Os dejo mas cositas relacionadas con Marea y su proximo disco.
Lo que parece ser, va a ser la portada del disco ... jejeje
Y ahora os dejo la ultima parte de la Biografia de Marea, titulada "A las penas Puñalas" y escrita como no, por el propio Kutxi Romero.
"A las penas, puñalás"
Un día, viendo la tele, descubro un dato interesante. En un programa de marujeo comentan que la media de vida de un ser humano es de setenta y seis años. De inmediato me echo las cuentas y me salen veintiocho mil días. Veintiocho mil días a puñalada por día son veintiocho mil puñaladas, pienso. Qué buen título para el disco nuevo, cojones. De inmediato llamo a Ramone, que es un ilustrador que me encanta para encargarle la portada. Le digo el título y lo dejo a su aire. Tú verás, Ramone, dibuja lo que te sugiera.
Por otra parte, durante la grabación del disco se van cumpliendo sueños a una velocidad vertiginosa. En poco menos de una semana graban en el mismo el gran Manolillo Chinato, poeta y amigo, y el mismísimo Rosendo Mercado. El día que Rosendo vino al estudio casi me pega un infarto. No lo podía creer. La persona con cuya música había crecido, no sólo yo, sino toda una generación de rockeros, estaba preguntándome mi opinión acerca de si lo estaba haciendo bien o mal a través del cristal del estudio. Increíble. Ya me puedo morir tranqui, pensé. El disco sale a la venta el día 22 de Abril del 2004. En menos de una semana nos comunican que ya somos disco de oro y de que también nos van a entregar el disco de oro de Besos de Perro, que a estas alturas también ha vendido más de cincuenta mil copias. No nos da tiempo a asimilar tantas buenas noticias ya que la gira la empezamos de inmediato. La acogida es espectacular. Llegamos a meter diez mil personas en Madrid, en la plaza de toros de Vistalegre, y otras diez mil en la plaza de toros cubierta de Leganés. Llenamos en casi todos los recintos del estado en los que tocamos. No podía ir mejor. Pero como dice el principio de Peter, todo lo que tiene un cincuenta por ciento de posibilidades de salir bien, tiene un setenta y cinco por ciento de posibilidades de salir mal. Tate.
Doy un brazo por el rock
La gira transcurre sin sobresaltos, dada la profesionalidad del equipo con el que trabajamos, así que los momentos de ocio cada vez son más y más distendidos. Siempre con alpiste de por medio. No me doy cuenta de que me estoy endiñando una media de dos litros de Ron Cacique por noche. Dos litros como dos soles. Se suceden los pedos sin darme cuenta de que llevamos unos sesenta conciertos de gira. Sesenta conciertos a dos litros por noche. Ciento veinte litros de ron. Si me pegan fuego estoy ardiendo quince días por lo menos. En fin, el caso es que en Lleida la lié. El 20-N de ese mismo año fuimos a dar un concierto a Lleida. Llegamos al pabellón a eso de las seis de la tarde. Como ya he dicho, a esas alturas llevábamos unos sesenta conciertos de gira, así que estábamos relajados. Todo funcionaba engrasado. Después de probar sonido, a eso de las siete de la tarde, me senté en una mesa del camerino con un libro y una botella de Cacique a la que a la hora y media aproximadamente sucedería otra. Alrededor de las once entra el Perrako, nuestro manager, al camerino a comunicarnos que salimos al escenario en cinco minutos. Es al levantarme de la silla para ponerme el traje y el sombrero cuando me doy cuenta del cuesco que llevo. De lo demás que ocurrió tengo difusos recuerdos. Recuerdo tirarme al público en la tercera canción. Dado que la media de edad y peso de las personas que acuden a nuestros conciertos es de dieciséis años y cincuenta quilos y de que yo mido uno ochenta y peso ciento diez pues imagínate. La hostia contra el suelo fue brutal. Caigo sobre la parte izquierda de mi cuerpo y mi brazo suena como el quebrar de sarmientos. De lo demás poco más recuerdo. Ambulancia. Hospital de Lleida. Un trato lamentable, no me operan de urgencia y me mandan al Hospital de Navarra con el brazo colgando y un diazepán para que me tranquilice. Me desmayo por el dolor a intervalos de cinco minutos. El Piñas me pone una cartera en la boca para que muerda y nuestra furgoneta vuela hacia Pamplona a doscientos kilómetros por hora. Compadres, lo peor de todo es que si la palmo se me va a recordar como el tío que la palmó el mismo día que el Generalísimo. Mantenedme vivo aunque sea hasta mañana, cojones.
Me operan dos días después ya que no hay cama para mi en el hospital y tengo que hacer cola. Es lo que tiene la seguridad social. Me mantienen sedado y me dan una caja de Nolotiles para que me los vaya administrando a mi criterio según la intensidad del dolor. En los veinte días de ingreso me doy cuenta de que acabo de dejar a quince personas sin trabajo y a cuatro mil más en un pabellón de Lleida con la boca abierta. Mierda. Les digo a los Marea que no suspendan la gira, que la aplacen, que en cuanto me pueda valer un poco la retomamos. Decido dejar de beber.
Una vez recuperado retomamos la gira y hacemos los veinte conciertos que nos quedaban. Al tercer concierto ya le estoy metiendo de nuevo al Cacique. Mañana lo dejo, que dice el Albert Pla. Mentira puta. En el último bolo de la gira, el día del padre de 2005 en La Casilla de Bilbao, no me bebo dos litros, sino tres, me hago con una maquinilla una cresta ridícula y con una bici que no sé de donde saqué me voy a dar un piri por Bilbo a las tres de la mañana con toda la comitiva de coches y furgonetas del equipo siguiéndome. Se acabó la gira, todos al pueblo.
Volvemos a hacer un parón. Esta vez parece que va a ser para largo. No tengo ni putas ganas de volver a subirme a un escenario en la puta vida. Me recluyo en Berriozar y apenas salgo del pueblo si no es para hacer alguna gestión o algo que nadie puede hacer por mi. No voy a conciertos ni a ensayar. He perdido la ilusión. Demasiada entrega me ha vaciado y me tengo que llenar. A mi manera. Eso supone una temporada de desintoxicación. Escribir siempre me sentó bien. Así que poquito a poco voy escribiendo estrofas y frases. También termino una novela que está esperando publicación. Todo a su tiempo. Durante dos años no me impongo ningún tipo de disciplina. Aparezco por el local de ensayo de vez en cuando y voy metiendo letras y acabando las canciones que el resto de los Marea van fabricando en mi ausencia. En el verano de 2006 y con unas cuantas canciones terminadas les comunico a los Marea que tengo ganas de salir de gira y de grabar un disco. La euforia es general. Me impongo una autodisciplina de ir a ensayar todos los días y en Noviembre de ese año tenemos el disco terminado. Los temas son guapos, en nuestra línea. Con las perras que hicimos en la gira anterior compramos un montón de cacharros para grabar, así que decidimos grabar el disco en el local de ensayo. Y aquí estamos, desde hace un mes, echándole carbón a la máquina, con Kolibrí y Frank Ramírez a los mandos, grabando el quinto disco. El 24 de Abril estará en las tiendas. Todavía me quedan muchos huesos por romperme y ando alerta: las aceras están llenas de piojos. Nos vemos. Queráis que no.
Kutxi Romero.
(Sacada de MareaRock)