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Me ha recordado a mi experiencia en el camino de Santiago. Así que permíteme la licencia de volver a escribirla, esta vez: dedicada a ti.
Camino de S. antiego
"El camino me llamó" te susurrará el viento disfrazada en una sonrisa peregrina. El camino es una metáfora. Es el comienzo de una nueva etapa en tu vida; es un final con sabor a continuará... Sentir una atracción bipolar entre reír y llorar. Huir para encontrarse a uno mismo, paradoja sin final. Tu fe brotará del esfuerzo de un paso más, si consigues no mirar atrás. Serás empujado por todo lo que tus pies no volverán a pisar, como si el dolor rastrease tus huellas. Te enamorarás de las lágrimas de arena y polvo; aliadas en tu huida de la realidad. Llorarás hasta el polvo del camino embarrar, buena excusa para encallar. Descubrirás que tú también eres materia capaz de saber que lo eres, sin sangre en las manos, despudriéndose el corazón. Respira, eres libre para gritar. El alma en calma, el sol detrás. El ayer se tornará en mañana si vuelves, una y otra vez, a mirar atrás.
Tus credenciales serán las ampollas de tus pies, el temblor de tus rodillas, el sudor de tu espalda y la humedad de mis mejillas. Rúbeos ojos con mirada perdida. La boca entreabierta, luchando por aspirar los últimos soplos de aire y paz. No es sadomasoquismo huir para escapar de tu dolor y encontrar otro dolor. Pero éste formará parte de ti como una mano o el dedo meñique del pie. Convivir con el dolor no es mucho peor que vivir en soledad. Valora su presencia como la mayor de las pertenencias, te sentirás vivo. Ahora, en ese momento, entenderás que es ser peregrino.
Escaparás del ayer para encontrarte con el mañana. Yo caminé para ser lo que un día fui, para aprender a ser otra vez yo. No preguntaré tus motivos. La superación personal es algo demasiado complejo para explicarse sólo con palabras. Sin lágrimas. Querrás que sean las piedras del camino las que establezcan tu destino, y no jugarte al azar la dirección del siguiente paso. Peregrino, huir en círculos es volver a empezar. Cierra los ojos para respirar, es un consejo, y te encontrarás de nuevo. Serás nuevamente tu mientras exploras los límites de tu cuerpo. Yo me encontré perseguido por la sombra de mi pasado. Una obligación: esparce las cenizas de las penas "queimadas", para que el viento las arrastre donde habite el olvido. Y al encontrar tu yo interior, sentirás como se ensancha el alma. En ese instante, con los pulmones hinchados, como un globo, te sientes tan ligero como para bailar con el viento. Es un instante eterno.
Los bolsillos vacíos y las manos agrietadas te animan a dar el siguiente paso. El camino te domestica, te enseña, te castiga y te cobija. Te abriga cuando necesitas un abrazo. Es una mano para levantarte y un hombro sobre el que llorar; aún sin fuerzas para hacerlo. Es tu compañero y tu aliado; es tu amo y tu señor. Es veneno y antídoto de tu dolor. Peregrino, debes ser consciente de lo que tienes para anhelar lo que buscas. La necesidad es cuestión de puntos de vista. Es una oportunidad a todas las cosas que merecen la pena. Quien camina a tu lado no es rival, es el estímulo para dar un paso más. Camina como viejo y llegarás a viejo. Camina como viejo y llegarás como joven. Camina lo suficiente como joven para que merezca la pena llegar a viejo. Debes ser la fuerza de reducir la distancia con el que te precede y la referencia de los que te persiguen. Debes ser una sonrisa amable al adelantar, un buenos días entre chirimiri y una mirada cálida de ánimo al ser adelantado. Tendrás el poder de auxiliar con la mirada, de sentir compasión y de compartir el dolor; aprovéchalo.
Con cada paso perderás la fe, lo sé, pero renacerán otras diferentes en las que creer. Cuando las flechas amarillas y las conchas dejen de revelar tu camino a seguir serás, verdaderamente, peregrino. No hay mayor penitencia que acabar el camino, te lo aseguro. Por desgracia serás consciente de ello cuando ya no haya marcha atrás. Después del kilómetro cero se esconde el verdadero camino: tu vida. Con la misma mirada y diferente forma de mirar.
Y ahora estoy aquí,
solo,
recordando lo que fuimos,
deseando volver junto a ti
para volver a sentirme
otra vez yo.
Buen camino.
_________________________
Siempre antiperegrino...
Camino de S. antiego
"El camino me llamó" te susurrará el viento disfrazada en una sonrisa peregrina. El camino es una metáfora. Es el comienzo de una nueva etapa en tu vida; es un final con sabor a continuará... Sentir una atracción bipolar entre reír y llorar. Huir para encontrarse a uno mismo, paradoja sin final. Tu fe brotará del esfuerzo de un paso más, si consigues no mirar atrás. Serás empujado por todo lo que tus pies no volverán a pisar, como si el dolor rastrease tus huellas. Te enamorarás de las lágrimas de arena y polvo; aliadas en tu huida de la realidad. Llorarás hasta el polvo del camino embarrar, buena excusa para encallar. Descubrirás que tú también eres materia capaz de saber que lo eres, sin sangre en las manos, despudriéndose el corazón. Respira, eres libre para gritar. El alma en calma, el sol detrás. El ayer se tornará en mañana si vuelves, una y otra vez, a mirar atrás.
Tus credenciales serán las ampollas de tus pies, el temblor de tus rodillas, el sudor de tu espalda y la humedad de mis mejillas. Rúbeos ojos con mirada perdida. La boca entreabierta, luchando por aspirar los últimos soplos de aire y paz. No es sadomasoquismo huir para escapar de tu dolor y encontrar otro dolor. Pero éste formará parte de ti como una mano o el dedo meñique del pie. Convivir con el dolor no es mucho peor que vivir en soledad. Valora su presencia como la mayor de las pertenencias, te sentirás vivo. Ahora, en ese momento, entenderás que es ser peregrino.
Escaparás del ayer para encontrarte con el mañana. Yo caminé para ser lo que un día fui, para aprender a ser otra vez yo. No preguntaré tus motivos. La superación personal es algo demasiado complejo para explicarse sólo con palabras. Sin lágrimas. Querrás que sean las piedras del camino las que establezcan tu destino, y no jugarte al azar la dirección del siguiente paso. Peregrino, huir en círculos es volver a empezar. Cierra los ojos para respirar, es un consejo, y te encontrarás de nuevo. Serás nuevamente tu mientras exploras los límites de tu cuerpo. Yo me encontré perseguido por la sombra de mi pasado. Una obligación: esparce las cenizas de las penas "queimadas", para que el viento las arrastre donde habite el olvido. Y al encontrar tu yo interior, sentirás como se ensancha el alma. En ese instante, con los pulmones hinchados, como un globo, te sientes tan ligero como para bailar con el viento. Es un instante eterno.
Los bolsillos vacíos y las manos agrietadas te animan a dar el siguiente paso. El camino te domestica, te enseña, te castiga y te cobija. Te abriga cuando necesitas un abrazo. Es una mano para levantarte y un hombro sobre el que llorar; aún sin fuerzas para hacerlo. Es tu compañero y tu aliado; es tu amo y tu señor. Es veneno y antídoto de tu dolor. Peregrino, debes ser consciente de lo que tienes para anhelar lo que buscas. La necesidad es cuestión de puntos de vista. Es una oportunidad a todas las cosas que merecen la pena. Quien camina a tu lado no es rival, es el estímulo para dar un paso más. Camina como viejo y llegarás a viejo. Camina como viejo y llegarás como joven. Camina lo suficiente como joven para que merezca la pena llegar a viejo. Debes ser la fuerza de reducir la distancia con el que te precede y la referencia de los que te persiguen. Debes ser una sonrisa amable al adelantar, un buenos días entre chirimiri y una mirada cálida de ánimo al ser adelantado. Tendrás el poder de auxiliar con la mirada, de sentir compasión y de compartir el dolor; aprovéchalo.
Con cada paso perderás la fe, lo sé, pero renacerán otras diferentes en las que creer. Cuando las flechas amarillas y las conchas dejen de revelar tu camino a seguir serás, verdaderamente, peregrino. No hay mayor penitencia que acabar el camino, te lo aseguro. Por desgracia serás consciente de ello cuando ya no haya marcha atrás. Después del kilómetro cero se esconde el verdadero camino: tu vida. Con la misma mirada y diferente forma de mirar.
Y ahora estoy aquí,
solo,
recordando lo que fuimos,
deseando volver junto a ti
para volver a sentirme
otra vez yo.
Buen camino.
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