Cuando la nada llena...
Cuando la nada llena...
Cuando desperté, sentí tus dedos arañándome la piel, pero no era contigo con quien soñaba, ya nada tenía que ver contigo, ni conmigo, aunque la vida fuese mía, ya nada tenía que ver, ni siquiera ese insoportable olor. Olor a sexo.
Te desperté, te fuiste, aunque nunca estuviste. Te grité antes de irte, te susurré en silencio que pensaras en mí cuando no tenía la certeza de añorar que me pensases.
- Vete! - te dije, pero ni parpadeaste, ni me miraste, nada! tampoco susurraste que te querías quedar, ni dos veces, ni tres, como habías hecho en otras ocasiones, con media palabra habría bastado, te habrías ido igual...
Te vestiste, con esa camiseta estabas muy guapa anoche, aunque hoy no me lo parecías... esa era la verdad.
- Vete!!!! - repetí, aún más alto que antes, aún retumbaba la palabra en la pared cuando me paré a mirarte, cosa que tu no hiciste. Mírame, pensé, pero no te lo dije, tan sólo quería quedarme tranquilo, saber que no llorabas. ¿Hubiese importado? no me habría ablandado el verte llorar, no habría cambiado nada, habría seguido con las mismas ganas de echarte y de gritarte.
Con voz temblorosa me dijiste adiós, y no me importó, es más, me alivió, al fin te ibas.
Me tumbé en la cama, no pensaba en ti, tampoco en la chica con quien soñé. Hacía mucho que pensar ya no me interesaba.
Fue entonces cuando te eché de menos, no por querer abrazarte o besarte, nada de eso, te eché de menos por el mero hecho de no tener a quien gritar. Por sentirme solo.
La soledad se podía palpar, no era más que una puta. Una puta que llevaba tacones, sus pasos se oían por mi casa. Me tapé con la almohada para no tener que oirla, pero ésta sólo olía a soledad. Vi una mancha de carmín en mi cuello, estaba furioso, alargué mi mano, podía tocarla, podía decirle que era solo mía, aunque sólo fuese la media hora que había pagado por ella.
Me abalancé sobre ella, follándola, arañándola, tirándole del pelo... con rabia, con furia, con todo aquello que había guardado mientras gritaba que te fueses, pero no sentí nada, ni placer, ni remordimiento, nada... y comprendí que la nada a veces llena.
Descubrí entonces a la soledad en un rincón, jugando a las cartas con la tristeza...
Te desperté, te fuiste, aunque nunca estuviste. Te grité antes de irte, te susurré en silencio que pensaras en mí cuando no tenía la certeza de añorar que me pensases.
- Vete! - te dije, pero ni parpadeaste, ni me miraste, nada! tampoco susurraste que te querías quedar, ni dos veces, ni tres, como habías hecho en otras ocasiones, con media palabra habría bastado, te habrías ido igual...
Te vestiste, con esa camiseta estabas muy guapa anoche, aunque hoy no me lo parecías... esa era la verdad.
- Vete!!!! - repetí, aún más alto que antes, aún retumbaba la palabra en la pared cuando me paré a mirarte, cosa que tu no hiciste. Mírame, pensé, pero no te lo dije, tan sólo quería quedarme tranquilo, saber que no llorabas. ¿Hubiese importado? no me habría ablandado el verte llorar, no habría cambiado nada, habría seguido con las mismas ganas de echarte y de gritarte.
Con voz temblorosa me dijiste adiós, y no me importó, es más, me alivió, al fin te ibas.
Me tumbé en la cama, no pensaba en ti, tampoco en la chica con quien soñé. Hacía mucho que pensar ya no me interesaba.
Fue entonces cuando te eché de menos, no por querer abrazarte o besarte, nada de eso, te eché de menos por el mero hecho de no tener a quien gritar. Por sentirme solo.
La soledad se podía palpar, no era más que una puta. Una puta que llevaba tacones, sus pasos se oían por mi casa. Me tapé con la almohada para no tener que oirla, pero ésta sólo olía a soledad. Vi una mancha de carmín en mi cuello, estaba furioso, alargué mi mano, podía tocarla, podía decirle que era solo mía, aunque sólo fuese la media hora que había pagado por ella.
Me abalancé sobre ella, follándola, arañándola, tirándole del pelo... con rabia, con furia, con todo aquello que había guardado mientras gritaba que te fueses, pero no sentí nada, ni placer, ni remordimiento, nada... y comprendí que la nada a veces llena.
Descubrí entonces a la soledad en un rincón, jugando a las cartas con la tristeza...
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Encuentro el texto algo contradictorio, sobretodo, en el tiempo.
Hay cosas que no me cuadran entre sí. Mientras lo leo, doy por hecho que se marcha, pero luego sigue presente y entiendo que físicamente.. Hay un salto en el tiempo que no entiendo, o quizás no entienda bien el texto.
...
Rayco Ángel Santana Pulido (RASP).
Hay cosas que no me cuadran entre sí. Mientras lo leo, doy por hecho que se marcha, pero luego sigue presente y entiendo que físicamente.. Hay un salto en el tiempo que no entiendo, o quizás no entienda bien el texto.
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Rayco Ángel Santana Pulido (RASP).
Es una ida de olla Rasp, a veces yo misma creo que nada de lo que escribo tiene sentido, no es contradictorio... él está con alguien, con quien no quiere estar... esa persona se va, y se queda solo... es entonces cuando se da cuenta que está solo y que necesita a alguien aunque solo sea para gritarle... xq está realmente solo, y su soledad es un prostituta que se esta follando (o jodiendo) su vida... la prostituta no existe, no es persona... solo es un sentimiento que le mata, que le hace llenarse de rabia, que le consume, que le cansa, como si estuviese haciendolo con ella, pero él sigue sin tener a quien gritar...
En fin, lo siento... por mis idas de olla...
En fin, lo siento... por mis idas de olla...

esa frase, es completamente distinta al resto... no sé por qué, el sentido es más "dulce" y el resto está lleno de rabia... iba a no ponerla, pero al fin y al cabo la soledad y la tristeza se divierten juntas... y no hay soledad que no vaya bañada de tristeza...
Me alegro que ahora lo hayas comprendido algo mejor Rasp, pero es solo eso... un kaos mental
Por cierto, Gracias a todos!!!
Me alegro que ahora lo hayas comprendido algo mejor Rasp, pero es solo eso... un kaos mental

Por cierto, Gracias a todos!!!
Última edición por Karol el Jue Oct 06, 2005 9:06 pm, editado 1 vez en total.
pues sinceramente, creo que no pudiste elegir mejor final que éste..DiabolicAngel escribió:esa frase, es completamente distinta al resto... no sé por qué, el sentido es más "dulce" y el resto está lleno de rabia... iba a no ponerla, pero al fin y al cabo la soledad y la tristeza se divierten juntas... y no hay soledad que no vaya bañada de tristeza...
da sensación (al menos a mi al leerlo) de tranquilidad, de calma, esa calma que te queda cuando, después de un momento de rabia, te pones a llorar.. (o algo así, soy pésima explicandome, lo siento)
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cuando empece a leerlo me vino a la cabeza una cancion "donde habita el olvido" de sabina, leer un texto y que me lleve a sabina ya a de ser bueno, tb habla de la soledad como en esa cancion de sabina, y sinceramente karol me encantan tus idas de ollas!!y parafraseando a este de aqui arriba
benditas idas de olla!
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