por medio del mal ajeno
una satisfacción que no llega,
pues no ves,¿ qué intentando
hacer daño a quien admiras,
no consigues alcanzar ser igual.?
Te envenenas la sangre
con sus desgracias.
Tiñes el corazón
con tú falsa admiración,
Buscando su dolor.
Como una serpiente enroscada
en un árbol,
te va ahogando por dentro.
Deseas todo aquello que posee,
por ser suyo.
No tienes propia iniciativa,
ningún valor propio,
solo te fijas en aquello
que poseen otros.
Deseando aquello que no tienes,
por la sencilla razón,
de que ellos son felices
y tú, no.


