"Como numerosos archivos de esa época, el Archivo Rojo ha permanecido oculto. Al abrir los legajos del Archivo de la Causa General han aparecido hasta balas. Al digitalizar el archivo pretendemos preservar la documentación y difundirla, conocer y reconocer nuestra historia más triste", explica el director general de Archivos y Bibliotecas, Rogelio Blanco. El archivo se abre para cerrar heridas.
Bautizado así en honor al general republicano responsable de la protección de Madrid cuando el Gobierno se trasladó a Valencia, el Archivo Rojo fue, al principio de su vida, un arma de propaganda, y después, un instrumento de represión. Los republicanos quisieron utilizarlo "en la lucha contra el fascismo" para "informar a la opinión internacional del gigantesco esfuerzo que realizaba el pueblo español para defender su libertad", en palabras de Azaña. Franco lo convertiría, poco después, en un impagable delator de enemigos del régimen.
Algunos ejemplos:
Una mujer con sus hijos, durante un bombardeo

La plaza de España de Madrid

La cava de San Miguel

Combatientes anónimos, no sólo en la ciudad sino también en el campo.

Café en la calle de Alcalá

Calle de Leganitos

Puerta del Sol

Gran Vía, esquina con Caballero de Gracia

Un grupo de mujeres confraterniza con los soldados republicanos
