Reseña de www.espectacularia.com

[jorgesuave2]

El líder de Los Suaves, Yosi, vive solo en el campo, rodeado de naturaleza, ajeno al tumulto de la ciudad, entre libros de poetas y cuadernos en los que apunta cualquier idea que se pasea por su cabeza. Esa actitud de eremita enfrascado en disquisiciones inhabituales para el común se transparenta en esos textos cada vez más desasosegantes que necesitan sus alaridos de lobo solitario para ser expresados con fidelidad. Nunca antes su voz se había esforzado tanto en lanzar hasta la rotura aullidos de indignación y esa pesadumbre de raigambre metafísica que encuentra en las guitarras feroces su mejor aliado. «Si yo fuera Dios» consagra la marca de la casa y es un catálogo cebado de lírica exquisita y rock duro abrumador. Nuevas muescas después del muestrario antológico del pasado año «Un paso atrás en el tiempo» (ver reseña). Diez piezas de un abundante aliento poético que cuaja en frases dignas de ser citadas. Un recorrido por el mapa de la zozobra y el desarraigo existencial expresado con acritud y una amargura tan enorme que por momentos uno se imagina a Yosi en un tugurio sofocado de humo y luz paupérrima echándole una bronca de dimensiones bíblicas al de Arriba. Su voz sigue siendo de cazalla y terriblemente aguardentosa como si se hubiera puesto a grabar al llegar de una juerga etílica que ha durado tres meses. Expresa inquina y dolor, credibilidad, pena de la que muerde las entrañas, no huele a teoría postizo. Al contrario. Es tan acibarada y tan real que por momentos acongoja. Esa voz se rompe en la inicial «Judas», en la elegía furibunda de gran poso poético y sonido tranquilo titulada «Ojos», en la letanía que da título al álbum, en la radiografía de una vida baqueteada («Viejo»), en el habitual himno de alabanza al rocanrol y futuro clásico («Mi casa»), en ese testimonio acústico y apologeta que es «Libertad». Hay tempestades de virtuosismo guitarrero y velocidad de montaña rusa en varios cortes que incitan a que la sangre se amotine en las sienes. Álbum con reconocible y apabullante impronta Suaves. Probablemente su mejor disco. Mejor aún que «Víspera de Todos los Santos».

Autor crítica: Josemi Valle