Se te antojaba fría la cama y la vida, y decidiste salir a pasear para calentar los músculos y la ansiedad.
Aquel día no paraban de llover preguntas y gotas sin responder, pero no pudiste predecir coger el paraguas. Recorriste las calles de tu barrio, saludaste a los vecinos e insististe en no hablar del tiempo. Paseaste por las playas, avenidas de tu corazón y jugaste con tus pies sobre la arena mojada. Asististe a todas las exposiciones, los cines y disfrutaste del baile y la música. Comiste en todos los restaurantes, cerraste todos los bares y añoraste que aquella chica quisiera trato.
Se te antojaba un nuevo día y lo esperaste con calma.
Aquella mañana no paraban de llover certezas y balas, pero tu torpe cabeza no acertó en coger el paraguas.
...
Rayco Ángel Santana Pulido (RASP).
"Balas de lluvia."
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