Mis imprescindibles
Todos los amores imposibles son eternos,
el tiempo no los toca
y no existen traiciones entre los amores imposibles.
Amo con toda intensidad, amo sin límites
a cada uno de mis amores imposibles.
A veces el olor del café trastoca el orden de los años
y voy a dar a la madrugada
de un resplandor que a mí me alumbra
o de pronto la voz de Janis Joplin
me ensarta en una noche cítrica,
de alambre,
la noche del hechizo,
puede ser una forma precisa de mecerse el viento entre los árboles
y la danza del cuerpo,
la eterna danza de un cuerpo eterno
entre la eterna danza de la brisa.
Los eternos amores imposibles
no se tocan, no se cruzan, no pueden verse entre sí,
no existen los celos entre los amores imposibles,
son perfectos los amores imposibles.
Darío Jaramillo
el tiempo no los toca
y no existen traiciones entre los amores imposibles.
Amo con toda intensidad, amo sin límites
a cada uno de mis amores imposibles.
A veces el olor del café trastoca el orden de los años
y voy a dar a la madrugada
de un resplandor que a mí me alumbra
o de pronto la voz de Janis Joplin
me ensarta en una noche cítrica,
de alambre,
la noche del hechizo,
puede ser una forma precisa de mecerse el viento entre los árboles
y la danza del cuerpo,
la eterna danza de un cuerpo eterno
entre la eterna danza de la brisa.
Los eternos amores imposibles
no se tocan, no se cruzan, no pueden verse entre sí,
no existen los celos entre los amores imposibles,
son perfectos los amores imposibles.
Darío Jaramillo
La lluvia en el insomnio
Llueves, la noche, llueves reclamando
mi atención, la mirada,
mi entrega a tu constante, entrañada,
pasión.
Llueves y llueves, lluvia de la noche,
lluvia que te proclamas vencedora
de la estrella más alta,
que pregonas, abates el silencio,
repitiendo tu nombre y tu destino
de palabra insaciable.
Llueves y llueves más,
cuelgas tus hilos
de un cielo recobrado
en tu sombra y acento.
Llueve tu acompasado ritmo sobre el tejado,
el árbol,
por las ramas,
la tierra,
en la carne,
en la ausencia.
Iluminas la noche y la oscureces.
Hablas y dices tu húmeda pregunta
al que insomne te espía.
Pero yo no respondo.
¿Qué me tiene
la frente dolorida, y sin espejos
donde encontrar el corredor que lleve
hasta el hondo lugar que se extiende en lo oscuro,
revelador de un sueño?
¿Por qué tu voz no es hoy
brillante azul,
liviana,
alegre, triste,
desvelada, mía?
¿Por qué no es puente, aroma
trayéndome el asombro de tus manos?
¿Por qué me dejas sola, con mis ojos
ciegos a la verdad que tú le siembras
a corazón sencillo,
al hombre que te escucha sintiéndose más tierra,
más árbol, más deseo,
más rama, más raíz
y más humano?
Déjame de tu nombre la inquietud,
guardada en el temblor de tu insistencia.
Que mañana la encuentre,
cuando el sueño
haya borrado este desasimiento,
y amanezca yo en ti,
ya luz y llama.
Elena Martín Vivaldi
Llueves, la noche, llueves reclamando
mi atención, la mirada,
mi entrega a tu constante, entrañada,
pasión.
Llueves y llueves, lluvia de la noche,
lluvia que te proclamas vencedora
de la estrella más alta,
que pregonas, abates el silencio,
repitiendo tu nombre y tu destino
de palabra insaciable.
Llueves y llueves más,
cuelgas tus hilos
de un cielo recobrado
en tu sombra y acento.
Llueve tu acompasado ritmo sobre el tejado,
el árbol,
por las ramas,
la tierra,
en la carne,
en la ausencia.
Iluminas la noche y la oscureces.
Hablas y dices tu húmeda pregunta
al que insomne te espía.
Pero yo no respondo.
¿Qué me tiene
la frente dolorida, y sin espejos
donde encontrar el corredor que lleve
hasta el hondo lugar que se extiende en lo oscuro,
revelador de un sueño?
¿Por qué tu voz no es hoy
brillante azul,
liviana,
alegre, triste,
desvelada, mía?
¿Por qué no es puente, aroma
trayéndome el asombro de tus manos?
¿Por qué me dejas sola, con mis ojos
ciegos a la verdad que tú le siembras
a corazón sencillo,
al hombre que te escucha sintiéndose más tierra,
más árbol, más deseo,
más rama, más raíz
y más humano?
Déjame de tu nombre la inquietud,
guardada en el temblor de tu insistencia.
Que mañana la encuentre,
cuando el sueño
haya borrado este desasimiento,
y amanezca yo en ti,
ya luz y llama.
Elena Martín Vivaldi
Recuerda que tú existes tan sólo en este libro
Recuerda que tú existes tan sólo en este libro,
agradece tu vida a mis fantasmas,
a la pasión que pongo en cada verso
por recordar el aire que respiras,
la ropa que te pones y me quitas,
los taxis en que viajas cada noche,
sirena y corazón de los taxistas,
las copas que compartes por los bares
con las gentes que viven en sus barras.
Recuerda que yo espero al otro lado
de los tranvías cuando llegas tarde,
que, centinela incómodo, el teléfono
se convierte en un huésped sin noticias,
que hay un rumor vacío de ascensores
querellándose solos, convocando
mientras suben o bajan tu nostalgia.
Recuerda que mi reino son las dudas
de esta ciudad con prisa solamente,
y que la libertad, cisne terrible,
no es el ave nocturna de los sueños,
sí la complicidad, su mantenerse
herida por el sable que nos hace
sabernos personajes literarios,
mentiras de verdad, verdades de mentira.
Recuerda que yo existo porque existe este libro,
que puedo suicidarnos con romper una página
Luis García Montero
Recuerda que tú existes tan sólo en este libro,
agradece tu vida a mis fantasmas,
a la pasión que pongo en cada verso
por recordar el aire que respiras,
la ropa que te pones y me quitas,
los taxis en que viajas cada noche,
sirena y corazón de los taxistas,
las copas que compartes por los bares
con las gentes que viven en sus barras.
Recuerda que yo espero al otro lado
de los tranvías cuando llegas tarde,
que, centinela incómodo, el teléfono
se convierte en un huésped sin noticias,
que hay un rumor vacío de ascensores
querellándose solos, convocando
mientras suben o bajan tu nostalgia.
Recuerda que mi reino son las dudas
de esta ciudad con prisa solamente,
y que la libertad, cisne terrible,
no es el ave nocturna de los sueños,
sí la complicidad, su mantenerse
herida por el sable que nos hace
sabernos personajes literarios,
mentiras de verdad, verdades de mentira.
Recuerda que yo existo porque existe este libro,
que puedo suicidarnos con romper una página
Luis García Montero
Como tú
Yo como tú
amo el amor,
la vida,
el dulce encanto de las cosas
el paisaje celeste de los días de enero.
También mi sangre bulle
y río por los ojos
que han conocido el brote de las lágrimas.
Creo que el mundo es bello,
que la poesía es como el pan,
de todos.
Y que mis venas no terminan en mí,
sino en la sangre unánime
de los que luchan por la vida,
el amor,
las cosas,
el paisaje y el pan,
la poesía de todos.
Roque Dalton
Yo como tú
amo el amor,
la vida,
el dulce encanto de las cosas
el paisaje celeste de los días de enero.
También mi sangre bulle
y río por los ojos
que han conocido el brote de las lágrimas.
Creo que el mundo es bello,
que la poesía es como el pan,
de todos.
Y que mis venas no terminan en mí,
sino en la sangre unánime
de los que luchan por la vida,
el amor,
las cosas,
el paisaje y el pan,
la poesía de todos.
Roque Dalton
Alabanza de los trenes verdaderos
Hay muchos trenes falsos.
Es fácil confundirlos con los trenes auténticos.
Casi todos
los llaman también trenes:
los revisores
los ferroviarios
los carteristas
los viajeros casi sin excepción
y hasta yo mismo
cuando no quiero dar muchas explicaciones.
Trenes sólo son los que parten de noche.
Trenes sólo son los que llevan a ti.
Jorge Riechmann
Hay muchos trenes falsos.
Es fácil confundirlos con los trenes auténticos.
Casi todos
los llaman también trenes:
los revisores
los ferroviarios
los carteristas
los viajeros casi sin excepción
y hasta yo mismo
cuando no quiero dar muchas explicaciones.
Trenes sólo son los que parten de noche.
Trenes sólo son los que llevan a ti.
Jorge Riechmann
LECCIÓN DE GRAMÁTICA
¿Cómo se diz en uolof la palabra frontera, la palabra
patria? ¿Y en soniké? ¿Cómo-y llamáis al desamparu?
Si queréis dicir en bereber, por exemplu, ?yo tuvi una casa
nun arrabal de Rabat? ¿ponéis nesti orde la frase? ¿Cómo
se conxuguen en bambara los verbos que lleven al norte,
qué axetivos-y cuadren a la palabra mar, a la palabra muerte?
Si tenéis que marchar, ¿ye la palabra adiós un sustantivu?
¿Cómo se pronuncia en diakhanké la palabra exiliu? ¿Hai que
xuntar los llabios? ¿Duelen? ¿Qué pronomes usáis pal qu?espera
na playa, pal que regresa ensin nada? Cuando señaláis p?allá, pa contra
casa, qué alverbiu escoyéis? ¿Cómo se diz na vuestra, na nuestra llingua
la palabra futuru?
LECCIÓN DE GRAMÁTICA
¿Cómo se dice en uolof la palabra frontera, la palabra
patria? ¿Y en soniké? ¿Cómo llamáis al desamparo?
Si queréis decir en bereber, por ejemplo, ?yo tuve una casa
en un arrabal de Rabat? ¿ponéis en este orden la frase? ¿Cómo
se conjugan en bambara los verbos que llevan al norte,
qué adjetivos le encajan a la palabra mar, a la palabra muerte?
Si tenéis que marchar, ¿es la palabra adiós un sustantivo?
¿Cómo se pronuncia en diakhanké la palabra exilio? ¿Hay que
juntar los labios? ¿Duelen? ¿Qué pronombres usáis para el que espera
en la playa, para el que regresa sin nada? Cuando señaláis hacia allá, en dirección
a casa, ¿qué adverbio escogéis? ¿Cómo se dice en vuestra, en nuestra lengua
la palabra futuro?
Berta Piñán
¿Cómo se diz en uolof la palabra frontera, la palabra
patria? ¿Y en soniké? ¿Cómo-y llamáis al desamparu?
Si queréis dicir en bereber, por exemplu, ?yo tuvi una casa
nun arrabal de Rabat? ¿ponéis nesti orde la frase? ¿Cómo
se conxuguen en bambara los verbos que lleven al norte,
qué axetivos-y cuadren a la palabra mar, a la palabra muerte?
Si tenéis que marchar, ¿ye la palabra adiós un sustantivu?
¿Cómo se pronuncia en diakhanké la palabra exiliu? ¿Hai que
xuntar los llabios? ¿Duelen? ¿Qué pronomes usáis pal qu?espera
na playa, pal que regresa ensin nada? Cuando señaláis p?allá, pa contra
casa, qué alverbiu escoyéis? ¿Cómo se diz na vuestra, na nuestra llingua
la palabra futuru?
LECCIÓN DE GRAMÁTICA
¿Cómo se dice en uolof la palabra frontera, la palabra
patria? ¿Y en soniké? ¿Cómo llamáis al desamparo?
Si queréis decir en bereber, por ejemplo, ?yo tuve una casa
en un arrabal de Rabat? ¿ponéis en este orden la frase? ¿Cómo
se conjugan en bambara los verbos que llevan al norte,
qué adjetivos le encajan a la palabra mar, a la palabra muerte?
Si tenéis que marchar, ¿es la palabra adiós un sustantivo?
¿Cómo se pronuncia en diakhanké la palabra exilio? ¿Hay que
juntar los labios? ¿Duelen? ¿Qué pronombres usáis para el que espera
en la playa, para el que regresa sin nada? Cuando señaláis hacia allá, en dirección
a casa, ¿qué adverbio escogéis? ¿Cómo se dice en vuestra, en nuestra lengua
la palabra futuro?
Berta Piñán
Deseo
Amarte con un fuego duro y frío.
Amarte sin palabras, sin pausas ni silencios.
Amarte sólo cada vez que quieras,
y sólo con la muda presencia de mis actos.
Amarte a flor de boca y mientras la mentira
no se distinga en ti de la ternura.
Amarte cuando finges toda la indiferencia
que tu abandono niega, que funde tu calor.
Amarte cada vez que tu piel y tu boca
busquen mi piel dormida y mi boca despierta.
Amarte por la soledad, si en ella me dejas.
Amarte por la ira en que mi razón enciendes.
Y, más que por el goce y el delirio,
amarte por la angustia y por la duda.
Xabier Villaurrutia
Amarte con un fuego duro y frío.
Amarte sin palabras, sin pausas ni silencios.
Amarte sólo cada vez que quieras,
y sólo con la muda presencia de mis actos.
Amarte a flor de boca y mientras la mentira
no se distinga en ti de la ternura.
Amarte cuando finges toda la indiferencia
que tu abandono niega, que funde tu calor.
Amarte cada vez que tu piel y tu boca
busquen mi piel dormida y mi boca despierta.
Amarte por la soledad, si en ella me dejas.
Amarte por la ira en que mi razón enciendes.
Y, más que por el goce y el delirio,
amarte por la angustia y por la duda.
Xabier Villaurrutia
Poema 19
Si tú supieras lo que es cruzar
ciego y a tientas los inmensos
territorios de silencio y de soledad
por las noches sin luna y sin barandas
mordiendo los ojos con los párpados
apretados de fervor sin fe
y las manos cerradas sobre el lugar
que dejaron las tuyas
y el nombre tuyo dicho a veces
ronca e inconscientemente
como si susurrara
"dios mío"
Jorge Lemoine y Bosshardt
Si tú supieras lo que es cruzar
ciego y a tientas los inmensos
territorios de silencio y de soledad
por las noches sin luna y sin barandas
mordiendo los ojos con los párpados
apretados de fervor sin fe
y las manos cerradas sobre el lugar
que dejaron las tuyas
y el nombre tuyo dicho a veces
ronca e inconscientemente
como si susurrara
"dios mío"
Jorge Lemoine y Bosshardt
MANIFIESTO
Señoras y señores
Esta es nuestra última palabra.
-Nuestra primera y última palabra-
Los poetas bajaron del Olimpo.
Para nuestros mayores
La poesía fue un objeto de lujo
Pero para nosotros
Es un artículo de primera necesidad:
No podemos vivir sin poesía.
A diferencia de nuestros mayores
-Y esto lo digo con todo respeto-
Nosotros sostenemos
Que el poeta no es un alquimista
El poeta es un hombre como todos
Un albañil que construye su muro:
Un constructor de puertas y ventanas.
Nosotros conversamos
En el lenguaje de todos los días
No creemos en signos cabalísticos.
Además una cosa:
El poeta está ahí
Para que el árbol no crezca torcido.
Este es nuestro lenguaje.
Nosotros denunciamos al poeta demiurgo
Al poeta Barata
Al poeta Ratón de Biblioteca.
Todo estos señores
-Y esto lo digo con mucho respeto-
Deben ser procesados y juzgados
Por construir castillos en el aire
Por malgastar el espacio y el tiempo
Redactando sonetos a la luna
Por agrupar palabras al azar
A la última moda de París.
Para nosotros no:
El pensamiento no nace en la boca
Nace en el corazón del corazón.
Nosotros repudiamos
La poesía de gafas obscuras
La poesía de capa y espada
La poesía de sombrero alón.
Propiciamos en cambio
La poesía a ojo desnudo
La poesía a pecho descubierto
La poesía a cabeza desnuda.
No creemos en ninfas ni tritones.
La poesía tiene que ser esto:
Una muchacha rodeada de espigas
O no ser absolutamente nada.
Ahora bien, en el plano político
Ellos, nuestros abuelos inmediatos,
¡Nuestros buenos abuelos inmediatos!
Se refractaron y dispersaron
Al pasar por el prisma de cristal.
Unos pocos se hicieron comunistas.
Yo no sé si lo fueron realmente.
Supongamos que fueron comunistas,
Lo que sé es una cosa:
Que no fueron poetas populares,
Fueron unos reverendos poetas burgueses.
Hay que decir las cosas como son:
Sólo uno que otro
Supo llegar al corazón del pueblo.
Cada vez que pudieron
Se declararon de palabra y de hecho
Contra la poesía dirigida
Contra la poesía del presente
Contra la poesía proletaria.
Aceptemos que fueron comunistas
Pero la poesía fue un desastre
Surrealismo de segunda mano
Decadentismo de tercera mano,
Tablas viejas devueltas por el mar.
Poesía adjetiva
Poesía nasal y gutural
Poesía arbitraria
Poesía copiada de los libros
Poesía basada
En la revolución de la palabra
En circunstancias de que debe fundarse
En la revolución de las ideas.
Poesía de círculo vicioso
Para media docena de elegidos:
"Libertad absoluta de expresión".
Hoy nos hacemos cruces preguntando
Para qué escribirían esas cosas
¿Para asustar al pequeño burgués?
¡Tiempo perdido miserablemente!
El pequeño burgués no reacciona
Sino cuando se trata del estómago.
¡Qué lo van a asustar con poesías!
La situación es ésta:
Mientras ellos estaban
Por una poesía del crepúsculo
Por una poesía de la noche
Nosotros propugnamos
La poesía del amanecer.
Este es nuestro mensaje,
Los resplandores de la poesía
Deben llegar a todos por igual
La poesía alcanza para todos.
Nada más, compañeros
Nosotros condenamos
-Y esto sí que lo digo con respeto-
La poesía de pequeño dios
La poesía de vaca sagrada
La poesía de toro furioso.
Contra la poesía de las nubes
Nosotros oponemos
La poesía de la tierra firma
-Cabeza fría, corazón caliente
Somos tierrafirmistas decididos-
Contra la poesía de café
La poesía de la naturaleza
Contra la poesía de salón
La poesía de la plaza pública
La poesía de protesta social.
Los poetas bajaron del Olimpo.
Nicanor Parra
-Cotidiana llegada-
Estoy aquí.
Pasa. Un momento y termino.
Algo difícil sobre consonantes
absurdas... ¿Hace frío?
¿Hace amor, lluvia, viento?
¿Qué me traes?
¿Hemos tenido hijos
esta noche? Siéntate. ¿Puedes?
Quito libros, papeles. Como siempre
la invasión de las letras
que ya trepan, ¿las ves?,
por paredes y techos.
Tienes las manos pálidas
y en tu cara
amanece el cansancio.
Deja que también pasen
los árboles, contigo,
el bosque, el mar, las grandes cataratas.
Esa ardilla que tengo aquí,
en el hombro,
me cuchichea brisas
y los pájaros llenan
de insurrección la casa.
¿Quieres café, un zumo, coca-cola?
La silla tiene flojos
los huesos, has de perdonarla,
ya es vieja... (¿Un ave lira?
¿La flor del Paraíso
a punto ya de ser manzana?
¡Qué detalle!)
Quiero que estés contento
de mí. Escribo mucho.
Tanto como querías tú.
¿Qué ocurre?
La niebla se interpone, no te veo.
Los pájaros te ocultan
y esas ramas me vuelven
parte del bosque. Habla.
Que te oigan mis hojas.
Que mis ojos vegetales
te sepan cerca. Tengo nidos
en los brazos y el pelo.
Llega una taza de café volando
del comedor, y a la terraza
le nace un sauce, ese árbol triste,
ese árbol que llora.
María Beneyto
Estoy aquí.
Pasa. Un momento y termino.
Algo difícil sobre consonantes
absurdas... ¿Hace frío?
¿Hace amor, lluvia, viento?
¿Qué me traes?
¿Hemos tenido hijos
esta noche? Siéntate. ¿Puedes?
Quito libros, papeles. Como siempre
la invasión de las letras
que ya trepan, ¿las ves?,
por paredes y techos.
Tienes las manos pálidas
y en tu cara
amanece el cansancio.
Deja que también pasen
los árboles, contigo,
el bosque, el mar, las grandes cataratas.
Esa ardilla que tengo aquí,
en el hombro,
me cuchichea brisas
y los pájaros llenan
de insurrección la casa.
¿Quieres café, un zumo, coca-cola?
La silla tiene flojos
los huesos, has de perdonarla,
ya es vieja... (¿Un ave lira?
¿La flor del Paraíso
a punto ya de ser manzana?
¡Qué detalle!)
Quiero que estés contento
de mí. Escribo mucho.
Tanto como querías tú.
¿Qué ocurre?
La niebla se interpone, no te veo.
Los pájaros te ocultan
y esas ramas me vuelven
parte del bosque. Habla.
Que te oigan mis hojas.
Que mis ojos vegetales
te sepan cerca. Tengo nidos
en los brazos y el pelo.
Llega una taza de café volando
del comedor, y a la terraza
le nace un sauce, ese árbol triste,
ese árbol que llora.
María Beneyto
Algún día
Algún día te escribiré un poema que no
mencione el aire ni la noche;
un poema que omita los nombres de las flores,
que no tenga jazmines o magnolias.
Algún día te escribiré un poema sin pájaros,
sin fuentes, un poema que eluda el mar
y que no mire a las estrellas.
Algún día te escribiré un poema que se limite
a pasar los dedos por tu piel
y que convierta en palabras tu mirada.
Sin comparaciones, sin metáforas;
algún día escribiré un poema que huela a ti,
un poema con el ritmo de tus pulsaciones,
con la intensidad estrujada de tu abrazo.
Algún día te escribiré un poema, el canto de mi dicha.
Darío Jaramillo
Algún día te escribiré un poema que no
mencione el aire ni la noche;
un poema que omita los nombres de las flores,
que no tenga jazmines o magnolias.
Algún día te escribiré un poema sin pájaros,
sin fuentes, un poema que eluda el mar
y que no mire a las estrellas.
Algún día te escribiré un poema que se limite
a pasar los dedos por tu piel
y que convierta en palabras tu mirada.
Sin comparaciones, sin metáforas;
algún día escribiré un poema que huela a ti,
un poema con el ritmo de tus pulsaciones,
con la intensidad estrujada de tu abrazo.
Algún día te escribiré un poema, el canto de mi dicha.
Darío Jaramillo
Romance del 19 de julio
La vida separó en seco
- fué en el tiempo de la siega-;
la canción del labio mozo
se trocó en dura blasfemia
y la hoz dejó en el surco
una interrogante abierta.
La vida se paró en seco
en la ciudad y en la aldea;
se enfrió el horno del pan
y sobre el trigo la muela
se inmovilizó de pronto
sin acabar la tarea.
¡Descansó el macho en el yunque
con un apagón de estrellas!
¡La vida se paró en seco
cuajada en gritos de alerta!
Aulló el hambre; despertó
la legión de la miseria,
husmeó al aire cargado
de electrizadas centellas
y un puño gigante en alto
contó minutos de espera.
De Este e Oeste y desde el Norte
al Mediodía de Iberia
corrió el "alerta" del paria
al acecho de sorpresas.
¡Cuidad los hombres del llano!
Los de la montaña, ¡alerta!,
los que en la huerta se afanan,
los que junio el agua sueñan.
¡Aquí los descamisados
firme el puño en la herramienta,
que herrumbre de viejos hierros
nos amaga las muñecas!
¡La vida, toda, tembló
de temerosa impaciencia!
¡Júbilo de los esclavos!
Las noches eran espléndidas;
iluminadas de rojo
sonoras de voces. Eran
como esa canción sin nombre
que el viento arranca a la selva sacudiendo hasta la entraña
del árbol bajo la tierra.
Eran crepitar de llamas
despeño de torrenteras
silbidos entre relámpagos,
muerte y vida en recia mezcla.
Y en medio del torbellino
- boca pegada a la tierra
va un suspiro.. -Hermano, oye...¬
(Están en sombra y se aprietan
las manos tímidamente
sin que ayer se conocieran).
- Mi madre quedó llorando,
cuando me marché, de pena,
creída en el desamparo
si mi muerte acaeciera.
(Júbilo de los esclavos,
júbilo! La bocanegra
del fusil crea en la noche
una ráfaga de estrellas).
Y la voz... -Lleva a mí madre,
si yo caigo, esta certeza:
que aquí dejo mil hermanos
valientes que la defiendan,
hijos de su misma entraña
aun cuando no los pariera.
¡Júbilo de los esclavos! En julio rojo la tierra
como un vientre estremecido
recibió la siembra nueva.
Lucía Sanchez Saornil (Mujeres Libres)
La vida separó en seco
- fué en el tiempo de la siega-;
la canción del labio mozo
se trocó en dura blasfemia
y la hoz dejó en el surco
una interrogante abierta.
La vida se paró en seco
en la ciudad y en la aldea;
se enfrió el horno del pan
y sobre el trigo la muela
se inmovilizó de pronto
sin acabar la tarea.
¡Descansó el macho en el yunque
con un apagón de estrellas!
¡La vida se paró en seco
cuajada en gritos de alerta!
Aulló el hambre; despertó
la legión de la miseria,
husmeó al aire cargado
de electrizadas centellas
y un puño gigante en alto
contó minutos de espera.
De Este e Oeste y desde el Norte
al Mediodía de Iberia
corrió el "alerta" del paria
al acecho de sorpresas.
¡Cuidad los hombres del llano!
Los de la montaña, ¡alerta!,
los que en la huerta se afanan,
los que junio el agua sueñan.
¡Aquí los descamisados
firme el puño en la herramienta,
que herrumbre de viejos hierros
nos amaga las muñecas!
¡La vida, toda, tembló
de temerosa impaciencia!
¡Júbilo de los esclavos!
Las noches eran espléndidas;
iluminadas de rojo
sonoras de voces. Eran
como esa canción sin nombre
que el viento arranca a la selva sacudiendo hasta la entraña
del árbol bajo la tierra.
Eran crepitar de llamas
despeño de torrenteras
silbidos entre relámpagos,
muerte y vida en recia mezcla.
Y en medio del torbellino
- boca pegada a la tierra
va un suspiro.. -Hermano, oye...¬
(Están en sombra y se aprietan
las manos tímidamente
sin que ayer se conocieran).
- Mi madre quedó llorando,
cuando me marché, de pena,
creída en el desamparo
si mi muerte acaeciera.
(Júbilo de los esclavos,
júbilo! La bocanegra
del fusil crea en la noche
una ráfaga de estrellas).
Y la voz... -Lleva a mí madre,
si yo caigo, esta certeza:
que aquí dejo mil hermanos
valientes que la defiendan,
hijos de su misma entraña
aun cuando no los pariera.
¡Júbilo de los esclavos! En julio rojo la tierra
como un vientre estremecido
recibió la siembra nueva.
Lucía Sanchez Saornil (Mujeres Libres)
32. Creo que podría volverme a vivir con los animales.
¡Son tan plácidos y tan sufridos!
Me quedo mirándolos días y días sin cansarme.
No preguntan,
ni se quejan de su condición;
no andan despiertos por la noche,
ni lloran por sus pecados.
Y no me molestan discutiendo sus deberes para con Dios...
No hay ninguno descontento,
ni ganado por la locura de poseer las cosas.
Ninguno se arrodilla ante los otros,
ni ante los muertos de su clase que vivieron miles de siglos
antes que él.
En toda la tierra no hay uno solo que sea desdichado o venerable.
Me muestran el parentesco que tiene conmigo,
parentesco que acepto.
Me traen pruebas de mi mismo,
pruebas que poseen y me revelan.
¿En dónde las hallaron?
¿Pasé por su camino hace ya tiempo y las dejé caer sin darme cuenta?
Camino hacia delante, hoy como ayer y siempre,
siempre mas rico y mas veloz,
infinito, lleno de todos y lo mismo que todos,
sin preocuparme demasiado por los portadores de mis recuerdos,
eligiendo aquí solo a aquel que más amo y marchando con {el en un abrazo
fraterno.
Este es un caballo ¡Miradlo!
Soberbio,
tierno,
sensible a mis caricias,
de frente altiva y abierta,
de ancas satinadas,
de cola prolija que flagela el polvo,
de ojos vivaces y brillantes,
de orejas finas,
de movimientos flexibles...
Cuando lo aprisionan mis talones, su nariz se dilata,
y sus músculos perfectos tiemblan alegres cuando corremos en la pista...
pero yo solo puedo estar contigo un instante.
Te abandono, maravilloso corcel.
¿Para qué quiero tu paso ligero si yo galopo mas de prisa?
De pie o sentado, corro más que tú.
Walt Whitman (extracto de canto a mi mismo)
¡Son tan plácidos y tan sufridos!
Me quedo mirándolos días y días sin cansarme.
No preguntan,
ni se quejan de su condición;
no andan despiertos por la noche,
ni lloran por sus pecados.
Y no me molestan discutiendo sus deberes para con Dios...
No hay ninguno descontento,
ni ganado por la locura de poseer las cosas.
Ninguno se arrodilla ante los otros,
ni ante los muertos de su clase que vivieron miles de siglos
antes que él.
En toda la tierra no hay uno solo que sea desdichado o venerable.
Me muestran el parentesco que tiene conmigo,
parentesco que acepto.
Me traen pruebas de mi mismo,
pruebas que poseen y me revelan.
¿En dónde las hallaron?
¿Pasé por su camino hace ya tiempo y las dejé caer sin darme cuenta?
Camino hacia delante, hoy como ayer y siempre,
siempre mas rico y mas veloz,
infinito, lleno de todos y lo mismo que todos,
sin preocuparme demasiado por los portadores de mis recuerdos,
eligiendo aquí solo a aquel que más amo y marchando con {el en un abrazo
fraterno.
Este es un caballo ¡Miradlo!
Soberbio,
tierno,
sensible a mis caricias,
de frente altiva y abierta,
de ancas satinadas,
de cola prolija que flagela el polvo,
de ojos vivaces y brillantes,
de orejas finas,
de movimientos flexibles...
Cuando lo aprisionan mis talones, su nariz se dilata,
y sus músculos perfectos tiemblan alegres cuando corremos en la pista...
pero yo solo puedo estar contigo un instante.
Te abandono, maravilloso corcel.
¿Para qué quiero tu paso ligero si yo galopo mas de prisa?
De pie o sentado, corro más que tú.
Walt Whitman (extracto de canto a mi mismo)
-Contigo-
No estás tan sola sin mí.
Mi soledad te acompaña.
Yo desterrado, tú ausente.
¿Quién de los dos tiene patria?
Nos une el cielo y el mar.
El pensamiento y las lágrimas.
Islas y nubes de olvido
a ti y a mí nos separan.
¿Mi luz aleja tu noche?
¿Tu noche apaga mis ansias?
¿Tu voz penetra en mi muerte?
¿Mi muerte se fue y te alcanza?
En mis labios los recuerdos.
En tus ojos la esperanza.
No estoy tan solo sin ti.
Tu soledad me acompaña.
Manuel Altolaguirre
No estás tan sola sin mí.
Mi soledad te acompaña.
Yo desterrado, tú ausente.
¿Quién de los dos tiene patria?
Nos une el cielo y el mar.
El pensamiento y las lágrimas.
Islas y nubes de olvido
a ti y a mí nos separan.
¿Mi luz aleja tu noche?
¿Tu noche apaga mis ansias?
¿Tu voz penetra en mi muerte?
¿Mi muerte se fue y te alcanza?
En mis labios los recuerdos.
En tus ojos la esperanza.
No estoy tan solo sin ti.
Tu soledad me acompaña.
Manuel Altolaguirre
Voy a apagar la luz
para quedarme a oscuras con tu rostro,
para inventar de nuevo aquel instante:
Intimidad etérea y fulminante,
piel en la voz,
voz en el canto,
en la mirada...
Voy a apagar la luz
porque la oscuridad me obliga a dibujarte,
me da la dulce libertad de juntar las ternuras,
de calcar las ansias y borrar las soledades...
Voy a apagar la luz
para pensar en ti.
Viviane Nathan
para quedarme a oscuras con tu rostro,
para inventar de nuevo aquel instante:
Intimidad etérea y fulminante,
piel en la voz,
voz en el canto,
en la mirada...
Voy a apagar la luz
porque la oscuridad me obliga a dibujarte,
me da la dulce libertad de juntar las ternuras,
de calcar las ansias y borrar las soledades...
Voy a apagar la luz
para pensar en ti.
Viviane Nathan
En cada lealtad hay un rumor de transparencia.
Yo he querido un respeto de cristal.
Que la lluvia viniese sobre mí
con sus alas de tarde,
que la noche difícil se moviera
como un vaso de agua en nuestra mano,
que las enamoradas
buscasen un espejo donde sentir los labios,
y que la historia
con su tacón injusto
no pisara mi vida,
porque la lluvia y yo
y las enamoradas y el espejo
no somos partidarios de los cristales rotos.
Luis García Montero
Recién sacado del horno.
Como siempre; brillante.
Dolencias
No sé que duele más, si la muñeca por el Síndrome Del Túnel Carpiano
O el hombro derecho por la dolorosa tendinitis.
Estas dolencias torturan lentamente
Y atormentan mi cuerpo sin ninguna clemencia.
Ya la cortisona no esta haciendo efecto
Y el brazo me duele hasta hacer llorar.
Debería dejar por un tiempo el ( PC )
Pero yo no puedo estar si dejo de escribir.
El brazo duele y el dolor es inmenso, otra cirugía ya no quiero más
Tengo que escribir las palabras del alma y esta dolencia lo hace difícil.
Ahora comprendo a la compatriota Kahlo
El cuerpo le dolía y seguía pintando;
El arte que se ama se vuelve imprescindible
Y toda dolencia se manda ¡al carajo!
Seguiré escribiendo a pesar del dolor
Porque las palabras no las puedo ahogar.
A ratos pequeños tomaré un receso,
pero la dolencia ¡no podrá vencer!
Palabras del alma.
Y de un infinito dolor
Martha Humphrey
No sé que duele más, si la muñeca por el Síndrome Del Túnel Carpiano
O el hombro derecho por la dolorosa tendinitis.
Estas dolencias torturan lentamente
Y atormentan mi cuerpo sin ninguna clemencia.
Ya la cortisona no esta haciendo efecto
Y el brazo me duele hasta hacer llorar.
Debería dejar por un tiempo el ( PC )
Pero yo no puedo estar si dejo de escribir.
El brazo duele y el dolor es inmenso, otra cirugía ya no quiero más
Tengo que escribir las palabras del alma y esta dolencia lo hace difícil.
Ahora comprendo a la compatriota Kahlo
El cuerpo le dolía y seguía pintando;
El arte que se ama se vuelve imprescindible
Y toda dolencia se manda ¡al carajo!
Seguiré escribiendo a pesar del dolor
Porque las palabras no las puedo ahogar.
A ratos pequeños tomaré un receso,
pero la dolencia ¡no podrá vencer!
Palabras del alma.
Y de un infinito dolor
Martha Humphrey
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