En el cambio pienso, lo quiero, lo necesito, lo pido a gritos. Y, en la soledad de mis temores, mi alma, que ya está hasta los cojones, a él se opone. Aunque es mi alma quien pide esa calma, ser libre, no ser juzgada, sin tener problemas, sin preocuparse por nada. Y necesito esa libertad de comporta...