Una sola palabra tuya me desarma,
Dejaría todo por unas mil noches de batalla contigo,
sin armas, yo, sóla con mi alma,
buscándo sólo el calor de tu abrigo
como la ira al enemigo
Despertar cada día mirando tu miranda,
cómplices sin importarnos a cambio nada,
Y es que tengo tanto que contarte
que me he precipitado al intentar amarrarte
Quise que fueses parte de mi vida,
el todo en mi nada,
lo lleno en mi vacío,
la compañía en mi soledad,
la causa en mis noches en vela,
y en mi buen depertar.
Las agujas del reloj, andando hacia atrás,
manojo de nervios en mi calma,
mi cuarto en mi lugar sin nombre,
mi dios en mi juventud,
mi orden en mi desorden,
mi dolor en mi cabeza,
mi maleta de equipaje,
cabilando, que siempre va a alguna parte.
Mi luna en mis mañanas,
mi sol en mis noches,
mi vagón de transporte,
el silencio en mi boca
que grita sentimientos,
sentimientos que bien sabes
y pareces no entender.
Sólo me queda la resignación
de obtener un matado adiós,
como vés, más no me puedo arrastrar,
y así te observo marchar,
para empezar a olvidar...
...aunque hace ya tiempo que echaste a volar.
Así te observo marchar...
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