¿Sueñan los rockeros con aquel Bilbao sucio y gris?

Para hablar de todo lo que tenga que ver con Extremoduro, Fito&Fitipaldis, Platero y tú, La Gripe, Flying Rebollos... y toda esa mala gente que anda por Bilbao
LEON_SOLO
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¿Sueñan los rockeros con aquel Bilbao sucio y gris?

Mensajepor LEON_SOLO » Vie Ene 18, 2013 12:07 pm

El documental '160 metros: una historia del Rock en Bizkaia' se pregunta si la metamorfosis de la capital ha adormecido la creatividad

17.01.13 - 00:13 - ISABEL IBÁÑEZ


Tenía Eskorbuto una canción titulada 'Ratas en Bizkaia' que definía a la perfección el Bilbao gris que ahora sólo es un recuerdo borroso: "Desde Santurce a Bilbao, vengo por toda la orilla... / Mirarás al cielo y verás / una gran nube sucia / No lo pienses, no lo dudes / Altos Hornos de nuestra ciudad / Mirarás las fachadas / llenas de mierda, llenas de mierda / Desde Santurce a Bilbao, vengo por toda la orilla / Somos ratas en Bizkaia / Somos ratas contaminadas / Y vivimos en un pueblo / que naufraga, que naufraga, fraga, fraga / El orgulloso Puente Colgante / por debajo el gran Nervión / donde reposan los excrementos / despidiendo mal olor".

Pese a todo, hay quien piensa que la belleza metálica e industrial de nuestra ciudad era una musa más inspiradora que las palmeras que hoy adornan algún paseo ribereño. Que la preferían con el maquillaje ahumado y el rímel corrido que con la cara lavada y recién peiná. Otros, todo lo contrario.

Porque dos décadas después, la Ría tiene otro color y olor. El Puente Colgante que une ambas márgenes sigue ahí, inmutable, pero antes funcionaba más como frontera de dos formas radicalmente distintas de vivir y sentir y hoy es sólo una manera de salvar los 160 metros que separan allí las dos orillas, más parecidas que nunca. La distancia que da nombre a un proyecto que quiere narrar en forma de documental la "transformación urbana que tuvo lugar en los años 90 en ambas márgenes de la Ría desde el punto de vista del rock". Como explican sus responsables, en aquel entonces, la izquierda, azotada por la reconversión industrial y el paro, "sonaba a punk, a reivindicación social, a Eskorbuto, Zarama, Parabellum... y la derecha, mucho más hedonista y global, a El Inquilino Comunista, Lord Sickness, Los Clavos... al Getxo Sound".

Eso será '160 metros: una historia del rock en Bizkaia', una aproximación a lo que supuso la transformación urbana para la escena rockera vizcaína. Una de las tesis es que conforme la villa y su entorno iban perdiendo grisura -los responsables del documental ponen el punto de inflexión en la construcción del Guggenheim-, la escena rockera se iba diluyendo: "Precisamente esa es la cuestión clave que intentamos responder, de forma genérica y mediante las respuestas de los entrevistados de manera particular. No queremos que ésta sea una respuesta cerrada, sino que cada uno nos muestre sus sensaciones y deje al espectador que se haga a sí mismo esa pregunta", explica Álvaro Fierro, el codirector. Intentarán contestar los músicos y periodistas que participan en el reportaje con su testimonio: Roberto Moso (Zarama), Álvaro Heras (Los Bonzos y Painkillers), Javi Letamendia (El Inquilino Comunista), Paco Galán (Eskorbuto), Najwa Nimri, Juan Carlos Parlange (Los Clavos), Isabel Fernández (Electrobikinis)...

Pero el hecho, añade Fierro, es que "la hemeroteca, no sólo vizcaína sino internacional, nos dice que dentro de los contextos más complicados económicamente hablando y, por ende, con una juventud desencantada y aburrida, la proliferación de bandas con mensaje social era mayor (ya es un tópico mencionar la Inglaterra del 76). Conforme se iba modernizando Bilbao, la escena del botxo se ha tornado más variada, con un mensaje más ecléctico y quizá con más ganas de diversión que de rabia". De hecho, en el cuestionario con el que sondearon el proyecto hacían una pregunta final sobre si el paso de Bilbao a ciudad de servicios "ha adormilado la creatividad y se ha creado en función de las modas, como ha ocurrido en muchas ciudades post fordistas (léase Manchester). Ese Bilbao gris es muy interesante sin duda desde el punto de vista histórico, y más con la perspectiva que otorga el paso del tiempo. Aquí cada uno, según su experiencia, tendrá unas impresiones u otras".

Sin clases ni prejuicios

Xuxo, el hasta hace bien poco dueño (durante 23 años) del bar Umore Ona, que ha sido y es uno de los más importantes de la escena musical bilbaína, aporta para este periódico su visión como alma mater de un local por el que han pasado e incluso se han gestado un montón de grupos (Platero y tú, Fito, The Flying Rebollos, La Secta, La Casa Usher...). Considera que la transformación urbanística no ha sido determinante, "eso no es motivo de que se pierda creatividad ni imaginación, pero sí que entonces acababa de llegar un barco llamado libertad, aquí y en otras partes, y había un montón de ideas que aportar, algunas buenas y otras equivocadas. Sí se ha perdido actitud rebelde, pero es que aquellos eran los 80, había muchas diferencias de clase social, con una crisis tremenda, con paro, que yo pensaba que nunca en mi vida llegaría a trabajar, que de cada diez amigos míos sólo trabajaban dos... Vamos, como ahora, pero nos hemos vuelto más conformistas, pensamos eso de que está ya todo hecho, inventado".

Oscar Cubillo, crítico musical de EL CORREO, cree que en este tiempo "las diferencias estilísticas se han eliminado en su mayor parte. Digamos que ya no existe la ría como marca para crear música: punk en la izquierda y pop en la derecha. Ambas márgenes han osmotizado su forma de ver y hacer música. Y no se ha perdido creatividad. Al contrario. Hay más ofertas estilísticas, antaño limitadas al punk, al cantautor euskaldun envarado y al pop de Getxo, que la verdad apenas existía en los 80, Rufus y poco más. Hoy día hay más creatividad, o al menos más referencias. Hay grupos de country y de blues, de todo, hasta de raggamuffin y ska". Fierro opina que el 'acercamiento' de las orillas ha sido positivo "porque deja de haber clases y prejuicios, y eso es bueno para todos, para el rock y para los individuos que conforman la escena. Hoy en día, en Bilbao y alrededores, hay grandes nombres de grupos en ambas márgenes y muy distintos a las que había en los 80 y 90. Efectos de la globalización digital, pero también económica".

Colaborar con crowdfunding

A mediados de los 90, con la mítica sala Gaueko todavía abierta, Álvaro Fierro -codirector del documental junto a Joseba Gorordo- aún era "un adolescente que apenas salía de su pueblo, pero la frescura de esos años pre Internet, donde la creatividad había que crearla, valga la redundancia, con menos masa crítica que ahora, y donde los conciertos no eran tratados como un evento puramente económico sino hedonista, eso sí se puede echar de menos". Cubillo, sin embargo, considera ese Bilbao "limitado, frustrante incluso. No había tanto donde elegir. En los 90 despegó la escena, con salas de conciertos como el Kafe Antzokia. Entonces Bilbao se convirtió en punto de paso de las giras internacionales. Lo que teníamos antes era escaso y a menudo gris, claro. Ahora es todo mucho mejor. Hasta disponemos de transporte público nocturno para ir a los conciertos. La nostalgia sobre esos tiempos imagino que se podrá defender en función de lo bien que se lo pasó cada cual. Pero en los 80 no había casi nada, en los 90 empezaron a venir grupos y hace poco hemos visto por ejemplo a la Jim Jones Revue".

El primer capítulo, de 10 minutos, se empezará a rodar en febrero para estrenarlo en Internet y en ETB. Serán cinco en total, 50 minutos de historia nuestra que podrían verse en un futuro en formato serie en alguna cadena de televisión. "Ojalá -dice Diego Urruchi, productor-. Inicialmente lo planteamos como un documental de 55 minutos, pero la financiación de un proyecto de este tipo no es sencilla. Tras recibir varias negativas a subvenciones y patrocinio de entidades y marcas, decidimos fragmentar el documental para producir un primer episodio con nuestros medios y pidiendo material de archivo".

Para poder pagarlo han recurrido a la aportación popular, al crowdfunding tan de moda. Y de momento marcha "muy bien- asegura Raúl López, coproductor del documental y responsable de la web TV StereoZona-. Estamos muy contentos, de momento lo han cofinanciado 206 particulares y también tenemos coproductores como EiTB y el Kafe Antzokia de Bilbao, entre otros". A unos 30 días de que acabe el plazo tienen ya 6.710 euros de los 7.655 que hacen falta para la primera entrega (para el resto necesitan el apoyo de una marca o televisión). El que quiera colaborar, puede hacerlo en la plataformagoteo.org.


kokoliso escribió: Schlomo quizá yo no esté en mis cabales, pero si añoro el viejo Bilbao de los 80; tengo 45 años y rulé sin parar en aquellos convulsos años; frecuentaba el Gaztetxe del Casco (la mejor sala de conciertos que había, memorables bolos presencié allí), Gaueko, Umore, Itu, Barrenca...corría el caballo que daba gloria, la ciudad era un estercolero...pero era una ciudad con personalidad, divertida y con casta; llamadme orate, pero creo que el Guggenheim ha hecho bastante daño a Bilbao, excepto a los jetas de los bareros (la hostelería en Bilbao es nefasta y carísima) y a los políticos de turno, empezando por el inefable AZcuna y su infinito ego. Quizá la nostalgia de los años en los que mejor te lo pasas te haga ser poco objetivo, no lo niego, pero daba gusto salir por cualquier calle; ¿os acordáis en Pozas atestado de gente aquello de "quien no pita no pasa" a los coches porque no podían avanzar de cómo estaba la calle cualquier viernes o ´sabado?, ¿os acordáis de Barrenca mirando hacia la ría desde el gure txoko, lleno de cabezas, a tope de gente pasándoselo bien (bueno, eso y los corrillos que se montaban cuando había la típica tangana entre punkis, heavys o rockers)?. Incluso las peleas que había eran mucho más "nobles", la gente se daba unas hostias y luego podían coincidir esa misma noche y pagarse un trago el uno al otro; ahora si tienes una pelea, primero reza para que no slga alguna navaja, y luego para que no vaya toda una horda de descerebrados a, literalemte, matarte y patearte la cabeza en el suelo.
No sé, es ceirto que cada uno cuenta su historia en relación a cómo se lo pasó, pero lo cierto es que el ambiente en Bilbao ha desaparecido, en cualquier ciudad está mejor que en la nuestra (gran culpa es de los leñazos injustificados que te meten en los bares).
En cuanto a la música, no sé, creo que si había más uniformidad de estilos (pocos grupo en plan pop, Rufus, los Impecables...), todo en plan punk y rock, pero cuando leía en el bat bi hiru del Egin los conciertos del finde que había por BIlbao, era impresionante la cantidad de bolos que se programaban; ahora el panorama musical es desalentador y, sobre todo, tremendamente artificial, de pose y encorsetados por tanta legislación.
En definitiva, lo que si había, auqneu parezca lo contrario, era más libertad; cuanto más creemos que progresamos, más controlados estamos y menos libertad tenemos. Mi humilde opinión, y respeto las demás
Polemista escribió: la noche en Bilbao en los 90.... ir de poteo a base de kalitxikis, salir del caso a las 6 de la mañana, incluso las chicas, sin miedo a ser agredidas, cargas de la policia nacional en Barrenkale, ir al txokolanda de madrugada e intentar engañar al de la entrada para que te dejase entrar...
conciertos de kojon prieto y los huajolotes en santutxu, kortatu en la aste nagusia, negu gorriak en la feria de muestras, las fiestas de Sarriko.....
antes sexo (poco) droga y rockanrol?
ahora sexo (poco) botellon y regeton
Sugus escribió: Yo tenia mas pelo en esos años y trabajaba en un bar. Me abrí a la música y a los nuevos grupos por un fanzine que se llamaba Sintonía Cerebral. Te informaban igual de punk que de pop, musica mod, rockabilly o ska. La misma persona que lo hacía era la que venia a buscar publicidad y a cobrarla. Siempre tuve cierta admiración por la iniciativa de esta persona, a quien igual veia un dia con Eskorbuto, hablando de la grabación del disco Impuesto Revolucionario, que acompañado de los Dinamita Pa los Pollos o Siniestro Total. Recuerdo que hasta los Decibelios le dedicaron un disco.
En tiempos de choques entre punks, rockers y mods, a el se le veía cómodo y siempre de buen rollo con todos.
Años mas tarde supe que Platero y Tu ficharon con DRO porque el lo propuso, ya que trabajaba en esa compañia, y después le he vuelto a ver cuando he acompañado a mis hijas a firmas de discos de Marea y otros grupos. Creo que ya no se acordará de mi, pero yo tengo buen recuerdo y además varias personas que le conocen me han dicho que sigue siendo un buen tio.
Su hermano ahora lleva muchos de los conciertos del Antzokia. No se si saldrán en el documental, pero para mi son personajes que han aportado algo a mi ciudad.
Ese Bilbao sucio y gris no es comparable al Bilbao de ahora. Mi sensación es que ibamos a conciertos con mas hambre y pasión que nuestros hijos. Teniamos menos información pero la absorbiamos mejor. Cuando me gustaba un disco, me duraba mas de un año sin cansarme, ahora mis hijas se cansan en 3 meses o menos.
Desde aqui quisiera agradecer a los que hacían Sintonia Cerebral que me descubriesen tantos grupos de estilos diferentes y que me enseñasen a no cerrarme a un tipo de música. Hoy en dia me siguen gustando MCD, Los Nikis, Muse o Joy Division.
Dieter escribió: No creo que Sting, ACDC o Metallica necesiten venir a Bilbao para tener repercusión internacional, como dice Pitarate. Es al revés, desde Bilbao se les trae con ese fin. De hecho los conciertos de esos artistas han sido en Barakaldo, la despreciada Ciudad Fabril, chica para todo de un Bilbao burgués y pretencioso que si tuvo algo de movida musical fue gracias a muchos chicos de los pueblos circundantes. Chicos que sí vivían y pisaban las calles de un Bilbao borracho y embrutecido y que se ha convertido en meretriz de mírame y no me toques.

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