y rayos de luz solar acariciando mis párpados
para hacerlos despegar;
despertar y mirar la nueva luz
la suave claridad de la mañana
los pájaros sobrevolándola
delante de mi ventana
la luz
y la calidez de sus colores
me lavan el alma;
y me quitan el frío de noches estrelladas,
pero heladas
Se me descongelan las alas
se sonríen mis entrañas
cuando siento esa brisa fresca,
que recuerda tu olor,
entre las pestañas.
Llega un ave al árbol del fondo,
mientras sobrevuela la montaña
un avión que recién despegaba
hacia el alba
Buenos días, dichosos!
y los que no son dichosos... muy buenos días!
Se nota que estoy dormida, aunque no dormí. Cuando me disponía a hacerlo empezó a clarear, y sorpresa!, que mañana más bonita!
colores, colores! (hay que decir que vivo en galicia, y vivo prácticamente de noche, lo cual me hace apreciar más este tipo de escenitas, que siempre me gustaron)
durante el amanecer se hizo un silencio que me hizo contemplar, y lo disfruté. Para cuando llegué al teclado (en muletas, esquivando al gato) la serenidad que me produjo, ya se estaba evaporando, ahí queda un soplo rescatado
