rozio

Poesía y relatos.
alkimista
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rozio

Mensajepor alkimista » Lun Oct 27, 2003 4:25 pm

hola jefa.me gustaria que pegaras por aqui tus tres, cuatro 5... articulos de esos k pones siempre y k tanto gustan. una espezie de recopilazion. muchisimas grazias chaox
L.D.G.
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Mensajepor L.D.G. » Lun Oct 27, 2003 6:56 pm

y y de paso...una foto tuya. :P
Rozío
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Mensajepor Rozío » Lun Oct 27, 2003 7:09 pm

Uy, ahora me he quedao cortada :roll:

Textos de Galeano, por ejemplo?
Rozío
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Mensajepor Rozío » Lun Oct 27, 2003 7:14 pm

Por ejemplo...
La mujer y el hombre soñaban que Dios los estaba soñando.

Dios los soñaba mientras cantaba y agitaba sus maracas, envuelto en humo de tabaco, y se sentía feliz y también estremecido por la duda y el misterio.

Los indios makiritare saben que si Dios sueña con comida, fructifica y da de comer. Si Dios sueña con la vida, nace y da nacimiento.

La mujer y el hombre soñaban que en el sueño de Dios aparecía un gran huevo brillante. Dentro del huevo, ellos cantaban y bailaban y armaban mucho alboroto, porque estaban locos de ganas de nacer. Soñaban que en el sueño de Dios la alegría era más fuerte que la duda y el misterio; y Dios, soñando, los creaba, y cantando decía:

?Rompo este huevo y nace la mujer y nace el hombre. Y juntos vivirán y morirán. Pero nacerán nuevamente. Nacerán y volverán a morir y otra vez nacerán. Y nunca más dejarán de nacer, porque la muerte es mentira.
Andreas
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Mensajepor Andreas » Lun Oct 27, 2003 7:57 pm

no margines a esav, Rozío..... complace también su petición.
Rozío
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Mensajepor Rozío » Lun Oct 27, 2003 8:04 pm

Mi religión no me lo permite...
MONSTRUO
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Mensajepor MONSTRUO » Mar Oct 28, 2003 9:41 am

Andreas escribió:no margines a esav, Rozío..... complace también su petición.
estoy contigo, enga vaaa roziooo
Rozío
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Mensajepor Rozío » Mar Oct 28, 2003 1:18 pm

:mrgreen:
alkimista
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Mensajepor alkimista » Mar Oct 28, 2003 4:40 pm

si de galeano, de lo que sea.articulos k te hayan gustao bastante.graziash

no t olvides de la foto.se atea
Rozío
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Mensajepor Rozío » Mar Oct 28, 2003 10:17 pm

Fotos no... jeje.

Este e un ceuntode Benedetti que me encanta... no sé si lo he llegao a poner alguna vez.

Los detuvieron por atentado al pudor. Y nadie les creyó cuando el hombre y la mujer trataron de explicarse. En realidad, su amor no era sencillo. Él padecía claustrofobia, y ella, agorafobia. Era sólo por eso que fornicaban en los umbrales

Estos de Galeano..

Ventana sobre la utopía
Ella está en el horizonte -dice Fernando Birri-. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Por mucho que yo camine, nunca la alcanzaré. ¿Para que sirve la utopía? Para eso sirve: para caminar.

Ventana sobre la palabra
I
Los cuentacuentos, los cantacuentos, sólo pueden contar mientras la nieve caeAsí manda la tradiciónLos indios del norte de América tienen mucho cuidado con este asunto de los cuentosDicen que cuando los cuentos suenan, las plantas no se ocupan de crecer y los pájaros olvidan la comida de sus hijos

II
En Haití, no se pueden contar cuentos durante el díaQuien cuenta de día, merece la desgracia: la montaña le arrojará una pedrada a la cabeza, su madre sólo podrá caminar en cuatro patas

Los cuentos se cuentan en la noche, porque en la noche vive lo sagrado, y quien sabe contar cuenta sabiendo que el nombre es la cosa que el nombre nombra

III
En lengua guaraní, ñe'~e significa "palabra" y también significa "alma".

Creen los indios guaraníes que quienes mienten la palabra, o la dilapidan, son traidores del alma.

IV
Magda Lemonnier recorta palabras de los diarios, palabras de todos los tamaños, y las guarda en cajasEn caja roja guarda las palabras furiosasEn caja verde, las palabras amantesEn caja azul, las neutralesEn caja amarilla, las tristesY en caja transparente guarda las palabras que tienen magia

A veces, ella abre las cajas y las pone boca abajo sobre la mesa, para que las palabras se mezclen como quieranEntonces, las palabras le cuentan lo que ocurre y le anuncian lo que ocurrirá

V
Javier Villafañe busca en vano la palabra que se le escapó justo cuando iba a decirla¿Adónde se habrá ido esa palabra que tenía en la punta de la lengua?

¿Habrá algún lugar donde se juntan las palabras que no quisieron quedarse? ¿Un reino de las palabras perdidas? Las palabras que se te fueron, ¿dónde te están esperando?

VI
La A tiene las piernas abiertas.
La M es un subibaja que va y viene entre el cielo y el infierno
La O, círculo cerrado, te asfixia.
La R está notoriamente embarazada.
-Todas las letras de la palabra AMOR son peligrosas -comprueba Romy Díaz-Perera.
Cuando las palabras salen de la boca, ella las ve dibujadas en el aire

VII
Llevaba más de veinte años preso, cuando la descubrió

La saludó con la mano, desde la ventana de su celda, y ella le respondió desde la ventana de su casa

Después, le habló con trapos de colores y con letras grandesLas letras formaban palabras que ella leía con largavistasElla contestaba con letras más grandes, porque él no tenía largavistas.

Y así les creció el amor.

Ahora Nela y el Negro Viña se sientan espalda contra espalda. Si uno se va, el otro se cae.

Ellos venden vino frente a las ruinas de la cárcel de Punta Carretas, en Montevideo.



Pd-A ver si encuentro el cuiento de Marcos...
jimmyjazz
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Mensajepor jimmyjazz » Mié Oct 29, 2003 1:38 am

a mi me contaron una anecdota de galeano en un campo de futbol uruguayo, a ver si lo encuentro y lo pongo por aqui
JBH
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Mensajepor JBH » Mié Oct 29, 2003 2:25 pm

Eso,eso...queremos foto de la Rozi(¡y firmada!) :P
Rozío
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Mensajepor Rozío » Mié Oct 29, 2003 7:08 pm

Si tú ya me tienes muy vista!!! :robot:
JBH
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Mensajepor JBH » Mié Oct 29, 2003 11:44 pm

¡Oh!...nunca supe decir basta...¡no creí que hiciera falta!.
Andreas
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Mensajepor Andreas » Jue Oct 30, 2003 11:15 am

esto ya es por aclamación popular...... haz un poco de caso a tus subditos.
Rozío
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Mensajepor Rozío » Jue Oct 30, 2003 12:26 pm

Súbditos?!? Peor me lo pones... :lol:
L.D.G.
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Mensajepor L.D.G. » Jue Oct 30, 2003 5:52 pm

te gusta hacerte de rogar eh?. :P
Rozío
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Mensajepor Rozío » Vie Oct 31, 2003 4:09 pm

No, no... pero sólo cuelgo textos. :wink:
adiskide
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Mensajepor adiskide » Dom Nov 02, 2003 12:44 am

LA HISTORIA DE LOS ESPEJOS ;by EL sub



Para cristal te quiero,
Espejo nunca
Pedro Salinas

Mayo de 1985. Madrugada. La luna se asoma al espejo de la laguna y ésta, celosa, le arruga el rostro con sus olas. A mitad del trayecto entre una y otra orilla vamos en un cayuco que tiene la misma estabilidad que mi decisión de cruzar el lago. El viejo Antonio me ha invitado a probar su cayuco. Durante 28 noches, de luna nueva a luna llena, el viejo Antonio ha labrado, a filo de machete y hacha, un largo tronco de cedro. Siete metros de largo mide la embarcación. Me explica el viejo Antonio que los cayucos se pueden hacer de los troncos del cedro, la caoba, el huanacastle o el bariy, y me señala los distintos árboles que nombra. El viejo Antonio se empeña en mostrarme uno y otro, pero yo no alcanzo a apreciar la diferencia entre ellos; para mí todos son árboles grandes. Pero eso fue en el día; ahora vamos de madrugada, como es ley, navegando en esta barquita de madera de cedro a la que el viejo Antonio ha bautizado como La Malcontenta. «En honor a la luna», dice el viejo Antonio mientras rema con un largo y delgado palo. Estamos ya en mitad de la laguna. El viento le peina unos bucles de olas al agua y el cayuco sube y baja. El viejo Antonio decide que hay que esperar a que amaine el viento, y deja la embarcación a la deriva. «Una de estas olas nos puede voltear el cayuco», dice mientras, con un cigarrillo, forja espirales de humo como olas el viento. La luna es plena y, a su luz, se alcanzan a distinguir los grandes islotes que salpican la laguna de Miramar. Por una espiral de humo el viejo Antonio llama una vieja historia. Yo estoy más preocupado de un naufragio que veo inminente (no me decido aún entre el mareo o el terror), así que no estoy para cuentos ni historias. Eso, por lo visto, al viejo Antonio lo tiene sin cuidado porque, recostado en el fondo del cayuco, empieza, sin trámite alguno, a contarme...

La historia de los espejos

«Cuentan los viejos más viejos que la luna se nació aquí mismo, en la selva. Cuentan que hace muchos tiempos, los dioses se habían quedado dormidos, cansados de tanto jugar y de mucho hacer. Estaba el mundo un poco silencio. Callado se estaba. Pero un lloriqueo quedito empezó a sonarse allá en la montaña. Resulta que a los dioses se les había quedado olvidada una laguna en medio de la montaña. Cuando repartieron las cosas de la Tierra, les vino sobrando esta lagunita y, por no saber dónde ponerla, la dejaron por ahí botada, en medio de unos cerros tan grandes que nadie se entraba en ellos. Entonces la tal lagunita estaba llorándose porque estaba sola. Y así como estaba en su chilladera, a la Ceiba madre, la sostenedora del mundo, se le puso triste el corazón por su lloradera de la lagunita. Recogiéndose sus grandes naguas blancas se acercó la Ceiba hasta donde se estaba la lagunita.

«­¿Qué te pasa, pues? ­le pregunta la Ceiba al agita que ya parecía un charquito nomás, por culpa de su tanta chilladera.

«­No quiero estar sola ­dijo la lagunita.

«­Bueno, yo me quedaré a tu lado ­dijo la Ceiba, la sostenedora del mundo.

«­No quiero estar aquí ­dijo la lagunita.

«­Bueno, yo te llevaré conmigo ­dijo la Ceiba.

«­No quiero estar abajo, pegada a la tierra. Quiero ser alta. Como tú ­dijo la lagunita.

«­Bueno, te levantaré hasta mi cabeza. Pero sólo por un rato, porque el viento es malhora y te puede tirar ­dijo la Ceiba.

«Como pudo, la Ceiba madre se arremangó sus naguas y se agachó para tomar en sus brazos la lagunita. Con cuidado, porque era la madre, la sostenedora del mundo, la Ceiba, colocó la lagunita sobre su copete. Despacio se incorporó la Ceiba madre, teniendo cuidado de no derramar ni una gota del agua de la lagunita, porque veía la Ceiba madre que muy flaquita se estaba la lagunita.

«Cuando ya estaba arriba la lagunita exclamó:

«­Está bien alegre acá arriba. ¡Llévame a conocer el mundo! ¡Quiero verlo todo!

«­El mundo es muy grande, niña, y allá arriba te puedes caer ­dijo la Ceiba.

«­¡No importa! ¡Llévame! ­insistió la lagunita y empezó a hacer como se lloraba.

«La Ceiba madre no quiso que se llorara tanto la lagunita, así que empezó a caminar, muy derechita, con ella sobre la cabeza. Desde entonces las mujeres aprendieron a caminar con el cántaro lleno de agua en la cabeza, sin que se les caiga ni una gota. Como la madre Ceiba caminan las mujeres de la selva cuando traen el agua del arroyo. Derecha la espalda, levantada la cabeza, y un paso como de nubes en verano. Así camina la mujer cuando lleva, en lo alto, el agua que alivia.

«Buena para la caminada era la Ceiba madre, porque en esos tiempos los árboles no se estaban quietos, sino que se andaban de un lado para otro, haciendo hijos y llenando de árboles el mundo. Pero el viento andaba por ahí, silbando de aburrido. Y entonces la vio a la Ceiba madre y quiso jugar a levantarle las naguas con un manotazo. Pero la Ceiba se enojó y le dijo:

«­¡Estate silencio, viento! ¿Qué no ves que llevo en la cabeza una lagunita lloradora y caprichuda?

«Hasta entonces el viento la miró a la lagunita, asomada allá arriba, en el rizado copete de la Ceiba. Bonita la miró el viento a la lagunita, y pensó de enamorarla. Y se fue el viento hasta arriba de la cabeza de la Ceiba y empezó a hablarle palabras bonitas en el oído de la lagunita. La lagunita, pues, lueguito que se puso a modo y le dijo al viento:

«­Si me paseas por el mundo, ¡entonces me voy contigo!

«El viento ni se lo pensó dos veces. Se hizo un caballo de nubes y en ancas se llevó a la lagunita, tan aprisa que la Ceiba madre ni cuenta se dio de cuándo le quitaron a la lagunita de la cabeza.

«Buen rato que se anduvo paseando la lagunita con el viento. Que muy bonita que era, le decía el viento a la lagunita. Que qué chula la condenada, que cuál sed no se aliviaría con el agua que se tenía la lagunita, que cómo no hundirse en ella, y muchas cosas le decía el viento para convencerla a la lagunita de hacerse un amor en un rincón de la madrugada. Y bien que se lo creyó todo lo que le decía el viento. Y cada que pasaban por encima de un charco de agua o de un lago, la lagunita aprovechaba para mirarse reflejada y se arreglaba el húmedo pelo y se entornaba los ojos líquidos y gestos de coquetería se hacía con sus olitas en su cara redonda.

«Pero puro andar de un lado pa' otro quería la lagunita y nada de hacerse un amor en un rincón de la madrugada y el viento como que se fastidió y se la llevó bien alto y ahí nomás pegó un relincho y reparó y aventó a la lagunita y cayendo se fue la lagunita y como muy alto estaba pues mucho se tardaba en caer y seguro se hubiera dado un buen golpe si no es porque unas estrellas la miraron que se caía y como pudieron fueron y la prendieron con sus puntas. Siete estrellas la agarraron por los lados y, como sábana, se la levantaron de nuevo hasta el cielo. Pálida quedó la lagunita por el miedo que le dio que se caía. Y como ya no quiso bajar a la tierra, le pidió a las estrellas que la dejaran quedar con ellas.

«­Bueno ­le dijeron las estrellas­, pero tendrás que ir con nosotros para donde vamos.

«­Sí ­les respondió la lagunita­, yo me camino con ustedes.

«Pero la lagunita se ponía triste de andar siempre el mismo camino y se daba otra vez a la chilladera. Así, con su lloradera, se despertaron los dioses y se fueron a ver qué pasaba o de dónde venía esa chilladera y vieron a la lagunita, jalada por siete estrellas, cruzando la noche. Cuando supieron la historia, los dioses se enojaron porque ellos no habían hecho las lagunas para andar en el cielo, sino para estar en la tierra. Fueron a donde estaba la lagunita y le dijeron:

«­Ya no serás laguna. Las lagunas no viven en el cielo. Pero como ya no te podemos bajar, entonces te vas a quedar aquí. Ahora te vas a llamar «luna» y tu castigo, por coqueta y presumida, será reflejar siempre el pozo donde se guarda la luz en la Tierra.

«Porque resulta que los dioses habían guardado la luz adentro de la Tierra y habían hecho un agujero grande y redondo para que ahí se llegaran a beber las estrellas cuando la luz y el ánimo se les apagaran. Entonces la luna no tiene luz, sólo es un espejo que, cuando aparece como luna llena, refleja de frente el gran agujero de luz donde se beben las estrellas. Espejo de luz, eso es la luna. Por eso, cuando la luna se pasea frente a una laguna, el espejo se mira en el espejo. Y como quiera nunca está contenta ni enojada la luna, es la malcontenta...

«A la Ceiba madre también la castigaron los dioses por andar de consentidora. Le prohibieron caminar para que no anduviera de un lado a otro y le dieron a cargar el mundo, además le pusieron más doble la piel para que no sintiera lástima de las lloraderas que escuchaba. Desde entonces, con la piel como de piedra, la Ceiba madre está de pie y sin moverse. Si se camina un poquito siquiera, el mundo se cae.

«Así pasó» dice el viejo Antonio. «Desde entonces la luna refleja la luz que se guarda dentro de la Tierra. Por eso cuando encuentra una laguna, la luna se detiene para arreglarse el pelo y la cara. Por eso también las mujeres, siempre que ven un espejo, se paran a mirarse. Eso fue regalo de los dioses; a cada mujer le dieron un pedacito de luna, para que pudiera arreglarse el pelo y la cara, y para que no le dieran ganas de andar de paseadora y de subirse al cielo.»

El viejo Antonio terminó, pero el viento no, y las olas siguen amenazando la barquita. Pero yo no digo nada. Y no es que esté reflexionando en las palabras del viejo Antonio, sino que estoy seguro de que, si abro la boca, voy a echar hasta el hígado sobre el agitado espejo en el que la luna ensaya su coquetería...

I. Dentro de la noche del rencor y el desconcierto

En México, en veces, la luna se pinta de un rojizo resplandor. Ni rubor ni sangre, son el coraje y el rencor los que le iluminan el rostro nacarado. De regreso de su largo viaje por la noche mexicana la luna termina su reiterado camino de espejos y se vuelve a su cansado andar. Tiene ya arrebolado el mirar... por el rencor... y el desconcierto....

¿Por qué? ¿Qué ha visto? Titubeando, sofocada y con un delgado hilo de voz que semeja una espiral del viento de mayo, la luna cuenta la historia de su viaje pasado. Cuenta que caminó la noche mexicana y que, dando tumbos por entre el gigantesco laberinto de espejos que es nuestra historia contemporánea, se llegó hasta el...

Espejo primero: El Poder como espejo y como imagen
CAPÍTULO 1

Que muestra la absurda coherencia del espejo puesto frente al espejo, de la doble duplicidad de la imagen del Poder, y la gran verdad que, dicen, debemos creer: el Poder es y es necesario, suficiente y eterno.

Primera Duplicidad:

En el Poder el espejo refleja una doble imagen: lo que se dice y lo que se hace. No oculta nada este espejo. Los recursos se le agotaron, ya no es el mismo de antes. Tiene la superficie enmohecida y manchada. Ya no «invierte» la realidad. Por el contrario, muestra la contradicción. Pero al hacerla evidente, la controla y la pone a su servicio. Ahora, simplemente, trata de que esa imagen contradictoria sea vista como «natural», como «evidente», como «incuestionable».

Si la primera mitad del año de 1994 fue de sorpresas y hechos inéditos, el mismo periodo de 1995 es de ratificación de que el rumbo del neoliberalismo es que no tiene rumbo. La contradicción y la improvisación constituyen la columna verbal de la nueva política nacional y se convierten en programa de gobierno.

Donde decía «Bienestar para tu familia» se muestra carestía, desempleo, caída de los índices económicos.

Donde decía «paz con negociación política» se muestra toda la parafernalia militar de tanques, aviones, helicópteros, miles de tropas.

Donde decía «reforma política definitiva» se muestra el aval a las imposiciones de gobernadores, «democracias» que se mantienen con el respaldo de un ejército que cada vez más adquiere características de ejército de ocupación... en su propio suelo.

Donde decía «defensa de la soberanía nacional» se muestran las etiquetas con los precios de venta de las riquezas del país.

Donde decía «hablar siempre con la verdad» se muestra un manejo de los medios de comunicación, primordialmente los electrónicos, donde la mentira es tan burda que sorprende y provoca risa en lugar de indignación.

Donde decía «él sabe cómo hacerlo» se modifican los signos de puntuación y se recita: «¿él sabe cómo hacerlo?»

Habla el espejo del Poder: «Yo o el fascismo», y aumenta la represión, la persecución, el terrorismo de Estado. «Yo o la anarquía», y la política y la economía, tomadas de la mano, dan bandazos sin rumbo ni orden. «Yo o el caos», y los funcionarios se dicen y desdicen en hechos y palabras. «Yo o la incertidumbre», y la única certeza es que el futuro es una incógnita que aterra.

Segunda Duplicidad:

La imagen que ofrece el espejo del Poder es doble.

Por un lado es una imagen hacia dentro, una imagen que el Poder se da a sí mismo. La soberbia atestigua, frente a sí misma, su esplendor. Su imagen le devuelven estas palabras:

«Somos los mismos, los de siempre. Somos menos, eso sí, pero más ricos. La incertidumbre del futuro la suplimos importando dosis suficientes de pasado. El ayer se puede convertir en hoy, basta una modesta inversión en dólares y una adecuada campaña publicitaria.»

Para el Poder, el presente es un espejo que mira hacia atrás y se reconforta. Hacia adelante prefiere no mirar, el precipicio produce vértigo.

Pero el Poder es, también, una imagen hacia afuera, una imagen que el Poder ofrece al consumo externo, es decir, internacional. ¿Y la imagen que se ofrece al pueblo de México? Después de todo, es el gobierno de México ¿no? Bien, no hay de qué preocuparse, esa imagen le llegará al país... ¡Por medios de comunicación extranjeros! Los informes sobre la situación económica, sobre los planes gubernamentales, sobre la política interna, sobre los magnicidios pendientes, todo le llegará al pueblo de México a través de agencias noticiosas del exterior. El mexicano común y corriente, para saber de la marcha de la economía, no deberá fijarse en su salario, en su poder adquisitivo, en su estabilidad laboral o financiera, o en su nivel de vida. En lugar de eso deberá atenerse a las declaraciones de funcionarios... ¡de otros países o de organismos internacionales!

El Poder, o mejor aún, el neoliberalismo hecho Poder en México, ha renunciado ya a luchar por legitimarse frente a sus gobernados. Ahora el espejo juega un nuevo truco. No se trata de «invertir» la imagen de ilegitimidad y «convertirla» en legítima. Ahora hay que «sobreponer» otra imagen a la de la «ilegitimidad», una imagen que borre o pase a segundo plano a la original, una imagen que se titula Legalidad. Incapaz de ganar su legitimidad, incapaz de luchar por lograrla, el Poder se viste con el ropaje de la «legalidad». Con el manto legal se puede todo.... incluso violar la ley. Así trabaja ahora el Espejo del Poder, con una imagen legal aunque ilegítima.

El ciudadano común y corriente, en México, no debera esperar que el gobierno que (supuestamente) eligió, lo represente y vea por su bien. En cambio, deberá conformarse con un gobierno-que-representa-a-la-ley-que-representa-al-gobierno-que-representa-a-la-ley, y así hasta el infinito en ese rebote de imagénes de un espejo frente a otro espejo.

Este es el Poder: el espejo tautológico. En su imagen, en el reflejo que de sí mismo obtiene, el Poder se dice:

«existo porque soy necesario,
soy necesario porque existo,
por lo tanto:
existo y soy necesario.»

Como la imagen que recibe de sí mismo le basta para satisfacerse, el Poder se sabe suficiente y, nuevamente el espejo frente al espejo, eterno.

Paréntesis: Los detalles en la imagen del espejo. (La alternancia del poder: cambio de ángulos del reflejo, pero el mismo espejo.)

Entre el populismo y el neoliberalismo, entre dinosaurios y tecnócratas, entre el PRI y el PAN, la imagen del poder juega a buscar su mejor ángulo, el más atractivo, el más eficiente. El sistema no es más fuerte ni más débil que ayer. Continúa su contradicción y prepara su mutación para seguir igual y producir el mismo efecto: asegurar al poder la reproducción de su imagen. La derecha siempre fue parte del espejo. No aspiran a acceder al poder por la vía de la legitimidad, por la sencilla razón de que en el poder ya están.

Pero han descubierto que las imágenes, de tanto reflejo, se agotan, se deterioran, se desgastan y empiezan a irritar al respetable. Dejan de ser efectivas y se vuelven inservibles... y criminales. Una nueva figura (que no es una nueva imagen, sino el paso a primer plano de uno de los detalles) es necesaria: la alternancia del poder que proponen es, en realidad, la alternancia en las imágenes de un mismo espejo, el intercambio de primeros y segundos planos en los detalles de la misma imagen, del mismo espejo, del poder...

Los salinistas de ayer son los panistas de hoy, y los dinosaurios de ayer son los tecnócratas de hoy, lagartijas con estudios de posgrado en el extranjero.

No es para el año 2000 que se prepara el cambio de reflejo. Dentro del poder es un secreto a voces que la imagen actual difícilmente durará hasta el fin de siglo.

Es la imagen la que caduca. El espejo, es decir El poder, es eterno...

*

Con asco y terror, como quien sale de una pesadilla a la que sabe que habrá devolver, la Luna se sacude el pálido velo. Ojerosa y demacrada, hace un gesto de desilusión cuando cuenta que siguió rebotando de una imagen a otra, que, espejo ella misma, logró, de pronto, mirarse en el...

Espejo segundo
CAPÍTULO 2

Que platica de que hay tantas verdades como fuerzas opositoras, de como el poder contamina con su cinismo de mercadotecnia a quien se le opone, y de otras imágenes deformadas en espejos ídem.

En el espejo segundo vive la oposición. En México, ser de oposición es muy sencillo: basta no ser del PRI. Pero hay de oposiciones a oposiciones. La imagen, apenas hace casi dos décadas, del espectro político legal en México era bastante sencilla: En el centro estaba el PRI, a su derecha el PAN y a su izquierda el mismo PRI y, a veces, el PPS. El PARM sólo jugaba a que era partido en algunas localidades. A la extrema izquierda estaba toda la oposición que era mantenida en la ilegalidad.

Una década después, años más o menos, varias organizaciones de izquierda participaron en la lucha legal por el poder político. El lugar izquierdo de la geometría política mexicana era disputado por varios partidos. Al centro seguía, impávido, el PRI. En el centro, el PRI podía hacerse a la izquierda o a la derecha, según conviniera al espejo. Pero he aquí que la crisis llegó, y la crisis del sistema es también la crisis de los partidos políticos. Y para crisis internas no hay como el PRI, que, en vísperas de las elecciones presidenciales de 1988, se fractura. Acción Nacional encuentra, en el carismático Maquío, el líder que le hacía falta. La izquierda legal, pulverizada, descubre que, tal vez, una alianza interna no le vendría mal. Un frente amplio surge en torno a un hombre de apellido Cárdenas, de nombre Cuauhtémoc, y de rostro austero. El descontento, de la más diversa procedencia social, revienta y se encauza en el neocardenismo. El malestar social se hace votos y, por vez primera, el PRI es derrotado en las urnas electorales de la presidencia por una fuerza de oposición. Una cosa es perder y otra muy diferente es entregar el poder. El fraude obra prodigios cibernéticos y el PRI gana en las leyes y pierde en la legitimidad. Las protestas poselectorales se van apagando conforme avanza el nuevo sexenio y el futuro candidato al penal de Almoloya, Carlos Salinas de Gortari, construye en torno a sí mismo un espejo gigantesco de mentiras. Le ayudan los medios electrónicos, el clero reaccionario, el gran capital y la bandera de las barras y las turbias estrellas. «¡Por porquito!», se dicen en el poder, «¡Que no vuelva a ocurrir! ¡Trabajemos ya para preparar el 94!»

El frente que se formó en torno a Cárdenas Solórzano empieza a recibir los primeros golpes y los satélites de siempre se desprenden. El amplio frente opositor ensaya a hacerse partido político y se convierte en el Partido de la Revolución Democrática. Su bautizo lo recibe con su propia sangre derramada: asesinatos selectivos inician la cuenta mortal que acompañará la campaña salinista en contra de Cuauhtémoc Cárdenas y del PRD.

Nacido en medio de esos ataques, el PRD a ratos parece sintetizar todas las desventajas de un frente y todas las desventajas de un partido político. El pasado priísta de una parte de sus componentes se hace espejo de nuevo en este intento de alternativa al sistema de partido de Estado. Sin embargo, no se puede negar que el PRD ha logrado, a costa de la vida de los suyos, abrir un importante espacio de participación política ciudadana. Una buena parte del pequeño espacio democrático que hoy existe en México se le debe al PRD.

El mejor homenaje al carácter de oposición que recibe el PRD lo constituyen los múltiples ataques que recibe del poder. Le teme el poder y lo ataca de todas formas y todo el tiempo. Ahora las grandes cabezas pensantes de la reacción se atropellan para decretar, con análisis diversos, el acta de defunción de este partido que es el único registrado, hoy, que se puede preciar de ser un partido de oposición. En cuanto a Cárdenas, no sólo el poder pretende declararlo un difunto político. Sus mismos compañeros de partido tratan de deshacerse de él, pero sobre todo tratan de deshacerse de lo que representa: la intransigencia frente al autoritarismo.

Ahora el PRD se haya preso en el espejo de moda: la lucha por el centro. La izquierda legal se desdibuja y trata de pelear la conquista de un espacio que todos se arrebatan. El centro lo quieren el PRI, el PRI, el PAN, y lo reclama Manuel Camacho Solís. El centro, dicen, garantiza un tránsito sin dolor, una alternancia estable, un... «cambio sin ruptura». Con un espacio tan peleado, el PRD no tiene la mejor de las oportunidades. Sin embargo, la aparente pugna entre «dialoguistas» e «intransigentes» es, en realidad, la lucha entre quienes aspiran a conquistar el centro (y reditar los «triunfos» electorales de Acción Nacional) y quienes prefieren la izquierda por vocación... y por historia.

¿Y a la izquierda? Nada legal que aspire a ocupar el vacío que quiere dejar el PRD. Sin embargo, existe esa izquierda. Su carácter ilegal (que no significa «clandestino») no anula su trabajo político y su influencia en espacios regionales y en lo que llaman «las coyunturas».

Tanto la izquierda legal como la ilegal comparten un espejo antropófago, un espejo que engulle todo lo cercano y que, sin embargo, padece serios problemas digestivos: se la pasa devolviendo lo que engulle. Toda izquierda que se precie de serlo es la vanguardia. Esto significa que hay tantas vanguardias que nadie sabe para dónde se camina y no hay «contingente» que siga a estas vanguardias. El «realismo político» y el cinismo son, más que lugares comunes, artículos de primera necesidad. La nueva izquierda profesa la vieja política y las siglas son sólo pequeños espejos del gran espejo de la oposición en México.

Fragmentada, enfrentada a sí misma, la oposición de izquierda tiene el honor, irrebatible, de no haberse rendido, de volverse a levantar después de cada golpe, de seguir luchando (pese a todos y pese a sí misma), y pensando que la revolución es necesaria... y posible...

*

Con coraje, con frustración, sale la Luna de este reflejo. Por entre los dos espejos se alcanza a distinguir un destello. Con una hábil pirueta, acróbata de nubes y tormentas, la luna alcanza a prenderse de un filo y, tirando con fuerza, se llega hasta el reflejo del...

Espejo tercero
CAPÍTULO 3

Que habla del «pueblo», de «los sin partido», de la «sociedad civil», de las «mayorías», de la «masa que espera, anhelante, una vanguardia», de la «sociedad», y de todos esos nombres con los que se llama a los que no tienen nombre, ni voz, ni rostro y son, apenas, un voto posible, un lugar en el contingente, un grito en la manifestación, una guardia en el plantón, un consumidor, un televidente, un radioescucha, un lector, un número que agregar a la cuenta propia...

Los protagonistas de las más grandes movilizaciones de los últimos años son los más golpeados por todo y por todos. La crisis y, sobre todo, la «brillante» administración de la crisis que hacen los tecnócratas neoliberales, está operando una curiosa campaña de concientización que no soñó nunca ninguna vanguardia revolucionaria. La necedad de una realidad económica cada vez más deteriorada siembra en mentes y corazones el ansia de cambio. Los medios masivos de comunicación electrónica empiezan a exhibir ineficacias: la ilegitimidad del poder los alcanza y no hay televidente que no reciba con una cierta dosis de escepticismo a los Zabludovsky, a los Ferriz de Con, a los Alatorre y a sus equivalente radiales.

Algo apesta allá arriba, algo se pudre. Y lo que se descompone provoca efectos dramáticos en la cotidianidad: aumentan los suicidios. La crisis económica se sale de la Bolsa de Valores, de los grandes centros bancarios y de las páginas especializadas en las publicaciones de análisis financiero. La crisis económica se vive ya en las mesas de la mayoría de eso que llaman «pueblo mexicano». En el vestir, en el comer, en el vivir, en el trabajo, en el amar, y hasta en el morir, la crisis pasa a cobrar su cuota. Se debe pagar, y al contado.

La crisis logra lo que soñaría cualquier frente de oposición: une a sectores y clases sociales a los que la «bonanza» mantenía separados y, no pocas veces, enfrentados.

Cuando mayo empaca sus cosas para salir y no volver hasta el año que entra, una nota se pierde en los periódicos.

Déficit de 19.2 millones de empleos en el país.

En 1995 se sumarán, al menos, 1.2 millones de demandantes de trabajo. Se suman a los 6 millones de desempleados y a los 12 millones de subempleados.

La PEA asciende a 36 millones (40 por ciento del total de México). (SHCP)

Al menos 622 mil despedidos para 1995. Según la SHCP, en el primer trimestre fueron despedidos 436 mil 191.

Según GEA (Grupo de Economistas Asociados), el PIB crecerá en menos 4.9 por ciento en 1995.

En este año 1995, el salario mínimo perderá 17.6 por ciento de poder adquisitivo en términos reales.

(La Jornada, 29 de mayo de 1995)

Pero lo que la economía une, que lo separe la política. El primero de mayo de 1995 se registra la más grande movilización nacional e independiente de las últimas décadas. Dos son sus características: Una es que es en protesta contra la política gubernamental, la otra es que no tuvo dirección política unificada. Una gran movilización, síntoma de un gran descontento. Una ausencia de dirección unitaria, síntoma de que «algo» falta...

Nuevas y creativas formas de «hablar» genera este renombrado «pueblo de México». La sentencia de muerte de la esperanza mexicana, sintetizada en la frase «los mexicanos aguantan todo», empieza a ser contradicha. La esperanza empieza, balbuceante, a ensayar sus palabras propias, a construirse un nuevo lenguaje, a labrar un espejo nuevo, una nueva imagen...

*

Sale la luna del tercer espejo con una esperanza apenas prendida del pelo. Se despide con pena. Cansada y aterida de frío por el súbito desprecio de la madrugada, la luna se arropa en el mar de occidente. Se mira en el espejo de las olas y se limpia el rostro con el agua salada. El sueño y la espuma le impiden ver que, lejos, se abre el...

Espejo cuarto
CAPÍTULO 4

Que manda, a través del mar de oriente, un saludo a los hombres y mujeres que, en Europa, descubrieron que comparten con nosotros el mismo padecimiento: la enfermedad de la esperanza.

INSTRUCCIONES PARA VER EL CUARTO ESPEJO:

Busque un espejo cualquiera, colóquelo frente a usted y asuma una posición cómoda. Respire hondo. Cierre los ojos y repita tres veces:

«Soy lo que soy, un poco, lo que puedo ser.
El espejo me muestra lo que soy, el cristal lo que puedo ser.»

Hecho lo anterior, abra los ojos y mire el espejo. No, no mire su reflejo. Dirija su mirada hacia abajo, a la izquierda. ¿Ya? Bien, ponga atención y en unos instantes aparecerá otra imagen. Sí, es una marcha: hombres, mujeres, niños y ancianos que vienen del sureste. Sí, es una de las carreteras que llevan a la ciudad de México. ¿Ve usted lo que hay caminando al costado izquierdo de la caravana? ¿Dónde? ¡Ahí abajo, en el suelo! ¡Sí, eso pequeñito y negro! ¿Que qué es? ¡Un escarabajo! Ahora ponga atención, porque ese escarabajo es...

¡Durito IV!
(EL NEOLIBERALISMO Y EL SISTEMA DE PARTIDO DE ESTADO)

Camina Durito a las carreras. Estos tabasqueños, después de tantas jornadas de camino y enfermedades, no parecen cansados. Caminan como si apenas esta manana hubieran iniciado este Éxodo por la dignidad y la soberanía nacional. Nuevamente, como antes en la voz de los zapatistas, del sureste de México marcha un llamado a toda la Nación. Es el mismo anhelo: democracia, libertad y justicia. En el heroico delirio del sureste mexicano, la esperanza insinúa un nombre: Tachicam, la unidad del anhelo de un futuro mejor. El sueño de un lugar donde el derecho al baile esté garantizado en la Constitución...

Aprovecha Durito un alto en la marcha y, acalorado, busca refugio bajo una matita, Después de un rato, ya recuperado el aliento, saca papel y lapicero. Sobre una piedra, supliendo el pequeño escritorio que dejó en la selva. Durito escribe una carta. ¡Ande! ¡No tema! Asómese por encima del hombro de Durito y lea:

Ejército Zapatista de Liberación Nacional México

México, mayo de 1995

Al Señor Tal y Tal
Profesor e investigador
Universidad Nacional Autónoma de México
México, D.F.
De: Don Durito de La Lacandona
Caballero Andante de quien el Sup-Marcos es escudero

Señor:

Tal vez le parezca extraño que yo, un escarabajo que se desempeño en la noble profesión de los caballeros andantes, le escriba a usted. No se angustie ni vaya al psicoanalista, que yo te explicaré presto y súbito. Resulta que usted le propuso al Sup que escribiera un artículo para un libro (o algo así) sobre La Transición a la Democracia. El libro (o lo que fuera) sería editado por la UNAM (lo que casi es una garantía de que no lo leerá nadie, más si se toman en cuenta la crisis de la industria editorial y el aumento en el costo del papel). El trato era que la desorbitada cantidad de N$ 1,000.00 (Un mil nuevos pesos), que paga la UNAM por la «colaboración» escrita fuera entregado, en su equivalente en dólares o en liras italianas, a los obreros de la FIAT en Turín. Nos hemos enterado, también, de que los obreros italianos de COBAS han recibido ya la cantidad referida como solidaridad de los zapatistas a la causa obrera europea. Usted ha cumplido, los obreros de la FIAT han cumplido, y aquí el único que está quedando mal es el Sup porque clarito me acuerdo que la fecha límite de entrega y nada que escribía el Sup. Se llegó enero de 1995 y el Sup andaba con sus ingenuidades de que el gobierno sí estaba dispuesto al diálogo, por eso en enero tampoco escribió el encargo. El febrero de la traición lo volvió a la razón y lo puso a correr (al Sup) hasta que llegó a mi vera. Repuesto del desengaño, me contó lo que su compromiso sobre el artículo y me pidió que lo ayudara en tan grave pedicamento. Yo, senor mío, soy un caballero andante, y los caballeros andantes no podemos dejar de socorrer al necesitado, por más narizón y delincuente que sea el desvalido en cuestión. Así que acepté de buen grado otorgar la ayuda que se me demandaba y por eso le escribo yo y no el Sup. Claro que usted se preguntará por qué, si la encomienda la recibí en febrero, le estoy escribiendo hasta mayo. Bueno recuerde usted que, como bien señaló un periodista, ésta es la «rebelión de los colgados».

Además debo advertir que yo escribo muuuy en serio y muuuy formal, así que no espere encontrar en mi estilo de redacción esas irreverencias y bromas del Sup que tanto escandalizan a los delegados gubernamentales. Por eso me tardé. No se sulfure, pudo haber sido peor, pudo usted tener que esperar a que el Sup pudiera escribirle algún día. Pero no vale la plena arriesgarse a esperar tan improbable jornada, así que aquí le mando este rollo donde va el tema que propuse y que, si mal no recuerdo, se titula...

La transición a la democracia según los zapatistas

Alguien querrá poner «según los Neo-zapatistas», pero, como ya explicó el viejo Antonio en La Historia de las Preguntas, acá los zapatistas de 1994 y los de 1910 son los mismos.

Procederé a exponer nuestra concepción de lo que significa la situación política actual, la democracia, y el tránsito entre la una y la otra.

I. LA SITUACIÓN POLÍTICA ACTUAL: EL SISTEMA DE PARTIDO DE ESTADO, PRINCIPAL OBSTÁCULO PARA EL TRÁNSITO A LA DEMOCRACIA EN MÉXICO

En el México de hoy nos encontramos con una deformación estructural que atraviesa todo el espectro de la sociedad mexicana, tanto en lo que se refiere a las clases sociales, como a los aspectos económicos y políticos, e incluso a su «organización» geográfica urbana y rural. Esta «deformación», en realidad una consecuencia del capitalismo salvaje mundial de finales del siglo XX, se enmascara en lo que se llama «neoliberalismo» y finca todo su desarrollo en la permanencia y agudización de dicha deformación. Cualquier intento de «equilibrar» esa deformación desde el Poder mismo es imposible y no pasa de ser demagogia barata (Procampo) o el intento más acabado de control fascista a nivel nacional: el Programa Nacional de Solidaridad. Con esto queremos decir que el «desequilibrio» social en México no es producto de un exceso o un problema de ajuste presupuestario. Es la esencia misma del sistema de dominación, es lo que lo hace posible. Sin este desequilibrio, el sistema entero se derrumbaría.

No nos referiremos a las «deformaciones» económicas y sociales, y sólo lo haremos a las políticas de forma muy apresurada:

El sistema politico mexicano tiene su fundamento histórico, su crisis presente y su mortal futuro, en esa deformación llamada «sistema de partido de Estado». No se trata sólo de una maridaje entre el gobierno y el partido de Estado (el Partido Revolucionario Institucional), sino de todo una sistema de relaciones políticas, económicas y sociales que invaden, incluso, a las organizaciones políticas opositoras y a la llamada «sociedad civil».

Cualquier intento de equilibrio de las fuerzas políticas, dentro de este sistema, no deja de ser, en el mejor de los casos, un buen deseo que anima a los sectores democratizadores dentro del PRI y a algunos miembros de la oposición. La única forma en que este sistema político sobrevive, hasta ahora, es por el mantenimiento de ese brutal desequilibrio que pone, de un lado, toda la fuerza del aparato gubernamental, el sistema represivo, los medios masivos de comunicación, el gran capital y el clero reaccionario del lado del emblema del PRI, y del otro lado una oposición fragmentada y enfrentada, prioritariamente, a sí misma. En medio o, mejor aún, al margen de estos extremos de la complicada balanza organizativa del sistema político mexicano, están las grandes mayorías, el pueblo de México. Ambas fuerzas, el sistema de partido de Estado y la oposición organizada, apuestan a ese tercer actor que es el pueblo mexicano, a su ausencia o a su presencia, a su apatía o a su movilización. Para inmovilizarla se mueven todos los mecanismos del sistema, para moverla se empeñan las propuestas politicas de la oposición (legal o ilegal, abierta o clandestina).

Cualquier intento de equilibrar este desbalance dentro del sistema es imposible. El equilibrio significa la muerte del sistema político mexicano consolidado desde hace más de 60 años. Dentro de las «reglas de juego» del sistema no es posible acceder siquiera, no ya a un nuevo modelo de organización social más justo, sino también a un sistema de partidos. Así como el sueño del libre juego de la oferta y la demanda no se puede hacer realidad en un sistema económico cada vez más dominado por los monopolios, el libre juego político de partidos no puede ser realidad en un sistema basado en el monopolio de la política: el sistema de partido de Estado.

Permítame usted que este punto quede así señalado (es decir, señalando un problema y no una solución). Permítame posponer, para una luna improbable, la continuación de su explicación. Sobre una caracterización más profunda del sistema de partido de Estado puede usted recurrir a análisis más brillantes y contundentes (dicho sea sin sarcasmos) de excelentes analistas. Nosotros sólo señalamos una diferencia respecto a otras posiciones que, es probable, se presentarán en este libro que usted prepara, a saber: que cualquier intento de «reforma» o «equilibrio» de esta deformación es imposible DESDE DENTRO DEL SISTEMA DE PARTIDO DE ESTADO. No hay «cambio sin ruptura». Es necesario un cambio profundo, radical, de todas las relaciones sociales en el México de hoy. ES NECESARIA UNA REVOLUCION, una nueva revolución. Esta revolución sólo será posible desde fuera del sistema de partido de Estado.

II. LA DEMOCRACIA, LA LIBERTAD Y LA JUSTICIA, BASE DE UN NUEVO SISTEMA POLÍTICO EN MÉXICO

El tríptico Democracia-Libertad-Justicia es la base de las demandas del EZLN, incluso dentro de su fundamento mayoritariamente indígena. No es posible uno sin los otros. Tampoco se trata de cuál primero (trampa de la ideología que nos susurra al oído: «Pospongamos la democracia, primero la justicia»). Más bien de los énfasis, o de las jerarquías de articulación, de las dominancias de uno de los elementos en los distintos tiempos históricos (algo precipitados en el año de 1994 y en lo que va de este 1995).

Me referiré ahora a esto de una REVOLUCIÓN en lo que señalamos en una carta a los medios de comunicación el 20 de enero de 1994, cuando las fuerzas gubernamentales apretaban más el cerco sobre nuestras tropas y el grupo de mando era «cazado» por unidades comando del ejército federal. Decíamos entonces:

«Nosotros pensamos que el cambio revolucionario en México no será producto de la acción en un solo sentido. Es decir, no será, en sentido estricto, una revolución armada o una revolución pacífica. Será, primordialmente, una revolución que resulte de la lucha en variados frentes sociales, con muchos métodos, bajo diferentes formas sociales, con grados diversos de compromiso y participación. Y su resultado será, no el de un partido, organización o alianza de organizaciones triunfante con su propuesta social específica, sino una suerte de espacio democrático de resolución de la confrontación entre diversas propuestas políticas. Este espacio democrático de resolución tendrá tres premisas fundamentales que son inseparables, ya, históricamente: la democracia para decidir la propuesta social dominante, la libertad para suscribir una u otra propuesta y la justicia a la que todas las propuestas deberán ceñirse» (20 de enero de 1994).

Tres señalamientos en un solo párrafo, tres señalamientos densos como pozol agrio. El estilo del Sup: oscuridad conceptual, ideas difíciles de entender y peores de digerir. Pero yo me permitiré desarrollar lo que él dejó apenas delineado. Se trata, pues, de tres señalamientos que contienen toda una concepción sobre la revolución (con minúsculas, para evitar polémicas con las múltiples vanguardias y salvaguardas de «LA REVOLUCION»):

El primero se refiere al carácter del cambio revolucionario, de este cambio revolucionario. Se trata de un carácter que incorpora métodos diferentes, frentes diversos, formas variadas y distintos grados de compromiso y de participación. Esto significa que todos los métodos tienen su lugar, que todos los frentes de lucha son necesarios, y que todos los grados de participación son importantes. Se trata, pues, de una concepción incluyente, antivanguardista y colectiva. El problema de la revolución (ojo con las minúsculas) pasa de ser un problema de LA organización, de EL método, y de EL caudillo (ojo con las mayúsculas), a convertirse en un problema que atañe a todos los que ven esa revolución como necesaria y posible, y en cuya realización todos son importantes.

El segundo se refiere al objetivo y al resultado de esa revolución. No se trata de la conquista del Poder o de la implantación (por vías pacíficas o violentas) de un nuevo sistema social, sino de algo anterior a una y a otra. Se trata de lograr construir la antesala del mundo nuevo, un espacio donde, con igualdad de derechos y obligaciones, las distintas fuerzas políticas se «disputen» el apoyo de la mayoría de la sociedad. ¿Confirma esto la hipótesis de que los zapatistas son «reformistas armados»? Pensamos que no. Nosotros sólo señalamos que una revolución «impuesta», sin el aval de las mayorías, termina por volverse contra sí misma. Ya sé que esto da para páginas, pero como ésta es sólo una carta, sólo estoy haciendo señalamientos para desarrollar en otras ocasiones o para provocar el debate y la discusión (que parece ser la «especialidad de la casa» de los zapatistas).

El tercero trata de las características no ya de la revolución, sino de su resultado. El espacio resultante, las nuevas relaciones políticas, deberán cumplir con tres condiciones: la democracia, la libertad y la justicia.

En suma, no estamos proponiendo una revolución ortodoxa, sino algo mucho más difícil: una revolución que haga posible la revolución...

III. ¿UN AMPLIO FRENTE OPOSITOR?

La fragmentación de las fuerzas que se le oponen le permite al sistema de partido de Estado no sólo el resistir los ataques, también la cooptación y mediatización de esa oposición. La principal preocupación del sistema de partido de Estado no es la radicalidad de las fuerzas que se le oponen, sino su eventual unidad. La parcelación de las fuerzas políticas en contra del régimen le permiten al sistema de partido de Estado el negociar o «pelear» la conquista de las «islas» políticas que se forman en la oposición. Aplican una ley de guerra, la «economía de fuerzas»: a un enemigo disperso en pequeños núcleos se le golpea concentrando fuerzas sobre cada núcleo, aislándolo de los otros. Estos núcleos opositores no se reconocen a sí mismos como frente a UN enemigo sino como frente a VARIOS enemigos, es decir, ponen especial énfasis en lo que los hace diferentes (sus propuestas políticas) y no en lo que los hace iguales (el enemigo que enfrentan: el sistema de partido de Estado). Claro que aquí nos referimos a la oposición honesta, no a las marionetas. Esta dispersión de fuerzas opositoras permite concentrar las fuerzas del sistema para «sitiar» y vencer (o anular) cada «isla».

La unidad de esa «isla» representaría un serio problema para el sistema de partido de Estado, pero no bastaría por sí misma (la unidad) para ver derrotado al régimen. Seguiría faltando la presencia y actuación del «tercer elemento»: el pueblo mexicano. Sí, así con minúsculas, evitando su definición y su sacralización. ¿Tiene este «tercer elemento» una característica definida de clase social? Sí, pero no es la que «salta» en primera instancia. Lo que prevalece es su escepticismo y desconfianza frente a la política, es decir, frente a las organizaciones políticas. Queremos decir con esto que, diciendo «pueblo mexicano», señalamos un problema y no una solución. Problema sí, y también una realidad que se presenta con una obstinación que supera los esquemas teóricos, por un lado, y los controles corporativos, por el otro.

La unidad de las «islas» encuentra multitud de obstáculos. Uno, no el único pero sí uno importante, es la diferencia sobre el carácter de esa unidad. Una unidad de clases explotadas o de organizaciones de clases explotadas, versus una unidad pluriclasista. De aquí vienen las subdivisiones.

¿Es posible una construcción paralela de ambos frentes o uno se contrapone al otro? Nosotros pensamos que sí es posible, que no se contraponen. Pero, en todo caso, lo mejor es preguntarle al tercer espejo, al que va a ser «liberado» o «redimido». Preguntar, responder. Hablar, escuchar. Un diálogo, pues. Un diálogo nacional...

(Fin del artículo y compromiso cumplido.)

Es todo, señor. Estoy seguro de que mi estilo literario sí merece estar impreso bajo el lema de «Por mi raza hablará el rock», y no como el de mi escudero que, aunque es leal y honesto, tiende mucho a ver la vida como si fuera un juego entre cristales y espejos...

Vale. Salud y ¡ánimo!, el cristal queda nomás ahí. Sólo falta encontrarlo...

Desde el kilómetro no sé cuánto de no sé cuál carretera, pero estamos, eso sí, en México.

Don Durito de La Lacandona

II. El día por venir

EL CRISTAL PARA VER DEL OTRO LADO

México, febrero-mayo de 1995

Tallado por el lado inverso, un espejo deja de ser espejo y se convierte en cristal. Y los espejos son para ver de este lado y los cristales son para ver lo que hay del otro lado.

Los espejos son para tallarlos.

Los cristales son para romperlos... y cruzar al otro lado...

Desde las montañas del Sureste Mexicano.

Subcomandante Insurgente Marcos.

P.D. que, imagen de lo real e imaginario, busca, entre tanto espejo, un cristal para romper.

Durito V

Madrugada. Ciudad de México. Por las calles aledañas al Zócalo deambula Durito. Con una diminuta gabardina y un sombrero calado a lo Humphrey Bogart en Casablanca, Durito pretende pasar desapercibido. No son necesarios ni el vestuario ni el lento arrastrarse de Durito, pegado a las sombras que huyen de los escaparates iluminados. Sombra de la sombra, callado andar, sombrero calado, gabardina que arrastra. Durito camina por la madrugada de la ciudad de México. Nadie se percata de él. No lo ven, y no porque esté bien disfrazado, o porque esa figura pequeña, diminuto quijote vestido de detective de los años 50, apenas se distingue entre los montones de basura. Camina Durito junto a papeles arrastrados por los pies de cualquiera o por alguna ráfaga de esos vientos impredecibles en las madrugadas del DF. Nadie ve a Durito por la sencilla razón de que, en esta ciudad, nadie ve a nadie.

«Esta ciudad está enferma», me escribe Durito, «está enferma de soledad y de miedo. Es una gran colectividad de soledades. Es muchas ciudades, una por cada uno de los que la habitan. No se trata de una suma de angustias (¿conoces alguna soledad que no sea angustiosa?), sino de una potencia; cada soledad se multiplica con el número de soledades que la circundan. Es como si la soledad de cada uno se metiera en una de esas ' Casa de los Espejos' que hay en las ferias de provincia. Cada soledad es un espejo que refleja la otra soledad que, como espejo, rebota soledades».

Durito ha empezado a darse cuenta de que está en cancha ajena, que la ciudad no es su lugar. En su corazón y en esta madrugada. Durito hace maletas. Hace este recorrido como si fuera un recuento, una última caricia, como la que da el amante que sabe que es la despedida. A ratos disminuye el paso de personas y aumenta el ulular de las patrullas que sobresaltan a los fuereños. Y Durito es uno de esos fuereños, así que se detiene en un rincón cada que los parpadeos rojos y azules cruzan por la calle. Durito aprovecha la complicidad de un zaguán para encender la pipa con técnica guerrillera: un chispazo apenas, una aspiración profunda, y el humo envolviendo mirada y rostro. Se detiene Durito. Ve y mira. Al frente, un aparador conserva su iluminación. Se acerca Durito y mira el gran cristal y lo que detrás de él se ofrece. Espejos de todas las formas y de todos los tamaños, figuiritas de porcelana, de vidrio, cristal cortado, cajitas de música. «No hay cajitas parlantes», se dice Durito sin olvidar los largos años pasados en la selva del sureste mexicano.

Durito ha venido a despedirse de la ciudad de México y ha decidido darle un regalo a esta ciudad de la que todos reniegan y nadie abandona. Un regalo. Este es Durito, un escarabajo de la Selva Lacandona en el centro de la ciudad de México.

Se despide Durito con un regalo.

Hace un elegante ademán de mago. Todo se detiene, las luces se apagan como se apagan las velas cuando un lento viento les lame el rostro. Otro ademán y una luz, como de reflector, ilumina una de las cajitas de música del aparador. Una bailarina, de suave traje lila, mantiene una perpetua posición con las manos entrelazadas en lo alto, las piernas juntas en su equilibrio sobre las puntas de los pies. Durito intenta imitar la posición, pero no tarda en enredarse con tantos brazos como tiene. Otro ademán mágico y aparece un piano del tamaño de una cajetilla de cigarros. Durito toma asiento frente al piano y coloca sobre la cubierta un tarro de cerveza que a saber de dónde lo sacó, pero debe de ser de hace rato porque ya está a la mitad. Se truena los dedos Durito y semeja hacer una de esas gimnasias dactilares que hacen los pianistas de bar en la películas. Voltea Durito hacia la bailarina e inclina la cabeza. La bailarina adquiere movimiento y hace una reverencia. Durito tararea una tonada desconocida, inicia un compás con sus patitas, cierra los ojos y empieza a balancearse. Inician las primeras notas. Durito toca el piano a cuatro manos. Del otro lado del cristal, la bailarina inicia un giro y un lento elevarse del muslo derecho. Durito se inclina sobre el teclado y arremete con furia. La bailarina ejecuta los mejores pasos que la prisión de la cajita de música le permiten. La ciudad se borra. No hay nada, sólo Durito en su piano y la bailarina en su cajita de música. Toca Durito y baila la bailarina. La ciudad está sorprendida, se arrebolan sus mejillas como cuando se recibe un regalo inesperado, una sorpresa agradable, una buena noticia. Durito le da el mejor de sus regalos: un espejo irrompible y eterno, un adiós que no duele, que alivia, que lava. El espectáculo dura apenas unos instantes, las últimas notas se apagan conforme adquieren forma de nuevo las ciudades que pueblan esta ciudad. La bailarina vuelve a su incómoda inmovilidad, Durito se sube el cuello de la gabardina y hace una suave reverencia hacia el aparador.

«¿Estarás siempre del otro lado del cristal?», le pregunta y se pregunta Durito. «¿Estarás siempre del lado de allá de mi acá y yo siempre estaré del lado de acá de tu allá?»

Salud y hasta siempre, mi querida malcontenta. La felicidad es como los regalos, dura lo que un destello y vale la pena.»

Cruza la calle Durito, se acomoda el sombrero y sigue caminando. Antes de doblar la esquina voltea hacia el aparador. Un agujero como una estrella adorna el cristal. Las alarmas suenan inútilmente. Detrás del aparador ya no está la bailarina de la cajita de música...

«Esta ciudad está enferma. Cuando su enfermedad haga crisis, será su cura. Esta soledad colectiva, multiplicada en millones y potenciada, terminará por encontrarse y encontrar la razón de su impotencia. Entonces, y sólo entonces, esta ciudad perderá el gris que la viste y se adornará con esas cintas de colores que abundan en provincia.

«Vive esta ciudad un juego cruel de espejos, pero el juego de los espejos es inútil y estéril si no hay un cristal como meta. Basta entenderlo y, como dijo no sé quién, luchar y empezar a ser felices...

«Me vuelvo, prepara el tabaco y el insomnio. Hay mucho que contarte, Sancho», termina de escribir Durito.

Amanece. Unas notas de piano acompañan al día que llega y Durito que se marcha. Al oriente, el Sol es como una piedra rompiendo el cristal de la mañana...

Vale de nuevo. Salud y dejad la rendición para los espejos huecos.

El Sup levantándose del piano y buscando, desconcertado entre tantos espejos, la puerta de salida... ¿o de entrada?


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Publicado en La Jornada entre el 9 de junio y el 11 de junio de 1995
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Mensajepor adiskide » Dom Nov 02, 2003 12:46 am

CHIAPAS EL SUrESTE EN DOS VIENTOS; UNA TORMENTA Y UNA PROFECIA. EL sub

Viento primero
EL DE ARRIBA

Capítulo I

Que narra cómo el supremo gobierno se enterneció de la miseria indígena de Chiapas y tuvo a bien dotar a la entidad de hoteles, cárceles, cuarteles y un aeropuerto militar. Y que narra también cómo la bestia se alimenta de la sangre de este pueblo y otros infelices y desdichados sucesos.

Suponga que habita usted en el norte, centro y occidente del país. Suponga que hace usted caso de la antigua frase de Sectur de "Conozca México primero". Suponga que decide conocer el sureste de su país y suponga que del sureste elige usted al estado de Chiapas. Suponga que toma usted por carretera (llegar por aire a Chiapas no sólo es caro sino improbable y de fantasía: sólo hay dos aeropuertos "civiles" y uno militar). Suponga que enfila usted por la carretera Transístmica. Suponga que no hace usted caso de ese cuartel que un regimiento de artillería del ejército federal tiene a la altura de Matías Romero y sigue usted hasta la Ventosa. Suponga que usted no advierte la garita que el Servicio de Inmigración de la Secretaría de Gobernación tiene en ese punto (y que hace pensar que uno sale de un país y entra en otro). Suponga que usted gira a la izquierda y toma decididamente hacia Chiapas. Kilómetros más adelante dejará usted Oaxaca y encontrará un gran letrero que reza "BIENVENIDO A CHIAPAS". ¿Lo encontró? Bien, suponga que sí. Usted entró por una de las tres carreteras que hay para llegar al estado: por el norte del estado, por la costa del Pacífico y por esta carretera que usted supone haber tomado, se llega a este rincón del sureste desde el resto del país. Y la riqueza sale de estas tierras no sólo por estas tres carreteras. Por miles de caminos se desangra Chiapas: por oleoductos y gasoductos, por tendido eléctricos, por vagones de ferrocarril, por cuentas bancarias, por camiones y camionetas, por barcos y aviones, por veredas clandestinas, caminos de terracería, brechas y picadas; esta tierra sigue pagando su tributo a los imperios: petróleo, energía eléctrica, ganado, dinero, café, plátano, miel, maíz,cacao, tabaco, azúcar, soya, sorgo, melón, mamey, mango, tamarindo y aguacate, y sangre chiapaneca fluye por los mil y un colmillos del saqueo clavados en la garganta del sureste mexicano. Materias primas, miles de millones de toneladas que fluyen a los puertos mexicanos, a las centrales ferroviarias, aéreas y camioneras, con caminos diversos: Estados Unidos, Canadá, Holanda, Alemania, Italia, Japón; pero con el mismo destino: el imperio. La cuota que impone el capitalismo al sureste de este país rezuma, como desde su nacimiento, sangre y lodo.

Un puñado de mercaderes, entre los que se cuenta el Estado mexicano, se llevan de Chiapas toda la riqueza y a cambio dejan su huella mortal y pestilente: el colmillo financiero obtuvo, en 1989, una captación integral de un millón 222 mil 669 millones de pesos y sólo derramó en créditos y obras 616 mil 340 millones. Más de 600 mil millones de pesos fueron a dar al estómago de la bestia.

En las tierras chiapanecas hay 86 colmillos de Pemex clavados en los municipios de Estación Juarez, Reforma, Ostuacán, Pichucalco y Ocosingo. Cada día succionan 92 mil barriles de petróleo y 516.7 mil millones de pies cúbicos de gas. Se llevan el gas y el petróleo y dejan, a cambio, el sello capitalista: destrucción ecológica, despojo agrario, hiperinflación, alcoholismo, prostitución y pobreza. La bestia no está conforme y extiende sus tentáculos a la Selva Lacandona: ocho yacimientos petrolíferos están en exploración. Las brechas se abren a punta de machetes, los empuñan los mismos campesinos que quedaron sin tierra por la bestia insaciable. Caen los árboles, retumban las explosiones de dinamita en terrenos donde sólo los campesinos tienen prohibido tumbar árboles para sembrar. Cada árbol que tumben les puede costar una multa de 10 salarios mínimos y cárcel. El pobre no puede tumbar árboles, la bestia petrolera, cada vez más en manos extranjeras, sí. El campesino tumba para vivir, la bestia tumba para saquear.

También por el café se desangra Chiapas. El 35% de la producción nacional cafetalera sale de etas tierras que emplean a 87 mil personas. El 47% de la producción va al mercado nacional y el 53% se comercializa en el extranjero, principalmente el Estados Unidos y Europa. Más de 100 mil toneladas de café salen del estado para engordar las cuentas bancarias de la bestia: en 1988 el kilo de café pergamino se vendió en el extranjero a un promedio de 8 mil pesos, pero al productor chiapaneco se lo pagaron a 2 mil 500 o a menos.

El segundo saqueo en importancia, después del café, es el ganado. Tres millones de vacas esperan a coyotes y a un pequeño grupo de introductores para ir a llenar los frigoríficos de Arriaga, Villahermosa y el Distrito Federal. Las vacas son pagadas hasta en mil 400 pesos el kilo en pie a los ejidatarios empobrecidos, y revendidos por coyotes e introductores hasta en 10 veces multiplicado el valor que pagaron.

El tributo que cobra el capitalismo a Chiapas no tiene paralelo en la historia. El 55 por ciento de la energía nacional de tipo hidroeléctrico proviene de este estado, y aquí se produce el 20 por ciento de la energía eléctrica total de México. Sin embargo, sólo un tercio de viviendas chiapanecas tienen luz eléctrica. ¿A dónde van los 12 mil 907 gigawatts que producen anualmente las hidroeléctricas de Chiapas?

A pesar de la moda ecológica, el saqueo maderero sigue en los bosques chiapanecos. De 1981 a 1989 salieron 2 millones 444 mil 700 metros cúbicos de maderas preciosas, coníferas y corrientes tropicales con destino al Distrito Federal, Puebla, Veracruz y Quintana Roo. En 1988 la explotación maderera dió una ganancia de 23 mil 900 millones de pesos, 6 mil porciento más que en 1980.

La miel que se produce en 79 mil colmenas del estado va íntegramente a los mercados de EU y Europa. 2 mil 756 toneladas de miel y cera producidas anualmente en el campo se convierten en dólares que los chiapanecos no verán.

Del maíz, más de la mitad producida aquí va al mercado nacional. Chiapas está entre los primeros estados productores a nivel nacional. El sorgo, en su mayoría, va a Tabasco. Del tamarindo, el 90% va al DF y a otros estados. El aguacate en dos tercios se comercializa fuera del estado; el mamey en su totalidad. Del cacao el 69 por ciento va al mercado nacional y el 31 por ciento al exterior con destino a EU, Holanda, Japón e Italia. La mayor parte de las 451 mil 627 toneladas anuales de plátanos se exportan.

¿Qué deja la bestia a cambio de todo lo que se lleva?

Chiapas posee 75 mil 634.4 kilómetros cuadrados, unos 7.5 millones de hectáreas, ocupa el octavo lugar en extensión y tiene 111 municipios organizados para el saqueo en nueve regiones económicas. Aquí se encuentra, del total nacional, el 40 por ciento de las variedades de plantas, el 36 por ciento de los mamíferos, el 34 por ciento de los anfibios y reptiles, el 66 por ciento de las aves, el 20 por ciento de los peces de agua dulce y el 80 por ciento de las mariposas. El 9.7 por ciento de la lluvia de todo el país cae sobre estas tierras. Pero la mayor riqueza de la entidad son los 3.5 millones de chiapanecos, de los cuales las dos terceras viven y se mueren en el medio rural. La mitad de los chiapanecos no tienen agua potable y dos tercios no tienen drenaje. El 90 por ciento de la población en el campo tiene ingresos mínimos o nulos.

La comunicación es una grotesca caricatura para un estado que produce petróleo, energía eléctrica, café, madera y ganado para la bestia hambrienta. Sólo las dos terceras partes de las cabeceras municipales tienen acceso pavimentado, 12 mil comunidades no tienen más comunicación que los centenarios caminos reales. La línea del ferrocarril no sigue las necesidades del pueblo chiapaneco sino las del saqueo capitalista desde los tiempos del porfirismo. La vía férrea que sigue la línea costera (sólo hay dos líneas: la otra atraviesa parte del norte del estado) data de principios de siglo y su tonelaje es limitado por los viejos puentes porfiristas que cruzan las hidrovenas del sureste. El único puerto chiapaneco, Puerto Madero, es sólo una puerta más de salida para que la bestia saque lo que roba.

¿Educación? La peor del país. En primaria, de cada 100 niños 72 no terminan el primer grado. Más de la mitad de las escuelas no ofrecen más que al tercer grado y la mitad sólo tiene un maestro para todos los cursos que imparten. Hay cifras muy altas, ocultas por cierto, de deserción escolar de niños indígenas debido a la necesidad de incorporar al niño a la explotación. En cualquier comunidad indígena es común ver a niños en horas de escuela cargando leña o maíz, cocinando o lavando ropa. De 16 mil 58 aulas que había en 1989, sólo mil 96 estaban en zonas indígenas.

¿Industria? Vea usted: el 40 por ciento de la "industria" chiapaneca es de molinos de nixtamal, de tortillas y de muebles de madera. La gran empresa, el o.2 por ciento, es del Estado mexicano (y pronto del extranjero) y la forman el petróleo y la electricidad. La mediana industria, el 0.4 por ciento, está formada por ingenios azucareros, procesadoras de pescados y mariscos, harina, calhidra, leche y café. El 94.8 por ciento es microindustria.

La salud de los chiapanecos es un claro ejemplo de la huella capitalista: un millón y medio de personas no disponen de servicio médico alguno. Hay 0.2 consultorios por cada mil habitantes, cinco veces menos que el promedio nacional; hay 0.3 camas de hospital por cada mil chiapanecos, tres veces menos que en el resto de México; hay un quirófano por cada 100 mil habitantes, dos veces menos que en el país; hay 0.5 médicos y 0.4 enfermeras por cada mil personas, dos veces menos que el promedio nacional.

Salud y alimentación van de la mano en la pobreza. El 54 por ciento de la población chiapaneca está desnutrida y en la región de los altos y la selva este porcentaje de hambre supera el 80 por ciento. El alimento promedio de un campesino es: café, pozol, tortilla y frijol.

Todo esto deja el capitalismo en pago por lo que se lleva...

Esta parte del territorio mexicano que se anexó por voluntad propia a la joven república independiente en 1824, apareció en la geografía nacional hasta que el boom petrolero recordó a la nación que había un sureste (en el sureste está el 82 por ciento de la capacidad instalada de la planta petroquímica de Pemex); en 1990 las dos terceras partes de la inversión pública en el sureste fue para energéticos. Pero este estado no responde a modas sexenales, su experiencia en saqueo y explotación se remonta desde siglos atrás. Igual que ahora, antes fluían a las metrópolis, por las venas del saqueo, maderas y frutas, ganados y hombres. A semejanza de las repúblicas bananeras pero en pleno auge del neoliberalismo y las "revoluciones libertarias", el sureste sigue exportando materias primas y mano de obra y, como desde hace 500 años, sigue importando lo principal de la producción capitalista: muerte y miseria.

Un millón de indígenas habitan estas tierras y comparten con mestizos y ladinos una desequilibrada pesadilla: aquí su opción, después de 500 años del "encuentro de dos mundos", es morir de miseria o de represión. El programa de optimización de la pobreza, esa pequeña mancha de socialdemocracia que salpica ahora al Estado mexicano y que con Salinas de Gortari lleva el nombre de Pronasol es una caricatura burlona que cobra lágrimas de sangre a los que, bajo estas lluvias y soles, se desviven.

¡¡Bienvenido!!... Ha llegado usted al estado más pobre del país: Chiapas

Suponga que sigue usted manejando y de Ocosocoautla baja usted a Tuxtla Gutiérrez, capital del estado. No se detenga mucho; Tuxtla Gutiérrez es sólo una gran bodega que concentra producción de otras partes del estado. Aquí llega parte de la riqueza que será enviada a donde los designios capitalistas decidan. No se detenga, apenas toca usted los labios de las fauces sangrantes de la fiera. Pase usted por Chiapa de Corzo sin hacer caso de la fábrica que Nestlé tiene ahí, y empiece a ascender la sierra. ¿Qué ve? Está en lo cierto, entró a usted a otro mundo: el indígena. Otro mundo, pero el mismo que padecen millones en el resto del país.

Este mundo indígena está poblado por 300 mil tzeltales, 300 mil tzotziles, 120 mil choles, 90 mil zoques y 70 mil tojolabales. El supremo gobierno reconoce que "sólo" la mitad de este millón de indígenas es analfabeta.

Siga por la carretera sierra adentro, llega usted a la región llamada los altos de Chiapas. Aquí, hace 500 años el indígena era mayoritario, amo y señor de tierras y aguas. Ahora sólo es mayoritario en número y pobreza. Siga, lléguese hasta San Cristóbal de Las Casas, hace 100 años era la capital del estado pero las pugnas interburguesas le quitaron el dudoso honor de ser capital del estado más pobre de México. No, no se detenga, si Tuxtla Gutiérrez es una gran bodega, San Cristóbal es un gran mercado: por miles de rutas llega el tributo indígena al capitalismo: , tzotziles, tzeltales, choles, tojolabales y zoques, todos traen algo: madera, café, ganado, telas, artesanías, frutas, verduras, maíz... Todos se llevan algo: enfermedad, ignorancia, burla y muerte. Del estado más pobre de México, ésta es la región más pobre. Bienvenido a San Cristóbal de Las Casas "Ciudad Colonial" dicen los coletos, pero la mayoría de la población es indígena. Bienvenido al gran mercado que Pronasol embellece. Aquí todo se compra y se vende, menos la dignidad indígena. Aquí todo es caro, menos la muerte. Pero no se detenga, siga adelante por la carretera, enorgullézcase de la infraestructura turística: en 1988 en el estado había 6 mil 270 habitaciones de hotel, 139 restaurantes y 42 agencias de viaje; ese año entraron un millón 58 mil 98 turistas y dejaron 250 mil millones de pesos en manos de hoteleros y restauranteros.

¿Hizo la cuenta? ¿Si? Es correcto: hay unas siete habitaciones por cada mil turistas, mientras que hay 0.3 camas de hospital para cada mil chiapanecos. Bueno, deje usted las cuentas y siga adelante, libre con cuidado esas tres hileras de policía que, con boinas pintas, trotan por la orilla de la carretera, pase usted por el cuartel de la Seguridad Pública y siga por entre hoteles, restaurantes y grandes comercios, enfile a la salida para Comitán. Saliendo de la "olla" de San Cristóbal y por la misma carretera verá las famosas grutas de San Cristóbal, rodeadas de frondosos bosques. ¿Ve usted ese letrero? No, no se equivoca, este parque natural es administrado por... ¡el ejército! Sin salir de su desconcierto siga adelante... ¿Ve usted? Modernos edificios, buenas casas, calles pavimentadas... ¿Una universidad? ¿Una colonia para trabajadores? No, mire el letrero a un lado de los cañones, y lea: "Cuartel General de la 31 Zona Militar". Todavía con la hiriente imagen verdeolivo en la retina llegue usted al crucero y decida no ir a Comitán, así se evitará la pena de ver que, unos metros más adelante, en el cerro que se llama del Extranjero, personal militar norteamericano maneja, y enseña a manejar a sus pares mexicanos, un radar. Decida mejor ir a Ocosingo ya que está de moda la ecología y todas esas pamplinas. Vea usted esos árboles, respire profundo... ¿Ya se siente mejor? ¿Sí? Entonces mantenga su vista a la izquierda porque si no, en el Km. 7, verá usted otra magnífica construcción con el noble símbolo de SOLIDARIDAD en la fachada. No vea, le digo que voltee para otro lado, no se dé cuenta usted de que este edificio nuevo es... una cárcel (dicen las malas lenguas que son ventajas que ofrece Pronasol: ahora los campesinos no tendrán que ir hasta Cerro Hueco, cárcel en la capital del estado). No hombre, no se desanime, lo peor está siempre oculto: el exceso de pobreza espanta al turismo... Siga, baje a Huixtán, ascienda a Oxchuc, vea la hermosa cascada donde nace el río Jataté cuyas aguas atraviesan la Selva Lacandona, pase por Cuxuljá y no siga la desviación que lleva a Altamirano, lléguese hasta Ocosingo: "la puerta de la Selva Lacandona"...

Está bien, deténgase un poco. Una vuelta rápida por la ciudad... ¿Principales puntos de interés? Bien: esas dos grandes construcciones a la entrada son prostíbulos, aquello es una cárcel, la de más allá la iglesia, esa otra es la Ganadera, ése de allá es un cuartel del ejército federal, allá los judiciales, la presidencia municipal y más acá Pemex, lo demás son casitas amontonadas que retumban al paso de los gigantescos camiones de Pemex y las camionetas de los finqueros.

¿Qué le parece? ¿Una hacienda porfirista? ¡Pero eso se acabó hace 75 años! No, no siga por esa carretera de terracería que llega hasta San Quintín, frente a la Reserva de los Montes Azules. No, llegue hasta donde se juntan los ríos Jataté y Perlas, no baje ahí, no camine tres jornadas de ocho horas cada una, no llegue a San Martín, no vea que es un ejido muy pobre y muy pequeño, no se acerque a ese galerón que se cae a pedazos y con láminas oxidadas y rotas. ¿Qué es? Bueno, a ratos iglesia, a ratos escuela, a ratos salón de reuniones. Ahorita es una escuela, son las 11 del día. No, no se acerque, no mire dentro, no vea a esos cuatro grupos de niños rebosando de lombrices y piojos, semidesnudos, no vea los cuatro jóvenes indígenas que hacen de maestros por una paga miserable que tienen que recoger después de caminar las mismas tres jornadas que usted caminó; no vea que la única división entre un "aula" y otra es un pequeño pasillo. ¿Hasta qué año se cursa aquí? Tercero. No, no vea esos carteles que es lo único que el gobierno les mandó a esos niños, no los vea: son carteles para prevenir el sida...

Mejor sigamos, volvamos a la carretera pavimentada. Sí, ya sé que está en mal estado. Salgamos de Ocosingo, siga admirando estas tierras... ¿Los propietarios? Sí, finqueros. ¿Producción? Ganado, café, maíz... ¿Vio el Instituto Nacional Indigenista? Sí, a la salida. ¿Vio esos espléndidos camiones? Son dados a crédito a los campesinos indígenas. Sólo usan gasolina MagnaSin, por aquello de la ecología... ¿Que no hay MagnaSin en Ocosingo? Bueno, pues ésas son pequeñeces... Sí, usted tiene razón, el gobierno se preocupa por los campesinos. Claro que dicen las malas lenguas que en esa sierra hay guerrilleros y que la ayuda monetaria del gobierno es para comprar la lealtad indígena, pero son rumores, seguramente tratan de desprestigiar al Pronasol... ¿Qué? ¿El Comité de Defensa Ciudadana? ¡Ah sí! Es un grupo de "heroicos" ganaderos, comerciantes y charros sindicales que organizan guardias blancas para desalojos y amenazas. No, ya le dije a usted que la hacienda porfirista acabó hace 75 años... Mejor sigamos... en esa desviación tome usted a la izquierda. No, no vaya usted a Palenque. Mejor sigamos, pasemos por Chilón... bonito ¿no? Sí Yajalón... muy moderno, hasta tiene una gasolinera... mire, ése de allá es un banco, allá la presidencia municipal, por acá la judicial, la ganadera, allá el ejército... ¿Otra vez con lo de la hacienda? Vámonos y ya no vea ese otro gran y moderno edificio en las afueras, en el camino a Tila y Sabanilla, no vea su hermoso letrero de SOLIDARIDAD embelleciendo la entrada, no vea que es... una cárcel.

Bueno, llegamos al cruce, ahora a Ocosingo... ¿Palenque? ¿Está usted seguro? Bueno, vamos... Sí, bonitas tierras. Ajá, finqueros. Correcto: Ganado, café, madera. Mire, ya llegamos a Palenque. ¿Una visita rápida a la ciudad? Bueno: ésos son hoteles, allá restaurantes, acá la presidencia municipal, la Judicial, ése el el cuartel del ejército, y allá... ¿Qué? No, ya sé qué me va a decir... no lo diga, no... ¿Cansado? Bueno, paremos un poco. ¿No quiere ver las pirámides? ¿No? Bueno. ¿Xi'Nich? Ajá, una marcha indígena. Sí, hasta México. Ajá, caminando. ¿Cuánto? Mil 106 kilómetros. ¿Resultados? Recibieron sus peticiones. Sí, sólo eso. ¿Sigue cansado? ¿Más? Bueno, esperemos... ¿Para Bonampak? Está muy malo el camino. Bueno, vamos. Sí, la ruta panorámica... ése es el retén del ejército federal, este otro es de la Armada, aquél de judiciales, el de más allá el de Gobernación... ¿Siempre así? No, a veces topa uno con marchas campesinas de protesta. ¿Cansado? ¿Quiere regresar? Bueno. ¿Otros lugares? ¿Distintos? ¿En qué país? ¿México? Verá usted lo mismo, cambiarán los colores, las lenguas, el paisaje, los nombres, pero el hambre, la explotación, la miseria y la muerte, es la misma. Sólo busque bien. Sí, en cualquier estado de la república. Ajá, que le vaya bien... y si necesita un guía turístico no deje de avisarme, estoy para servirle... ¡Ah! otra cosa. No será siempre así. ¿Otro México? No, el mismo... yo hablo de otra cosa, como que empiezan a soplar otros aires, como que otro viento se levanta...

Capítulo Segundo

Que narra hechos del gobernador aprendiz de virrey, de su heroico combate contra el clero progresista, y de sus andanzas con los señores feudales del ganado, el café y el comercio. Y que narra también otros hechos igualmente fantásticos.

Érase que se era un virrey de chocolate con nariz de cacahuate. El aprendiz de virrey, el gobernador Patrocinio González Garrido, a la manera de los antiguos monarcas que la corona implantó junto con la conquista, ha reorganizado la geografía chiapaneca. La asignación de espacios urbanos y rurales es un ejercicio del poder un tanto sofisticado, pero manejado con la torpeza del señor González Garrido alcanza niveles exquisitos de estupidez. El virrey ha decidido que las ciudades con servicios y ventajas sean para los que ya todo tienen. Y decide, el virrey, que la muchedumbre está bien afuera, en la intemperie, y sólo merece lugar en las cárceles, lo cual no deja de ser incómodo. Por esto, el virrey ha decidido construir las cárceles en las afueras de las ciudades, para que la cercanía de esa indeseable y delincuente muchedumbre no perturbe a los señores. Cárceles y cuarteles son las principales obras que este gobernador ha impulsado en Chiapas. Su amistad con finqueros y poderosos comerciantes no es un secreto para nadie, como tampoco lo es su animadversión hacia las tres diócesis que regulan la vida católica en el estado. La diócesis de San Cristóbal, con el obispo Samuel Ruiz a la cabeza, es una molestia constante para el proyecto de reordenamiento de González Garrido. Queriendo modernizar la absurda estructura de explotación y saqueo que impera en Chiapas, Patrocinio González tropieza cada tanto con la terquedad de religiosos y seglares que predican y viven la opción por los pobres del catolicismo.

Con el aplauso fariseo del obispo tuxtleco, Aguirre Franco, y la muda aprobación del de Tapachula, González Garrido anima y sostiene las conspiraciones "heroicas" de ganaderos y comerciantes en contra de los miembros de la diócesis sancristobalense. "Los equipos de Don Samuel", como les llaman algunos, no están formados por inexpertos creyentes: antes que Patrocinio González Garrido soñara siquiera con gobernar su estado, la diócesis de San Cristóbal de Las Casas predicaba el derecho a la libertad y a la justicia. Para una de las burguesías más retrógradas del país, la agrícola, estas palabras sólo pueden significar una cosa: rebelión. Y estos "patriotas" y "creyentes" finqueros y comerciantes saben cómo detener las rebeliones: la existencia de guardias blancas armadas con su dinero y entrenadas por miembros del ejército federal y policías de la Seguridad Pública y la judicial del estado, es de sobra conocida por los campesinos que padecen sus bravatas, torturas y balas.

En meses pasados fue detenido el sacerdote Joel Padrón, párroco de Simojovel. Acusado por los ganaderos de esa región de incitar y participar en tomas de tierra, el padre Joel fue detenido por autoridades estatales y recluido en el Penal de Cerro Hueco, en la capital del estado. Las movilizaciones de miembros de la diócesis de San Cristóbal (las de Tuxtla y Tapachula brillaron por su ausencia) y un amparo federal lograron la liberación del párroco Padrón.

Mientras miles de campesinos marcharon en Tuxtla Gutiérrez para exigir la liberación del padre, los ganaderos de Ocosingo enviaron a sus flamantes guardias blancas a desalojar a campesinos posesionados del predio El Momonal: 400 hombres armados por los finqueros golpearon y destruyeron, quemaron casas, chicotearon a las mujeres indígenas y asesinaron de un tiro en el rostro al campesino Juan. Después del desalojo, las guardias blancas, en su mayoría compuestas por vaqueros de las fincas y pequeños propietarios orgullosos de compartir correrías con los mozos terratenientes, recorrieron las carreteras de la región en las camionetas pickup facilitadas por los amos. Mostrando sus armas ostensiblemente, borrachos y drogados, gritaban: "¡La ganadera es la número uno!" y advertían a todos que era sólo el comienzo. Las autoridades municipales de Ocosingo y los soldados destacamentados en la cabecera contemplaron impávidos el desfile triunfal de los pistoleros.

En Tuxtla Gutiérrez cerca de 10 mil campesinos desfilaban por la libertad de Joel Padrón. En un rincón de Ocosingo, la viuda de Juan enterraba solitaria a la víctima del orgulloso finquero. No hubo ni una marcha, ni un rezo, ni una firma de protesta por la muerte de Juan. Éste es Chiapas.

Recientemente, el virrey González Garrido protagonizó un nuevo escándalo que salió a la luz pública porque las víctimas cuentan con los medios para denunciar las arbitrariedades. Con la anuencia del virrey, los señores feudales de Ocosingo organizaron el Comité de Defensa Ciudadana, el intento más acabado de institucionalizar las guardias blancas neoporfiristas que resguardan el orden en el campo chiapaneco. Nada hubiera pasado seguramente, si no es descubierto un complot para asesinar a los párrocos Pablo Iribarren y a la religiosa María del Carmen, además de a Samuel Ruiz, obispo de la diócesis. A los párrocos y religiosas se les daba un plazo para abandonar el municipio, pero los más radicales del Comité clamaban por una solución drástica que incluyera al obispo Ruiz. La denuncia del complot corrió a cargo de la prensa chiapaneca honesta, que la hay aún, y llegó a los foros nacionales. Hubo retracciones y desmentidos, el virrey declaró que sostenía buenas relaciones con la Iglesia y nombró un fiscal especial para investigar el caso. La investigación no arrojó resultado alguno y las aguas volvieron a su cauce.

En las mismas fechas, agencias gubernamentales daban a conocer datos escalofriantes: en Chiapas mueren cada año 14 mil 500 personas, es el más alto índice de mortalidad en el país. ¿Las causas? Enfermedades curables como: infecciones respiratorias, enteritis, parasitosis, amibiasis, paludismo, salmonelosis, escabiasis, dengue, tuberculosis pulmonar, oncocercosis, tracoma, tifo, cólera y sarampión. Las malas lenguas dicen que la cifra supera los 15 mil muertos al año, porque no se lleva el registro de las defunciones en las zonas marginadas, que son la mayoría del estado... En los cuatro años de virreinato de Patrocinio González Garrido han muerto más de 60 mil chiapanecos, pobres en su mayoría. La guerra que contra el pueblo dirige el virrey y comandan los señores feudales, reviste formas más sutiles que los bombardeos. No hubo en la prensa local o nacional una nota para ese complot asesino en acción que cobra vidas y tierras como en tiempos de la conquista.

El Comité de Defensa Ciudadana sigue su labor proselitista, realiza reuniones para convencer a ricos y pobres de la ciudad de Ocosingo de que deben organizarse y armarse para que los campesinos no entren a la ciudad porque lo destruirían todo, sin respetar ni a ricos ni a pobres. El virrey sonríe con beneplácito.

Capítulo Tercero

Que narra cómo el virrey tuvo una brillante idea y la puso en práctica y que narra también cómo el imperio decretó la muerte del socialismo y, entusiasmado, se dio a la tarea de difundirlo para regocijo de los poderosos, desconsuelo de los tibios e indiferencia de los más. Narra también cómo Zapata no ha muerto, dicen. Y otros desconcertantes acontecimientos.

El virrey está preocupado. Los campesinos se niegan a aplaudir el despojo institucional que ahora está escrito en el nuevo artículo 27 de la Carta Magna. El virrey está rabiando. Los explotados no son felices explotados. Se niegan a recibir con una servil caravana las limosnas que el Pronasol salpica en el campo chiapaneco. El virrey está desesperado, consulta a sus asesores. Ellos le repiten una vieja verdad: no bastan cárceles y cuarteles para dominar, es necesario domar también el pensamiento. El virrey se pasea inquieto en su soberbio palacio. Se detiene, sonríe y redacta...

XEOCH: Rap y mentiras para los campesinos

Ocosingo y Palenque, Cancuc y Chilón, Altamirano y Yajalón, los indígenas están de fiesta. Una nueva dádiva del supremo gobierno alegra la vida de peones y pequeños propietarios, de campesinos sin tierra y empobrecidos ejidatarios. Ya tienen una estación local de radio que cubre, ahora sí, los rincones más apartados del oriente chiapaneco. La programación es de lo más adecuada: música de marimba y rap proclaman la buena nueva. El campo chiapaneco se moderniza. XEOCH transmite desde la cabecera municipal de Ocosingo, en los 600 megahertz en amplitud modulada, desde las 4:00 hasta las 22:00 horas. Sus noticieros abundan en piedras de molino: la "desorientación" que religiosos "subversivos" predican entre el campesinado, la afluencia de créditos que no llegan a las comunidades indígenas, la existencia de obras públicas que no aparecen por ningún lado. El soberbio virrey también se da tiempo de transmitir por XEOCH sus amenazas para recordar al mundo que no todo es mentiras y rap, también hay cárceles y cuarteles y un código penal, el más represivo de la república, que sanciona cualquier muestra de descontento popular: los delitos de asonada, rebelión, incitación a la rebelión, motín, etcétera, que están tipificados en los artículos de esta ley son la muestra de que el virrey se preocupa de hacer las cosas bien y punto.

No hay para qué luchar. El socialismo ha muerto. Viva el conformismo y la reforma y la modernidad y el capitalismo y los crueles etcéteras que a esto se asocian y siguen. El virrey y los señores feudales bailan y ríen eufóricos en sus palacios y palacetes. Su regocijo es desconcierto en algunos de los escasos pensadores independientes que habitan en estos lares. Incapaces de entender, se dan a la desazón y los golpes de pecho. Es cierto, para qué luchar. La correlación de fuerzas es desfavorable. No es tiempo... hay que esperar más... tal vez años... alerta contra los aventureros. Que haya sensatez. Que nada pase en el campo y en la ciudad, que todo siga igual. El socialismo ha muerto. Viva el capital. Radio, prensa y televisión lo proclaman, lo repiten algunos exsocialistas, ahora sensatamente arrepentidos.

Pero no todos escuchan las voces de desesperanza y conformismo. No todos se dejan llevar por el tobogán del desánimo. Los más, los millones siguen sin escuchar la voz del poderoso y el tibio, no alcanzan a oír, están ensordecidos por el llanto y la sangre que, muerte y miseria, les gritan al oído. Pero cuando hay un momento de reposo, que los hay todavía, escuchan otra voz, no la que viene de arriba, sino la que trae el viento de abajo y que nace del corazón indígena de las montañas, la que les habla de justicia y libertad, la que les habla de socialismo, la que les habla de esperanza... la única esperanza de ese mundo terrenal. Y cuentan los más viejos entre los viejos de las comunidades que hubo un tal Zapata que se alzó por los suyos y que su voz cantaba, más que gritar, ¡Tierra y Libertad! Y cuentan estos ancianos que no ha muerto, que Zapata ha de volver. Y cuentan los viejos más viejos que el viento y la lluvia y el sol le dicen al campesino cuándo ha de preparar la tierra, cuándo ha de sembrar y cuándo cosechar. Y cuentan que también la esperanza se siembra y se cosecha. Y dicen los viejos que el viento, la lluvia y el sol están hablando de otra forma a la tierra, que de tanta pobreza no puede seguir cosechando muerte, que es la hora de cosechar rebeldía. Así dicen los viejos. Los poderosos no escuchan, no alcanzan a oír, están ensordecidos por el embrutecimiento que los imperios les gritan al oído. "Zapata" repiten quedo los pobres jóvenes; "Zapata" insiste el viento, el de abajo, el nuestro.

Viento Segundo
EL DE ABAJO

Capítulo Cuarto

Que narra cómo la dignidad y la rebeldía se emparentan en el sureste y de cómo los fantasmas de Jacinto Pérez y mapaches recorren las sierras de Chiapas. Narra también de la paciencia que se agota y otros sucesos de ignorada presencia pero presumible consecuencia.

Este pueblo nació digno y rebelde, lo hermana al resto de los explotados del país no el Acta de Anexión de 1824, sino una larga cadena de ignominias y rebeldías. Desde los tiempos en que sotana y armadura conquistaban estas tierras, la dignidad y la rebeldía se vivían y difundían bajo estas lluvias.

El trabajo colectivo, el pensamiento democrático, la sujeción al acuerdo de la mayoría, son más que una tradición en zona indígena, han sido la única posibilidad de sobrevivencia, de resistencia, de dignidad y rebeldía. Estas "malas ideas", a ojos terratenientes y comerciantes, van en contra del precepto capitalista de "mucho en manos de pocos".

Se ha dicho, equivocadamente, que la rebeldía chiapaneca tiene otro tiempo y no responde al calendario nacional. Mentira: la especialidad del explotado chiapaneco es la misama del de Durango, el Bajío o Veracruz; pelear y perder. Si las voces de los que escriben la historia hablan de descompás, es porque la voz de los oprimidos no habla... todavía. No hay calendario histórico, nacional o regional, que recoja todas y cada una de las rebeliones y disconformidades contra el sistema impuesto y mantenido a sangre y fuego en todo el territorio nacional. En Chiapas esta voz de rebeldías se escucha sólo cuando estremece el mundillo de terratenientes y comerciantes. Entonces sí el fantasma de la barbarie indígena retumba en los muros de los palacios gobernantes y pasa todo con la ayuda de plomo ardiente, el encierro, el engaño y la amenaza. Si las rebeliones en el sureste pierden, como pierden en el norte, centro y occidente, no es por desacompañamiento temporal, es porque el viento es el fruto de la tierra, tiene su tiempo y madura, no en los libros de lamentos, sino en los pechos organizados de los que nada tienen más que dignidad y rebeldía. Y este viento de abajo, el de la rebeldía, el de la dignidad, no es sólo respuesta a la imposición del viento de arriba, no es sólo brava contestación, lleva en sí una propuesta nueva, no es sólo la destrucción de un sistema injusto y arbitrario, es sobre todo una esperanza, la de la conversión de dignidad y rebeldía en libertad y dignidad.

¿Cómo habrá de hacerse oír esta voz nueva en estas tierras y en todas las del país? ¿Cómo habrá de crecer este viento oculto, conforme ahora con soplar en sierras y cañadas, sin bajar aún a los valles donde manda el dinero y gobierna la mentira?

De la montaña vendrá este viento, nace ya bajo los árboles y conspira por un nuevo mundo, tan nuevo que es apenas una intuición en el corazón colectivo que lo anima...

Capítulo Quinto

Que narra cómo la dignidad indígena se dió en caminar para hacerse oír y poco duró su voz, y narra también cómo voces de antes se repiten hoy y de que volverán los indios a caminar pero con paso firme, y junto a otros pasos desposeídos, para tomar lo que les pertenece y la música de muerte que toca ahora sólo para los que nada tienen, tocará para otros. Y narra también otros asombrosos acontecimientos que suceden y, dicen, habrán de suceder.

La marcha indígena Xi'Nich (hormiga), realizada por campesinos de Palenque, Ocosingo y Salto de Agua, viene a demostrar lo absurdo del sistema. Estos indígenas tuvieron que caminar mil 106 kilómetros para hacerse escuchar, llegaron hasta la capital de la república para que el poder central les consiguiera una entrevista con el virrey. Llegaron al Distrito Federal cuando el capitalismo pintaba una tragedia espantosa sobre los cielos de Jalisco. Llegaron a la capital de la antigua Nueva España, hoy México, en el año 500 después de que la pesadilla extranjera se impuso en la noche de esta tierra. Llegaron y los escucharon todas las gentes honestas y nobles que hay, y las hay todavía, y también las escucharon las voces que oprimen el sureste, norte, centro y occidente de la patria. Regresaron otros mil 106 kilómetros llenos los bolsillos de promesas. Nada quedó de nuevo...

En la cabecera municipal de Simojovel, los campesinos de la CIOAC fueron atacados por gente pagada por ganaderos de la localidad. Los campesinos de Simojovel han decidido dejar de estar callados y responder a las amenazas cumplidas de los finqueros. Manos campesinas cercan la cabecera municipal, nada ni nadie entra o sale sin su consentimiento. El ejército federal se acuartela, la policía recula y los señores feudales del estado claman fuego para volver al orden y el respeto. Comisiones negociadoras van y vienen. El conflicto se soluciona aparentemente, las causas subsisten y con la misma apariencia, todo vuelve a la calma.

En el poblado Betania, en las afueras de San Cristóbal de Las Casas, los indígenas son detenidos y extorsionados, regularmente por agentes judiciales, por cortar leña para sus hogares. La judicial cumple con su deber de cuidar la ecología, dicen los agentes. Los indígenas deciden dejar de estar callados y secuestran a tres judiciales. No conformes con eso, toman la carretera Panamericana y cortan la comunicación al oriente de San Cristóbal. En el crucero de Ocosingo y Comitán, los campesinos tienen amarrados a los judiciales y exigen hablar con el virrey antes de desbloquear la carretera. El comercio se empantana, el turismo se derrumba. La noble burguesía coleta se mesa sus venerables cabelleras. Comisiones negociadoras van y vienen. El conflicto se soluciona aparentemente, las causas subsisten, y con la misma apariencia todo vuelve a la calma.

En Marqués de Comillas, municipio de Ocosingo, los campesinos sacan madera para sobrevivir. La judicial los detiene y requisa la madera para provecho de su comandante. Los indígenas deciden dejar de estar callados y toman los vehículos y hacen prisioneros a los agentes, el gobierno manda policías de seguridad pública y son tomados prisioneros de la misma forma. Los indígenas retienen los camiones, la madera y a los prisioneros. Sueltan a estos últimos. No hay respuesta. Marchan a Palenque para exigir solución y el ejército los reprime y secuestra a sus dirigentes. Siguen reteniendo los camiones. Comisiones negociadoras van y vienen. El gobierno suelta a los dirigentes, los campesinos sueltan los camiones. El conflicto se soluciona aparentemente, las causas subsisten, y con la misma apariencia todo vuelve a la calma.

En la cabecera municipal de Ocosingo marchan, desde distintos puntos de las fuerzas de la ciudad, 4 mil campesinos indígenas de la ANCIEZ. Tres marchas convergen frente al Palacio Municipal. El presidente no sabe de qué se trata y se da a la fuga, en el suelo de su despacho queda tirado un calendario señalando la fecha: 10 de abril de 1992. Afuera los campesinos indígenas de Ocosingo, Oxchuc, Huixtán, Chilón, Yajalón, Sabanilla, Salto de Agua, Palenque, Altamirano, Margaritas, San Cristóbal, San Andrés y Cancuc, bailan frente a una imagen gigantesca de Zapata pintada por uno de ellos, declaman poemas, cantan y dicen su palabra. Sólo ellos se escuchan. Los finqueros, comerciantes y judiciales se encierran en sus casas y comercios, la guarnición federal parece desierta. Los campesinos gritan que Zapata vive, la lucha sigue. Uno de ellos lee una carta dirigida a Carlos Salinas de Gortari donde lo acusan de haber acabado con los logros zapatistas en materia agraria, vender al país con el Tratado de Libre Comercio y volver a México a los tiempos del porfirismo, declaran contundentemente no reconocer las reformas salinistas al artículo 27 de la Constitución Política. A las dos de la tarde, la manifestación se disuelve, en orden aparente, las causas subsisten, y con la misma apariencia todo vuelve a la calma.

Abasolo, ejido del municipio de Ocosingo. Desde hace años los campesinos tomaron tierras que les correspondían por derecho legal y derecho real. Tres dirigentes de su comunidad han sido tomados presos y torturados por el gobierno. Los indígenas deciden dejar de estar callados y toman la carretera San Cristóbal-Ocosingo. Comisiones negociadoras van y vienen. Los dirigentes son liberados. El conflicto se soluciona aparentemente, las causas subsisten, y con la misma apariencia todo vuelve a la calma.

Sueña Antonio con que la tierra que trabaja le pertenece, sueña que su sudor es pagado con justicia y verdad, sueña que hay escuela para curar la ignorancia y medicina para espantar la muerte, sueña que su casa se ilumina y su mesa se llena, sueña que su tierra es libre y que es razón de su gente gobernar y gobernarse, sueña que está en paz consigo mismo y con el mundo. Sueña que debe luchar para tener ese sueño, sueña que debe haber muerto para que haya vida. Sueña Antonio y despierta... ahora sabe qué hacer y ve a su mujer en cuclillas atizar el fogón, oye a su hijo llorar, mira el sol saludando al oriente, y afila su machete mientras sonríe.

Un viento se levanta y todo lo revuelve, él se levanta y camina a encontrarse con otros. Algo le ha dicho que su deseo es deseo de muchos y va a buscarlos.

Sueña el virrey con que su tierra se agita por un viento terrible que todo lo levanta, sueña con que lo que robó le es quitado, sueña que su casa es destruida y que el reino que gobernó se derrumba. Sueña y no duerme. El virrey va donde los señores feudales y éstos le dicen que sueñan lo mismo. El virrey no descansa, va con sus médicos y entre todos deciden que es brujería india y entre todos deciden que sólo con sangre se librará de ese hechizo y el virrey manda matar y encarcelar y construye más cárceles y cuarteles y el sueño sigue desvelándolo.

En este país todos sueñan. Ya llega la hora de despertar...

LA TORMENTA...

...la que está

Nacerá del choque de estos dos vientos, llega ya su tiempo, se atiza ya el horno de la historia. Reina ahora el viento de arriba, ya viene el viento de abajo, ya la tormenta viene... así será...

LA PROFECIA

...la que está

Cuando amaine la tormenta, cuando lluvia y fuego dejen en paz otra vez la tierra, el mundo ya no será el mundo, sino algo mejor.

Selva Lacandona, agosto de 1992
ARDIZ

Mensajepor ARDIZ » Mié Nov 05, 2003 5:14 pm

ROZIO
A mí lo de la foto me da igual pero quiero más textos,
más cuentos, más de todo.
MONSTRUO
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Mensajepor MONSTRUO » Mié Nov 05, 2003 5:18 pm

pues a mi no me da igual, eeeengaaaa vaaaaaa rozioooooo una fotico tuya pon por aquiiiiiiiiii :twisted:
Rozío
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Mensajepor Rozío » Mié Nov 05, 2003 7:05 pm

ARDIZ escribió:ROZIO
A mí lo de la foto me da igual pero quiero más textos,
más cuentos, más de todo.
:?:

Salgo mu mal en las fotos, de verdad.
Andreas
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Mensajepor Andreas » Mié Nov 05, 2003 7:09 pm

No tiene por qué salir la cara......

mmm........ tengo algunas sugrenecias....... en el asiento de atrás envuelta en la bandera........ mmmmmmm
L.D.G.
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Mensajepor L.D.G. » Mié Nov 05, 2003 7:44 pm

Rozío escribió:
Salgo mu mal en las fotos, de verdad.
Vaaa tipica excusita... :P

Enga Rozi que tienes aqui unos cuantos penes inquietos, con cierta curiosidad por ver tu bello rostro!...

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