¡Txan! ¡Qué alegrÃa que sigas por aquÃ!
Txan escribió:
CUESTIONES CIENT�FICAS PENDIENTES
Otros cientÃficos, sin embargo, recuerdan que las variedades transgénicas contienen un gen de resistencia a los antibióticos utilizados en la clÃnica humana. Dicho gen se utiliza para marcar una secuencia genética determinada y, aunque no tenga otra función, permanecen en los tejidos de las plantas durante toda su vida y también se transmite a sus descendientes. Si se transmitieran a bacterias peligrosas presentes en el organismo humano, dichas bacterias podrÃan quedar inmunizadas contra los antibióticos. Varias son, por tanto, las asociaciones médicas han pedido repetidamente su prohibición.
Los técnicos hablan asimismo de lo que denominan «equivalencia sustancial»: cuando un alimento es producido mediante ingenierÃa genética pero su composición se considera similar a la de un alimento convencional. Este concepto, subrayan, no ofrece garantÃas de inocuidad. Se comparan caracterÃsticas concretas entre un organismo modificado genéticamente y una variedad convencional y se establece que son globalmente similares, por lo que no se obliga a probar rigurosamente su inocuidad; sin embargo puede contener moléculas nuevas, tóxicas o alergénicas.
http://www.consumer.es/seguridad-alimen ... 5/6210.php
Por avatares de la vida, y tras dudarlo mucho, he inclinado mis pasos por la FÃsica y no por la biotecnologÃa, asà que no puedo hablar con argumento de autoridad, pero los conocimientos que he ido adquiriendo me permiten dudar de las certezas de ese texto. Me extraña mucho que todos los organismos genéticamente modificados lleven esa resistencia a los antibióticos, y puedo cuestionar con más autoridad aún que, de ser asÃ, sea imprescindible. Con todo y con eso, la resistencia a los antibióticos no es una problemática nueva ni exclusiva de los transgénicos. Concretamente existe desde que Fleming inventó la penicilina, y es una de las grandes preocupaciones que orbitan a la sanidad, y especialmente a los hospitales. Las bacterias evolucionan y se vuelven resistentes a los tratamientos. Curiosamente, la respuesta de nuevo está en la ingenierÃa genética: BastarÃa con secuenciar el genoma de la bacteria, descubrir sus puntos débiles, y diseñar un nuevo medicamento/transgénico que le pueda vencer. Esta lucha entre enfermedad y cura es muy parecida a la que existe desde hace pocos años entre seguridad informatica y hackers: Desarrollas un sistema de seguridad, es reventado, analizas el fallo y lo mejoras, lo analizan los hackers y lo revientan... ¿JustificarÃa este hecho -el de la superresistencia- la negativa a los antibióticos, o a su investigación?. La respuesta es evidente.
Hay un caso que es paradójico para los que tenemos una visión de izquierdas en éstos temas. Greenpeace y otras organizaciones, que, todo sea dicho, acumulan al menos tantos errores de bulto como aciertos, han enarbolado la bandera de la lucha antitransgénica porque funciona bastante bien, y como gozan de una gran poder de presión, han dictado en buena parte la normativa con la que nuestra sociedad rige éstas investigaciones. Su, desde mi punto de vista, exceso de celo con el principio de precaución sin el pilar básico que éste requiere, un apoyo a una investigación pública y abierta, ha llevado a una situación que para poder legalizar un transgénico tengas que someterte a una burocracia y a unos gastos legales de tal calado que sólo las grandes multinacionales -y no las universidades públicas- se pueden permitir, con lo que con toda la presión sólo han conseguido privatizar casi totalmente la investigación en ingenierÃa genética con todo lo que ello conlleva.
Miento, hay dos casos: Una de las más ampliadas, fuertes y efectivas campañas contra los OMGs por parte de éstas organizaciones fue la de la llamada tecnologÃa 'Terminator', que creaba semillas que eran estériles, impidiendo su reproducción. Estuve escuchando durante años, en ambientes de todo tipo, el plan maquiavélico de Monsanto detrás de ésta tecnologÃa, y todo sonaba muy razonable: Como las plantas no dan semillas, los agricultores tendrán que comprar cada semilla que quieran plantar a la multinacional del turno. Abominable. La sorpresa mayúscula viene cuando uno descubre que esa tecnologÃa se desarrolló por el miedo de las organizaciones antiOMGs a la contaminación de los alrededores de los campos de experimentación. Con esa técnica te puedes permitir el lujo de plantar transgénicos alegremente sabiendo que ni hibridarán ni nacerán en ningún otro lugar, lo cual, estaremos de acuerdo, es una auténtica garantÃa para poder investigar más tranquilamente.
Los alimentos transgénicos que ya estamos comiendo no están etiquetados como tales, por lo tanto no tenemos manera de identificarlos o evitarlos, y tampoco se puede hacer un estudio epidemiológico para ver qué efectos podrÃan tener sobre nosotros. Por eso los crÃticos de la ingenierÃa genética reclaman que se etiqueten estos productos.
(son datos del 2005; ignoro si se sigue incumpliendo el asunto de la etiquetación)
http://www.ecoportal.net/Temas_Especial ... ansgenicos
El tema de etiquetar tiene su aquel. ImagÃnate que tú y yo vendemos tomates, en un mercadillo, puesto junto a puesto. Y yo pongo un cartel que diga
ESTOS TOMATES NO MATAN. ¿Cúal es la conclusión rápida y evidente que cualquiera sacarÃa? Qué los tuyos sà que lo hacen, porque de lo contrario no tendrÃa sentido poner un cartel que lo especifique. Personalmente creo que hasta que no esté demostrado que los transgénicos pueden acarrear diferencias significativas con los organismos cuyos genes la naturaleza ha modificado aleatoriamente, avisar de que algo es transgénico o no no tiene demasiado sentido. Aún asÃ, no tengo nada en contra de que se etiquete, pero no me parece un tema primordial y veo esos ciertos peligros.
Respecto a la técnica, carezco de datos y de conocimientos para valorarlo. El tiempo dirá y sentenciará.
Mi posición: todo lo que suponga un avance cientÃfico y que alivie el sufrimiento humano, aunque sea a medio plazo, es bueno.
Mis reticencias vienen por el otro lado. Pero ese es otro asunto ¿no?
Un abrazo

No, no es tan fácil, Txan. El tiempo dirá, o más bien, la ciencia dirá si son provechosos o no para la especie humana y para el planeta. Pero para que la ciencia pueda hablar, necesita de una inversión muy fuerte y del respeto a su labor por parte de los demás; es por tanto necesario posicionarse, desde mi punto de vista, al menos totalmente a favor de la investigación, a una escala mucho mayor de la actual. La comercialización no me preocupa tanto, evidentemente.
SÃ, yo también tengo esas reticencias, pero con los transgénicos y con las mesas de pino, pero, efectivamente, ese es otro asunto
Un abrazo, grande.