el sandwich se quedó frio en la barra esperándote
los Caska de puta madre, aunq el sonido no estaba muy allá. Siempre es un placer verles, conciertazo, muy emotivo, habia ya ganillas. La leche, sonaron algunos temas nuevos, sonaron las clásicas, colaboradores varios (el cantantate de Rojo Omega, un tal Roberto noseq, mmmm), la chica del violin que les acompaña ultimamente. De puta madre