Como bien me han dicho, no podría empezar con ningún "soy sirena o mar", como yo hago caso a lo que me dijeron, empiezo con estas líneas, no pretendo conquistar, por que conquistar el mundo entero pude hacerlo anoche y no quise.
Tal vez no sienta amor, pero gran amistad sin conocerte puedo tener, me pude desahogar, y como ya te dije, no quiero conquistarte, por que si lo quisiera podría, pero le dejo a nuestro amigo del otro norte que lo haga, así al menos escribirá algo más bonito que lo mío.
Conquistaré el cielo, que es algo que nadie hizo antes, pondré castillos de papel, pondré guardias que sólo vea yo y que te resguarden cuando vean que el mal te quiere hacer mella.
Cogeré mi mano y lo alzaré, lo alzaré y diré que el pirata que tengo dentro de mi, volverá, volverá de esa tierra que nadie quiso saber nada, donde pasaba frío y nadie hacia que no lo pasara.
Cuando tu me veias irme detrás de un arbol, yo veía a alquien que no quería nada. Cuantas cosas podemos decir que sean bonitas comparadas con tu sonrisa, muy pocas. A veces las palabras que queremos decir, son tan ciertas que ni te las crees tu.
Estaré donde tu sabes que las cosas no son nada de nada, volveré si me das un beso en la mejilla, volveré si me dices un día que quieres que vuelva, si me lo dices un día, tal vez vuelva, sonreiré pensando en que no ha pasado nada.
A esa que esta tarde me hizo reir, a esa mujercita que se quiere venir al sur a ver como un pirata navega en el mediterraneo, a esa que hizo que saliera una sonrisa en mi triste corazón.
No tendrá título
Me pides que hable, que diga que cuente, y no puedo, porque sólo se sentir y sentir siento lo que me dice el aire.
Hoy el aire me habla de ti y dibuja tus ojos en el horizonte, y en verdad, es horizonte más bonito que he visto nunca. Mientras, sigo como barco que ha dejado de estar a la deriva con la vista clavada en tu sonrisa, la que me guÃa, la que acompaña al aliento que a duras penas tira de mis velas.
Y da igual lo que diga o haga la mar, que rompa con fuerza contra todo, que me haga ver el abismo, que quiera a arrastrame a lo profundo o que me pierda en un remolino. Que quiera embelesarme con la espuma, arañarme con la arena....
Que yo ire al compás del aire y el aire me lleva a ti, porque de ti viene el aire. Que mientras haya aire este barquito no estará a la deriva y aunque esté lejos tiene una dirección marcada en el horizonte, recuerda aquel horizonte que se llamaba como tu.
Voy pedirle a mi Cantabrico que te lleve un deseo, que tu y yo conocemos, que tu y yo cumpliremos. Que cuando le preguntes donde estoy, el te conteste que cerca y que cuando quieras oir mi voz, sea el quien te la lleve. Por que el es testigo y complice nuestro y de aquel velero, a la deriva que el mismo recogió y que, con ayuda del aire más que del viento, lo llevo a puerto.
Luego, repetiré estas palabras: viento, vela y horizonte. Para que no me olvides, para que nunca más te quedes sola.
Y darréu, esnalar p'enriba les foles, glaya-y ensin mieu al vientu, escolingame otra vuelta nel aire y atayar al tiempu pa llegar a ti.
[Y después, volar sobre las olas, gritarle sin miedo al viento, columpiarme otra vez en el aire y atajar al tiempo para llegar a ti]
Hoy el aire me habla de ti y dibuja tus ojos en el horizonte, y en verdad, es horizonte más bonito que he visto nunca. Mientras, sigo como barco que ha dejado de estar a la deriva con la vista clavada en tu sonrisa, la que me guÃa, la que acompaña al aliento que a duras penas tira de mis velas.
Y da igual lo que diga o haga la mar, que rompa con fuerza contra todo, que me haga ver el abismo, que quiera a arrastrame a lo profundo o que me pierda en un remolino. Que quiera embelesarme con la espuma, arañarme con la arena....
Que yo ire al compás del aire y el aire me lleva a ti, porque de ti viene el aire. Que mientras haya aire este barquito no estará a la deriva y aunque esté lejos tiene una dirección marcada en el horizonte, recuerda aquel horizonte que se llamaba como tu.
Voy pedirle a mi Cantabrico que te lleve un deseo, que tu y yo conocemos, que tu y yo cumpliremos. Que cuando le preguntes donde estoy, el te conteste que cerca y que cuando quieras oir mi voz, sea el quien te la lleve. Por que el es testigo y complice nuestro y de aquel velero, a la deriva que el mismo recogió y que, con ayuda del aire más que del viento, lo llevo a puerto.
Luego, repetiré estas palabras: viento, vela y horizonte. Para que no me olvides, para que nunca más te quedes sola.
Y darréu, esnalar p'enriba les foles, glaya-y ensin mieu al vientu, escolingame otra vuelta nel aire y atayar al tiempu pa llegar a ti.
[Y después, volar sobre las olas, gritarle sin miedo al viento, columpiarme otra vez en el aire y atajar al tiempo para llegar a ti]
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