃstas, pero siempre ha habido una sólida rebeldÃa en la familia y una pasión especial por la justicia. Me alegro que hayas heredado el lado bueno. PolÃticamente, soy un auténtico demócrata socialista [...] siempre a la izquierda." No me digáis que esta última frase no se podrÃa hasta cantar, a mi me recuerda a alguna de aquellas tonada de Quilapayun
A principios de 1938, Ford se convirtió en vicepresidente, junto con Philip Dunne y Miriam Hopkins, del recién fundado Comité Democrático de Cine, presidido por el novelista Dashiell Hamett. La organización tenÃa un papel destacado entre los grupos del Frente Popular de Hollywood y su principal razón de ser era la difusión de las causas del liberalismo, el antifascismo y el antirracismo. Su trabajo era ejercer presión sobre los derechos y la legislación de las libertades civiles y hacer campaña a favor de los candidatos progresistas y liberales para las elecciones. También se implicó de forma activa en la Liga Antinazi de Hollywood, otra coalición de izquierdistas y liberales unidos por su lucha contra el fascismo. Todos ellos evidentemente bastante rojos, y muchos de ellos con pedegree, es decir, militantes del Partido Comunista Americano.
Por su posterior trascendencia, cabe destacar su presencia el 17 de mayo de 1938 junto a Frank Capra y Herbert Biberman en representación del Sindicato de Directores de Cine, en el piquete de apoyo del primer dÃa de huelga del periódico Hollywood Citizen-News, provocada por el despido a cinco miembros del staff como venganza por el intento de sindicalizar el periódico. La foto de los tres directores en el piquete naturalmente apareció en la prensa, lo que sirvió para que el Comité de Actividades Antiamericanas, que se creó tan solo nueve dÃas más tarde, apuntara en el expediente de Capra: "La edición del 30 de mayo de People´s World decÃa que Capra formaba parte del piquete de huelga del Hollywood Citizen, instigada por los comunistas", lo que, junto con otros cargos similares, acabarÃa causando problemas a Capra durante el periodo de las listas negras de posguerra, obligándole a pedir ayuda a Ford.
Curiosamente durante el mismo periodo, entre 1934 y 1941, Ford ejerció como espÃa semioficial para la Inteligencia Naval de los Estados Unidos, observando y haciendo informes sobre la importante presencia de pesqueros de arrastre japoneses en las costas de Hawai, Panamá, Méjico, Baja California y varios enclaves del PacÃfico. La Inteligencia Naval sospechaba que estaban reuniendo información para la Marina Imperial japonesa y almacenando equipos y suministros para posterior uso de los submarinos.
En 1939 creó el Servicio de Cine y FotografÃa de la Oficina de Servicios Estratégicos (OSS), predecesora de la CIA, para documentar las acciones militares durante la Segunda Guerra Mundial, suministrar cartografÃa y realizar reconocimiento fotográfico, aunque no empezó a funcionar hasta 1941.
A nuestros ojos pueden parecer contradictoria la simultaneidad de ambos "activismos", pero quizás no lo sea tanto si tenemos en cuenta que durante la época del Frente Popular los americanos de izquierda tenÃan entre sus objetivos enfatizar la retórica patriótica como vÃa para encontrar puntos en común con los liberales en defensa de los principios básicos de la democracia. Planteamiento por cierto que hoy podemos seguir viendo, los documentales de Michael Moore son un buen ejemplo de ello. No sé si en el caso de Moore es sólo una estrategia, pero creo que en el de Ford las dos actividades eran sinceras, la patriótica y la "rojilla", aunque conociendo su perfil más ladino vete tú a saber.
Para terminar con esta sorprendente deriva volvamos al cine. En 1939 se estrenaron nada menos que "La diligencia", "El joven Lincoln" y "Corazones indomables", la informal "trilogÃa americana" del director, que realizó en el tiempo que le quedaba entre piquete, espionaje japonés, reunión sindicalista y activismos varios. Con esas tres pelÃculas Ford entró en la leyenda, con ellas empezó a filmar la historia de América como nadie antes lo habÃa hecho, y con ellas demostró también que efectivamente, y al menos durante una buena parte de su vida, podÃa ser un patriota rojo.
Después, ideológicamente, para unos maduró, para otros se hizo viejo, pero esa es otra historia...