grupo coraje

[helecho]

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A CONTINUACIÓN EL PRIMER ARTÍCULO PUBLICADO POR EL GRUPO CORAJE.

Sobre el proyecto PSYSCAN, las pretensiones biologicistas, la psicosis y un puñado de preguntas

El grupo de investigación en psiquiatría del antiguo instituto de formación e investigación Marqués de Valdecilla (IFIMAV) y de la universidad de Cantabria (UC) liderará la participación española en el proyecto europeo PSYSCAN.

Dicho proyecto tiene como objetivo avanzar en el diagnóstico, el tratamiento y el pronóstico de la psicosis a través del análisis de imágenes de resonancia magnética. Pretende establecer un método de análisis de las imágenes del sistema nervioso central que permita clasificar a los pacientes con esquizofrenia y, de éste modo, poder aplicar criterios de tratamiento farmacológico y psicoterapéutico más específicos. Para ello, el trabajo del grupo de investigación de Cantabria consiste en desarrollar nuevas herramientas de neuroimagen y verificar su utilidad en la clínica.

Benedicto Crespo-Facorro, profesor titular de psiquiatría de la universidad de Cantabria, es el buen hombre que lidera este grupo de investigación en psiquiatría, integrado en el centro de investigación biomédica en red en el área de salud mental. A nivel europeo, 11 centros de investigación, universidades como las de cambridge y melbourne, y empresas privadas como Roche, Lilly y Philips trabajan en este nuevo medio ideológico que pretende atribuir aquello que socialmente se conoce como "esquizofrenia", a causas estrictamente biológicas y, por lo tanto, cuantificables por resonancia magnética. De hecho, es justamente a lo que se dedica el grupo de investigación en psiquiatría de Valdecilla, investigar las bases biológicas de la psicosis y el estudio por neuroimagen de los "pacientes afectados" por la esquizofrenia desde 2001.

Sin embargo, no hace falta que lo digamos nosotras, pues ya lo dicen ellos mismos; " Aunque la resonancia magnética ha tenido siempre una gran trascendencia en la investigación de las bases biológicas de la esquizofrenia, hasta el momento no ha podido establecerse ningún parámetro que contribuya a tomar decisiones en relación con el diagnóstico, el tratamiento y el pronóstico de los enfermos".

En la década de los 70, la tomografía axial computerizada (TAC) permitió ver por primera vez el cerebro humano a través de rayos x. A finales de los 80 se comienza a practicar la resonancia magnética nuclear, la cual permite mayor resolución. Después, vinieron las técnicas de neuroimagen funcional (ya no son imágenes estáticas sino videos). Pues bien, nada de esto, en post de su mejora, ha cambiado la situación de las personas que sufren episodios psicóticos. Lo que sabemos de la llamada "esquizofrenia", o de las respuestas psicóticas que son ordenadas en dicho etiquetaje, no es más que hace más de 40 años. Las pretensiones biologicistas, amparadas por la industria farmacéutica y el saber académico, así como llevadas a la práctica por la sanidad pública y toda la inversión privada que se mueve en el negocio de la psiquiatría, salen a relucir en forma de proyectos como éste, como si de hormigas al levantar un hormiguero se trataran.

El proyecto PSYSCAN pretende, con estas nuevas resonancias magnéticas, encontrar una herramienta objetiva mediante la obtención de datos cuantitativos de variables de interés; volumen de estructuras o áreas cerebrales, grosor de la corteza, patrón de actividad... Entendemos que cualquier menester que se dirija en términos de objetividad a la hora de querer encontrar indicios de enfermedad mental en el cerebro de una persona que sufre psiquicamente, tiene que sujetarse a unos cánones de salud o de normalidad para apoyarse en ellos a la hora de analizar y contrastar. En ese caso, la llamada objetividad es ya de por sí una contradicción.

A pesar de ello, hagamos como que nos creemos que realmente esto sirve para saber más sobre las personas apodadas como "esquizofrénicas", "enfermas", "usuarias", "pacientes"..., por personajes de la talla de quienes impulsan tales proyectos.

En el caso hipotético de que ciertos rasgos coincidan con personas que sufren episodios psicóticos, ¿acaso eso puede explicar la diversidad de factores que conllevan a que una persona llegue a sufrir brotes más de una vez?, ¿ y se justificaría, en tal caso, que la respuesta directa a ese sufrimiento sea un tratamiento farmacológico como requisito imprescindible para el resto de las posibles herramientas terapéuticas a las que las personas puedan acceder?. Es más, ésas diferencias detectadas por resonancia magnética, ¿cómo se demuestra que son las que originan los episodios, y no las consecuencias de sufrir tales estallidos de descontrol? Esta última pregunta va directamente hacia quienes se dedican a explicar las enfermedades mentales, exclusiva o prioritariamente, en relación a patrones genéticos y causas biológicas, sin mayor prueba que su respaldo económico y académico. Sencillamente, se os ve la sotana desde lejos.

Por último, queremos lanzar una pregunta que nos surge desde nuestro propio desconocimiento en relación a palabras textuales de la noticia publicada en el diario montañés. "El proyecto PSYSCAN reclutará a un gran número de pacientes para estudiar características demográficas, genéticas, inmunológicas, metabólicas, cognitivas y de imagen que se comparen con individuos sanos". Nos gustaría saber con qué criterios los pacientes serán sometidos a tales pruebas; Qué tipo de consentimiento, qué tipo de información al respecto, qué grado de voluntariedad... El verbo reclutar nos da qué pensar. Estamos acostumbradas a escuchar otro tipo de lenguaje más suave y eufemístico, pero observamos que en este caso, quien haya escrito el texto, consciente o inconscientemente, desvela muy bien el fondo de la psiquiatría, el brazo armado de una forma de vida.

Grupo Coraje

[Pit]

Pues yo difiero. Todo lo que esté relacionado con la neurología, bienvenido es.
Otra cosa es lo que esté relacionado con el neurocontrol, por lo que siento una eterna repulsa, "siempre que no sean los "delitos" (lucha contra el sistema) que a mí me convengan".
Y ya la repera es esperar que todos los avances en neurociencia no vayan encaminados más bien al neurocontrol en lugar de a mejorar la salud y seguridad real de los humanos honrados. Pero como no tengo nada que perder, pues voy a pensar que no es así.