tremendo el disco...

[apalancao]

que se ha marcado ZAKK WILDE y sus BLACK LABEL SOCIETY,para mi el mejor de su carrera sin duda,geniales esas guitarras que tanto cuestan de encontrar en el panorama actual,sonido arrollador en su nivel justo,medios tiempos fantasticos,recuerdos de black sabbath,alice in chains...en fin,un disco que me ha puesto las pilas en el momento en que empezaba a perder la fe.

esto que viene a continuacion no es mio,lo he encontrado por hay...

Olvídate de Nightwish, de las mariconas chandalistas nu-metaleras, de los plastas europeos (italianos, vaya), de los melenudos vestidos de negro que se hacen fotos con espadones, de los risibles Mago de Öz, y de todas esas zarandajas: este hombre sustituyó al malogrado Randy Rhoads como guitarrista de Ozzy Osbourne cuando apenas tenía 19 años, en aquél ya lejano No Rest for the Wicked (1988), y estuvo a la altura. El sólo de Crazy Babies sigue poniéndome los pelos de punta 17 años después. Desde entonces ha acompañado a Ozzy en todos sus discos y giras, y aún ha sacado tiempo para sus proyectos personales: aquél atípico Book of Shadows, el experimento redneck de Pride & Glory, y el disco prácticamente anual que saca con su Black Label Society. Probablemente sea uno de los músicos que más duro y continuadamente trabaja en el mundo. Y probablemente, también, sea uno de los últimos guitar heroes auténticos que vamos a disfrutar, porque las tendencias van en otra línea. Quién sabe, igual de aquí a cinco años se vuelven a poner de moda los buenos guitarristas. La propuesta de Zakk Wylde no tiene nada de sotisficado, él mismo lo definió como un cruce entre los Allman Brothers y Black Sabbath: aún siendo un virtuoso como ellos, no se mueve en la misma esfera que Steve Vai o Joe Satriani, ni por actitud, ni por música. Su música huele a alcohol y sudor, y su aspecto de leñador se corresponde con lo primitivo de sus riffs y lo cortante de sus solos. No cuesta nada intuir de dónde saca la inspiración para cada una de sus canciones. Quizás la única distinción posible sea ?las lentas son las de la resaca, las otras las de la borrachera?. Mafia es su último álbum, y suena tan aplastante que es tan adictivo como planear el fin del mundo. Suicide Messiah, sabiamente elegida como primer single, es un ejemplo perfecto: la voz de Zakk planea en un registro a medio camino entre Axl Rose y el propio Ozzy, y su guitarra chilla, ruge, vibra, e incluso muge. Pero este no es el disco de un guitarrista. Es un disco con guitarras que hace que creas fírmemente en aquella vieja frase: el rock?n'roll salvará el mundo. El tipo de rock que va de frente, el que no esconde sus orígenes, el que no disfraza las guitarras sino que las pone a tope. El rock gritón, algo que nunca morirá, mientras todo lo demás, tecnoñordos, pinkfloydismos, divismos y ñoñerías, son fugaces Tendencias.

Zakk Wylde me cae bien?