
Código: Seleccionar todo
Nuestra función en el mundo
se ha desvelado por fin.
Somos el órgano sexual de la máquina,
gracias a nosotros se reproduce
y se perpetúa,
y somos el agente de la evolución,
su mutación, su cambio.
Somos quienes hacemos posible su supervivencia.
Creemos que la dominamos,
que controlamos su destino,
pero la máquina no está ahí para nosotros,
está ahí para ser.
Cuando se creó la primera rueda,
apareció para quedarse.
Ignorándola, te conviertes en su esclavo.
Sólo hay un modo de escapar:
convertirla en humana, conseguir que nos valore
como algo más que semen derramado.
No se permiten máquinas.
Detened la máquina, muchas gracias.
El caos es ahora.
