El llanto, la desesperación, y la locura se apoderaron de mí, una vez más, sí, pero esa vez lo hicieron como nunca, golpeándome todos mis sentidos con una fuerza descomunal. El tiempo se acababa y no había remedio alguno para ello. No en esta vida. Éramos conscientes y sabíamos que ese beso sería el último. Mi corazón sentía frío en esa cálida noche de tardía primavera. Ella y yo frente a frente, solos, desnudos, y lo único que nos arropaba era el agrio sentimiento de la despedida. Eso, y una manta roída de color amarillento. Parecía un insulto ese color. Se estaba mofando de nosotros, con su desenfado tan característico y esa alegría por vivir que estábamos perdiendo ambos con desmedida velocidad. A lo largo de toda la tarde que pasamos, de nuestra última tarde, a veces creí percibir una risa jocosa. Ahora desde la cordura quiero asociarlo a la brisa que nos acariciaba, dándonos ánimos a seguir viviendo. Pero en ese momento sabía que esa risa provenía de la manta. Sobre esa manta habíamos llorado, reído, habíamos hecho el amor... Pero nunca nos habíamos despedido. Y ese motivo tan egoísta por su parte era el que yo asocié a su risa. Sin embargo fue producto de mi locura.
De mi locura porque mi amada se iba. Nunca pensé que la mujer a la que más he amado fuera a marchar de mi lado. Siempre piensas que las personas que quieres y con las que disfrutas permanecerán por siempre junto a tí. Ese sentimiento ahora sé que no es egoísmo, sino fruto de la seguridad que te brinda ese conjunto de sentimientos que a veces llamamos personas. Ella me preparó durante un tiempo antes de hablarme de su decisión y me había dejado entrever ciertos pensamientos, ciertas actitudes, por lo que creí estar preparado cuando llegó el momento. Ahora sé que no lo estuve ni lo estaré jamás. Habíamos planeado con mucha calma el último día. Nos habíamos concienciado que en un tiempo no muy lejano nos volveríamos a encontrar. No había prisa ni miedo, porque sabía que su buena estrella estaría junto a mí. Me había mirado a los ojos cuando me dijo que me amaba y que siempre estaría presente en mi vida para cuidarme y quererme. No había pie a engaño, supe que era cierto lo que me dijo, entre otras cosas porque después de cincuenta años, aún la siento cercana. Aún creo tenerla detrás acaraciándome el pelo y susurrándome al oído sus más íntimos deseos. Vivo en un estado enfermizo de amor desde que su decisión irreversible de morir a solas con su enfermedad, lejos de los suyos, me fue notificada. Pero no, no, y mil veces más no. Ella no está muerta. Ella está ahora tras de mí. Y es cuando más fuerte lo siento, cuando levanto la cabeza bruscamente hacia el espejo que tengo frente a mí esperando sorprenderla. Y sí, la ventana con sus cortinas granates sigue en su sitio. Llevo viendo lo mismo años, y no puedo perder la esperanza, debo aferrarme a ella como si de mi amada se tratara. Sé que ella está aquí, en esta casa en la que escribo esto. La casa que vio nacer y fallecer a nuestro único hijo. La casa que lleva diez años sin luz ni agua corriente desde que me echaran del trabajo por "haber desarrollado ciertas enfermedades mentales"...
"Déjame cariño, no puedo ahora", la dije tantas veces en los tiempos en los que pensaba que nuestro amor sería eterno... Es ahora en la distancia temporal, que no afectiva, cuando me dí cuenta de cómo perdí el tiempo y de qué forma desperdicié todos los momentos que ahora ansío recuperar con la cordura que te brinda el haber sentido la locura del amor. Pero me encontraré con ella, sé que me está esperando en algún lugar muy lejano, más allá de la vida y la muerte. Pero esta vez estaremos frente a frente, solos, desnudos, sin manta alguna que nos proteja... frente a frente, solos, desnudos...
frente a frente, solos, desnudos...
Gracias tronco. Sí, lo escribí ayer, hize la "prueba" de si molaba con unos colegas, y les moló, así que me dije "lo voy a colgar" como si de un nazi se tratara, jajajaj
La temática es un poco maricona, pero bueno, así salió. Me "inspiró" el cuadro de Gustav Klimt llamado "El Beso". Pero poca cosa. Bueno tronco muchas gracias, de verdad.
Saludos.
La temática es un poco maricona, pero bueno, así salió. Me "inspiró" el cuadro de Gustav Klimt llamado "El Beso". Pero poca cosa. Bueno tronco muchas gracias, de verdad.
Saludos.
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