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Una película y centenares de objetos con su imagen exótica y desnuda dan actualidad a la reina del masoquismo de los cincuenta, que tiene 82 años
Oviedo, J. CAMBADOS
En los opulentos años cincuenta Bettie Page era la novia oscura de América por morena, porque hacía desnudos «artísticos» para revistas de adultos y porque cuando no estaba en cueros estaba en cuero, con látigo y lencería imaginativa. Ahora, con 82 años, vuelve pero no da la cara. Prefiere que la recuerden como entonces o que la conozcan por «The Notorius Bettie Page», película sobre «la chica de la figura perfecta», recién estrenada en EE UU.
Maestra frustrada, modelo triunfante, tres matrimonios fracasados, una conversión al evangelismo, un intento de apuñalar a su casera, un internamiento psiquiátrico... una vida americana.
Betty Mae Page (Nashville Tennessee, 1923) sufrió abusos de su padre, el mecánico Walter Roy Page, e indiferencia de su madre, Edna Mae Pirtle. Familia de seis hijos, poco dinero y pronto divorcio, entró en un orfanato, con dos hermanas más cuando tenía 10 años. Allí aprendió a coser y le fue útil años después para confeccionar sus biquinis cuando reinaba dentro de ellos. Del trabajo de peluquera de su madre aprendió a peinarse como las estrellas y a tapar una frente grande debajo de un flequillo que a veces era lo único que vestía.
Ahora su página web es un entrar y salir de internautas y una tienda virtual con todo tipo de recuerdos y objetos que llevan su imagen de los tiempos de oro. En los años ochenta Bettie volvió a ponerse de moda como icono por el enigma de su retiro en plena cumbre, por los «babyboomers» nostálgicos de sus primeras masturbaciones y por su potente imagen de inocencia y desnudez, su exotismo pop de pechos y felinos y su masoquismo blando de azotes y correas. Hubo tebeos con ella como heroína. Reconoce que hoy es más conocida que en los cincuenta.
La Bettie niña aspiraba al cine o a ser modelo. Coordinó el grupo de arte dramático de su instituto, a los 20 años se casó con su novio de los 18, Billy Neal, se fueron a San Francisco y allí tuvo su primer trabajo como modelo de abrigos. Cinco años después el matrimonio rompió. En un día de playa en Connie Island conoció a un oficial de policía llamado Jerry Tibbs, fotógrafo aficionado que le hizo sus primeras fotos como «pin-up». Se hizo famosa en diversas revistas populares como «Eyeful», «Beauty Parade» o «Wink», en las que se apreció su exotismo -tenía algo de sangre cherokee- y su alegre candidez.
En sus ocho años en activo, dentro de miles de fotos picantes, logró ser «Miss Pinup Girl of the World» y la «Playmate» de enero de 1955 en la recién nacida revista «Playboy». Su director, Hugh Hefner, es uno de sus mayores benefactores hasta hoy en día.
Átame
«La chica de la figura perfecta» (91-60-93) estudió algo de teatro, hizo algunas representaciones en off-Broadway y apariciones en programas de televisión, pero su carrera de actriz no pudo ser. En una depresión por ese fracaso, Irving Klaw hizo de ella un icono sadomasoquista en las fotos más conocidas de Bettie, dentro del género «bondage» (del inglés «to bind», maniatar), que sugieren prácticas sexuales que implican alguna privación de la capacidad de movimiento con cuerdas, esposas y mordazas, cadenas o cinta adhesiva. Ella asegura que en su vida fustigó a nadie.
En 1958 se casó con Armand Walterson, se retiró a los 35 años, en plena cresta de la ola, y se volvió una devota religiosa cristiana.
Se divorció en 1963 y sus tumbos psíquicos fueron más grandes. Su tercera boda, con Harry Lear, también acabó en divorcio, cuando estaba en un brote religioso, haciendo proselitismo para Billy Graham, el predicador que en 1945 inició una campaña de cristianismo bíblico y aún no la ha acabado, omnipresente en radio, televisión e internet, en publicaciones religiosas, libros y películas, al que se atribuye la conversión de Bush de alcohólico en «cristiano renacido».
En una «enajenación mental transitoria» atacó con un cuchillo a su casera y libró de la cárcel entrando en un hospital psiquiátrico de San Bernardino, donde permaneció más de 10 años. De él se fue a casa, ajena a toda actividad pública.
Bettie Page, recuerdo de la chica del póster
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