"La pasma anda buscando a Jimmy Jazz"
J.M.GOMEZ Enviar a un amigo Imprimir noticia
Discos, vídeos, entrevistas y conciertos grabados, carteles, fanzines, mesas redondas... hasta el próximo 5 de diciembre la Sala Rekalde invita al visitante a adentrarse en un paseo por la nostalgia, por la banda sonora de una década a ritmo de Kortatu, Zarama, Eskorbuto, Hertzainak, Cicatriz, La Polla...
Nadie se sentía identificado con esa etiqueta y existen tantas versiones sobre su origen como de cualquier otro acontecimiento histórico, pero lo cierto es que el "Rock Radikal Vasco" existió y dio tanto juego como para dedicarle una exposición.
Años 80: desempleo, reconversión, industrial, la droga entrando a saco en los barrios, política a flor de piel... la verdad es que Euskadi era por aquel entonces un terreno más que abonado para que los jóvenes explotaran por cualquier senda su frustración, y la mayoría de ellos encontraron en la música su principal vía de escape y modo de manifestarse.
Puede que el detonante fuera la escandalosa actuación de las Vulpess en televisión, las influencias punks que llegaban desde Gran Bretaña, los conciertos anti-OTAN, qué más da, la realidad es que la escena vasca vivió hasta la llegada de los noventa un boom que todavía hoy muestra palpable sus posos en los grupos más noveles.
La Polla Records, RIP, Eskorbuto, Zarama, Hertzainak, Kortatu, MCD, Potao, Tijuana in Blue, Cicatriz, Zer Bizio? Vómito... el catálogo es amplio y variado, tan nutrido o escaso como se quiera. Y no se centró sólo en la música: ahí están los gaztetxes, las radios libres o los fanzines para corroborar que el Rock Radikal Vasco -o lo que se dio por denominar así- fue una expresión que englobaba toda una rabia, una actividad creativa frenética, una fiebre digna de ser analizada.
Ahora, con la perspectiva que da el tiempo transcurrido, la Sala Rekalde presenta la exposición "Beste bat!", un recorrido por la geografía musical, gráfica y emocional que, tomando el punk-rock como referencia marcó una época. Para dar testimonio de ello, se han reunido discos, carteles, fanzines, vídeos... una oportunidad para dejarse llevar por la nostalgia o acercarse por primera vez a un fenómeno que, aunque más atenuado, ha seguido presente en nuestro entorno desde entonces. Y quien no lo crea, no tiene más que pasarse por cualquier txosna e ir apuntando canciones.
Abierta al público hasta el 5 de diciembre, la muestra se acompaña de proyecciones de vídeos, mesas redondas, conciertos... rescoldos de un movimiento que marcó la banda sonora vital de buena parte de nosotros y nosotras.
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