Catarsis (completo)
Catarsis (completo)
Ayer fui tiempo y me detuve en los lindes del camino que eternamente recorro, sin mirar, cegado por la costumbre. Ayer fui tiempo y me hice mortal para vararme en sentimiento. Ayer fui viento y marejada, fui eco de miradas, fui posada hasta para la más desdichada fortuna, fui peste para cualquiera de las razas. Y en todos ellos me detuve para parasitarme en sus almohadas y esquilmarles la esperanza. Me colé lúgubre y mortecino, tapiando con silencio cualquier pequeña fisura por donde escapara algo de luz, desde la más ténue y exhausta para pedir clemencia, hasta la más desaforada y de brillo más sofocante que acudía acero en mano blandiendo la cuchilla del deseo. Bien conozco que no puedo acabar con la vida de éstos últimos, pero logré convercerles de su no existencia, de su retiro al olvido, haciéndolos súbditos de mi dominio, presos bajo mi eterna insistencia.
Y así dejé la vida en despojos, un todo en mil partes desperdigadas antagónicamente. Pero e aquí el epicentro de mis quebrantos. Existen ciertos personajes, realmente malvados y viles canallas, a quienes ni un mar entero de mis divinas promesas vertido de golpe sobre ellos consiguería dejarles un ápice si quiera humedecido. Y para colmo se regocijan redactando sus inpronunciables fechorías, jactándose de iluminar los instantes en que como, reposo, me divierto o simplemente trabajo. Pero uno se siente de pronto ojos habiendo sido eternamente oscuridad. Ingratamente a mis recuerdos aún llegan efemérides en que fui derrotado e incluso desterrado de todo cuanto había ganado, perdurando así la vida de los recuerdos, sueños e ilusiones que ya contaban en mi haber y ya habían comulgado con mi eterna existencia.
Así pues la historia...
Hoy me sueño poeta, así que en mis designios más razonados solo se encuentra la esperanza de que en mi veas un aliado guerrero para cuando el cielo apunte lucha, o un viento medido y calibrado a tu deseo para cuando necesites desplegar las alas.
.......
(esperando una segunda parte)
Y así dejé la vida en despojos, un todo en mil partes desperdigadas antagónicamente. Pero e aquí el epicentro de mis quebrantos. Existen ciertos personajes, realmente malvados y viles canallas, a quienes ni un mar entero de mis divinas promesas vertido de golpe sobre ellos consiguería dejarles un ápice si quiera humedecido. Y para colmo se regocijan redactando sus inpronunciables fechorías, jactándose de iluminar los instantes en que como, reposo, me divierto o simplemente trabajo. Pero uno se siente de pronto ojos habiendo sido eternamente oscuridad. Ingratamente a mis recuerdos aún llegan efemérides en que fui derrotado e incluso desterrado de todo cuanto había ganado, perdurando así la vida de los recuerdos, sueños e ilusiones que ya contaban en mi haber y ya habían comulgado con mi eterna existencia.
Así pues la historia...
Hoy me sueño poeta, así que en mis designios más razonados solo se encuentra la esperanza de que en mi veas un aliado guerrero para cuando el cielo apunte lucha, o un viento medido y calibrado a tu deseo para cuando necesites desplegar las alas.
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(esperando una segunda parte)
Última edición por varinho el Mar Mar 22, 2005 1:34 pm, editado 2 veces en total.
Ayer fui tiempo y me detuve en los lindes del camino que eternamente recorro, sin mirar, cegado por la costumbre. Ayer fui tiempo y me hice mortal para vararme en sentimiento. Ayer fui viento y marejada, fui eco de miradas, fui posada hasta para la más desdichada fortuna, fui peste para cualquiera de las razas. Y en todos ellos me detuve para parasitarme en sus almohadas y esquilmarles la esperanza. Me colé lúgubre y mortecino, tapiando con silencio cualquier pequeña fisura por donde escapara algo de luz, desde la más ténue y exhausta para pedir clemencia, hasta la más desaforada y de brillo más sofocante que acudía acero en mano blandiendo la cuchilla del deseo. Bien conozco que no puedo acabar con la vida de éstos últimos, pero logré convercerles de su no existencia, de su retiro al olvido, haciéndolos súbditos de mi dominio, presos bajo mi eterna insistencia.
Y así dejé la vida en despojos, un todo en mil partes desperdigadas antagónicamente. Pero e aquí el epicentro de mis quebrantos. Existen ciertos personajes, realmente malvados y viles canallas, a quienes ni un mar entero de mis divinas promesas vertido de golpe sobre ellos consiguería dejarles un ápice si quiera humedecido. Y para colmo se regocijan redactando sus inpronunciables fechorías, jactándose de iluminar los instantes en que como, reposo, me divierto o simplemente trabajo. Pero uno se siente de pronto ojos habiendo sido eternamente oscuridad. Ingratamente a mis recuerdos aún llegan efemérides en que fui derrotado e incluso desterrado de todo cuanto había ganado, perdurando así la vida de los recuerdos, sueños e ilusiones que ya contaban en mi haber y ya habían comulgado con mi eterna existencia.
Así pues la historia...
Hoy me sueño poeta, así que en mis designios más razonados solo se encuentra la esperanza de que en mi veas un aliado guerrero para cuando el cielo apunte lucha, o un viento medido y calibrado a tu deseo para cuando necesites desplegar las alas. Envolverte mi más preciado regalo con el manto estrellado con que esta noche nos mira y sellarlo cual hacen tus labios con los míos. Y así tu y yo seremos multitud y abundancia eterna, pues nada deberemos necesitar, y a trote o al galope, encontrar lo deseado estará, en cualquier caso, en las lindes de tus manos.
Y ese lastre que hasta ayer fue el segundero paseará por nuestro lado entre ronroneos para pedirnos un poco de atención, unas caricias, o simplemente un poco de comprensión.
Quisiera acomodar cada uno de tus movimientos sobre un manto de plumas, hacer tuya a la blanca Luna para que more allá donde el miedo sembró noches en vela. Quisiera así dejar de ser blanca bruma que se escampa por prados yermos, cuando mi mente no alcanza a verte, y a golpe de espejo ver desaparecer al licántropo que se alimenta de mis anhelos por con mis dedos tocarte. Y suplantar así cada aullido por silbidos de viento, salientes de mis versos más sentidos.
Cogiéndole gusto al mano a mano, verás como desato tormentas de azufre y estaño, marchitando así el prado donde pasta el rebaño de las horas en que tu y yo nos ausentamos. Poco mas, este es mi escaso salario, nunca fui beneficiaro de los baratos favores que son los pagados a golpe de talonario. Tan solo me sueño poeta para así ser espejo de tus menesteres, imagen y semejana, continuidad y varianza, gratitud y añoranza. También cuentas con el fuego de mis manos, con la luz de mis noches, con mis besos, con mis ojos rasgados, con mis piernas montaraces, con mi pecho nublado... En fin, con todo cuanto me ha tocado ser. Ahora hablas tu, libérame o déjame entre rejas, hazme tangible o conviérteme en recuerdo, déjame seguir sintiéndome poeta o conviérteme en segundo.
Y así dejé la vida en despojos, un todo en mil partes desperdigadas antagónicamente. Pero e aquí el epicentro de mis quebrantos. Existen ciertos personajes, realmente malvados y viles canallas, a quienes ni un mar entero de mis divinas promesas vertido de golpe sobre ellos consiguería dejarles un ápice si quiera humedecido. Y para colmo se regocijan redactando sus inpronunciables fechorías, jactándose de iluminar los instantes en que como, reposo, me divierto o simplemente trabajo. Pero uno se siente de pronto ojos habiendo sido eternamente oscuridad. Ingratamente a mis recuerdos aún llegan efemérides en que fui derrotado e incluso desterrado de todo cuanto había ganado, perdurando así la vida de los recuerdos, sueños e ilusiones que ya contaban en mi haber y ya habían comulgado con mi eterna existencia.
Así pues la historia...
Hoy me sueño poeta, así que en mis designios más razonados solo se encuentra la esperanza de que en mi veas un aliado guerrero para cuando el cielo apunte lucha, o un viento medido y calibrado a tu deseo para cuando necesites desplegar las alas. Envolverte mi más preciado regalo con el manto estrellado con que esta noche nos mira y sellarlo cual hacen tus labios con los míos. Y así tu y yo seremos multitud y abundancia eterna, pues nada deberemos necesitar, y a trote o al galope, encontrar lo deseado estará, en cualquier caso, en las lindes de tus manos.
Y ese lastre que hasta ayer fue el segundero paseará por nuestro lado entre ronroneos para pedirnos un poco de atención, unas caricias, o simplemente un poco de comprensión.
Quisiera acomodar cada uno de tus movimientos sobre un manto de plumas, hacer tuya a la blanca Luna para que more allá donde el miedo sembró noches en vela. Quisiera así dejar de ser blanca bruma que se escampa por prados yermos, cuando mi mente no alcanza a verte, y a golpe de espejo ver desaparecer al licántropo que se alimenta de mis anhelos por con mis dedos tocarte. Y suplantar así cada aullido por silbidos de viento, salientes de mis versos más sentidos.
Cogiéndole gusto al mano a mano, verás como desato tormentas de azufre y estaño, marchitando así el prado donde pasta el rebaño de las horas en que tu y yo nos ausentamos. Poco mas, este es mi escaso salario, nunca fui beneficiaro de los baratos favores que son los pagados a golpe de talonario. Tan solo me sueño poeta para así ser espejo de tus menesteres, imagen y semejana, continuidad y varianza, gratitud y añoranza. También cuentas con el fuego de mis manos, con la luz de mis noches, con mis besos, con mis ojos rasgados, con mis piernas montaraces, con mi pecho nublado... En fin, con todo cuanto me ha tocado ser. Ahora hablas tu, libérame o déjame entre rejas, hazme tangible o conviérteme en recuerdo, déjame seguir sintiéndome poeta o conviérteme en segundo.
Última edición por varinho el Mar Mar 22, 2005 1:40 pm, editado 3 veces en total.
Ayer fui tiempo y me detuve en los lindes del camino que eternamente recorro, sin mirar, cegado por la costumbre. Ayer fui tiempo y me hice mortal para vararme en sentimiento. Ayer fui viento y marejada, fui eco de miradas, fui posada hasta para la más desdichada fortuna, fui peste para cualquiera de las razas. Y en todos ellos me detuve para parasitarme en sus almohadas y esquilmarles la esperanza. Me colé lúgubre y mortecino, tapiando con silencio cualquier pequeña fisura por donde escapara algo de luz, desde la más ténue y exhausta para pedir clemencia, hasta la más desaforada y de brillo más sofocante que acudía acero en mano blandiendo la cuchilla del deseo. Bien conozco que no puedo acabar con la vida de éstos últimos, pero logré convercerles de su no existencia, de su retiro al olvido, haciéndolos súbditos de mi dominio, presos bajo mi eterna insistencia.
Y así dejé la vida en despojos, un todo en mil partes desperdigadas antagónicamente. Pero e aquí el epicentro de mis quebrantos. Existen ciertos personajes, realmente malvados y viles canallas, a quienes ni un mar entero de mis divinas promesas vertido de golpe sobre ellos consiguería dejarles un ápice si quiera humedecido. Y para colmo se regocijan redactando sus inpronunciables fechorías, jactándose de iluminar los instantes en que como, reposo, me divierto o simplemente trabajo. Pero uno se siente de pronto ojos habiendo sido eternamente oscuridad. Ingratamente a mis recuerdos aún llegan efemérides en que fui derrotado e incluso desterrado de todo cuanto había ganado, perdurando así la vida de los recuerdos, sueños e ilusiones que ya contaban en mi haber y ya habían comulgado con mi eterna existencia.
Así pues la historia...
Hoy me sueño poeta, así que en mis designios más razonados solo se encuentra la esperanza de que en mi veas un aliado guerrero para cuando el cielo apunte lucha, o un viento medido y calibrado a tu deseo para cuando necesites desplegar las alas. Envolverte mi más preciado regalo con el manto estrellado con que esta noche nos mira y sellarlo cual hacen tus labios con los míos. Y así tu y yo seremos multitud y abundancia eterna, pues nada deberemos necesitar, y a trote o al galope, encontrar lo deseado estará, en cualquier caso, en las lindes de tus manos.
Y ese lastre que hasta ayer fue el segundero paseará por nuestro lado entre ronroneos para pedirnos un poco de atención, unas caricias, o simplemente un poco de comprensión.
Quisiera acomodar cada uno de tus movimientos sobre un manto de plumas, hacer tuya a la blanca Luna para que more allá donde el miedo sembró noches en vela. Quisiera así dejar de ser blanca bruma que se escampa por prados yermos, cuando mi mente no alcanza a verte, y a golpe de espejo ver desaparecer al licántropo que se alimenta de mis anhelos por con mis dedos tocarte. Y suplantar así cada aullido por silbidos de viento, salientes de mis versos más sentidos.
Cogiéndole gusto al mano a mano, verás como desato tormentas de azufre y estaño, marchitando así el prado donde pasta el rebaño de las horas en que tu y yo nos ausentamos. Poco mas, este es mi escaso salario, nunca fui beneficiaro de los baratos favores que son los pagados a golpe de talonario. Tan solo me sueño poeta para así ser espejo de tus menesteres, imagen y semejana, continuidad y varianza, gratitud y añoranza. También cuentas con el fuego de mis manos, con la luz de mis noches, con mis besos, con mis ojos rasgados, con mis piernas montaraces, con mi pecho nublado... En fin, con todo cuanto me ha tocado ser. Ahora hablas tu, libérame o déjame entre rejas, hazme tangible o conviérteme en recuerdo, déjame seguir sintiéndome poeta o conviérteme en segundo.
Y así dejé la vida en despojos, un todo en mil partes desperdigadas antagónicamente. Pero e aquí el epicentro de mis quebrantos. Existen ciertos personajes, realmente malvados y viles canallas, a quienes ni un mar entero de mis divinas promesas vertido de golpe sobre ellos consiguería dejarles un ápice si quiera humedecido. Y para colmo se regocijan redactando sus inpronunciables fechorías, jactándose de iluminar los instantes en que como, reposo, me divierto o simplemente trabajo. Pero uno se siente de pronto ojos habiendo sido eternamente oscuridad. Ingratamente a mis recuerdos aún llegan efemérides en que fui derrotado e incluso desterrado de todo cuanto había ganado, perdurando así la vida de los recuerdos, sueños e ilusiones que ya contaban en mi haber y ya habían comulgado con mi eterna existencia.
Así pues la historia...
Hoy me sueño poeta, así que en mis designios más razonados solo se encuentra la esperanza de que en mi veas un aliado guerrero para cuando el cielo apunte lucha, o un viento medido y calibrado a tu deseo para cuando necesites desplegar las alas. Envolverte mi más preciado regalo con el manto estrellado con que esta noche nos mira y sellarlo cual hacen tus labios con los míos. Y así tu y yo seremos multitud y abundancia eterna, pues nada deberemos necesitar, y a trote o al galope, encontrar lo deseado estará, en cualquier caso, en las lindes de tus manos.
Y ese lastre que hasta ayer fue el segundero paseará por nuestro lado entre ronroneos para pedirnos un poco de atención, unas caricias, o simplemente un poco de comprensión.
Quisiera acomodar cada uno de tus movimientos sobre un manto de plumas, hacer tuya a la blanca Luna para que more allá donde el miedo sembró noches en vela. Quisiera así dejar de ser blanca bruma que se escampa por prados yermos, cuando mi mente no alcanza a verte, y a golpe de espejo ver desaparecer al licántropo que se alimenta de mis anhelos por con mis dedos tocarte. Y suplantar así cada aullido por silbidos de viento, salientes de mis versos más sentidos.
Cogiéndole gusto al mano a mano, verás como desato tormentas de azufre y estaño, marchitando así el prado donde pasta el rebaño de las horas en que tu y yo nos ausentamos. Poco mas, este es mi escaso salario, nunca fui beneficiaro de los baratos favores que son los pagados a golpe de talonario. Tan solo me sueño poeta para así ser espejo de tus menesteres, imagen y semejana, continuidad y varianza, gratitud y añoranza. También cuentas con el fuego de mis manos, con la luz de mis noches, con mis besos, con mis ojos rasgados, con mis piernas montaraces, con mi pecho nublado... En fin, con todo cuanto me ha tocado ser. Ahora hablas tu, libérame o déjame entre rejas, hazme tangible o conviérteme en recuerdo, déjame seguir sintiéndome poeta o conviérteme en segundo.
Invitado, según siempre he entendido, tiene un significado de purificación interior de las personas debido al sometimiento de una serie de experiencias. No se cual es el significado que piensas que le he querido dar al título del poema (para mi es lo de menos) o el que pondrá en el diccionario de María Moliner. Sentimiento de liberación interior, ese es el significado que le doy yo en el contexto del texto, pero no se si será correcto. ¿He utilizado mal la palabra? Dime si crees que se sale del contexto, si no es molestia, y si aún tienes más tiempo, proponme tu mism@ un título. Espero que aunque seas alguien que no quiere dar la cara, almenos te dignes a contestar este post. Ten en cuenta que no soy ningún lingüista, mas bien un ingeniero, así que contéstame con palabras sencillas y entendibles para que te pueda entender. Gracias
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