
El mal de ojo de Bowie
Un espectador le arrojó una piruleta que se clavó en el párpado izquierdo del cantante, en pleno concierto en Oslo
J. A. GONZÁLEZ CARRERA/BILBAO
«¿Dónde estás? Es fácil desaparecer en la multitud, maldito idiota. Te encontraré, cabrón», bramó David Bowie, en pleno concierto la otra noche en Oslo, con el palo de una piruleta, con forma de corazón, clavado entre el párpado y el ojo izquierdos. Alguien le había lanzado el objeto con saña. El concierto estuvo a punto de suspenderse, pero el legendario y versátil intérprete y compositor, que el próximo 14 de julio actuará en la plaza de toros de Bilbao, decidió continuar.
Acababa de interpretar 'Battle', el tercer tema de la noche. Actuaba ante unas 7.000 personas, en el marco del festival al aire libre 'Norwegian Wood', en las cercanías de la capital noruega. De repente, se fue hacia el fondo del escenario. Dicen que su paso era vacilante, pero que poca gente se dio cuenta de lo que pasaba hasta que Bowie, según cuentan los testigos, volvió sobre sus pasos y con la piruleta todavía incrustada en el párpado, cogió de nuevo el micrófono para maldecir a su agresor.
Dios, qué imagen más cojonuda!
