un secreto de mi vida que solo puedo escribir

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AlBiTa
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un secreto de mi vida que solo puedo escribir

Mensajepor AlBiTa » Mar May 08, 2007 9:06 pm

Noche tras noche de los días de fiesta (Jueves, viernes, sábado y domingo) me veo sentado en el mismo banco del mismo pub haciendo lo mismo de siempre: fumar porros. Ya lo hago sin pensar, parece que ese rincón de la terraza se reserva desde que se abre hasta por la mañana para los ?raperos y porreros?, sí, así nos conocen.
A veces cuando estamos allí, me da por pensar. Veo a otras personas en otras mesas, hablando, riendo de algo que se acaba de contar? y luego nos veo a nosotros desde arriba, y siento angustia. Somos cuatro chavales tiraos en un banco, ensimismados, cada uno con un peta en la mano, o en su defecto, liándolo, estamos callados o últimamente discutiendo. Y me pregunto por qué continúo haciendo algo que me da rabia, pero no se contestar? Es lo que siempre hice y me sentiría perdido si todo cambiara, pero ya no tiene sentido.
Por hablar de lo bueno diría lo genial que lo pasaba antes con mis amigos de fumada los cuatro últimos días de la semana. Nos reuníamos todos, hablábamos, nos fumábamos, nos partíamos en grupo, sacábamos fotos, videos haciendo el tonto? Me sentía fuerte cuando iba con ellos por la calle, debajo de una gorra que me tapaba la cara, unos pantalones por debajo del culo y una camiseta hasta las rodillas. Daba la sensación de que pisábamos fuerte, de que no necesitaba nada más? Solo mis amigos y unos cuantos porros, a partes iguales los dos.
Sobre las siete de la mañana nos dirigíamos al ático de uno de mis amigos. Era la última parada. Allí subíamos a hacer un buen submarino que nos diera las buenas noches, y entonces, los cuatro, tiraos en dos sofás o en el suelo dormíamos como angelitos hasta que uno de nosotros abriera los ojos y se dedicara a picar a los demás. Entonces nos íbamos a desayunar por ahí, cada uno para su casa y a dormir toda la tarde. Volveríamos a vernos por la noche, para repetir la jugada. Y de lunes a miércoles el tema de conversación sería recordar la gran fumada que pillamos en el finde.
Este año vinimos a vivir para Oviedo. Yo quería alejarme de mi sitio, intentar sentar la cabeza, estudiar de una vez para sacar el bachiller? Me fui a vivir con mis amigos. Los cuatro de siempre nos metimos en un piso. Mala idea. La cabeza en lugar de sentarse se fue volando. En el piso, cada día era como un día de fiesta. Abrías la puerta de casa y entrabas en un submarino en el que aunque no fumaras ya estabas colocado, era imposible estudiar, pero era imposible que no fuera así. No podía decirles nada a mis amigos. Prácticamente la cohesión del grupo radicaba en nuestra afición por la marihuana y el chocolate. Se me olvidaba, teníamos algo más en común: la play station, pero no sin un canuto en la boca. Criticar eso sería una herida de muerte por mi parte hacia mis amigos, podría correr el riesgo de salir del grupo y no tengo nada más? Solo les tengo a ellos? y ya ni siquiera estoy seguro de ello, los veo como amigos de papel, amigos para fumar, no más. Ninguno de nosotros sabe nada de los demás, nadie sabe si quien tiene enfrente está triste, y si lo está no le importa, no quiere que se estropee su momento de colocazo y risas. Eso es otra cosa que antes me daba mucha rabia ¿Por qué siempre tenemos que estar riendo? La vida no es así, la vida no son todo alegrías ¿Por qué no hablamos de nuestras vidas, de nuestras preocupaciones? Al menos así podría decir que salgo con gente que conozco, no que quedé con unas personas a las que no conozco para fumar y para reírnos, aunque sea los unos de los otros. La cuestión es reirse, y cuanto más mejor.
Vivir juntos complicó las cosas, empezamos a pelearnos unos con otros, a tener problemas por el chocolate, porque uno tenía y lo fumaba solo, porque otro compartía, porque uno robaba petas? No podía seguir en esa situación y volví a mi pueblo, a intentar sacar algo de provecho a mi vida. Me siento fracasado, vacío, desorientado. Se multiplicó la cantidad de porros que fumaba desde el verano pasado, todo mi dinero se va en eso, y ya ni siquiera lo disfruto? Ya no me alegro de que hoy sea jueves y vaya a salir hasta por la mañana de colocazo con mis amigos, ya no es lo mismo, no es ocio, es obligación. Ahora parecemos muertos, somos cuerpos tiraos en un banco de madera, no hablamos, no reímos (y eso que antes me molestaba la obligación de reír, no se que será peor?). Y miro a mis amigos y me producen rechazo, igual que mi vida, igual que todo. Quise cambiar, quise poder mirarme al espejo y ver a una persona, no ver esa imagen que desde que empecé a fumar, a bailar breake y a vestir con ropa cuatro tallas mayor que yo se me colgó. Me corté el pelo, colgué los pantalones anchos en el armario con la esperanza de poder colgar así mi imagen, puse unos vaqueros normales, una camiseta de rock, un palestino al cuello y un macuto con un libro y los petas. Lo había conseguido, yo me veía diferente a pesar de que toda mi vida siguiera igual, pero eso no era suficiente. Por más que la gente me comentaba lo cambiado que me veían, seguían cerrándome las mismas puertas. Yo no puedo participar en conversaciones serias porque no me da la cabeza, no puedo entrar en este bar porque no quieren al Robe (así me llamo), el rapero porreta, no consigo tener novia porque ninguna chica quiere tener a su lado a una persona como yo, a un vacío, a un irresponsable, a un inmaduro, a alguien perdido, sin expectativas, sin cabeza? ¿A un drogadicto?
Se que para cambiar de vida me tengo que ir lejos, con mi nueva imagen, y probablemente sin mis amigos. Porque nunca pensé que fuera tan cierta la frase ?cría fama y échate a dormir?, y no se que precio estoy dispuesto a pagar para poder demostrar algo que ni siquiera tengo tan claro: que valgo la pena, y que merezco más que esto.
Supongo que lo más fácil es solucionar mi problema con el problema: saliendo al mismo banco de siempre a escuchar el silencio cortante entre cuatro amigos, a fumar, cada día uno más, olvidar la mierda de vida que tengo, consolándome con que las tres personas con las que estoy piensan lo mismo de las suyas. ?Consuelo de otros, consuelo de tontos? lo se, pero al fín y al cabo me llaman tonto tantas veces al cabo del día, que ya me lo estoy empezando a creer, igual que esa frase que tanto odio y tanto me duele ?Rober? siempre serás el mismo??.

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