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Ramiro Penas: Leño desde el principio y hasta el final

Febrero de 2010. Por Kike Turrón & Kike Babas

Fue emocionante la noche del 17 de febrero de este 2010, una velada quizá irrepetible. Hasta el último momento no estaba claro si se subirían los tres al escenario a tocar o todo quedaría en un fraternal encuentro con algunos de los colaboradores del disco, pero de pronto, sin apenas reverencias o forzadas presentaciones, La Fina retumbaba en la madrileña sala Caracol y el grito determinante y al unísono de todo el público asentía a la gentil decisión de estos tres músicos por volver a interpretar juntos: Leño, Leño, Leño.

Esta era la culminación de un proyecto que llevaba gestándose desde hacía un par de años, un disco donde un montón de artistas rendirían pleitesía a unas canciones que ya son parte de la historia del rock en este país, un disco homenaje titulado Bajo la corteza y capitaneado, en lo que ha producción artística y ejecutiva se refiere, por ellos mismo: Toni Urbano, Ramiro Penas y Rosendo Mercado.

La historia de Leño fue tan fugaz como salvaje, tan veloz como irrepetible, tan bonita como visceral. Siempre en formato trío, el grupo no llegó a publicar más que cuatro discos (al que hay que añadir un directo póstumo) en los cinco años de vida que gozaron. Todo arrancaba en el año 1978, la ruptura de Rosendo con Ñu mandaba interesadamente a la calle al guitarrista que, con las ideas muy claras, llama a Chiqui como bajista, a quién conocía de los tiempos de Fresa (banda donde ambos coincidieron, previa a Ñu) y a Ramiro (que era conocido por haber estado aporreando con los Coz).

El grupo comienza a trabajar desde el primer segundo en un repertorio propio y afilado. Horas, días y semanas metidos en el local a tiempo completo, arañando a la inspiración sus mejores virutas para montar una acorazada estructura de rabiosos temas rockeros que bebían del denostado rock progresivo, del fibroso hard rock e incluso del blues eléctrico. Se estaban inventado el rock urbano, una suerte de embrión punk, estaban creando el idioma y las formas de una generación emergente que sería la responsable de quitar el gris dictadura a un Madrid que empezaba a tomar calor.

Irremediablemente atrapan la atención de la parroquia roquera madrileña, ansiosa de grupos creíbles y con pocas posibilidades donde escoger, y con ello la ganan la atención del único sello dedicado a este estilo musical, Chapa Discos, que enseguida los ficha para dar el pistoletazo de salida a una prometedora discografía. Desde su primer ensayo hasta su primer single solo han pasado unos pocos meses, casi los mismos que pasan hasta que graban su primer larga duración, “Leño” (1979). La portada de ese disco mostraba del modo más natural posible que el bajista, Chiqui, dejaba su vacante a Toni, bajista que también había estado con los Coz.

Sucesivamente hasta el año 1983, año de su disolución, el trío fue publicando dicos: cinco años de vida, cinco discos para la historia, pues en el año 2006 se lanzó el directo “Vivo ´83”, un disco que recupera uno de los conciertos de Leño (en Barcelona) en la que fue su última gira, aquella de Miguel Ríos, bautizada como El Rock de Una Noche de Verano, en la que ellos y Luz Casal ejercían de teloneros.

Y tras esa gira llegó la separación, la muerte de un trío visceral, su paso a la historia y la añoranza de su presencia.

Aprovechando la coyuntura de este lanzamiento hemos llamado a Ramiro para bucear un poco en los pormenores de este disco y, de paso, hacerlo en la carrera de uno de los mejores grupos de rock que ha dado este país.

¿Cuál es el germen de este disco homenaje a Leño?

Ramiro: Fue Toni el que llegó con la idea, una ocurrencia suya que fuimos madurando. Se trataba de hacer nosotros mismos un tributo a Leño, una buena idea pues, como decía Rosendo, alguien lo hará un día de estos y para que lo hagan otros y lo hagan malamente, mejor que todo quede entre nosotros tres. Era para nosotros, además, una oportunidad para conocer a los nuevos grupos y contactar con los viejos amigos.

¿Cómo fue esa primera reunión entre vosotros tres?

Ramiro: Desde que editamos el directo del 83 empezamos a juntarnos, ahí hubo sesiones largas donde estuvimos los tres muy en contacto y, desde allí, hemos seguido viéndonos. De una manera u otra seguimos quedando a comer cuando alguno pasa por la ciudad del otro, ya sabes, entre comiditas, cervecitas y pasar la tarde con los chupitos y tal y cual, pues íbamos madurando esta idea. En esas reuniones se fue liando la cosa pues en principio se iba a tratar de un disco normal y sencillo. Los hocicos se fueron calentando y Rosendo dijo estar muy interesado en los grupos nuevos que hacen versiones nuestras, de Leño, y creamos un apartado con nombres de grupos. Echando cuentas salían veintiséis temas, en fin, de una producción normal pasó a una superproducción donde también contemplábamos el hacer un making off... empecé a coordinarlo todo: llamar a artistas, pedir permisos, organizar hoteles, viajes, en fin, que la cosa ha resultado muy bonita y divertida.

¿Ha habido algún tipo de trabas al obtener los permisos de vuestras propias canciones?

Ramiro: No, nada, ha sido lo de menos. Sony es la que tiene ahora el catálogo de canciones originales de Leño, se lo compró a Zafiro. Y la verdad que ni siquiera llamaron para interesarse en si podían entrar en el proyecto, ya sea editando, distribuyendo o algo así, nada, la verdad que han estado completamente opacos. Al ser una cosa que hacíamos nosotros, preferíamos ese trato y ser nosotros quienes decidiésemos la mejor forma de llevarlo a cabo.

¿Con qué criterio se empezó a llamar a los colaboradores?

Ramiro: Nos pusimos a apuntar. En la lista inicial había muchísimos más pero por tiempo y agendas era imposible que se uniesen al homenaje, aunque manifestaron sus ganas de haber estado. Y así iba contactando con unos y otros, quién podía le apuntaba y quién no, pues lo tachaba de la lista... muchas llamadas, mucha espera. Es la famosa frase esa que dice: no están todos los que son pero son todos los que están. Leño tuvimos treinta y tres temas juntando todos los disco, de modo que tan solo cuatro o cinco se han quedado sin hacer... y solo podíamos hacer dos cedés.

¿Cómo escogieron los artistas sus versiones?

Ramiro: Muy sencillo. Hubo unos pocos a quienes les adjudicamos y al resto les mandaba una lista con las canciones y, según la escogían, la tachaba de la lista y la volvía a enviar a otro artista... así se fue quedando la lista sin canciones. De los que adjudicamos, por ejemplo, está Raúl Rodríguez, que le pusimos “Se acabó”, pues estábamos seguros que era buen terreno para él y así ha resultado ser. Por ejemplo, “La nana” era difícil y pensamos en Edith Salazar, a quién tenemos un respeto del copón, que ha hecho una adaptación brutal, emocionante. Otro que adjudicamos fue a Rodrigo Mercado, que le tocó hacer “Es una mierda este Madrid” puesto que nació justo la tarde en que estábamos grabando la versión original para el disco de Leño... el tío lo veía raro al principio, pero nos sorprendió al ver como se buscaba la vida para adaptarla. Por curiosidad, el último en escoger fue Antonio Vega.

¿Habéis tenido que enseñar a algún artista o músico la canción que le tocaba hacer?

Ramiro: No, hombre, no, cada uno se ha buscado la vida, son canciones que ya están editadas y puedes encontrar fácilmente. Nosotros hemos ayudado en la producción musical y en la ejecutiva, que todo estuviese en orden y cada quién a gusto. Si que ha habido gente que nos ha comentado que le daba respeto hacer una versión nuestra teniéndonos allí delante, mirando y sin perder detalle.

¿Os ha obligado este trabajo a revisar los viejos discos de Leño?

Ramiro: No es obligación, pero de alguna manera si, hemos refrescado el repertorio. Los temas de Leño son tan sencillos y fáciles de recordar que siempre los tenemos en mente, no son complicados.

Y hablando de revisar, ¿cómo conociste a Toni?

Ramiro: Toda mi carrera musical ha sido paralela a él, nos conocemos del pueblo, desde que teníamos ocho años. Toda la vida juntos.

¿Y a Chiqui?

Ramiro: Lo conocí por medio de Rosendo, cuando nos juntamos para hacer Leño. Me habló de un bajista que había estado con Ñu, que era muy bueno. Yo dejaba Coz en esos momentos y me pareció fenomenal, acababa de salir de la mili y todo me parecía genial.

¿Rosendo?

Ramiro: Le conocía de los locales de ensayo, de verlos trabajando con Ñu. Nos saludábamos y poco más... me entró para ser batería de Ñu pero a José Carlos Molina no le gusté nada, no iba con su estilo. Se ve que a Rosendo si le gusté pues a los tres días tuvieron una trifulca y Rosendo me llamó para hacer el nuevo grupo, Leño.

¿Qué se siente al seguir escuchando las canciones de Leño tantos años después?

Si hubiera dejado de oír hablar de estas canciones, de estos disco y de este grupo, fliparía al ver este homenaje y que la peña se acordase de nosotros, pero la verdad es que nunca han dejado de sonar, es decir, gracias a lo que sea no tengo que sentir ninguna emoción especial al oír estas versiones pues jamás he dejado de escucharlas. Los grupos hacen habitualmente versiones de Leño en sus directos, a Rosendo le siguen pidiendo Leño en sus conciertos, los discos no se dejan de vender, hay peña con camisetas, foros en la red con muchísima población que se declara fan de Leño, en fin, Leño nunca han pasado al olvido, están a pesar de los años y no me causa impresión seguir escuchando estas canciones. Incluso yo, cada cierto tiempo, me pongo los discos y oigo Leño y flipo al ver cómo tocaba, algo que ahora mismo sería imposible.

¿Cuál fue la causa de vuestra separación? Precisamente cuando la cosa no iba del todo mal en lo profesional.

Ramiro: Por suerte han pasado muchos años desde aquello y creo que puedo contestar sin pudor a esta pregunta. Por lo que sea nos mosqueamos de tal manera que llegamos a ese punto. Económicamente no se ganaba tanto dinero como ahora, además, invertíamos la mayor parte en el propio grupo: pagando técnicos, conductores, comprando material, en fin, ahí se iba todo. Para el nivel que debíamos tener aquello no llegaba, aunque la verdad es que vivíamos de puta madre. Como en todo siempre hay alguien que se equivoca, en este caso éramos tres y empezamos a discutir de tal modo que la cosa no tenía marcha atrás. También es cierto que era un momento en que cambiaban las formas de hablar, las maneras de transmitir, y nosotros creo que nos habíamos atorado, y cuando digo nosotros, me refiero al grupo entero... ante un mal ambiente no se pueden hacer buenas canciones. Te hablo a veinticinco años vista de aquella separación. No te puedo decir quién metió más la gamba, además, ni me importa... por suerte no tuvo que ser tan gordo el asunto pues hemos seguido viéndonos y relacionándonos.

La verdad es que dejasteis una huella muy profunda con el corto tiempo que vivisteis.

Ramiro: Es increíble lo que ha ocurrido con Leño, creo que a ningún otro grupo le ha sucedido algo parecido, fíjate que lo dejamos en ese momento y que jamás nos hemos vuelto a juntar, o sea, no es presumir de pedestal ni nada de eso, pero la gente nos ha mantenido ahí. Nosotros ni cuando empezamos ni durante ni después, por supuesto, pensamos que esto sería de este modo.

¿Habrá posibilidades de veros tocar a partir de este disco homenaje?

Ramiro: No, puede haber una alegría o una necesidad… pero no.

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